Ruta 1135.- Sabiñánigo, Santuario de Santa Orosia de Yebra de Basa
Ruta 1135.- Sabiñánigo, Santuario de Santa Orosia de Yebra de Basa
RUTA 1135.-Saiñánigo, Yebra de Basa, Santuario de Santa Orosia,
El 4 de abril de 2024 llevo en Sabiñánigo un total de 12.950 kilómetros.
Parto de Sabiñánigo en dirección Fiscal por la carretera N-260
En el kilómetro 4,40 molino de…
En el kilómetro 7,27 desvío a Yebra de Basa.
En el kilómetro 7,68 llego a Yebra de Basa. Habitantes: 117
Altitud: 884 m
Superficie: 90,0 Km2 Los historiadores del mundo antiguo suelen relacionar el
topónimo de Yebra con las tribus celtas de los eburones que se asentaron por
estas tierras durante el primer milenio antes de Cristo. Ricardo Mur se ha
encargado de estudiar las diversas huellas de posible origen celta contenidas en
la tradición orosiana tan vinculada al pueblo de Yebra. Entre esas huellas
destaca el culto a la cabeza humana, a las fuentes, montañas y piedras.
Dentro de la escasez de noticias referidas a los primeros siglos de nuestra era, sabemos por Domingo Buesa que en la época visigoda, siglos VI y VII, el eremitismo inundaba todo el territorio altoaragonés y encontraba sus más notables espacios en la zona montañosa (Yebra de Basa, Nocito, San Juan de la Peña, etc.) .
Dos siglos después de la conquista árabe, el mismo autor nos recuerda cómo la comarca mozárabe del Serrablo había sido reconquistada por los musulmanes –alrededor del año 968- a raíz de la conquista del castillo de Yebra de Basa (Historia del Alto Aragón, 71 y 99).
La Cueva de Yebra es cita obligada al hacer recuento de los refugios donde se
oculta el Santo Grial ante el peligro de la invasión islámica. Sería en torno al
año 715 cuando el obispo Acisclo de Huesca lo trasladaría a la caverna del monte
de Yebra, iniciando aquí su periplo por diferentes lugares sagrados del Pirineo
oscense.
Las primeras personas de Yebra de las que tenemos noticia a través de los
cartularios medievales más antiguos son las siguientes:
Año 1036: senior Lop Acenarç de Ebora.
Año 1062: Garcia de Ebora, presbítero que vende parte de una casa.
Año 1076: Don Santio et suo neto don Ximeno et don Galindo de Iebra, actúan como testigos en una donación al monasterio de Fanlo.
Por lo que respecta a la organización eclesiástica de la comarca, el historiador
Durán Gudiol escribe que durante el siglo XIII el cargo de arcipreste del
arcedianato de la Cámara y del priorato de Rava, que incluían Ballibasa,
Galliguera media, Sobrepuerto y Fiscal, era ejercido por el rector de Yebra:
Petrus, abbas de Heura . (Guía monumental de Serrablo, 92).
En el 1326 el rey Jaime II de Aragón nombra Justicia de Serrablo, Basa y Puente
de Fanlo a Pedro Martínez de Yebra . Y en 1374 García de Bergua , también de
Yebra, actúa como testigo en un documento de las Juntas de Serrablo, Guarga,
Basa y de la Honor Cortillas. Estos datos dejan entrever que por entonces las
mencionadas comarcas constituían una misma unidad administrativa.
En un acto de concordia entre los vecinos de Cortillas, Cillas y Yebra sobre
disputas por los pastos de sus ganados, del año 1344, participa como procurador
de todos los hombres de Yebra el rector de villya dIaura, don Arnalt de Fontoua
. Ésta sería la primera mención conocida en la que se le aplica a Yebra el
título de Villa. Sabemos que tal distinción era otorgada por el poder real a los
lugares que se constituían en centros administrativos de un valle y zonas
contiguas. Siguiendo un criterio similar, son doce los pueblos que ostentan el
rango de villas en el partido judicial de Jaca.
