Ruta 0160.- Binéfar, San Esteban de Litera, Azanuy , Fonz.
Ruta 0160.- Binéfar, San Esteban de Litera, Azanuy , Fonz.
El día 14 de Junio de 2018 llevo un total de 15298 kilómetros.
La ruta de hoy, la inicio una vez más en Binéfar, los datos de esta localidad ya los expongo en las ruta 0159.
Parto en dirección a San Esteban de Litera por la carretera A-133.
En el kilómetro 5,89, me cruzo con el camino de Santiago que pasa por la Comarca de La Litera, y que corresponde al ramal catalán que procede del Monasterio de Montserrat y cruza Aragón por Huesca y San Juan de la Peña, para unirse al ramal del Somport en Puente la Reina. Los peregrinos medievales lo frecuentaron aprovechando la traza de la calzada romana que unía las ciudades de Ilerda y Osca.
En el Kilómetro 7,67, paro ante el aljibe de Perera. Este alchub es probablemente el de mayor capacidad de la comarca, que con sus 6 metros de profundidad alcanza un volumen útil de unos 600 metros cúbicos. El aljibe de Perera ya se cita en un documento conservado en el archivo de Protocolos Notariales de la Villa de Albelda, por el que conocemos que en el año 1579 se hizo una reforma consistente en hacer un único aljibe uniendo los dos existentes y que debía tener diez varas de ancho con unas escaleras y una “cadolla” al pie de estas. El precio estipulado para esta reforma fue de 96 libras Jaquesas que se pagarían al picapedrero maese Joan Theran del lugar de la Almunia de San Juan
Dispersos por el término municipal se encuentran numerosos aljibes o alchubs, excavados en la roca arenisca para el almacenamiento del agua de lluvia, herencia de su pasado árabe. Los afloramientos de rocas areniscas, que eran fáciles de picar, servían para crear una red de canalillos que recibían el agua de lluvia y la vertían a los aljibes, donde quedaba almacenada. Algunos de los más próximos son el alchub de Roca Foradada cercano a la ermita de San Isidro y desde donde se puede admirar unas magníficas vistas, el de los cántaros, el de la Brecha, y el de las Forcas, con escaleras de acceso talladas en la roca. En la zona comprendida entre La Almunia de San Juan y Albelda se encuentran la mayor cantidad de estas construcciones, para el almacenamiento de agua de lluvia. Entre cuatro localidades suman más de 100 aljibes conocidos, siendo San esteban de Litera loa población con mayor número de ellos, más de 50.
En el Kilómetro 7,85, contemplo el acueducto de Perera. Es una de las obras más emblemáticas del Canal de Aragón y Cataluña se construyó en 1905 y permite superar el desnivel existente en el recorrido del canal. Está formado por cinco arcos flanqueados por columnas que sostienen la plataforma por la que discurre la conducción de agua.
El proyecto de este canal hay que situarlo en el siglo XIII, en la época de la ilustración, pero no se llevó a cabo hasta finales del XIX. La necesidad de regar las llanuras de secano de la comarca de la Litera, impulsó a los vecinos de Tamarite a solicitar la construcción de una canal que aprovechara las aguas del Ésera y del Cinca. Por esta razón, en un primer momento el canal tomó el nombre de Tamarite, hasta que en 1876 recibió su denominación actual. Después de diversas dificultades, el Estado se hizo cargo de las obras y fue inaugurado oficialmente por el rey Alfonso XIII el 2 de marzo de 1906. Junto al puente o acueducto de Perera, unos pocos metros más adelante, visito los antiguos lavaderos de San Esteban de Litera, con una zona de recreo, que fueros recuperados en el año 2012. Estos lavaderos construidos a comienzos del Siglo XX, consistían en dos pilas; la primera para aclarar y la segunda para lavar la ropa. Esencialmente, en aquella época eran las mujeres las que usaban la instalación. Utilizaban cestos para llevar la ropa y el largo trayecto entre el pueblo y el lavadero hacia que muchas de ellas utilizaran los árboles y arbustos de alrededor para dejar secar la ropa, mientras seguían lavando.
Junto a esta construcción existía una segunda, levantada con anterioridad, destinada a abrevar las caballerías utilizadas para los trabajos agrarios.
