Ruta 1108 .-Por la Litera, de Albelda al Pantano de Santa
Ruta 1108 .-Por la Litera, de Albelda al Pantano de Santa
Ruta 1108.- Por la Litera. Albelda, Pantano de Santa Ana.
El 22 de octubre llevo un total de 8398 kilómetros.
La puesta en marcha del canal de Aragón y Cataluña el 10 de mayo de 1909, produjo un cambio fundamental en las labores agrícolas de la comarca de Albelda, pues hasta entonces sus cultivos eran esencialmente de secano. Los diez kilómetros de su construcción, que contemplaba el ajardinamiento de sus márgenes, permitió desde entonces, además del puramente funcional, el uso recreativo de un espacio ahora recorrido por este Camino Natural. El inicio de la ruta se sitúa a la entrada del sifón, en los límites del término municipal de Albelda, donde un panel informativo relata los detalles de esta importante construcción. Un paseo de acacias (Acacia sp.) conduce al Centro de Interpretación del entorno, donde se proyecta instalar el Museo del Agua y continúa hasta un acceso a la carretera A-140, para llegar, un poco más adelante, a otra pista asfaltada que entra en la población.
En este punto, el viajero cuenta con uno de los aparcamientos de la ruta, así como con un área con bancos, mesas y un nuevo panel interpretativo del Camino Natural. El trayecto continúa hasta un mirador desde donde se contemplan los silos cerealistas de Escombrius, unas excavaciones medievales en la blanda piedra arenisca de la zona que pueden alcanzar hasta cuatro metros de profundidad.
Prosiguiendo por un tramo compartido con vehículos, la ruta alcanza el sifón a la altura de uno de sus puentes. Cruzándolo, se podría llegar hasta los aljibes de Figureta y de Sants, aunque el Camino continúa hacia Coll de Foix. Este tramo del itinerario discurre paralelo al camino de servicio del canal de Aragón-Cataluña por lo que, al atravesar esta zona de regadío, se van encontrando multitud de tomas de agua, compuertas, bombas y una gran balsa.
Tras este paso y durante unos metros, el sendero discurre rodeado de ailantos (Ailanthus altissima) hasta llegar a uno de los puentes que facilita el paso al otro lado del canal. La ruta supera un cruce con una carretera, donde se debe extremar la atención, para alejarse temporalmente de la conducción de agua ,alcanzando una intersección desde donde es posible acercarse a los aljibes de Pedrezuela, aunque el itinerario continúa recto por un paisaje típicamente mediterráneo en el que predominan las encinas (Quercus ilex).
Una particularidad de este tramo son las extrañas formas que las colinas adquieren como consecuencia de sus suelos ricos en yeso, que condicionan la flora y fauna existentes.
Tras el siguiente puente con el que tropieza la ruta, los bloques de arenisca, esculpidos por el viento, dibujan el horizonte. La senda se distancia brevemente del canal, hasta volver a incorporarse en su margen derecho junto a una de las múltiples bocas de riego que alivian la sed a los campos de la zona.
El Camino Natural sigue de frente hasta sobrepasar uno de los puentes del sifón, y llegar a una pista que conduce a un área recreativa rodeada de frutales, acondicionada con aparcamientos para vehículos y bicicletas, así como columpios, bancos y una zona habilitada para la práctica de deportes.
Seguidamente la ruta alcanza la carretera A-140, que se salva pasando bajo ella. Desde este punto la vía transita encajonada entre la conducción de agua y la carretera. Tras rebasar dos puentes, el Camino salva una pequeña vaguada por una pasarela de madera y alcanza, a escasos 300 metros, un mirador que domina el valle, en una nueva zona de descanso acondicionada con mesas, bancos y aparcamiento para bicicletas. Tras recuperar fuerzas se inicia bajo una chopera el último tramo del Camino, hasta encontrar en el kilómetro 10 del recorrido otro mirador sobre Coll de Foix.
El punto final de la ruta del camino natural se localiza junto a la estación del sifón, en el extremo del término municipal de Albelda, donde un panel interpretativo informa al viajero sobre las particularidades del entorno.
La ruta de hoy comienza en la localidad Oscense de Albelda.
Tiene una población de 920 habitantes ,y sitúa su caserío a 361 metros de altitud. Su origen hay que situarlo en época de dominio islámico en la que el castillo de Albelda tuvo una cierta importancia junto a los otros castillos del sur de la comarca, formarían una última línea defensiva en contacto con la tierra llana.
Su nombre deriva del árabe al-balda que significa la población, el lugar. Al pie de la fortificación que dominaba esta parte de la comarca fueron asentándose las casas de sus habitantes, llegando hasta la rambla. Esta rambla era el antiguo torrente que recogía las aguas pluviales de los barrancos o comas que nacen en los Gesses, al norte de la población. La rambla era el límite oriental de Albelda hasta los siglos XIV y XV de la que lo separaba un muro con cinco portales de acceso al interior de la población. La calle mayor era el eje de la vida cotidiana y al final de ella se encontraba la primitiva iglesia románica dedicada a su patrón San Vicente con el cementerio anexo, hoy plaza próxima al portalet de Tellería.
