Ruta 0171 por la Fueva.- Palo,, Formigales, Morillo de Monclús, Tierrantona

 

 

 Ruta 0171 por la Fueba.- Palo, Formigales, Morillo de Monclús. Tierrantona.

El 3 de Marzo de 2019 llevo en Palo un total de 180 kilómetros.

El Valle de la Fueva  (A Fueba)  perteneciente a la Comarca Oscense del Sobrarbe, es un extenso territorio que se organiza en dos unidades geográficas perfectamente delimitadas.

La Fueva Alta. Limitada, al norte por la Sierra Ferrera y surcada por una red de barrancos que confluyen en el rio de la Nata, desembocando en el Cinca, junto al Embalse de Mediano.

La Fueva Baja. Drenada por el Barranco de Usía, que discurre entre las Sierras de Campanúé, Troncedo y Formigales, al este y el embalse de Mediano, al oeste.

Desde cualquier punto elevado de las sierras de su entorno se puede disfrutar de un hermoso paisaje: un mosaico de tierras de labor rodeadas de laderas arboladas y, al norte, dominando todo  el conjunto, la barrera montañosa de Sierra Ferrera, por detrás de la cual surge altivo el Mon Perdito.

Históricamente. La Fueva ha sido un espacio marcado por su situación fronteriza entre los grandes territorios del Sobrarbe y la Ribagorza, principalmente durante la Edad Media y Moderna.

El municipio de la Fueva, fue creado en los años sesenta tras la fusión de los términos de Clamosa, Morillo de Monclús, Muro de Roda y Toledo de la Nata. A estos se unirían, en la década de los setenta, Samitier y Mediano. La cabecera  de este municipio es Tierrantona, que se sitúa a 634 metros de altitud.

La importancia histórica y estratégica de A Fueba se remonta al Siglo XI y el testimonio actual más destacado es el conjunto religioso militar de Muro de Roda. El topónimo aragonés “Muro” hace referencia a un lugar elevado con alguna fortificación u otro elemento defensivo, generalmente de época medieval.

Palo es una localidad pirenaica oscense de la comarca del Sobrarbe situada en el valle del Cinca, junto al embalse de Mediano y al estrecho de Entremón, en un bello entorno natural. El núcleo del pueblo destaca por su arquitectura religiosa, con construcciones tan interesantes como la iglesia de San Martín (siglo XIV), la ermita de San Clemente (de estilo románico del siglo XI) y el Santuario de Bruis (siglo XIV). Palo es también un lugar idóneo para practicar deportes acuáticos en el embalse de Mediano y para realizar rutas, senderos y vías ferratas en el estrecho de Entremón, donde se encuentra el Puente del Diablo. Además, el visitante puede disfrutar de todas las actividades culturales y deportivas que ofrece su cercanía a ciudades como Aínsa, al Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara y al corazón del Pirineo Aragonés.

Salgo de Palo por la carretera A-2206.

En el kilómetro 0,63, me desvío por la derecha para ir al Santuario de Santa María de Bruis.

En el kilómetro 1,37, llego al Santuario de la Virgen de Bruis. Este santuario es el centro principal de la Fueba y hasta él se acercan sus habitantes, cada 23 de abril, festividad de San Jorge, y el último domingo de mayo, dedicado a la Virgen de Bruis. Estas romerías transcurren entre celebraciones religiosas, comidas populares, cucañas infantiles, deportes y actuaciones.

El complejo arquitectónico, consta del templo y de la vivienda que se adosa en perpendicular a la cabecera. La residencia, acondicionada por el obispado de Barbastro para acoger colonias estivales, conserva algunos elementos de interés que la remontan al siglo XVI. En concreto, el torreón circular que hay en el ángulo SE y, junto a él, la puerta y ventana adinteladas con adornitos conopiales y fecha de 1773. También cabe destacar la zona de la fuente al lado de una portada en arco de medio punto dovelado, donde hallamos una larga losa con fecha de 1685, y el paso abovedado.

