MIS RUTAS EN BICI |SERAFIN MARTIN05/01/2025  martingraciaserafin@gmail.com

RUTA 1137 Piedrafita de Jaca,Bubal, Fuerte de Santa Elena, Ermita de Santa Elena

 

Ruta 1137.-Piedrafita de Jaca, Búbal, Fuerte de Santa Elena, Ermita de Santa Elena, Valle de L´asieso

Desnivel positivo 842 metros

Desnivel Negativo 842 metros

Altitud máxima 1.297 metros.

Altitud mínima 972 metros.

9 de julio de 2024 de 2024 llevo un total de 447 kilómetros.

La ruta de hoy la inicio a 992 metros de altitud en un apartadero de carretera A-136 cercano al de Santa Elena.

Tomo dirección Norte hacia Sallent de Gállego.

En el kilómetro 4,33  1.092 metros de altitud por la izquierda desvío a Piedrafita de Jaca.

En el kilómetro 6,29 a 1214 metros de altitud, puerto de Piedrafita.

En el kilómetro 6,80 a 1.235 metros de altitud, Trilladora de la "Era de Chirose". La economía tradicional pirenáica estaba basada en dos pilares, la ganadería como actividad principal y una agricultura de subsistencia, que en parte se dedicaba a la producción de cereales a pequeña escala, cebada (ordio), trigo, centeno y avena.

Al final del verano, el cereal era trillado, separar la paja del grano, en la era, mediante caballerías (los machos) y un apero, el trillo. En la década de los 40 del siglo XX, alguna familia ya innovó estas labores con la incorporación de un trillo de rodillos y una aventadora manual, pero el avance importante en la mecanización llegó con la incorporación de la trilladora en la década de los 50, máquina que aunaba todas las funciones, completa y autónoma al funcionar con motor eléctrico. En el caso de Piedrafita adquirida por el Ayuntamiento para uso comunal. Esta trilladora es de la marca Ajuria, cuya fábrica estaba en Vitoria y era el mayor fabricante español. Se ubicó en la llamada “Era de Chirosé” donde ya se trillaba anteriormente. La mies o parva era acarreada hasta la era por los machos en cubiertas especiales de lana, con los fajos y gabillas de cereal en su interior y cerrados con brecas (clavos de madera) que cosían la cubierta; una vez en la era se almacenaba en faginas, una de cada casa, trillándose por turnos establecidos. En esta labor faenaban todas las personas hábiles de cada familia. A principio de los 70, con la construcción del Pantano de Búbal, la desaparición de Búbal y Saqués y la fuerte emigración de Piedrafita, se fueron relegando muchas actividades y usos de la vida tradicional hasta su total extinción entre ellas la de la trilla y por ende nuestra trilladora, pasando a la jubilación forzosa aunque en un magnífico estado.

En el kilómetro 7,22 a 1.242 metros de altitud Piedrafita de Jaca. Ubicado en la Comarca del Alto Gállego, Piedrafita de Jaca conserva la esencia del Pirineo Aragonés y permite conocer la arquitectura popular pirenaica de un pueblo de tradición, con ejemplos como la Casa Silvestre, ubicada en la Plaza Mayor, Casa Salas, Casa Juan de Lázaro, Casa Domingo… descubriendo a través de su arquitectura uno de los pueblos más bonitos del Valle. Piedrafita de Jaca es uno de los pueblos del Alto Gállego más representativos de la llamada arquitectura popular pirenaica. Entre sus expresiones se encuentran, su Iglesia de San Andrés, situada junto a la carretera consta de una nave divida en tres tramos, con ábside recto y capillas laterales en los contrafuertes. Se conserva una puerta del S. XVI perteneciente a la primitiva iglesia. La Plaza Mayor se encuentra situada en el casco histórico, se configura como un espacio abierto, presidido por la Casa Silvestre, de arco conopial y doble altura. Su planta cuadrada es típica de la Sierra de la Partacua.

En el kilómetro 7,45 llego al inicio de la pista al Ibón de Piedrafita, pero ante lo intransitable para la bici decido dar la vuelta.

En el kilómetro 11,58 estoy de nuevo en la carretera A-136 e inicio el descenso hacia Biescas.