El agua para llenar los lavaderos se suministraba desde una caseta existente situada junto al canal. En esta misma edificación estaba el motor y la bomba para subir el agua al pueblo. En esta caseta que todavía existe actualmente, aunque en desuso, se instaló en la década de los 50 un nuevo sistema de suministro de agua a los lavaderos, a través de un ramal en el bombeo del agua que se construyó para llevarla del canal al casco urbano de San Esteban de Litera. Los lavaderos dejaron de utilizarse en los años 70, y más tarde, parcialmente, se demolieron en la década de los 80. Sin embargo, en 2012 se rehabilitaron. En el desescombro del área se encontró la solera y una parte de los mismos. El resto fue reconstruido manteniendo el diseño y la forma original.
En el Kilómetro 9,10 llego después de un repecho a la Localidad de San Esteban de Litera, que presenta un trazado medieval. Sus calles salpicadas de casas señoriales, se amontonan hacia la colina donde se levantan los restos de su antiguo castillo de Sancho Estéfano, de probable origen islámico y hoy convertido en campanario. En el recinto del castillo se alzó una pequeña iglesia románica, de la que aún queda algún vestigio.
Cuenta con varias casas solariegas en su casco urbano, representativas de su esplendoroso pasado. La Iglesia parroquial es de estilo gótico aragonés tardío, consta de tres naves, la central con bóveda estrellada y las laterales y la fachada de ladrillo, de época barroca.
San esteban de Litera , sitúa su caserío a 420 metros de altitud. Tiene una población de 602 habitantes y su gentilicio es Santistebense. Situada en el centro de la Comarca Oscense de la Litera, junto al Canal de Aragón y Cataluña. Esta parte de la Litera está atravesada de noroeste a sureste por la formación de yesos de Barbastro-Balaguer, formando la Sierra de Les Gesses o Gessa, plegados en el anticlinal con continuas ondulaciones. En una de estas depresiones o vaguada rodeada de colinas de yesos es donde se ubica el núcleo urbano de San Esteban.
La primera mención documental data de junio de 1092 como Sancti Stephani, término del castillo de Monzón. El 22 de marzo de 1287, Alfonso III de Aragón ordenó a los vecinos de San Esteban que prestasen homenaje a Felipe de Saluces. El 27 de enero de 1363, dio la villa, con todos sus términos, al infante Martín. Este mismo monarca daría posteriormente San Esteban a María de Portugal, con fecha 4 de agosto de 1367. Tuvo como aldeas a Benimaz, Binafelda, maymó, Puymusó, Sol de Ribas y Talladellas. En 1845 se le unió Rocafort( Antonio Ubieto, Historia de Aragón. Los pueblos y despoblados III, Zaragoza, 1986).
Las armas heráldicas de la localidad consisten en escudo cuartelado, el primer cuartel de azur con un jinete alanceando un dragón y terrasado de sinople; el segundo cuartel, de plata, con la imagen de San Esteban, luciendo ornamentos sacerdotales y la palma del martirio; el tercer cuartel, de oro, con los cuatro palos de gules de Aragón, y el cuarto, de plata, con un león rampante de su color natural, semipartido de gules con un castillo de oro. Como soporte, el águila bicéfala de la Casa de Austria.
Su iglesia parroquial dedicada a San Esteban, es una obra de estilo gótico tardío aragonés del siglo XVI. En el interior destaca la cubierta de la nave central con bóveda estrellada y la existencia de unas pinturas murales neoclásicas en unas pechinas que han sido compa5radas con obras de estilo de F.Bayeu o de A.R. Mengs. De quien fue discípulo Bayeu.
Dos estilos arquitectónicos comparten protagonismo en las calles de San Esteban, el renacentista y el barroco. Mismos materiales constructivos, piedra sillar de yeso en el cuerpo inferior, ladrillo en el alzado y teja árabe para la cubierta, pero distinta concepción de la decoración en la fachada. Más austero el barroco y más abierto el renacentista con sus miradores de la última planta. Algunas de las casas señoriales de San Esteban contaron con capillas privadas. Entre ellas se conservan la de la inmaculada, La Virgen de la Carrodilla y la de Santiago. El crucero de la plaza del mercado no se encuentra en su emplazamiento original ya que a comienzos del siglo XX se ubicaba en la desaparecida plaza de San Esteban.
Terminada mi visita parto hacia Azanuy, por la A-133.
En el kilómetro 14,32 cruzo el Río Sosa. Más adelante a mi derecha de la marcha diviso las formaciones rocosas del barranco Ponz, donde se encuentra el sendero “Rocas del Turmo y Alchups”.
En el Kilómetro 17,92, dejo por la derecha la carretera A-133 para dirigirme a Azanuy, al que llego con 18,76 kilómetros.
