Ruta 0157 por el Maestrazgo. - Mas de las Matas, Agua viva, Castellote, Abenfigo, Mas de las Matas.
El 27 de enero de 2018 llevo un total de 14.642 kilómetros.
La ruta de hoy comienza y termina en Mas de las Matas, sus datos los expongo en la ruta 0156
Desde Mas de las Matas la carretera discurre en suave pendiente hasta Aguaviva.
En el kilómetro 4,45, llego a Aguaviva, dirigiéndome directamente a la ermita de Santa Bárbara. Debo decir que se hizo una reforma atroz en ella. En su lado derecho se adosó una escalera horrorosa y una puerta metálica, que es un delito urbanístico. Horrible, una aberración arquitectónica, de verdad. No entro en su casco urbano, el tiempo apremia y hago unas fotografías del pueblo desde las inmediaciones de la ermita. Aún así no está de más una breve reseña.
Aguaviva, sitúa su caserío en la depresión de Mas de las Matas, los ríos Guadalope y Bergantes discurren por sus tierras, en cuyas aguas seguramente se sitúe el origen del nombre de la villa. Su emplazamiento actual se debe a la reconquista cristiana de Alfonso II en el siglo XII. Como consecuencia de ello, Aguaviva pasará a depender de la Encomienda de Castellote, primero bajo el control de la Orden del Santo Redentor, seguida de la Orden del Temple y finalmente de la orden sanjuanista. En el siglo XVII Aguaviva se independiza de La Ginebrosa, de la que era barrio, y posteriormente pasa a formar parte del Corregimiento de Alcañiz.
Continúo ruta hacia Las Parras de Castellote, por la carretera TE-V-8301, que forma parte del Camino de Santiago, la carretera estrecha y con firme en mal estado, enseguida aparecen las primeras costeras, y subir la cuesta de las parras se las trae. Para mi consuelo las vistas son maravillosas y el paisaje precioso. El tramo de Aguaviva a las Parras de Castellote de la TE-8301 es conocido por su trazada estrecha y peligrosa, con un barranco en uno de los laterales durante la mayor parte del recorrido (con su correspondiente guardarraíl). Durante el 2017 se ha efectuado unas obras de mejora de visibilidad y trazada mediante una mínima, pero apreciable ampliación de la anchura en los tramos de curvas más peligrosos, pero sin reasfaltado. Las condiciones del trazado de casi 10 km son casi ideales para pruebas de velocidad cronometradas, por lo que se han realizado varias competiciones de motor entre ambas localidades.
En el kilómetro 10, la carretera me da un descanso, siendo el trazado sinuoso, pero casi horizontal.
En el kilómetro 11,30, desde la carretera, a mi derecha veo la ermita de La Malena.
En el kilómetro 12, me desvío a la ermita de la Malena, a la que llego en el kilómetro 12,49.
El entorno de esta ermita ha sido acondicionado con un gusto horroroso y hortera. Parece que llegas a un rancho del viejo oeste. No se a que mente privilegiada se le ocurrió poner una puerta de hierro parecida a OKEY Corral. En fin, visto lo visto en la ermita de Aguaviva, pienso que debe ser el mismo diseñador, por llamarlo algo. Una baldosa de cerámica nos recuerda que está consagrada a Santa María Magdalena, que es del siglo XVII y su edificio anejo es del siglo XIX, y restaurada en el año 2009. Esta construida en mampostería y piedra sillar en elementos concretos. Cubierta con teja árabe.
Está
construida mayoritariamente en mampostería. La piedra sillar se aplica en zonas
concretas: esquinas, arcos de acceso, vanos, contrafuertes, etcétera. La
cubierta a dos aguas se cubre con la tradicional teja árabe.
El conjunto de la construcción es el resultado de dos edificaciones adosadas: la
ermita propiamente dicha (realizada en el siglo XVII) y la casa del ermitaño. La
segunda es de una altura menor y está unida al testero recto de la ermita;
parece ser que se construyó en el siglo XIX y que en su arco de acceso una
inscripción aludía al año 1852. Hoy no puede leerse esta fecha. Sí que se
conservan a ambos lados de esta puerta grabados en forma de cruz.
A los dos espacios se accede por medio de un gran vano definido por arco de
medio con dovelas de un tamaño considerable. Una pequeña espadaña moderna se
superpone a la sencilla portada de la ermita delimitada por dos gruesos
contrafuertes. En esa zona, la prolongación del tejado más estos dos
contrafuertes laterales crean un porche poco profundo.