La iglesia está orientada hacia el E. Aparentemente, nada en ella hace suponer un origen románico y , de haberlo permanece oculto. Por el momento sólo la imagen sedente de la Virgen de Bruis con el niño en su regazo, según el modelo románico de Trono de la Sabiduría o de Divinidad, parece ser la evidencia de una primitiva ermita de los siglos XII o XIII que evolucionó con el tiempo.

Buena parte del actual edificio es del siglo XVI, construido seguramente en varias etapas, y se debe al patrocinio de la poderosa familia de los Mur. A ésta época, pertenece parte de la cabecera, con arco de embocadura de  tradición tardogótica, y la nave, cuyo coro elevado a los pies apoya en vigas labradas con motivos de similar raíz gótica. Tras el presbiterio, hay un camarín y, a la izquierda, la sacristía del siglo XVII, que pertenece a obras de renovación barroca. La nave posee tres capillas laterales en cada lado, las dos primeras a modo de falso crucero y las siguientes, menos profundas, recorridas por una tribuna superior. Las reformas continuaron hasta el siglo XIX, cuando se añadió el pórtico de acceso, flanqueado por sendas torres fechadas en 1885.

Decido continuar por la pista de tierra ,que parte del santuario en dirección a la carretera.

En el Kilómetro 2,94 paso por una granja de terneros, y casi inmediatamente en el kilómetro 3,30, conecto con la carretera.

En el kilómetro 3,89 paro en la casa Torre Bruñac,  porque me llama la atención el toro que hay en su entrada.

En el Kilómetro 5,30, me desvío a Formigales. Por la carretera HU-V-6441.

En el Kilómetro  8, 41,llego a Formigales (Fornigals en aragonés) .

Asomada sobre la Fueba a 680 metros de altitud, y en el extremo septentrional de la Sierra de Torón, se emplaza el lugar de Fornigals. El barranco de Formigales nace solamente a 1 kilómetro de la población. El núcleo consta de dos calles y una plaza, además de alguna casa diseminada. La iglesia parroquial, la abadía y la Casa Palacio forman parte del patrimonio de los Mur, siendo estos el principal atractivo de la localidad.

Perteneció al municipio de Moriello de Monclús hasta finales de los años 60, momento en que quedó fusionado en el término de la Fueba. Se sabe que Formigales existía ya en 1226, como parte del Arcedianato de Tierrantona. En el Fogaje de 1488, consta de 12 fuegos.

Formó parte de la Baronia de los Mur de Pallaruelo  en 1495 (del  siglos XV al XVII) , este Barón Juan Mur asistió 1518 asistió a las Cortes de Zaragoza como señor de Formigales para jurar a Carlos I y Juana la Loca. Le sucedieron los barones de Pallaruelo.  Testimonio de aquel señorío es la importante mansión hoy ruinosa y cubierta de hiedra, que ostentó la familia en aquellos oscuros siglos. El palacio se encuentra en restauración desde 2010, tras su abandono durante muchos años.

Esta casa torreada presenta tres volúmenes: la torre adosada al sur del cuerpo principal, el volumen central de tres alturas que sirve de nexo entre los otros dos edificios y aloja acceso y matacán y un tercer bloque unido transversalmente, todavía sin reformar y que presenta una puerta adintelada sobre la que se distinguen restos de un antiguo matacán. Esta casa torreada presenta tres volúmenes: la torre adosada al sur del cuerpo principal, el volumen central de tres alturas que sirve de nexo entre los otros dos edificios y aloja acceso y matacán y un tercer bloque unido transversalmente, todavía sin reformar y que presenta una puerta adintelada sobre la que se distinguen restos de un antiguo matacán. En el lado oeste del conjunto se erige una torre de 5 alturas2​(dos de ellas levantadas en la última reforma), de planta cuadrada. La torre presenta diferentes facturas y posee numerosas aspilleras y saeteras. Se cubre con tejado a cuatro aguas, colocado en la última restauración, adosada a esta torre se encuentra una escalera con husillo circular. La puerta principal da acceso a zaguán abovedado que comunica con las diferentes estancias colindantes y el jardín. En el interior se conservan los orificios para atrancar las puertas y una pequeña aspillera que hacia las funciones de mirilla para controlar la puerta principal.