En el kilómetro 13,53 a 1.099 metros de altitud llego a al pueblo de Búbal. Búbal se encuentra situado en el Valle de Tena (Huesca) a 1090 metros de altura. Se conoce su existencia desde 1495, alcanzando su máxima población en 1900. Pertenece al quiñon de la Partacua junto con Piedrafita, Tramacastilla, Sandiniés, Saqués y Escarrilla. En 1968 comienzan las obras de construcción del pantano de Búbal, cuyas aguas anegarán parte de las tierras de labor del pueblo, por lo que se procede a la expropiación de todos los terrenos y casco urbano de Búbal. El pueblo queda definitivamente abandonado en 1970. A partir de 1984 se construye el actual programa de Recuperación y utilización Educativa de Pueblos Abandonados  (PRUEPA) como infraestructura de apoyo al sistema educativo. En la actualidad, la mayoría de las casas de la parte alta del pueblo se encuentran ya reconstruidas .Aunque los interiores de las casas se han adaptado a las necesidades actuales, la estructura externa se ha conservado en su práctica totalidad en un intento de que Búbal recupere su antigua personalidad.

Terminada la visita a este maravilloso lugar continúo ruta.

En el kilómetro 16,71 a 982 metros de altitud  me dirijo por la izquierda hacia el Fuerte y ermita de Santa Elena.

En el kilómetro 17,91 a 1.073 metros de altitud  fuerte o castillo de Santa Elena. . Sus características geográficas hacen de este punto un lugar estratégico por ser paso obligado entre España y Francia, por el Portalet. Esto hizo que se construyera un importante fuerte militar situado justo encima de la explanada de los dólmenes. El fuerte de Santa Elena se comenzó a construir durante el reinado de Felipe II como parte de un sistema defensivo para defender los pasos fronterizos  con Francia. Posteriormente fue ampliado por Carlos III y parcialmente destruido durante la Guerra de la Independencia contra Francia. De la construcción original quedan restos de una torre defensiva junto al puente del río Gállego. El edificio actual de planta rectangular, proviene de la reconstrucción que tuvo lugar a finales del siglo XIX y principios del XX, cuyas obras quedaron paralizadas en 1905. El fuerte de Santa Elena fue declarado BIC

Desde el fuerte me dirijo a la Ermita de Santa Elena.

En el kilómetro 18,06 a 1.066 metros de altitud  Ermita de Santa Elena.

El paraje donde se constriñe el río Gállego se constriñe para atravesar las calizas de las sierras interiores pirenaicas ha sido lugar de paso obligado desde tiempo inmemorial. En este territorio, distintos grupos humanos construyeron dólmenes y sacralizaron manantiales y cuevas que, al paso de los siglos, fueron cristianizados, edificaron hospitales y pueblos para el sosiego de los caminantes, peregrinos y viajeros; y finalmente fortificaron el paso para hacer frente a posibles invasiones. Ahora, el lugar es un espacio singular donde se conjugan la naturaleza, la historia y los cultos heredados de épocas pretéritas.

La ermita de Santa Elena está ubicada en un lugar estratégico, en lo alto del Congosto del mismo nombre, en el límite entre la Tierra de Biescas y el Valle de Tena. Este emplazamiento fue motivo de disputa entre ambos territorios. Cuenta la leyenda cómo un cura, para garantizar la pertenencia de este paraje a Biescas, juró en este lugar que estaba pisando la tierra de Biescas, tras haberse puesto en sus zapatos un puñado de tierra de esta población. Ante el juramento, todos acordaron que la ermita pertenecía a Biescas.

No se conoce exactamente el año de su construcción pero si que durante el reinado de Jaime I se hicieron las primeras donaciones para la restauración del templo, de cuya edificación original únicamente se conservan 4 columnas y las basas.

A lo largo de la historia la ermita ha sufrido numerosos saqueos incendios y reconstrucciones, lo que explica su falta de definición arquitectónica. Aquí acuden en romería las gentes del  Valle de Tena y de Tierra de Biescas en diferentes fechas; el Domingo de Pascua de Pentecostés, 13 de junio (San Antonio) y el 18 de Agosto (Santa Elena).