La ermita es de planta rectangular y de una sola nave. Su interior muestra una
gran sencillez y el encanto que le proporciona fundamentalmente su cubierta de
madera, de doble vertiente y soportada por grandes arcos diafragmas apuntados.
El presbiterio está presidido por la imagen de la titular (con la característica
calavera a sus pies) enmarcada por una hornacina pintada.
A esta ermita se acude en romería (en procesión desde la población) el primer
sábado de mayo. La zona de recreo realizada recientemente en los alrededores de
la edificación invita a disfrutar de una jornada festiva. Una balsa próxima,
cercada con una sencilla valla de madera, completa este agradable conjunto.
En el kilómetro 13 estoy de nuevo en la carretera rumbo a Las Parras de Castellote, y aquí comienza de nuevo a ascender.
En el kilómetro 13,59 termina el ascenso, en el paraje llamado El Collado, encontrándome en este punto a una altitud de 772 metros.
En el kilómetro 15,80, llego a las Parras de Castellote.
Las
Parras de Castellote, pertenece a la comarca del Bajo Aragón, situada a una
altitud de 697 metros, entre los ríos Guadalope y Bergantes, a 46 kilómetros de
Alcañiz. El término municipal comprende las poblaciones de Las Parras de
Castellote y Jaganta. Su topónimo alude a la vinculación con Castellote y a la
presencia de parras o plantas sarmentosas en su término.
En 1996 tenía una población de 109 habitantes.
Los yacimientos
arqueológicos encontrados en la zona evidencian la presencia de pobladores desde
la primera Edad del Hierro, en el Cabezo de los Canales, y sobre todo de época
ibérica, en el Pilón de San Pablo y en el Casejo del Tío Anico.
Como ocurre con el resto de localidades de la zona, las Parras de Castellote forma parte de los territorios reconquistados por Alfonso II en el siglo XII, que serán administrados por la orden del Temple y posteriormente por la orden sanjuanista, dentro de la encomienda de Castellote. En 1612 se inicia el proceso de autonomía de Castellote y a partir de 1711 se integra en el corregimiento de Alcañiz, hasta 1833 con la división provincial.
Lo primero que me maravilla es el portal de San Antón, que debió formar parte del recinto amurallado. De estilo barroco, está rematado con capilla abierta a modo de templete, que alberga la imagen del santo. Este portal es la entrada a la calle San Antón y la calle Mayor que albergan bellos edificios y nobles construcciones de arcos adovelados, que todavía conservan en sus fachadas inscripciones que nos remontan a los siglos XVII y XVIII. Un ejemplo es la Casa Escuder, con arquería superior y alero volado de madera, o la Casa Consistorial, con lonja de sillería en el piso inferior definida por arcos de medio punto sostenidos por columnas.
La iglesia parroquial de San Nicolás de Bari,es del siglo XVII y realizada en mampostería . De planta rectangular, testero recto y una sola nave, presenta capillas laterales, y se cubre con bóveda de cañón con lunetos. Muy interesante es la decoración en estuco de estilo manierista que embellece sus bóvedas y el intradós de los arcos. A los pies, integrada en la fachada, y situada en el lado del Evangelio, junto a la entrada, se alza la torre campanario de planta cuadrada y remate piramidal. Por supuesto la iglesia no pude visitarla, porque como siempre estaba cerrada a cal y canto.
Aún así Las Parras de Castellote es una Joyica, de la que disfruté como una vaca en un prao. Es una Joyica. Es el caso del puente en arco de sillería situado en las cercanías de la iglesia, desde donde me dirigí a la noria a sangre recientemente restaurada. Este macizo y compacto torreón de planta circular, de 8 metros de diámetro y 7 metros de altura construida con mampuesto mediante la técnica de la piedra seca, alberga una antigua noria de sangre de época decimonónica. En su interior, al que se accede desde el barranco por un estrecho pasillo que atraviesa el recio muro de piedra, se abre una larga y profunda abertura central, sostenida por dos arcos paralelos de sillares, en la que se ha recuperado una cinta continua de cangilones metálicos.
Esta cinta era accionada desde la plataforma superior del edificio por una caballería que movía el mecanismo de ruedas y engranajes metálicos que permitía el funcionamiento del sistema de extracción y elevación de aguas que, posteriormente habían de servir para el riego de los huertos colindantes. El agua procedía del manantial de la Fuente de Arriba y se introducía dentro de la noria desde el barranco por un pequeño canalillo de derivación.