 La parroquial de Santa Eulalia es también de aquella época, del siglo XVI, de estilo gótico aragonés tardío, representando ese estilo gótico tan característico de estos lares. Consta de una nave cubierta con bóveda estrellada y ábside poligonal. La fachada está rematada sobre la nave, con galería de arcos rectangulares. La puerta se abre al oeste, con pilastras acanaladas, capiteles y frontón. La torre se levanta al norte y posee tres cuerpos. Esta iglesia se encuentra a escasos metros del palacio, como queriendo componer una misma unidad funcional e incluso independiente del resto del casco urbano. Según el censo de 1981, Fornigals contaba con 62 habitantes. En el año 2012 tenía 31 habitantes.

Terminada mi visita a Formigales inicio el regreso hasta la carretera   A-2206, pero en Formigales veo una señal de la GR 1, hacia Morillo de Monclús, y pensé que podía además de alcorzar, evitar, la bajada y luego subir hasta Monclús, puesto que está en un altonazo. ¡mala decisión! Que me arrepentí, y porque mi curiosidad puede más que mi sentido común, continué por esta GR, a partir de una fuente abrevadero cubierta por un arco de medio punto, la GR es un camino de cabras, y primera vez me hizo sentir en algunos tramos temor a que me pudiera tener un accidente. Tal fue  el grado de dificultad que me prometí que jamás volvería a desviarme del camino trazado.  Ya no es que no hubiera camino es que incluso las sendas son impracticables, para una persona normal y sin experiencia estoy seguro que hubieran tenido que rescatarla. Hay un tramo en concreto pasado un barranco en una , que es una capa de hielo , donde tuve que pasar por el agua, para no resbalar, pero es que a continuación en unas “margas” cercanas ,la senda era tan ancha como mis pies y había una caída de 20 metros. Apoyando el culo en la marga y con las manos sujetando la bici en el aire pasé este tramo. Las fotografías lo dicen todo

Al inicio de esta GR1 en Formigales llevaba 9,57 kilómetros.

En el kilómetro 10,26, fuente abrevadero con bóveda de cañón. A partir de aquí, lo que debió ser un camino ancho , se ha convertido en un pequeño barranco de desagüe de las lluvias torrenciales, obligándome a arrastrar la bici entre escalones.

En el kilómetro 10,64, giro a la derecha, este tramo de pista  esta bién pudiendo proseguir pedaleando.

En el kilómetro 10,86, me desvío a la izquierda, casi no veo la señal, a partir de aquí la pista sigue en suave ascenso, a mi derecha en medio de un campo veo la una pequeña isla donde se encuentra la Ermita de Llarz. Al final de este pequeño ascenso veo el imponente y majestuoso  Monte perdido.

En el kilómetro 11,32, sigo por la derecha.

En el kilómetro 13,25, me doy la vuelta porque no me acerco a Morillo de Monclús , sino que me voy alejando.

En el kilómetro 14,18, me veo obligado a atravesar un arroyo.

En el Kilómetro 14,82 después de atravesar vaguadas, barrancos, sendas impracticables y subidas inimaginables por la desastrosa GR-1, por fin llego sano y salvo a Morillo de Monclús.

Morillo de Monclús es una localidad oscense que pertenece al municipio de La Fueva, en la comarca del Sobrarbe. Asentado en lo alto de una colina que le otorga hermosas vistas del entorno, el pueblo se divide en dos barrios de casas dispersas debido a lo accidentado de su terreno. La localidad destaca por sus muestras de románico aragonés, la tranquilidad y belleza de la zona, su cercanía a lugares como la villa medieval de Aínsa y los ríos y embalses del Sobrarbe y su situación privilegiada en un enclave natural que ofrece historia, naturaleza, actividades y deportes al aire libre.