Pascual Madoz, en su diccionario histórico geográfico est6adístico (1845, 1850) al describir la localidad de Azanuy hace referencia a las aguas que beben los vecinos y en las que abrevan sus ganados.
“son de pozo de buena calidad y de las pluviales que recogen en los aljibes abiertos en las peñas de los montes”. Madoz aporta el dato de que esta agua de lluvia recogida en aljibes era utilizada no solo como agua de boca, cosa habitual en zonas de escasez de manantiales o de agua potable, sino también para regar campos. Las tierras de regadío del término municipal eran escasas por lo que “este beneficio se les dispensa a brazo, extrayendo el agua por medio de cañolas de los aljibes en que se recogen las de las lluvias, pues aunque también hay algunas fuentes en el término y un arroyo o barranco llamado Sosa, apenas se aprovechan sus aguas, y las del arroyo más bien sirven en sus fuertes avenidas para causar perjuicio a los campos inmediatos”
La iglesia parroquial de La Asunción de Azanuy es un templo barroco del siglo XVIII situado en la zona más elevada del núcleo urbano de Azanuy. La iglesia cuenta con una sencilla fachada construida en ladrillo cara vista sobre un zócalo de piedra sillar de arenisca, flanqueado su cuerpo central por dos pilastras o bandas de ladrillo y coronada por un frontón triangular en cuyo interior se abre un óculo de iluminación. La torre campanario se sitúa en la esquina occidental, no sobresale en planta y está formada por tres pisos. La primera planta tiene base cuadrada, el segundo cuerpo cuenta con esquinas achaflanadas y el último posee planta octogonal con deambulatorio y antepecho alternando en sus paños arcos de medio punto abiertos con otros tabicados.
Terminada mi visita prosigo ruta hacia Fonz.
En el Kilómetro 26,86 llego a Fonz.
El topónimo Fonz, viene del latín y significa “fuente”, recordando la abundancia de manantiales y fuentes existentes en el término municipal. La mayoría de éstas tienen su origen en la partida de Palau, siendo el emblema de la Villa un escudo en el que además de figurar una fuente (la fuente de los Seis caños) acompañado de una inscripción con los siguientes versos:
(“Fuente que fluyes sin fuente,
Origen de este manantial,
Apaga nuestra sed, con la fuente celestial”.)
Entro a esta localidad por el que fue hospital de Santa Ana, de los siglos XVII y XVIII, que fue propiedad de la familia Moner. La función principal del recinto fue la atención a enfermos pobres de la Villa y transeúntes. En 1626 se estableció la orden de San Pedro de Alcántara, franciscanos conocidos por su extrema austeridad y pobreza, y en 1640 fueron expulsados por el ejército francés. Los antiguos hospitales solían tener grandes salas separadas, para hombres y para mujeres, con un altar en la cabecera para recibir asistencia espiritual rápida y asistir a los oficios religiosos. Este hospital no conserva la estructura original al haber sido reconvertido en viviendas, pero mantiene todavía el espacio reservado a la capilla dedicada a Santa Ana.
A continuación llego a la Fuente de Abajo, situada junto a la calle dedicada a Pedro Cerbuna. Se construyó en el siglo XVIII, aunque el manantial interior y la bóveda construida a base de sillarejos de piedra caliza tienen una cronología más antigua que la que podemos situar en el siglo XVI. . La parte exterior de la fuente, está compuesta por unos caños por donde mana el agua coronados por un dintel de puerta o ventana reutilizada para este nuevo uso en forma de arco conopial, que por su estilo parece del siglo XV o inicios del XVI, un abrevadero y un lavadero todavía en uso, completan el conjunto.
Desde aquí debo subir unas calles en cuesta de aúpa, si quiero disfrutar de sus magnífico casco histórico, no me queda otra que, subir las dichosas cuestas.
Lo primero que me llama la atención es la Casa Moner, palacio renacentista del siglo XVI. Esta casa originaria de la Familia Bardaxí hasta el siglo XVIII, cuando entronca con la familia Moner (de Isona, Lérida), adoptando esta denominación. Fue la casa que reunió mayores posesiones en la villa y su hijo más ilustre fue Pedro Cerbuna del Negro, nació el 27 de febrero 1538 fundador de la Universidad de Zaragoza y que murió en Calatayud el 5 de marzo de 1597. Es el palacio de mayor envergadura de Fonz y fue construido con inmejorables materiales, sillar y ladrillo, al estilo renacentista aragonés. Destaca una galería de arcos de medio punto con 37 vanos y el soportal con bóveda de arista que comunica con la calle posterior. La casa tenía capilla propia dedicada a la Virgen del Carmen, conserva extensos jardines y albergó una imprenta denominada establecimiento literario, piadoso y tipográfico Cervuna, así como una academia de 2ª enseñanza y Derecho de nivel universitario.