Cuenta la leyenda que la emperatriz Elena, madre del emperador Constantino, vino a estas montañas a refugiarse de la persecución de los moros en los oscuros tiempos medievales. Siguiendo este mismo camino hacia Biescas, llegó a un punto donde se sentó a descansar. Allí en la actualidad, mana una fuente y se y se conserva una fuente con forma de silla y dos huellas del calzado que la tradición asegura son las de la santa perseguida. Cuando llegó a la zona de la ermita se refugió en la cueva allí existente donde incluso las arañas tejieron una tela para ocultarla. en ese mismo lugar posteriormente, se construyó la ermita actual, cuya parte más antigua data del siglo XIII pero con numerosas reformas a lo largo de los siglos. Junto a ella mana una fuente conocida como la Gloriosa. Este manantial se comporta como una surgencia muy violenta que llega a inundar la pradera situada delante del santuario, lo que ha dado lugar a multitud de leyendas que atribuyen el hecho al estado de ánimo de la santa emperatriz. La cueva de Santa Elena donde esta encajada la ermita es, probablemente una de lñas múltiples bocas del sistema Arañonera del que se llevan explorados  mas de 30 kilómetros, con un desnivel de 1180 metros. De esta cavidad se exploraron en 1979 los 1269 metros que van desde la boca hasta el lago interior para intentar dar con el mecanismo que desencadena la surgencia de la Gloriosa. Después de numerosos estudios, no se llegó a una explicación del fenómeno.

El Hospital de san Martín de Closura  se encontraba en algún punto situado en la margen derecha del río Gállego, Propiedad del Hospital de Nuestra Señora de Secotor, y subsidiariamente del de Santa Cristina de Somport, debió ser una pequeña iglesia con albergue adosado donde se reconfortaban los peregrinos una vez rebasadas las fragosidades pirenaicas y con un cementerio donde darían sepultura a los pobres fallecidos en el camino. Actualmente su ubicación nos es desconocida aunque es probable que perduren restos arqueológicos. De hecho en 1932, a la vez que excavaba dos cistas megalíticas en la zona, Martín Almagro, profesor de prehistoria en la Universidad de Madrid, localizó e hizo una exploración somera del cementerio concluyendo que era de época medieval. Posiblemente, en recuerdo a la pequeña congregación de monjes que allí hubo, el audaz puente que cruza el Gállego se llama Puente de los Canonjes (canónigos)

Desde aquí desciendo a la cercana cascada de Santa Elena bajando las escaleras, en la que podemos observar los travertinos, rocas sedimentadas calcáreas formadas por las precipitaciones de carbonatos del agua alrededor de restos vegetales (hojas, ramas).

Esta cascada ha originado un afloramiento tobáceo muy singular que se ha ido acumulando en torno al salto de agua. La vegetación consume gran parte del CO2 del agua para realizar la función clorofílica. Por eso, el agua pierde localmente su capacidad de disolver la cal y ésta precipita sobre la propia vegetación. El proceso hace que todas esas plantas se calcifiquen, formando así las tobas y travertinos- Resultan curiosos los cortinajes de musgos petrificados, que se van agrandando, superponiéndose unos a otros sobre el vacío, formando oquedades sobre la cornisa pétrea.

En el kilómetro 19,28 a 986 metros de altitud  llego a la explanada de los dólmenes.

En el kilómetro 19,57 a 989 metros de altitud   Dólmen de Santa Elena. Este lugar junto al río Gállego y al pie de las murallas que forman las sierras de la Partacua y Tendeñera, ha sido considerado desde la prehistoria como lugar sagrado. Muestra de esto son los dólmenes que encontramos en sus proximidades y la ermita bajo la advocación de Santa Elena de Constantinopla. Desde aquí decido continuar por pista que discurre hacia el Valle de Lasieso en busca del Tejo de Lasieso. Me pasé el indicador al Tejo de Lasieso. El Valle de L´asieso al pie de la Sierra Tendeñera sorprende por la belleza de su paisaje y por su exuberante vegetación, entre la que destaca uno de los bosques de abetos mejor conservados de España. Tiene una orientación de este a Oeste y está surcado por el caudaloso barranco de L´asieso que da nombre al paraje. Se trata de un valle deshabitado, que tan solo cuenta con algunas casetas que fueron utilizadas por pastores o carboneros, que durante siglos fueron los únicos que frecuentaban estos espesos bosques para realizar sus trabajos.  Pensaba llegar hasta el Tejo de L´asieso, pero cuando llevo  21,80 kilómetros decido iniciar el regreso.

En el kilómetro 23,05 de regreso , a 1.067 metros de altitud  a mi derecha ¡Ahora sí! veo el indicador al tejo, pero lo dejo para otro día.

En el kilómetro 24,80 estoy de regreso en el punto de partida.

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

Serafín Martín.

Fuentes propias y:

https://piedrafitadejaca.com/pueblo/