20 de enero de 2020 por la Sierra de Guara. Ruta circular de 12 kilómetros por el sendero S-17, para visitar los pueblos de Torruéllola de la Plana y Torrolluala del Obico, pasando por los restos de las Casas de Montalbán. Con un desnivel positivo acumulado de 350 metros, realizada en 4 horas sin contar paradas.
Son variadas las causas que motivaron la despoblación de muchos pueblos que hoy se encuentran totalmente deshabitados y en soledad con el entorno que les rodea. Una de estas causas es la ubicación de algunos pueblos a elevadas alturas y con mala comunicación con el resto de pueblos aledaños, que hacían muy dura y hostil la vida y el seguir subsistiendo de lo poco que les daba el entorno, máxime cuando llegaban noticias de las excelencias de la vida en las ciudades gracias a su floreciente industria, sobre todo en la década de los años cuarenta y cincuenta. Pueblos abandonados ¿un mundo perdido? José Luis Acín 1995
La ruta comienza una vez pasado el cementerio del Pueyo de Morcat a 1150 metros de altitud. Y escoltados por esbeltos muros de piedra comenzamos el recorrido, adentrándonos en el mismo dejando el caserío a la derecha, como siempre acompañado del amigo Rubén.
Enseguida llegamos al cruce direccional donde se inicia la circular, en el que cogeremos la senda de la izquierda hacia las Casas de Montalbán. A la derecha se queda el camino hacia Torrolluala del Obico, por el que regresaremos más adelante.
La senda se rodea de boj, pinos, robles y erizón. Si agudizamos la vista en la lejanía podemos divisar el pequeño caserío de Torrolluala del Obico, bajo el monte del Puntón e, incluso, las Casas de Montalbán en la lejanía.
Las estacas de madera balizan el sendero, por lo que no hay peligro de perder el camino. Por la espesura del bosque vamos perdiendo altura hacia el cauce del barranco de las Cruces, caminando en ocasiones por encima de conglomerados de roca. Una vez cruzado (1005 metros) seguimos hacia el cercano barranco Balcés (990 metros), que debido a su caudal, nos vimos obligados a vadearlo unos metros por encima de su paso normal, junto a una badina.
Continuamos la senda pegados a una valla ganadera paralelos a su margen derecha. Abrimos y cerramos el cercado separándonos de su cauce para dirigirnos hacia los restos de las Casas de Montalbán (1005 metros), a los que llegamos en una hora de camino.
A sus ruinas llega una pista procedente de las Bellostas que continúa hacia Torrolluala del Obico, la pardina de Albás o incluso San Póliz y Letosa. Continuamos unos metros la pista hacia Torrolluela del Obico hasta encontrar el sendero hacia Torruéllola de la Plana, nuestra siguiente visita.
Tras cruzar una pequeña barranquera, volveremos a abrir y cerrar la alambrada y nos iremos acercando al barranco de Torruéllola. Agudizando la vista divisaremos la pardina de Albás en lo alto de un collado situado el SO.
Remontando su margen izquierda disfrutaremos de pequeños saltos y pozas, cruzando varias barranqueras que desaguan en el mismo, hasta ver aparecer las casas de Torruéllola de la Plana entre la vegetación. Acompañados de muros de piedra vamos ganando altura hasta llegar a su caserío tras una hora desde las Casas de Montalbán. Antes de entrar en el mismo veremos un desvío hacia la pardina de Albás. Torruéllola de la Plana (1115 metros) fue un pueblo importante, tanto por el número de casas como por el tamaño de su iglesia. Durante el pasado siglo llegó a tener 8 casas abiertas de las que hoy solo quedan ruinas. Sus habitantes se dedicaban a la cría de ovejas y cabras y cultivaban cereales como mistura y avena. Su economía de subsistencia se completaba con la caza de perdices y conejos y con la pesca de algún barbo en las aguas del río Isuela.
El centro del pueblo se componía de una pequeña plaza donde se unían sus dos únicas calles, destacando en ella la blanca y particular fachada de la escuela, una construcción que presenta ciertos aires de modernidad que hace que no encaje muy bien con el resto de edificaciones del caserío, como la mayoría de las escuelas del primer cuarto del siglo XX. Situada sobre un alto dominando el núcleo se eleva su iglesia de la Asunción de Nuestra Señora (Siglo XVI) que presentaba curiosas pinturas murales ,con una portalada de estilo neoclásico, algo bastante raro en la zona. Después de un breve paseo por su conjunto urbano, nos dirigimos hacia Torrolluala del Obico siguiendo los indicadores que hay en la plaza, donde también hay indicadores a Matidero y Alastrué.
Inicialmente la senda, salpicada de robles, desciende hasta cruzar un pequeño barranco (1090 metros) a partir del cual se recuperan los pocos metros perdidos en un breve ascenso. Con vistas hacia Capramonte, Peña Surta y las Sierras de Guara y de Balcés iremos contorneando la falda del Alero de San Juan en dirección ENE, llaneando sobre conglomerados cubiertos de erizón y boj. Confome avanzamos vemos los macizos de Bachimala, Posets y Cotiella, la sierra Ferrera y Peña Montañesa, el Turbón, los Eristes y las puntas Lierga y Suelzo.
En un pequeño descenso arribaremos a Torrolluala del Obico (1105 metros) en 45 minutos desde Torruéllola de la Plana. Torrolluela del Obico está enclavado en un pequeño montículo dominado por la iglesia. . Lo primero que vemos antes de entrar en su caserío, son las ruinas de la iglesia de San Andrés (Siglo XVII) con su torre que apenas sobresale del conjunto de la nave, presenta los ojos de las campanas ahora vacios, situados sobre la ventana que iluminaba el coro. Éste fue un pueblo muy pequeño que sólo mantuvo abiertas 4 casas durante el pasado siglo todas ellas actualmente en ruinas, éstas se alineaban excepto una, a lo largo de una estrecha calle, que corre de este a oeste, desde la herrería hasta la iglesia. Las bordas donde se guardaba el ganado y el grano de las cosechas se ubicaban al norte y al sur de esta calle. En los terrenos de cultivo próximos al pueblo se cultivaba centeno y avena, además de pastos para la alimentación del ganado, compuesto por ovejas y cabras, a parte de alguna cerda para la matacía. Paseando por su única calle nos llama la atención varías portadas doveladas que aún resisten el paso del tiempo y el abandono, así como algunas bordas en las inmediaciones. Esta calle finaliza en la pista que viene de las Casas de Montalbán, por la que caminamos unos metros dejando a la izquierda el camino hacia La Cortada. Tras ello, en un nuevo cruce direccional (1085 metros), dejaremos la pista para perder altura rápidamente hacia el barranco de San Juan entre boj, erizones, robles y pinos. Nos las tenemos que ingeniar para cruzar su cauce (1030 metros) para después llanear por el interior del pinar. Nos encontraremos con otro cercado que volvemos a abrir y cerrar, antes de cruzar de nuevo el barranco de Balcés (1020 metros).
Con los últimos rayos de sol incidiendo en el bosque pondremos rumbo a El Pueyo de Morcat. Dejaremos la ancha trocha por la que caminamos tras cruzar el barranco y seguiremos el sendero que en continuo ascenso nos conduce a la bifurcación inicial, donde finalizamos la parte circular. Desde aquí continuamos al punto de inicio de esta ruta, disfrutando del cálido atardecer sobre la sierra de Guara y las montañas pirenaicas.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y:
https://unahuellaenlanieve.blogspot.com/2020/01/casas-de-montalban-torruellola-de-la.html. Autor, Rubén Gómez.