En el escudo aparece una torre, símbolo de generosidad en el servicio al rey, la rosa como muestra de honor y constancia para enfrentarse a las desventuras que afecten al linaje y la luna, emblema de la victoria en los contratiempos y las calumnias. En la parte posterior del soportal podemos observar que todavía se conservan los huecos donde apoyaría el dintel de una antigua puerta con la que se cerraría el callizo.
Continúo subiendo y contemplo La Casa Monsoret , es la casa natal de la farmacéutica Irene Monsoret, nacida en 1912 y descubridora del mercurocromo o mercromina. El edificio ilustra el tipo de construcción y los materiales empleados en la arquitectura popular de la zona mampostería y granza (yeso poco refinado) en los muros, reservándose el sillar y el ladrillo para la fachada principal, madera y forja en ventanas y balcones, y teja árabe para la cubierta. En el interior el sótano bajo el nivel de la calle, se utiliza como bodega yn despensa, y asegura la cimentación de la casa. La planta baja, con puerta dovelada,, es el espacio destinado a zaguán almacenes y corrales. La planta superior está reservada a cocina, salas y dormitorios. El último piso o falsa es el lugar idóneo para la conservación y secado de alimentos y plantas medicinales.
Cuando termino la cuesta llego a la Plaza Mayor, donde otra fuente, llama la atención, del siglo XVI (1567). De estilo renacentista con columnas de fuste acanalado, capiteles corintios, friso con una inscripción en latín y frontón liso cerrando el conjunto fue tallado en piedra caliza y con seis caños en forma de cabezas humanas. Se restauró en 1987 y las seis máscaras se realizaron siguiendo el modelo original. En otro tiempo la fuente abastecía a toda la población, aunque el orden de prioridades estuvo marcado por la importancia de las familias. Había canalizaciones subterráneas que conducían directamente a Casa Ric Otal y Gómez de Alba y el sobrante para el resto del pueblo.
Detrás de la fuente de los seis caños y continuando la subida, se encuentra el magnífico palacio de los Gómez de Alba Ferrer, palacio renacentista del siglo XVI. Fue vivienda de la familia Gómez de Alba y, en 1737, se suma por enlace matrimonial el apellido Ferrer. A finales del siglo XIX fue convento, escuela de primaria en 1915, seminario en 1938, 1939, academia y taller de costura (1950 a 1960) y actualmente residencia de la tercera edad “San Blas”. Fue construido el sillar y ladrillo, destacan la puerta bajo arco de medio punto sobre el que se sitúa el blasón familiar, grandes rejas de forja que protegen los vanos y una hermosa galería corrida de arcos de medio punto, que proporciona gran luminosidad a las estancias del último piso. En una esquina se encuentra una garita de vigilancia, de cuerpo cilíndrico, construido en el siglo XVIII, con funciones defensivas y de vigilancia. Tiene troneras rectangulares para disparar.
Descendiendo a la plaza, a la derecha se encuentra La cruz, procede del calvario de la ermita de San José y es la única que se conserva completa.
Me dirijo a visitar la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción; edificio gótico renacentista. Se construyó en sólo 11 años y fue financiada por los vecinos de Fonz, pagando a los constructores mil escudos de oro, el quinceno de pan, vino y aceite durante 16 años, y los despojos de la obra. Las familias nobles sufragaron las capillas laterales, que se convirtieron en auténticos panteones familiares (el último enterramiento fue el de Pedro María Ric, en 1837). El templo estructura su espacio en una nave central y dos laterales (cubiertas con bóvedas estrelladas), coro a los pies y ábside poligonal. En el exterior se abre la portada clasicista bajo atrio y se eleva la torre adosada de tres pisos (base cuadrada, piso octogonal y cúpula) con curiosos garitones defensivos, saeteras y gárgolas de animales fantásticos. Muchas de las obras artísticas que atesoró la iglesia se perdieron durante la Guerra Civil, conservándose un retablo gótico dedicado a Santa Ana.