A finales del siglo XVI el incremento de la población de Albelda hizo que se tuviera que edificar en la otra margen del barranco y así la Colegiata ya se construyó extramuros, llegándose a ella a través de un puente que estaba delante del portal de la iglesia y frente a la cual había una vieja cruz de término. Al rededor de la Colegiata crecieron otras edificaciones como el hospital de peregrinos y casas de la población. La población creció hacia el sur, hasta el portalet del Sol de Vila.
El actual edificio del ayuntamiento fue inaugurado en mayo de 1983, en el mismo solar que ocupaba el antiguo de los siglos XVI y XVII. La antigua Casa de la Villa se comunicaba con la cárcel municipal, por encima de uno de los portales de que disponía la villa. Era el portal de la Casa de la Vila o Portal Miravet. En la Casa de la Vila se conserva la Bula Pontificia otorgada en Roma por el Papa Pío IV, en 1560 por la que se concedía la categoría de Colegiata insigne a la parroquial que se empezó a construir dos años después y y terminó en su parte principal, en 1576. En todo el obispado de Lleida, solo había cuatro poblaciones con colegiata; Monzón,Tamarite y Albelda.
Salgo de la plaza por la calle donde se encuentra el antiguo hospital de peregrinos que ya existía en 1445, fuera de los muros de la población y se conocía como el hospital del Señor San Miguel y de nuestra Señora de Gracia de la Villa de Albelda o Sancti in Saxis de la ciudad de Roma. Era un pequeño edificio para pobres y peregrinos, y actuaba como alberge y refugio. A su cargo había un regidor o mayordomo que cada tres años era renovado y era quien cuidaba de los enfermos. El Hospital tenía unas rentas de 7 libras y 5 sueldos anuales y disponía de dos camas con dos colchones y tres jergones de paja, cuatro mantas, catorce sabanas.
Los enfermos eran atendidos por un médico y cirujano de la localidad que también eran renovados cada tres años. Los hospitales cumplían por aquel entonces la función de asilo y más que un lugar para curarse era un sitio para ponerse a bien con Dios y prepararse para morir. En su interior estuvo el altar de Santa Ana. El edificio se rehízo en 1620 gracias al legado de Anna de Avellana, viuda de Jaume Espallargues, una de las personas más influyentes de la población.
Terminada mi visita salgo de Albelda por el cementerio de la localidad.
En el kilómetro 4 me desvío por el Camino Natural que es compartido por el Camino del Canal de Aragón y Cataluña y quitarme del peligroso tráfico de la carretera A-140
En el kilómetro 6,40 paso inferior de la A-140 y después de unos metros llego a una Área de recreo y descanso junto al canal, continuando por El Camino Natural con el canal a mi izquierda.
En el kilómetro 7,27 paso por el desvío a Castellonroy que tome hacía pocos días.
En el kilómetro 10,26 paso por Coll de Foix
En el kilómetro 10,55 el camino llega a unas compuertas del Sifón de Albelda, que me impiden continuar por El Camino Natural, viéndome obligado a descender a la carretera.
En el kilómetro 12,26 dejo la carretera por la izquierda para continuar por un camino que enlaza con la carretera N-230. Y el acueducto del Canal ,pasado éste unos metros entro en Cataluña.
En el kilómetro 12,60 llego a Andamí donde continúo por un camino asfaltado paralelo al Canal de Piñana. Por mi derecha de la marcha no muy lejos veo la localidad de Ivars de Noguera.
En el kilómetro 14,83 llego a unas compuertas que desvían agua hacia las huertas de Alfarrás e Ivars de Noguera, a partir de aquí debo continuar por la CN-230
En el kilómetro 16,27 tomo por la derecha el desvío al embalse, por el camino de la CHE-1302.
En el kilómetro 18,82 paro en la fuente de Santa Ana, un área recreativa que hay junto a la carretera que conduce al poblado de Confederación, en las proximidades de la presa de Santa Ana.
En el kilómetro 20,29 llego a la presa del embalse de Santa Ana que actúa de contra embalse de todo el sistema hidroeléctrico del río Noguera-Ribagorzana. El embalse de Santa Ana se situá en las provincias españolas de Huesca y Lérida, pasado el embalse de Canelles. Tiene una capacidad de 236,60 hm³ y se usa para el abastecimiento de agua potable, la generación de electricidad y el regadío. Bajo sus aguas se encuentra el antiguo pueblo de Tragó de Noguera anegado en el año 1962. Antes de desaparecer, este núcleo de población, con sus 600 habitantes, era un municipio importante de los años 50 al disponer ya en esa época de dos molinos de aceite, una harinera, un salto de agua con el que se auto abastecían de luz e incluso un cine.
Pero el origen del embalse hay que buscarlo en 1913, cuando el ingeniero Manuel Servet redactó un proyecto de una presa de 83 metros de altura en el estrechamiento denominado Puente del Diablo, que sirvió de base a la concesión otorgada por R.O. de 30 de mayo de 1917 a Domingo Sert Badía. En esta concesión la Administración ya preveía la facultad de que el Estado dispusiera del volumen de agua necesario para los riegos derivados del canal de Aragón y Cataluña.
