5 de marzo de 2023 Andando por La Penilla, Aldea de Puy de Cinca y la Clamosa.
Según la Toponimia aragonesa, illa pennella, Lapennnella, Lappennella
Lapenilla es un hermoso despoblado perteneciente al municipio de la Fueva, Comarca del Sobrarbe. Sitúa su caserío a 639 metros de altitud, en las estribaciones meridionales de la sierra de Turón, muy cerca del embalse del Grado. Entrando a Lapenilla escasos metros del núcleo y junto a la pista de acceso encontramos la modesta ermita de San Hipólito, del siglo XVIII. De planta rectangular y testero recto. Antes de su expolio, cubría con tejado de losas a dos aguas. Desprovista de su tejado está prácticamente arruinada.
Perteneció al histórico condado de la Ribagorza, en el año 1087 era de realengo, pues se cita al tenente Sancho Jiménez de “illa Pennella” en un documento del Cartulario de San Juan de la Peña. Sabemos que era señorío de los Mur de Muro de Roda en el siglo XVI y que en los siglos XVIII y XIX era de los Heredia de Graus. Aparece citado con 8 fuegos en el año 1646.
Durante los dos últimos siglos llegó a mantener un máximo de once casas abiertas, siendo su edificio más destacado el palacete rural del señor de Lapenilla. Entre sus casas destacar la Casa Coscolla, Casa El Pont, Casa La Concha, Casa Monclús, Casa Pano, Casa Plana, Casa Ribera, Casa Salamero, Casa Sierra, Casa Carlos y Casa del Señor.
En 1900 tenía 84 habitantes, 1920, 65, 1930,71, 1940,71, 1960 67 y 1970 20 habitantes.
Dicho palacete fue construido a mediados del siglo XVI. Es de planta cuadrangular y tiene tres plantas más un sótano destinado a bodega., enorme en sus proporciones. Se accede al interior por una puerta de gigantescas dóvelas abierta en su lado este. Junto al palacete se construyó posteriormente la iglesia, aprovechando la torre fuerte de la vivienda como torre campanario. El templo barroco se consagró a San Julián, se levantó durante las primeras décadas del siglo XVIII. Consta de nave rectangular dividida en dos tramos cubierta con bóveda de lunetos y testero plano. Las fiestas mayores de Lapenilla eran para San Hipólito, el día 13 de agosto, y las de invierno eran el día 6 de Enero, para la Epifanía.
La Penilla fue despoblada con motivo de las obras del pantano del Grado en los años sesenta, pues sus aguas inundaron sus mejores tierras de cultivo. Actualmente es propiedad de la CHE que lo cedió a UAGA-COAG para su rehabilitación. De Lapenilla, descendemos por un sendero hasta el conjunto recuperado, residencial y agroganadero de las casas de la Aldea de Puy de Cinca a orillas del embalse, de El Grado.
Desde Lapenilla partimos por la PR-HU-49 hacia La Aldea de Puy de Cinca.
La Aldea de Puy de Cinca, se sitúa a 458 metros de altitud a orillas del pantano de El Grado.
Aparece documentado por primera vez en el año 1571, aunque hay documentos anteriores (1499) en que se cita con su anterior nombre, Villaguarda. Fue otro de los pueblos abandonados a raíz de la construcción del embalse de El Grado. Se encuentra situado en la orilla izquierda del río Cinca, a escasos metros de la orilla del embalse.
La Aldea de Puy de Cinca sufrió en la década de los noventa un intento de recuperación gracias al sindicato UAGA que rehabilitó los antiguos edificios para transformarlos en un albergue, un hostal, un taller artesanal o un centro de interpretación de la naturaleza, también se construyó un embarcadero. Paralelamente se inició en la Aldea la creación de un parque de razas locales de ganado, el objetivo era conservar núcleos puros de esas razas y garantizar su diversidad genética. Antes de todos estos avatares la Aldea de Puy de Cinca era un lugar con cuatro casas, Casa Salinas, Casa Salamero, Casa Lafalla, Casa Lecina.
La Aldea comunicaba con Puy de Cinca por un viejo camino de herradura que hoy permanece bajo las aguas del pantano. Fue expropiado en el año 1968, por aquellas fechas ya solo residían once personas en la Aldea. En 1900 tenía 21 habitantes, 1920,27 habitantes; 1940,28 habitantes; 1950 21 habitantes; 1960 11 habitantes.
Las fiestas eran el día 3 de marzo, para San Emeterio.