Frente a la iglesia se encuentra La Casa palacio renacentista del siglo XVI, Alfós , Serra , Carpi. En el siglo XVII esta casa pertenecía a una acaudalada familia de Fonz y se denominaba Casa Alfós. El edificio destaca por su gran portal dovelado, una hermosa galería de arcos de medio punto de rosca doble y el escudo conteniendo una sierra de carpintero, emblema del apellido Serra, y 6 estrellas de oro dispuestas alternas, en faja, tres, dos, una, que simbolizan constancia en el servicio al soberano y son armas del apellido Carpi. A mediados de siglo, la heredera casó con un miembro de la familia Serra, procedente de Monzón, y pasa a reflejarse este apellido en el escudo familiar. En el siglo XIX, el linaje queda sin descendencia directa y hereda la casa la familia Carpi de Tamarite de Litera, y como casa Carpi se la conoce hoy en Fonz. Perteneció al ayuntamiento, que la cedió en 1996 a la Asociación Freinet, cuyos fines son la prevención y el tratamiento del fracaso escolar. Habitantes como un Virrey Argentino y un arzobispo de Buenos Aires dieron lustre al linaje de la casa.
Por una preciosa calle con soportales a un lado me dirijo al ayuntamiento. Antigua morada de los Templarios, residencia de verano de los obispos de Lérida, dueños de la Villa desde el siglo XII, y ayuntamiento desde finales del siglo XVI. Alberga las dependencias municipales, consultorio médico, biblioteca, juzgado, salón de actos y galería de exposiciones. Su fachada es renacentista con peculiaridades aragonesas del uso del ladrillo como elemento de tradición mudéjar. La armonía en las proporciones, la utilización de elementos y ornamentación de tradición clásica y el equilibrado espacio entre los vanos enlazan estas construcciones con el modelo de palacio florentino del siglo XV. En Fonz, diversas familias nobles levantaron palacios durante el siglo XVI, al amparo de la influencia de los obispos de Lérida.
A continuación me dirijo a la Casa Palacio de Pedro María Ric y Monserrat (1776 a 1831), Barón de Valdeolivos-Carlan de Aguilar. Regente de la Real Audiencia de Aragón; presidente de la Junta Suprema de febrero de 1808; sostén de la ciudad de Zaragoza en momentos aciagos. Rector de la Universidad de Huesca. Fue residencia de los Barones de Valdeolivos desde que, en 1765 el rey Carlos III concediera el título a Pascual Antonio María Ric y Exea por sus posesiones y servicios a la Corona. El término Valdeolivos hace referencia a la actividad económica más importante de esta Casa: el olivar. Fue donada por los herederos a la Diputación General de Aragón en 1987 para ser habilitada como museo.
En la fachada de tres cuerpos destaca la puerta principal dovelada y la de la capilla (con hornacina para la imagen del santo titular, San Miguel Arcángel), el balcón central con el escudo familiar y la bella galería de arcos de medio punto rematada por alero de madera. En el interior, las salas de la vivienda tienen nombres sugerentes: sala de las conchas, oriental, de la música, de los retratos… y conservan muebles objetos artísticos y enseres de distintas épocas. Muchas mujeres de la casa ocuparon los cargos de abadesas y prioras en distintos conventos como el de Sijena. En un óleo de Manuel Bayeu aparecen Francisca Ric Pueyo y Ana Micaela Ric Monserrat.
Como cito anteriormente este palacio de Valdeolivos fue donado a la Diputación General de Aragón; una vez terminada su restauración ha sido destinada como espacio para la investigación que contiene documentos desde 1241 hasta el siglo XX, más de 8.500 fichas de heráldica y 4000 volúmenes de la biblioteca familiar. Entre sus joyas cuenta con un ejemplar de Actas de las Cortes de Aragonesas del siglo XVI o la relación del viaje de Carlos II a Aragón para jurar sus Fueros. Se conservan más de 300 reproducciones de sellos de los que se utilizaban para autorizar documentos públicos y privados (sigilografía), estudiados y realizados por el VI barón. Además la Ejecutoria de nobleza de este archivo, alberga alrededor de 150 ejecutorias de otras familias, adquiridas por el VI barón a lo largo de su vida, y que son los despachos emitidos por algún tribunal del reino para certificar la calidad de nobleza de los solicitantes.
Francisco Otal y Valonga (1876-1954) ,VI Barón de Valdeolivos, fue un estudioso de la Heráldica, la genealogía y sigilografía. Fue junto con el II barón, Miguel Esteban Ric, artífice de la conservación y aumento de los fondos documentales que se encuentran en el archivo.
Terminada mi visita inicio el regreso, saliendo de Fonz con 27,90 kilómetros.
En el Kilómetro 50,58, estoy de regreso en Binéfar.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y: