RUTA 0144  Por el Parrizal de Beceite

 

 

 

Por el Parrizal de Beceite

 

El día  1 de Abril de 2017   llevo en Valderrobres un total de  12.968 kilómetros. 

 

Los datos de Valderrobres los expongo en la ruta número 074,de Plenas.net.   

 

Salgo de Valderrobres por la carretera A 231, pero en el kilómetro 1,17,  me desvío, a Beceite,  por la carretera TE-V-3350.

 

En el kilómetro 5,74, paro en la zona de descanso, situada a escasos metros de la fábrica de papel de paro para visitar las ruinas de una de las antiguas fábricas de papel, en Pont Nou. La concentración industrial papelera que disfrutó Beceite a lo largo de los últimos siglos la hace comparable a otros grandes focos fabriles como Capellades (Barcelona), La Riba (Tarragona) o Alcoy (Valencia).

Parece ser que en Beceite ya existió un molino papelero perteneciente a la Orden del Temple a mediados del siglo XV, pero es a partir del último cuarto del siglo XVII y sobre todo, durante la primera mitad del XIX cuando comienza la gran actividad papelera llegando en su momento de máximo esplendor a contar con 9 molinos papeleros.

En ellos se producían distintos tipos de papel, de barba para escribir, de estraza o secante y cartulina para naipes, muy apreciados por su calidad, filigranas y aguas. De hecho desde la fábrica del Pont Nou se transportaba cartulina en caballería; un viaje que duraba 16 días, hasta la factoría de Heraclio Fournier en Vitoria para la fabricación de naipes. Varios pudieron ser los factores que intervinieron para que la importante industria beceitana fuera entrando en un camino de irreversible decadencia hasta su desaparición definitiva en la década de los 70 del siglo pasado.

El principal sin duda, fue el costoso y difícil proceso de modernización e innovación tecnológica que requería la industria. El método artesanal de fabricación del papel se vio rápidamente superado en eficacia y productividad por los nuevos sistemas modernos basados en la pila holandesa y la máquina de papel continuo.

La utilización del cloro para el blanqueo de los trapos hizo también que la pureza de las aguas del Matarraña, algo fundamental para la fabricación de papel, disminuyera notablemente y con ello también la calidad del papel que producían  sus molinos.

A pesar de todas las vicisitudes históricas, algunas fábricas lograron mantener la actividad a duras penas, reciclándose hacia la producción de cuero aglomerado, tejidos o fajas, hasta que en 1960 cerró sus puertas la última fábrica, la del Pont Nou.

Como curiosidad, en la fábrica del Vicario o Cremada, tuvo su imprenta el General Carlista Cabrera.  Sus partidarios le prendieron fuego ante la inminente llegada de los liberales en 1840.

 

En el kilómetro 6,30, paso por el túnel.

 

En el kilómetro 6,62. , paso por el puente nuevo sobre el Matarraña, situado junto al antiguo de piedra.

 

En el kilómetro7, 60, llego a Beceite.

 

Los datos de Beceite los expongo en la ruta número 078 de plenas.net

 

Parto de Beceite hacia el Parrizal por la Senda de San Miguel

 

En el kilómetro 8,32, fotografío la Font de Rabosa.

 

En el kilómetro 9,19, paro a contemplar el Acueducto de la Acequia Mayor, construido en una época decimonónica, quizás sobre una obra anterior de origen musulmán, sirve para que las aguas  de la acequia mayor salven el obstáculo orográfico del barranco dels Predicadors y rieguen los campos y huertos  beceitanos. La obra hidráulica se levanto en sillería para las arcadas y mampuesto de piedra para los paramentos y muros. Es una estructura de gran envergadura que alcanza los 20 metros de longitud y 6 metros de altura y que hasta hace pocos años se hallaba totalmente cubierta de musgos y vegetación debido a las continúas pérdidas y filtraciones de agua que tenía la acequia superior.

La recuperación de esta obra hidráulica, fue financiada por el Gobierno de Aragón y la Diputación Provincial de Teruel, enmarcada dentro de las actuaciones relacionadas con el agua y el desarrollo sostenible vinculadas a la Exposición Internacional de Zaragoza 2008.