A fecha de hoy parece que el proyecto está estancado, presentando el pueblo un aspecto fantasmagórico. Los únicos signos de vida fueron unos borriquillos, que pacían tranquilamente en un prado junto al camino y que nos hicieron muy felices y creo que nosotros a ellos.
Desde La Aldea de Puy de Cinca continuamos por pista hasta las inmediaciones de la ladera del monte donde asienta su caserío La Clamosa, donde continuamos por una senda hasta el despoblado, entrando en ella por la ermita románica de Nuestra señora de la Esperanza del siglo XII. Consta de nave única orientada finalizada en ábside de tambor. La nave cubre con bóveda de medio cañón y la cabecera con cuarto de esfera.
La Clamosa se sitúa a una altitud de 657 metros, siendo uno de los despoblados más espectaculares no solo de Sobrarbe sino de toda la provincia de Huesca. Se sitúa sobre una escarpada ladera en la orilla izquierda del río Cinca, por encima de las aguas del embalse El Grado. Aparece documentado por primera vez en el año 1067;”Velasco Date in Clamosa et in Valle” en un documento del cartulario de Fanlo, en tiempos de Sancho Ramírez. En el fogaje del año 1488 aparece citado con un total de 11 casas. Es un pueblo de claro origen militar, dado que se sitúa en lo alto de un cerro rocoso y que contaba con un castillo del siglo XI.
Del que quedan algunos restos de sillarejos que dan a entender una torre de planta Pentagonal, en la cota más alta del núcleo.
En el año 1834 Clamosa se constituyó en ayuntamiento. En el año 1845 se le incorporó Salinas de Trillo, formando entonces término municipal junto con Lapenilla, Trillo y Salinas, a los que hay que sumar las aldeas de Caneto, Bediello y Samper.
A principios del siglo XX tenía diecisiete casas y más de 150 habitantes. Estas casas eran: Casa Abadía; Casa Andreu; Casa Bergua; Casa Cabrero; Casa Cambra; Casa La Caseta; Casa Cortina; Casa Chía; Casa Mur; Casa Plana; Casa Salamero y Casa Torrocella. Era un pueblo grande e importante en aquella época. La mayoría de sus viviendas se construyeron juntas y contra una roca, una estructura típica defensiva muy característica de poblaciones de montaña antiguas. En el casco urbano destaca la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, templo barroco levantado en el siglo XVIII. Es un enorme edificio de planta centralizada de cruz griega y cabecera recta orientada hacia el sur, el coro y la torre campanario se situaban a los pies, El acceso a la iglesia se realiza por una puerta en arco de medio punto sobre la que se sitúa un pequeño pórtico. Era un pueblo principalmente agrícola, con los olivos como eje de la economía. Los lunes había mercado en Graus; los vecinos de Clamosa aprovechaban para abastecerse de los productos que no disponían en Clamosa, como alimentos, ropa, calzado, herramientas o semillas, entre otras cosas. También era muy importante el molino que actualmente está bajo las aguas del embalse del Grado. Fue un molino muy importante para toda la zona; venían a moler desde diferentes pueblos, algunos no muy cercanos. Las fiestas mayores se celebraban el 15 de Agosto, día de La Virgen. Las pequeñas eran el 17 de enero, para San Antón.
Desde La Clamosa por la pista que se dirige a Caneto a 100 metros escasos se encuentra la ermita de San Antonio, situada en la margen del camino ;edificio del siglo XIX, tiene planta rectangular y cabecera recta orientada al este. La puerta de acceso se sitúa en su muro sur, precedida de un pequeño pórtico.
Siguiendo hacia Caneto y una vez que hemos andado 600 metros más desde la ermita anterior llegamos a la ermita de San Martín del siglo XVII es la ermita del cementerio. Es un edificio de planta rectangular con cabecera recta más estrecha y baja orientada al oeste. Cubre con tejado de lajas a dos vertientes. La puerta de acceso abre a los pies. Desde aquí regresamos a la Clamosa donde damos cuenta de las viandas, sentados debajo de Casa Plana , contemplando a nuestros pies las aguas del pantano del Grado. Clamosa fue deshabitado precisamente por la construcción del pantano que contemplamos, y que inundó sus mejores tierras de cultivo. La despoblación se cebó cruelmente con esta zona a raíz de la construcción de los embalses de Mediano y El Grado en los años sesenta. Los últimos habitantes de Clamosa abandonaron el pueblo en Mayo de 1969.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y:
Despoblados de Huesca . Sobrarbe-Somontano. Tomo 3 de Cristian Laglera.