Este altozano sobre el llano de  la Fueba era propicio para instalar una fortificación en el siglo XI, estratégicamente situado al inicio del camino que conduce a Ribagorza y frente a Muro de Roda, el antiguo Muro Mayor al oeste. Varias localidades de Sobrarbe llevan los nombres de Muro y Morillo, asociados a estas plazas fuertes elevadas en oteros más o menos grandes. En este caso además, el topónimo Monclús indica sus lazos con la baronía de Monclús.

La documentación cita a Morillo de Monclús en fechas de la expansión de Sancho III rey de Pamplona por los antiguos condados de Sobrarbe, donde se sitúa la Fueba  y Ribagorza, llevada a cabo entre 1017 y 1035. A partir de entonces, sus hijos, Gonzalo de Sobrarbe y Ribagorza y Ramiro I de Aragón, quien reunió los territorios de su hermano asesinado en 1044, consolidaron y ampliaron esos dominios. Una red de castillos jalonó este avance y ayudó a organizar el territorio, creando una línea de fortificaciones comunicadas visualmente y a no más de dos horas de camino unas de otras.  Desde los riscos, protegía caminos, tierras de labranza y el monte a su espalda, donde había buenos pastos para el ganado y refugios naturales en caso de huída.

El Castillo de los Mur de Morillo de Monclús es un conjunto fortificado, ubicado en el extremo SO de la plataforma superior del tozal sobre el que se asienta la localidad oscense, compuesto por la iglesia, la casa de los Mur y por otras edificaciones secundarias.

Los restos más antiguos del castillo son medievales, aunque no se puede precisar la época. El elemento visible más importante es la entrada abierta en un lienzo de muralla.

El amplio paso bajo una bóveda de cañón rebajado lleva a un recinto abierto, una especie de patio de armas reconvertido en era. Al fondo, la arruinada casa abadía también fue parte de las instalaciones del castillo. Esa zona conserva un gran arco rebajado, de 7,70 m de luz y 32 dovelas de arista biselada, que se ha conservado estabilizado a pesar de su escasa curvatura, una puerta adintelada con el escudo de los Mur, una ventana moldurada y diversas aspilleras, todo del siglo VVI. Por aquellas fechas, este linaje extendió su dominio por toda la Fueba a costa de la Baronía de Monclús que acabó integrada en la corona en 1585, pero que en 1610 estaba en manos de Ramón de Mur. Detrás de esas construcciones, asoma la parroquial de San Cristóbal, que nació como iglesia castrense en tiempos del románico. El caserío creció al amparo de este recinto, definido por sus dos barrios, el de San Cristóbal en lo alto y el de Santa Cruz abajo.

Desde el Castillo o lo que queda de él, me dirijo a la iglesia románica de San Cristóbal (reformada en el siglo XVI) y con un singular torreón con aspilleras, fechado entre los siglos XVI y XVII.

En la portal de acceso al recinto, que es compartido con el cementerio, hay una inscripción premonitoria, a modo de advertencia, sobre la vanidad en el mundo y lo efímero de nuestra existencia.”Mira que no tardarás”  Y fecha de 1818.