Terminada la visita a esta maravilla de la ingeniería hidráulica me dirijo a la cercana fuente y lavaderos.
El antiguo molino harinero, ha sido rehabilitado como hogar de la tercera edad, donde me tomo una magnífica magdalena con chocolate y me repongo del frío.
Terminada la visita prosigo ruta hacia Jaganta. Lo sorprendente es que desde Castellote la carretera es de nueva construcción, nada que ver con la que hay desde Aguaviva a Las Parras. Los Mapas del Servicio Geográfico Nacional deberían actualizarse. Nada que ver con lo que aparece en los mapas o en vista satélite. El tramo que une el núcleo principal con Jaganta, de 2 km, fue modernizado y arreglado durante el 2008
En el kilómetro 18,83, me desvío a Jaganta.
En el kilómetro 19,30, llego a Jaganta.
Jaganta, localidad de la comarca del Bajo Aragón y barrio de la cercana villa de Las Parras de Castellote. Se sitúa en la cabecera del Barranco de Las Parras, cuyas aguas van a parar al río Guadalope. Lo primero que me llama la atención es su plaza de toros. Aquí durante las fiestas de agosto se sueltan vaquillas y en alguna ocasión, se ensoga alguna vaquilla, para después conducirla por las calles.
Hasta el siglo XVIII recibió el nombre de Saganta, topónimo que posiblemente tenga origen indoeuropeo. Se divide en dos núcleos, unidos por una calle central que cruza todo el pueblo, siendo la ruta obligada de paso hasta la construcción del desvío por la carretera. Debo reconocer que Jaganta me sorprendió gratamente, disfruté recorriendo sus calles y rincones, es un pueblo muy bonito. Entre los edificios más interesantes se encuentran su antigua almazara y la iglesia de San Felipe y Santiago. La almazara de Jaganta, construida en el siglo XVII y restaurada en 1995, se conserva en perfecto estado y ejemplifica a la perfección el proceso preindustrial de la molturación de la oliva, con el fin de obtener el tan apreciado aceite de oliva del Bajo Aragón. Se trata de un sencillo edificio de tapial, con dos vanos de acceso y techumbre a una vertiente sobre estructura de madera, y cubrición de cañizo y teja de tipo árabe. Destaca en altura el torreón de planta cuadrada que alberga el mecanismo de la prensa. Junto a la entrada se ubica la fuente, con su balsa, que cubría las necesidades del molino.
A interior la almazara conserva la maquinaria tradicional. El ruello de piedra con el que se machacaban las olivas se accionaba a sangre, un animal de carga giraba para accionar el mecanismo y obtener la pasta de oliva, que pasaba a la gran prensa de libra, compuesta por una enorme viga que consta de seis maderos unidos por piezas metálicas. Ésta actuaba a modo de gran palanca, accionada por un contrapeso o enorme piedra de unos 3000 kilos. Una vez prensada la pasta de oliva, se echaba agua caliente a los pies de la prensa, para que el aceite discurriese fácilmente por las canaletas hasta las pilas, donde ambos líquidos se separaban por decantación.
El otro gran edificio de Jaganta es su iglesia, dedicada a San Felipe y Santiago. Construida en el siglo XVIII en estilo barroco, sobre su portada puede leerse la fecha 1742. Edificada en piedra sillar, presenta rasgos de un elegante estilo barroco, en el que destaca su bella portada, a modo de templete flanqueado por estilizadas guirnaldas vegetales.
Por su parte, llama la atención la lonja de doble arco que se alza junto a la iglesia, construida en 1866, o la Fuente de los cipreses. Finalmente, y ya fuera de la población, camino a las Parras de Castellote, se sitúa la ermita de San Pedro Mártir. Los cipreses embellecen el entorno de esta edificación, enlucida y pintada en blanco. Construida en 1795, en estilo barroco, presenta planta centralizada y porche o atrio de acceso, definido por arco rebajado. Terminada la visita continúo ruta hacia el Pantano de Santolea.
En el kilómetro 19,97, estoy de nuevo en la carretera a Castellote.
En el kilómetro 20,57, la carretera inicia un fuerte descenso del 11%
El tramo entre Jaganta y Castellote está en muy buen estado, con dos carriles perfectamente separados y señalizados pero con numerosas curvas.