 

En el kilómetro 10,30,  paso por el punto de inicio del recorrido de la senda de los fortines de Cabrera, vestigios de las Guerras Carlistas del Siglo XIX.

 

En el kilómetro 11,90 paso por el primer control de acceso al Parrizal.

 

En el kilómetro 14,33, paro a contemplar y disfrutar de una Masía situada al otro lado del río y bajo un farallón. Es la Mas de Lluvia. Es una estampa de cuento, aprovecho para adentrarme por la margen del cauce hasta que me es imposible seguir, pero merece la pena consigo contemplar unas cascadas y remansos preciosos.

 

En el kilómetro15,  tercer y último control y parquin del Parrizal. Aquí los coches deben abonar 8 Euros. Este paraje se encuentra incluido en una Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y un lugar de Interés Comunitario (LIC), ambas zonas denominadas “Puertos de Beceite” que cuentan co0n una superficie respectiva de 14.772 y 4.631 hectáreas. Ésta es una de las áreas más atractivas del curso del rio Matarraña. Su naturaleza calcárea configura una geomorfología típica kárstica, donde las rocas han sido moldeadas por la disolución del agua de lluvia.

Sus aguas dan cobijo a uno de los tesoros faunísticos más amenazados, el cangrejo de río autóctono (Austropotamobius pallipes). Su presencia en esta zona nos obliga a ser muy cuidadosos, evitando pisotear el fondo del cauce. Con suerte veremos la Cabra Montés (Caprapyrenaica subsp, hispánica) subiendo a las rocas más escarpadas. En estas formaciones rocosas crece una curiosa planta la grasilla (pinguiculadertosensis). Para compensar la falta de nutrientes de la roca, se alimenta de insectos que se pegan a las hojas.

 

En el kilómetro 15,40,  paro a contemplar las pinturas rupestres de la Fenellassa. Estas pinturas pertenecen al estilo esquemático, estilo pictórico que se enmarca bajo la denominación genérica del Arte Levantino, declarado Patrimonio de la Humanidad, desde 1998. Este estilo se caracteriza por la abstracción y simplificación de las representaciones de animales y de seres humanos, que quedan reducidos a trazos verticales y líneas horizontales, en contraposición con el levantino clásico que es de tendencia naturalista, como podemos observar en el Barranco del Calapatá de Cretas, donde se ubican los abrigos de “ La Roca de los Moros” y “Els Gascons”.

Este estilo abarca desde el Neolítico a la Edad de los metales y es la manifestación de pueblos que ya conocían la agricultura y la domesticación de los animales, como se muestra en estas figuras donde aparecen varios jinetes montando a otros tantos cuadrúpedos.

Las pinturas rupestres de la Fenellassa fueron descubiertas por C.Forcadell en 1966, siendo estudiadas por A. Beltrán. En estos primeros estudios se reconocieron hasta doce figuras en color rojo: siete cuadrúpedos a los que marcan las orejas, que se podrían corresponder a équidos o asínidos. Cinco de ellos aparecían montados por otras tantas representaciones humanas de estilo esquemático. En la actualidad, algunos de estos motivos han desaparecido, conservándose únicamente ocho figuras y parte de otra . Se trata de cuatro jinetes que cabalgan de pie sobre cuatro équidos. Hay que destacar que tras el proceso de limpieza y consolidación llevado a cabo E. Guillamet y L. Ballester se pudo apreciar detalles que aparecían desvaídos e incluso apareció una figura en la parte derecha del panel que se daba totalmente por perdida.

 

Después de contemplar las pinturas rupestres, la pista continúa, atravesando dos pequeños túneles.

 

En el kilómetro 16,  llego a las  primeras pasarelas del Estrecho del Parrizal  se me estropea la cámara y ante la imposibilidad de fotografiarlo, decido no seguir ruta, e iniciar la vuelta a Valderrobres.

 

En el kilómetro 31,52, estoy de vuelta en Valderrobres, principio y final de esta ruta.

 

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

 

Serafín martín.

 

Fuentes propias y:

Información sacada de los paneles informativos de la ruta.