El espacio románico es de una nave de tres tramos, que remata en un ábside semicircular perfectamente orientado hacia el este. La primera se cubre con bóvedas de cañón y el segundo con el típico cascarón de cuarto de espera. Una ventana de medio punto ilumina la cabecera. Su doble derrame permite captar y difundir mayor cantidad de luz. Junto al altar, hay un interesante banco para temo del siglo XVII. Los añadidos y la casa abadial aneja enmascaran la fábrica medieval y hemos de acercarnos al ábside para apreciarlo. Aquí, la fila de ménsulas o canetes  bajo el alero indican influencia del románico jaqués, pese a carecer de relieve ornamentales. También podemos observar el sillar irregular empleado en la construcción, muy diferente de la mampostería de épocas posteriores o del sillar de mayor tamaño y más cuidado utilizado para la torre. Esta con el pretil que la corona, se convierte en un estupendo mirador sobre el paisaje de la Fueba. La portada se aloja en un pórtico que sirve de base a la torre campanario. Es en arco de medio punto formado por grandes dóvelas molduradas y tiene encima una  hornacina. Todo ello es fruto de la reforma llevada a cabo en el siglo XVI sobre el edificio románico del XII. Por dentro  la restauración de mediados de la década de 1970 le devolvió parte de la homogeneidad primitiva. Además del  repicado de los muros, se eliminaron una capilla y un par de hornacinas. Solo se respetaron las dos que dibujaban un falso crucero en pilastras y otra a los pies, bajo el coro elevado. Las dos primeras corresponden a las ampliaciones renacentistas del siglo XVI. También se ha conservado la sacristía adosada a la escalera con puerta policromada y pinturas murales del siglo XVIII.

 En el kilómetro 15,2, salgo de Morillo de Monclús por la GR1 , que discurre por “La Costera”, y que me lleva a la carretera HU-6442, donde giro a la derecha para ir a Tierrantona.

En el Kilómetro 19,37, paso por el descío que se dirige por la derecha a Buetas, Rañín y Solipueyo.

En el kilómetro 19,68 llego a Tierrantona.

Tierrantona es una localidad oscense de la comarca del Sobrarbe situada en las inmediaciones del Pirineo Aragonés. Está enmarcada en un llano del valle de La Fueva de gran belleza, en el que el mosaico de pequeños pueblos rodeados por elevaciones forma unos paisajes singulares y armoniosos. La historia de la zona sigue viva en sus costumbres, en sus tradiciones y en algunas de sus construcciones.

Terra Antoninus.

Tierrantona es tierra longeva. El diácono Vicente, que llegó a ser obispo de Huesca y se había formado en el cercano monasterio de San Martín de Asán, junto a San Victoríán, la cita en su testamento y últimas disposiciones hacia mediados y finales del siglo VI. Esa cronología, la latinidad del nombre y su localización en llano permiten pensar en algún latifundista del Bajo Imperio Romano que instaló aquí su villa, en la fértil Fueva.

 

Al contrario de como pasa con la mayoría de núcleos de población de la subcomarca de La Fueva, Tierrantona no parece que haya tenido nunca una función defensiva, puesto que se halla a poca altitud y es bien accesible desde todos los lados. La primera noticia de esta localidad es del año 1076, con la realización de un concilio Cartulario de Roda. En 1102 Pedro I de Aragón dio y confirmó la donación que Juan hizo a la iglesia de san Vicente de Roda. Según el medievalista Agustín Ubieto Arteta, el nombre de Tierrantona aparece en los documentos históricos dl año 1102, dando nombre a un castillo (Murel de Terranthona) que se debería de encontrar en los alrededores, y que él identificó con el actual Morillo de Monclús.1​ En el censo de 1495 se documenta con el nombre de Tierra Anthona. En 1488 tenía 11 fuegos ​ (casas), 15 en 1495 y 17 en 1609. En 1610 el pueblo era del camarero de Roda. Tuvo ayuntamiento propio en 1834, y en 1845 se unió a Morillo de Monclús, cuando tenía 34 casas y 120 habitantes.

 

Su Iglesia de la Asunción, originalmente de Santa María, es del siglo XII y responde a los parámetros más populares de otras iglesias románicas del entorno. Creció en uno de los ángulos del núcleo primitivo, con cierto carácter defensivo, delimitada por dos calles perpendiculares que organizan el recinto y conservan sendos portales de acceso. Es una obra austera, construida en sillarejo, que consta de una nave terminada en un ábside semicircular orientado hacia el Este. En él, las tre3s ventanitas en arco de medio punto y con doble derrame, una de ellas tapada por la casa aneja, son una clara alusión trinitaria. Otras dos ventanas similares, pero adinteladas al interior, recogen la luz del mediodía. Aquí se abre la entrada primitiva , en simple arco de medio punto, a la que se llega atravesando un jardín que ocupa el lugar del antiguo cementerio. Los únicos elementos que rompen esta desnudez ornamental son las ménsulas bajo el alero, procedentes de la tradición jaquesa pero sin relieve alguno. La otram puerta abierta a la plaza también es en arco de medio punto, pero moldurado y bajo pórtico. Junto a parte del muro de los pies, corresponde la época de construcción de la torre campanario que lleva la fecha de 1888.

Las bóvedas de cascarón de la cabecera y las de medio cañón a los pies, son románicas. La que cubría el primer tramo fue sustituida por una techumbre de madera en la rehabilitación de 1980. Además, la nave fue acortada y parte del último tramo pasó a pertenecer a la casa abadía. Hoy en día, sólo queda  una de las capillas que tuvo en tiempos pasados. Es tardogótica y lleva la fecha de 1548 junto a un escudo. Con la remodelación mencionada, desaparecieron la capilla de enfrente y otras dos capillas hornacinas, además de otros rebozos. Es una iglesia grande en comparación con las de otros sitios del Sobrarbe, lo que hace ver que Tierrantona no sería para nada un lugar pequeño, al menos en los tiempos en que se construyó.

La Casa del Médico se eleva en un extremo de la plaza, frente al ábside románico de la iglesia y fuera, por tanto del núcleo primitivo de la localidad. El siglo XVI también se va a caracterizar por la apertura de espacios públicos, que darán lugar a amplias plazas, donde instalar el mercado y celebrar los acontecimientos más señalados de la colectividad. Entre los rasgos de origen, se conserva la portada en arco de medio punto dovelada. A la izquierda, hay una ventana moldurada, que tiene un escudete y una inscripción ilegible en el dintel y otro escudo más pequeño en el antepecho, también con unas grafías irreconocibles en su interior. Otra vano de menor tamaño se abre en el primer piso. Este luce molduritas y un adorno tardo gótico en arco conopial, típico del siglo XVI. Por último señalar la existencia de una aspillera o tronera circular en el muro lateral, casi a ras de suelo.

La Casa del Médico es la casona con más prestancia de Tierrantona. Debe su nombre a su utilización como residencia del médico del lugar, al menos durante el pasado reciente que llega hasta la década de1960. Abandona esa función, un proyecto iniciado en 1995 la recupera para usos sociales y culturales. Dicho carácter representativo hace que la rehabilitación atienda también a una nueva fisonomía, que aúna la conservación de partes originales con con otras de estética totalmente contemporánea. En este caso el arquitecto Antonio Alcubierre García optó por mantener la fachada original, pero rematada por una galería de ventanales que remite a la tradición palaciega y, a la vez, recuerda a los vanos de las falsas más tradicionales. El contrapunto a al bloque principal, casi cuadrado en planta, es una torre independiente, unida al resto mediante un paso elevado, la limpia utilización del hormigón en su color, solo animado por la pincelada azul de la carpintería, se enmarca dentro de la corriente más dura de la arquitectura postmoderna. El interior de tres plantas más un sótano, ha sido totalmente renovado, aunque perviven restos de las estancias anteriores abovedadas.

Salgo de Tierrantona con 20,23 kilómetros.

 

En el kilómetro 27,91, llego a Palo , principio y final de la ruta de hoy.

 

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

Serafín Martín.

Fuentes propias y:

https://www.escapadarural.com/que-hacer/morillo-de-monclus/castillo-de-los-mur

http://www.lafueva.com/el-valle/

https://es.wikipedia.org/wiki/Tierrantona

https://es.wikipedia.org/wiki/Palacio_de_los_Mur_(Formigales)