En el kilómetro 22, paso por mina de arcillas a cielo abierto.
En el kilómetro 22,32 termino de ascender.
En el kilómetro 26, conecto con la Carretera A-226, por mi izquierda se dirige a Cantavieja y el Embalse de Santolea. Y por la derecha a Castellote y Calanda. Me dirijo al cercano embalse de Santolea.
En el kilómetro 26,55, llego al muro de la presa del embalse de Santolea. Su construcción data del año 1932. Embalsa las aguas del río Guadalope en el término municipal de Castellote (T.). Cuenta con una superficie de embalse de 338 Ha. y un volumen de embalse de 40 Hm.3. Es de propiedad estatal y se destina fundamentalmente al regadío.
Terminada la visita continúo hacia Castellote. ¡Menuda cuesta me espera!
En el kilómetro 30,22 llego a Castellote.
El término municipal de Castellote (formado por las localidades de Abenfigo, Los Alagones, La Algecira, El Crespol, Cuevas de Cañart, Dos Torres de Mercader, Ladruñán, Luco de Bordón y Las Planas de Castellote) se sitúa en el tercio oriental de la provincia de Teruel, siendo el municipio más septentrional de la comarca del Maestrazgo. Sus límites administrativos son los municipios de Berge, Seno, Alcorisa y Mas de las Matas, al Norte; Aguaviva, Las Parras de Castellote y la Comunidad Valenciana al Este; Bordón y Villarluengo al Sur y, por último, Molinos y Ejulve al Oeste.
El pueblo está situado a una altitud de 774 m por encima del nivel del mar. La principal vía de acceso a Castellote es la carretera autonómica A-226, que conecta la localidad con el Bajo Aragón y con el Alto Maestrazgo. Otro acceso es la carretera local TE-39, que conecta con Molinos y Teruel.
Aunque la primera mención a la villa de Castellote aparece fechada en 1158 en referencia a su inclusión en los límites del obispado de Zaragoza, puede afirmarse que es a partir de su reconquista por parte de Alfonso I, hacia 1175, cuando comienza la historia documentada de esta localidad. A la muerte del rey volvió a ser tomada por los árabes, y recobrada por Alfonso II entre 1168 y 1169. A partir de este momento perteneció sucesivamente a los señores de Belchite, a la propia Corona (1180) y a la orden del Santo Redentor, para ser incorporada finalmente a la orden del Temple (1196). Al declararse por decreto Papal la extinción de la orden, las tropas de Jaime II tomaron la población, convirtiéndose a partir de entonces en una encomienda sanjuanista.
Administrativamente Castellote ha pertenecido, de forma sucesiva, a la sobrecullida de Alcañiz (1446-1495), a la vereda de Alcañiz (1646) y al corregimiento de Alcañiz (1711-1833). En 1834 se constituye como Ayuntamiento, actuando como cabeza de su propio partido judicial.
El Castillo de Castellote se localiza de forma estratégica sobre un abrupto escarpe rocoso que domina el conjunto de la población. .Es conquistado por el Rey de Aragón Alfonso I el Batallador , que lo otorgó a Español de Castellot, volverá a caer en manos musulmanas en el año 1134. Recobrado de nuevo por El rey de Aragón Alonso II, lo integró en una “marca” fronteriza, bajo el mando del Señor de Belchite. En 1180, tras largos litigios, Español de castellot conseguirá el dominio de la fortaleza, cediendo sus derechos al rey. Este lo donará , en 1188, a la Orden del santo redentor, siendo posteriormente incorporada a la Orden del Temple en 1196. Durante algo más de un siglo estará regido por los templarios, siendo cabeza de una extensa bailía. En 1282 se le otorgará carta de población de forma conjunta con Cuevas de Cañart. Será uno de los emplazamientos que se resistan a acatar la disolución de la Orden del Temple; tras un largo asedio de las tropas reales, se tendrá que rendir en 1308, pasando a ser bailía de la Orden de San Juan en el año 1317. En 1462 volverá a ser escenario de nuevos conflictos, siendo ocupado por partidarios del príncipe de Viana.
Durante la Baja Edad media, Castellote tendrá una pequeña judería, de escasos recursos, compuesta por quince casas.