Después de varias vicisitudes y de los estudios realizados por la C.H.E. sobre la regulación del río Noguera-Ribagorzana, la Dirección General de Obras Públicas el 25 de junio de 1936, ordenó dar la mayor actividad a la redacción del proyecto del pantano de Santa Ana, que fue presentado el 31 de enero de 1939 por Fausto Gómez Simón y aprobado definitivamente el 8 de enero de 1948.
Comenzando las obras el 11 de septiembre de 1953 dirigidas por el ingeniero Miguel Urquijo Landaluce y se dieron por finalizadas el 24 de marzo de 1964. Pasaron al servicio de explotación el 3 de octubre de 1969.
Esto supuso en las décadas de 1950 y 1960 hubiera un proceso migratorio interior, del sur de España principalmente, provocado por la gran cantidad de mano de obra necesaria para su construcción, que para Santa Ana y Canelles fueron necesarios entre 1500 y 2700 personas respectivamente, tal cantidad de masa de gente necesitaba de unos servicios , que no se disponían. Hubo que alquilar viviendas, crear poblados y barracones de obra, escuelas, tiendas, bares y cines. Ello dinamizó la economía, repercutiendo positivamente en la zona.
En el pantano de Santa Ana ENHER levantó un poblado a pie de obra que formaban las viviendas de los obreros, chalets de los ingenieros, talleres, escuela, economato, ermita, etc.
También muchas familias de obreros se instalaron en Castillonroy. Entre 1953 y 1955 la localidad aumentó en un 40 por ciento su población, que pasó de 700 a 1.000 habitantes. Faltaban viviendas y hasta hubo familias alojadas en pajares o corrales. En aquellos años el pueblo tuvo mucha vida, llegando a tener cinco tiendas, tres carnicerías, mercería, estanco, barbería, dos o tres bares y hasta cine. La admisión en las escuelas de los hijos de los obreros creó un grave problema, pues se pasó de 60 a 150 alumnos. Dada la excesiva matrícula y la incapacidad de las escuelas, el Ayuntamiento hubo de solicitar a ENHER que pusiera a disposición de los hijos de los empleados de la empresa una escuela y maestros, habilitando para ello el salón parroquial.
El 12 de noviembre de 1970, la Confederación Hidrográfica del Ebro puso en servicio la presa de Santa Ana y el canal de enlace con el de Aragón y Cataluña, para ello fue preciso que el por entonces Principe Don Juan Carlos de Borbón pulsara el botón que puso en marcha las compuertas y aliviaderos en medio de grandes aclamaciones y vítores de la multitud.
Con anterioridad en la presa había sido recibido por el subdirector de Obras Hidráulicas, Juan Domecq; el alcalde de Castillonroy, Joaquín Mazarico; el obispo de Lérida, don Ramón Malla Call; el gobernador civil de Lérida, José Aparicio Calvo y la junta de gobierno del Sindicato de Regantes, presidida por Antonio Bernardó. Más de tres mil personas se habían congregado en las explanadas en torno a la presa aclamando al príncipe.
En el acto, el ingeniero Fernando Hué explicó primeramente al príncipe las características de las obras, que fueron seguidas con gran atención. A continuación bendijo el obispo de Lérida y después dieron comienzo las intervenciones de los oradores.
El príncipe hizo entrega Tuvo de algunas medallas conmemorativas, entre ellas a Matilde Muñoz Montes, viuda de uno de los obreros muertos durante las obras. Durante las obras perdieron la vida 15 trabajadores por la falta de medios se trabajaba prácticamente a pico y pala, sin sistemas de seguridad y en condiciones muy precarias.
Santa Ana nutre el Canal de Piñana, que abastece la ciudad de Lérida y riega parte de su comarca. También aporta parte de los caudales del Canal de Aragón y Cataluña.
La lámina de agua del embalse solo es accesible desde el camino de coronación del embalse por la margen derecha, que permite entrar en el agua sin dificultad, salvo que este acceso está cerrado por una puerta y debe ser autorizado por los gestores del embalse.
En el kilómetro 21,9 me desvío al poblado de Santa Ana.
La ermita románica de Santa Ana es de planta rectangular, el interior posee un presbiterio cubierto por bóveda apuntada y medio cañón en la nave.
En el kilómetro 26,10 estoy de nuevo en la CN-234
En el kilómetro 29,70 llego a Alfarrás donde no me entretengo para nada, desviándome por la derecha hacia Tamarite.
En el kilómetro 31,60 paso de nuevo por el viaducto del Canal de Aragón y Cataluña, entrando inmediatamente en mi querido Aragón.
En el kilómetro 40,48 estoy de nuevo en Albelda principio y final de la ruta de hoy.
Las fotografías aparecen por orden de ruta
Serafín Martín.
Fuentes propias y:
https://www.iagua.es/data/infraestructuras/embalses/santa-ana