Nuevamente adquirirá protagonismo durante las Guerras carlistas. Desde esta posición Nogueras rechazó al carlista Miralles “ el Serrador” y su partida de 600 hombres , (1835). Visitada por el pretendiente a la Corona, será ampliada y modernizada por el general Cabrera en 1837. Tras una enconada y sangrienta defensa (en la que no faltaron bajas por congelación), será conquistado por el general Espartero en 140, que volará la torre principal del castillo.
Queda pues demostrada la importancia desde su construcción, que el emplazamiento de la fortaleza haya sido objeto de disputa en todas las guerras que han tenido como escenario de batalla el Maestrazgo, desde la Reconquista hasta las Guerras Carlistas. Pese a la importancia que tuvo en el pasado, tan solo conservan restos de la sala capitular, la torre del homenaje –de casi 12 metros de ancho-, algunos aljibes y unos pocos tramos de sus muros originales. La topografía del terreno provoca que su planta sea irregular, contando en origen con cuatro recintos amurallados y un puente levadizo, lo que da idea de la entidad de la fortaleza, que se estima pudo alcanzar los 130 metros en su eje mayor y una anchura que en el punto máximo rondaba los 50.
Subiendo hacia la iglesia, paro ante el magnífico abrevadero, llamado comúnmente el “cañón”. Esta edificación presenta una interesante decoración escultórica medieval apodada “la dama de la sargantana”. Situada junto al ayuntamiento está formada por un pórtico que apoya en los restos de la antigua muralla. En uno de sus muros tiene empotradas varias tallas con forma de cabeza humana y una imagen orante. No se sabe si dichas piezas escultóricas fueron reutilizadas de otra construcción anterior.
Junto al abrevadero, se encuentra Lonja del Ayuntamiento. El edificio del Ayuntamiento de origen gótico está situado sobre una lonja de arquerías de sillería dentro del recinto amurallado de la población. La fachada en arco de medio punto construido en ladrillo con dos ventanas adinteladas en el piso superior se construiría posteriormente. El terreno en cuesta de la población y las calles estrechas obligan a una especial configuración del espacio que convierte a este ayuntamiento en un caso aislado dentro de los ayuntamientos de la comarca del Maestrazgo
Desde aquí me dirijo a la Plaza de la Iglesia. Se encuentra presidida por La Iglesia Parroquial de San Miguel, edificio gótico del siglo XV, que sufrió dos destrucciones en 1835 y 1936, y las subsiguientes restauraciones que han desvirtuado considerablemente su interior. Aún se conservan huellas de la existencia de un coro elevado a los pies; ni la disposición de las capillas y la techumbre, reflejan fielmente las originales. También se han perdido parte del repertorio escultóric9o de la portada de los pies, si bien aún conservan varios doseles de decoración vegetal, así como las figuras de Adán y Eva, varios ángeles, frailes, dragones alados, etc. Sobre la portada se conserva el rosetón, que quedó tapado tras la restauración del siglo XIX, lo que le salvó de la destrucción de 1936 . Si atravesamos el curioso contrafuerte perforado podremos podremos observar la portada sur, igualmente interesante. La base de la cabecera del templo, y el restante desarrollo del mismo se hizo en sillería gótica. El resto de la cabecera fue realizado en ladrillo, lo que indica la existencia de varias fases constructivas. Un último detalle a señalar, que pasa desapercibido para la mayor parte de los visitantes, es la imagen de del Apóstol Santiago, esculpida en un enclave gótico, perteneciente a una bóveda de crucería, reutilizada en la fachada de los pies del templo.
Ermita del agua. Ermita urbana, localizada en una céntrica plaza de la localidad, se trata de un templo construido en el siglo XVII, de planta irregular, como consecuencia de que el templo original fue ampliado una vez iniciada su construcción. Cuenta con dos naves de un solo tramo cubiertas por bóvedas de arista, más un crucero revestido por cúpula sobre pechinas. Del exterior destaca su portada -enmarcada por dos columnas torsas, y la torre, situada en la cabecera.
Torreón templario Desde este torreón se podían controlar las avanzadillas de musulmanes que llegaban por el río Guadalope. Es un edificio muy interesante porque mantiene muchos componentes arquitectónicos que caracterizan ambas funciones (apoyo a la defensa del castillo y más recientemente, cárcel) El edificio fue rehabilitado e inaugurado en el año 2007 y ahora alberga un centro de interpretación de la Orden del Temple que nos sumerge en el pasado histórico de la villa templaria de Castellote. En el Torreón encontraremos una musealización amena y ágil que nos ayudará a entender la importancia de la Orden del Temple y de su legado hasta nuestros días.
En la parte alta de la localidad, en la calle de la Fuente se sitúa el lavadero, probablemente de origen medieval y rehabilitado recientemente, donde todavía se puede ver gente llevando sus ropas a lavar. El recinto cuenta con una fuente bajo arco de medio punto construido con piedra sillar, de la que mana abundante agua.
Acueducto de Las Lomas. Puente del Gigante Conocido en Castellote popularmente como “Puente del Gigante”, “Puerta del Gigante” o “Acueducto de las Lomas”, este acueducto sirvió para canalizar las aguas que abastecían la Villa. Desde el castillo se divisan los once arcos de mampostería que se utilizan para salvar el tramo de mayor desnivel. Diez de los tramos se apoyan sobre pilastras adosadas a una pared rocosa prácticamente vertical. El último arco, al cual llaman el “Puente del Gigante”, forma un puente en el aire con una altura de 14 metros que fue restaurado en el siglo XIX según la fecha que aparece en el sillar central. El Gobierno de Aragón en el año 2010 acometió una reforma integral de dicha construcción. Los arcos se apoyan sobre pilares de diferente altura obligados a adaptarse a un terreno bastante irregular.
Ermita de San Macario Es una construcción del siglo XVIII (1718) de una sola nave de un tramo y crucero cubierto con cúpula que apoya en cuatro columnas exentas. Destaca el atrio en la fachada delantera abierto a la calle a través de arcos de medio punto sobre columnas, de los cuales el central tiene mayor altura. En torno al 23 de enero se celebra en Castellote la fiesta de San Macario encendiendo una hoguera la víspera en la plaza del Caballón. Se asa carne y se bebe vino amenizando el rato con la música de los dulzaineros. Los mayorales de San Macario se encargarán de repartir mistela, magdalenas y pan bendito, entre los vecinos, en la puerta de la ermita al acabar la misa.
Casa Gordiano Es un edificio de grandes dimensiones construido en el siglo XVI. Su fachada típica del renacimiento aragonés se compone de una portada adovelada en arco de medio punto con un piso superior de vanos adintelados y la típica galería aragonesa bajo un doble alero de madera. Sin embargo, la planta baja y el primer piso han sido muy transformados. Es una fachada encalada, lo que nos acerca bastante a su aspecto original.
Casa de los Plana La casa Plana (o de los Plana) fue construida en el siglo XVI como las colindantes y fue reformada siglos después constituyendo es un buen ejemplo de arquitectura civil en el medio rural del XIX. Es un grandioso edificio de tres plantas con portada adintelada y amplios balcones. El ático se abre al exterior a través de una serie de vanos rectangulares. La fachada está decorada con coloridos estucos bajo un alero de madera.
Casa de las Pepetas Del interior de la casa de las Pepetas destaca una monumental escalera cubierta con una cúpula decorada con símbolos de las cuatro estaciones. Antiguamente ésta era la casa Plana y aún conserva el escudo familiar en el interior.
Casa de Don José Al igual que la Casa de las Pepetas que se sitúa frente a la fachada principal, la casa de Don José fue profundamente reformada a principios del XIX en estilo neoclásico. También, como en Casa Plana tiene una escalera monumental, cubierta con cúpula decorada con figuras bíblicas y simbólicas. El edificio es de tres plantas. En la tercera unos vanos con forma de óculos sustituyen a la típica galería de los palacios aragoneses. Las dos fachadas de la casa abren sus portadas en arco de medio punto y decoran los amplios balcones con rejería perteneciente a la reforma del XIX. Estos balcones se sostienen sobre unas molduras muy salientes adoptando en uno de ellos una graciosa forma circular. Finalmente en la esquina podemos ver un reloj de sol todavía en uso.
En el kilómetro 30,98 me llevo la sorpresa de que para salir de Castellote en dirección a Mas de las Matas , debo cruzar un túnel de 310 metros de longitud.
Cuando termino de atravesarlo, lo que veo es espectacular, un paisaje impresionante. La ermita del Llovedor, edificio situado en un impresionante paraje, a la izquierda de la carretera de Castellote a Mas de las Matas, bajo un farallón rocoso. Tanto por su arquitectura como por el bello paraje en el que se enclava, la visita a la ermita del Llovedor resulta más que recomendable. Situada en la cara norte de la misma pared rocosa en la que se asienta el castillo, es una obra del siglo XVIII, de nave única cubierta por techo plano. Tanto el presbiterio como la sacristía aprovechan una hendidura de la roca para adentrarse ligeramente en el seno de la montaña. Esta ermita es el centro de unas curiosas romerías que transcurren el 1 de mayo y lunes de Pentecostés, con procesiones separadas para hombres y mujeres, visita “al Pocico de san Juan”, al cementerio, al Calvario, baile de las banderas y procesión de antorchas.
En el kilómetro 35,56, paso por Abenfiga, al que no entro, por la premura de la luz del día..
En Abenfigo, pueblo de pasado islámico situado a 527 metros de altitud sobre el nivel del mar, junto a la carretera A-226 a unos cinco kilómetros de Castellote, atesora un conjunto de calles bien cuidadas, limpias, tranquilas y decoradas con infinidad de macetas y plantas.
Destacan varios edificios como son La Iglesia Parroquial de San Julián datada en 1546, recientemente restaurada. Las dos campanas de la torre datan de 1949 y están dedicadas a San Julián y al Sagrado Corazón de Jesús. En su interior se hallan tallas de la Virgen del Pilar, la Purísima y San José, aunque el altar mayor está coronado por San Julián anacoreta y mártir. Al lado de la iglesia se encuentra la antigua escuela y trinquete.
Continuando hacia la calle baja, nos encontramos con unas magníficas vistas del azud y de las huertas bañadas por el río Guadalope. Desde la plaza se pueden ver los pilones del calvario asentados sobre un monte cercano. Este calvario fue construido por los vecinos de Abenfigo a mediados del siglo XX, de modo que cada estación (que escenifica una escena de La Pasión de Cristo) fue sufragada por una familia de la localidad. Se celebra la procesión al calvario el Viernes Santo.
Otro de los atractivos de la localidad es el yacimiento paleontológico de icnitas (huellas) de dinosaurio situado en sus alrededores más próximos, declarado recientemente Bien de Interés Cultural.
Destacan como celebraciones tradicionales la de San Antonio Abad en el mes de enero, en el que se enciende la hoguera en la plaza, alrededor de la cual los vecinos asan chorizos, longanizas, morcillas y carne, se recita la “mojiganga” por alguien del pueblo, en la que se cuentan los chascarrillos y comentarios jocosos que han acontecido a los vecinos de Abenfigo a lo largo del año. Los jóvenes del pueblo recorren las calles provistos de un carretillo en el que llevan “farinetas” y las tiran a todos aquellos que encuentran a su paso haciéndoles correr. El domingo se celebra procesión en honor del Santo y a continuación tiene lugar la Misa Mayor. Al finalizar tiene lugar una tradicional subasta de productos, frutas y dulces.
El primer domingo de agosto tiene lugar la festividad en honor a San Roque. Durante todo el fin de semana se organizan diversas actividades como desfile de carrozas con reparto de bocadillos para los asistentes, baile por las noches, el domingo se celebra Misa Mayor y el lunes los vecinos disfrutan de una comida de hermandad.
En Abenfigo existía una tradicional caza de la perdiz en la modalidad llamada “Esbarra” en la cual se espantaban las perdices por los montes, haciendo ruido y corriendo tras ellas hasta que conseguían encaminarlas hacia una hondonada detrás del calvario donde, cansadas, eran cogidas con las manos. Después en el horno del pueblo las perdices se guisaban y tenía lugar la merienda.
Abenfigo en la actualidad se ha convertido en un coqueto pueblo ideal para aprender o perfeccionar inglés gracias a la llegada de una familia británica que organiza cursos y campamentos de verano en inglés en la localidad para grupos infantiles y juveniles.
En el kilómetro 40,37, estoy de nuevo en Castellote.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y:
http://visitbajoaragon.com/es/municipios/aguaviva
http://www.castellote.es/ayuntamiento
Catálogo Fundación Quillez Llisterri:
Bibliografía y fuentes documentales: BENITO MARTÍN, Félix, Inventario arquitectónico: Teruel,
Zaragoza, Departamento de Cultura y Educación de la Diputación General de
Aragón, 1991.
- VV.AA., De la Tierra Baja al Bajo Aragón, [Alcañiz], Comarca del Bajo Aragón,
2006. Autoría: TEXTO de Teresa Thomson.