En una extensa relación de personas que a finales del siglo XV habían recibido préstamos de miembros de la aljama judía de Jaca figuran como deudores los siguientes vecinos de Yebra: Johan de Palacio, clérigo, y Fortunyo de Allué, García Canyardo, Pedro Canyardo, Pedro Latas y Pero Bergua, hijo de Martín . Miguel Ángel Motis Dolader, autor de este interesante estudio, menciona también a Antón de Luch, habitante de Yebra , que en 1480 se siente engañado por el judío Saçon Alcala en la compra de una mula negra
Cabecera del Valle de Basa, en pleno corazón del mismo y en la margen derecha del río que da nombre a la val, cuenta con buenas muestras de arquitectura popular coronadas por emergentes chimeneas troncocónicas y sus espantabrujas.
Iglesia parroquial del siglo XVI, compuesta por tres naves separadas por columnas y techadas con bóvedas de crucería estrellada; interiormente, destacado retablo de mazonería barroca y tablas renacentistas reaprovechadas, así como el interesante busto relicario de Santa Orosia, elaborado en plata repujada y fechado en el siglo XV. Interesante la romería de Santa Orosia celebrada cada 25 de junio, en la que salen los conocidos danzantes con su vistosa indumentaria, momento asimismo para apreciar las mudanzas del dance y escuchar los sones entresacados al chicotén o salterio y al chiflo o flauta.Romería que atraviesa auténticas maravillas naturales, salpicadas por enormes cascadas o por santuarios rupestres en cuya parte final totalmente llana se encuentra la ermita a los pies del monte Oturia, a la que acudían de todos los pueblos de la zona.
El municipio de Yebra de Basa agrupa las siguientes poblaciones: Fanlillo, Orús, San Julián de Basa y Sobás
Tal incremento demográfico obligará, entre otras cosas, a la ampliación de su templo parroquial que muy probablemente sería una construcción románica. En la visita pastoral de 1499 la antigua iglesia de Yebra contaba con dos altares: el mayor dedicado a San Martín, y el de San Lorenzo.
Sobre el templo actual, levantado en la primera mitad del siglo XVI y representativo del Renacimiento aragonés, escribe José Gracés Romeo en su “Guía de Serrablo” que, sin duda es la iglesia de San Lorenzo de Yebra la construcción religiosa más sobresaliente de la comarca .
En él destacan, sobre todo, los ocho cuadros del retablo mayor, obra del pintor
Esteban Solórzano, discípulo de Damián Forment, así como el busto de plata
repujada y policromada de la segunda mitad del siglo XV donde se conserva la
reliquia del cráneo de Santa Orosia.
A partir de 1577 disponemos de una jugosa fuente de datos sobre la vida
cotidiana del pueblo, gracias a la minuciosa información que día a día fueron
anotando sus laboriosos Retores, Curas y Párrocos de una copiosa documentación
parroquial. La imagen que allí se nos presenta es la de una Villa en floreciente
desarrollo capaz de dar respuesta a la mayoría de las necesidades de su
población y lugares de su entorno. Hoy nos deja sorprendidos comprobar la rica
oferta de servicios con que cuenta a lo largo de los siglos XVII y XVIII. Por
entonces ejercen en Yebra su actividad los siguientes profesionales: notario,
médico, boticario, maestro de primeras letras, veterinario, cirujano, soldados,
organista, capellán y ermitaño de Santa Orosia, etc. El testamento clerical está
altamente representado, contando en algunos momentos hasta con siete y ocho
clérigos, distinguidos con el título de mossen .
Pero ningún acontecimiento ha marcado tan decisivamente la historia de la villa
y la vida de sus habitantes como el hecho de desde hace diez siglos guardianes
de la Reliquia de Santa Orosia . Un honor compartido con la catedral de Jaca. El
Puerto de Yebra, lugar donde la joven Orosia o Eurosia padeció el martirio en el
siglo IX, se convierte cada 25 de junio en escenario de una de las romerías más
emblemáticas del Alto Aragón.
El auge adquirido por el culto a Santa Orosia durante los siglos XVII u XVIII
convirtió a Yebra en un importante centro de peregrinación, adonde anualmente
acudían varios colectivos de romeros y devotos que por lo general subían en
procesión a la Cueva e incluso pernoctaban en ella en actitud de vigilia.
Situaciones dramáticas como la epidemia de peste bubónica en la sanmigalada del
1652 que en menos de tres meses provocó en Yebra 32 víctimas mortales, la plaga
de langosta en 1687 que arrasa las cosechas o las frecuentes sequías, explican
el desamparo de aquellas gentes acosadas que sólo les quedaba el recurso de
implorar la protección del cielo.
Un hecho llama la atención al analizar la procedencia de una parte de los
antiguos habitantes del pueblo, tras el nombre de muchos de ellos suele figurar
el calificativo de françes o gascon, del Reyno de Francia, de la Valle de Osau,
del Principado de Biarne ... Esta emigración francesa, que según los
historiadores fue un fenómeno generalizado por todo el Alto Aragón, adquiere en
Yebra especial intensidad durante la segunda mitad del siglo XVII. Algunas de
las actuales familias del pueblo tienen su origen en este flujo de gentes que
vienen del otro lado del Pirineo. Este dato revela el carácter abierto de unos
habitantes que integran con facilidad en su comunidad a un buen número de
extranjeros que desarrollan su actividad en profesiones como pastores,
zapateros, criados, cirujanos, piqueros, escultor, boticario o cedacero .
Para concluir estas notas consideramos de justicia mencionar el nombre de don
Jenaro Casa Sesé, uno de los hijos más ilustres con que cuenta la Villa. Nacido
en Yebra el 18 de septiembre de 1820, hijo del entonces boticario, sería luego
maestro destacado del futuro Premio Nóbel don Santiago Ramón y Cajal. Éste habla
de don Jenaro con estas palabras: Todos los venerábamos y queríamos, porque su
celo por la enseñanza era tan grande como su talento y su bondad . Don Jenaro
Casa, que ocupó la Cátedra de Clínica Médica en la Facultad de Medicina de
Zaragoza fue quien como Decano, le proporcionó a don Santiago Ramón y Cajal en
1875 su primer trabajo en dicha Facultad.
En el kilómetro 8, ermita de Angusto a partir de aquí comienza la subida
La senda o camino de las ermitas lo iniciamos desde la primera ermita del recorrido, que es la de I´ Angusto, situada a 885 metros de altitud.
La tradición y la leyenda han visto en esta ermita el lugar al que los vecinos de Yebra, alertados por el toque milagroso de las campanas, salieron a recibir al Pastor Guillén que bajaba del Puerto portando los restos de la mártir Orosia para llevarlos a Yebra y a Jaca. Este espacio es lugar de despedida y recibimiento de las romerías que suben al Puerto. El trayecto de ida y vuelta que une esta ermita con la iglesia de Yebra se recorre en procesión, acompañados de campanas y entonando una versión popular del “Magnificat”
En el kilómetro 15,45 paso canadiense
En el kilómetro 19,49 Santuario de Santa Orosia situada a 1554 metros de altitud Y por fin llegamos a la Ermita o Santuario de Santa Orosia, a 1554 metros de altitud, llamada Ilesia d´o Puerto, su importancia como lugar central de peregrinación y culto a Santa Orosia justifica también el nombre de “santuario”. todo induce a pensar que su construcción estuvo motivada, sobre todo, por el incremento que experimentó la devoción a Santa Orosia a lo largo del siglo XVII. El auge por la devoción orosiana a lo largo del siglo XVII obligó a levantar este santuario destinado a sustituir al templo de las Cuevas. Todo santuario debe contar en su entorno con una fuente para saciar la sed de los peregrinos. La piedad popular y la leyenda han sacralizado el origen de este manantial haciéndolo coincidir con el martirio de Santa Orosia y con el hallazgo de sus Restos por el Pastor Guillén dos siglos después. Disfrutamos de este maravilloso entorno, descansamos, comemos las viandas, y antes de iniciar el regreso reponemos agua de la fuente.
Las reducidas dimensiones del templo de la Cueva serían insuficientes para acoger a la cada vez más numerosa afluencia de devotos que peregrinaba a dicho santuario. Su angosto recinto no sólo se vería desbordado, sino que su mismo emplazamiento, suspendido en medio de la roca, entrañaba un evidente peligro. La creciente magnitud que a lo largo de ese siglo adquirió la fiesta de Santa Orosia requería de un templo capaz de albergar a la multitud allí congregada. Pero, la construcción del nuevo templo no impidió que un buen número de actos romeros de menor importancia siguieran celebrándose en la Cueva.
Sobre la fecha y otros detalles de su construcción nos da sobrada cuenta la precisa inscripción grabada en las piedras que soportan la pila del agua bendita, situada a la entrada del templo. Sus obras se prolongan desde el 3 de junio de 1665 hasta el 10 de septiembre de 1669, día en que se bendizio i se dixo la I Misa. Esta fecha del 10 de septiembre, inauguración del templo, quedó marcada para la posteridad como día del Voto a Santa Orosia de los pueblos de Isún y Sardas.
La mencionada inscripción especifica a continuación el coste de la obra: 1.115 libras, así como las fuentes de financiación: HIZOLA DE LIMOSNAS LA VILLA – DE YEBRA Y OTROS LUGARES - Y PERSONAS PARTICULARES SUS - COMARCANOS COSTO 1115 L(ibr)AS. A calcular lo que supone esta cantidad, puede ayudarnos el recordar que por esas fechas un albañil percibía un jornal diario de 7 sueldos jaqueses, y que una libra jaquesa equivalía a 20 sueldos. Es de suponer que, como era habitual en estos casos, hubiera abundante mano de obra voluntaria y gratuita.
Como ejecutor y garante inmediato de la obra se nombra en la inscripción al entonces párroco de Yebra: SIENDO RECTOR EL D. MIGUEL TH – OLOSANA, que ocupó dicha rectoría entre 1658 y 1675. Todo indica que fue un clérigo activo y generoso, a quien, además de impulsar la construcción del santuario del Puerto, se le debe la ampliación de la antigua abadía, o casa cural de Yebra. Así es como en 1673 el Visitador General escribe: Por quanto nos ha constado que Moss. Miguel Tolosana rector del lugar de Yebra ha gastado y empleado de sus propios bienes en haber augmentado la Abadia y en reparos de ella mas de mil y duzientos sueldos jaqueses y porque es justo esto tenga alguna remuneración y que los que deben hazerla son los Rectores que por tiempo seran de dicho lugar, pues son los que han de gozar de la conveniencia y comodidad de dicha Abadia. Por tanto mandamos se funden en dicha Yglesia Parroquial, como nos desde luego fundamos, doze misas rezadas celebradas en cada un año, una cada mes por los rectores que por tiempo seran de dicho lugar en sufragio del alma del dicho Mos. Miguel Tolosana (2º Sacr. 214).
Su planta de salón con tres naves, prolongada la central en un presbiterio rectangular, nos recuerda a la parroquial de Yebra. Las naves laterales son más bajas y sus bóvedas de crucería simple. La bóveda de la nave central es de cañón seguido. Todo el techo se apoya sobre cuatro columnas en planta de cruz. El coro elevado descansa sobre el atrio de entrada y sobre él se levanta la torre.
Si atendemos a su orientación, observamos que su fachada principal, donde se localizan los elementos más decorativos de su aspecto exterior: torre y lonja, mira hacia la Cueva. Esto obliga a que su orientación esté invertida con respecto a los usos litúrgicos tradicionales en la época: el ábside debía dirigirse hacia oriente.
Adosada a la parte posterior de la iglesia, y constituyendo una misma unidad arquitectónica, se ubica la llamada Casa Vieja. El desastre bélico de 1936 despojó a este templo de todos sus bienes y ornamentación. Los documentos escritos y gráficos disponibles nos posibilitarán conocer algunos de los elementos que en otros tiempos lo embellecieron y dignificaron.
Como el retablo del altar mayor, desaparecido el año 1936 y que gracias a una fotografía, descubrimos que se trataba de una obra de estilo churrigueresco, con zócalo, banco, cuerpo y ático. Un cuadro de grandes dimensiones, que reproducía el martirio de la Santa, destacaba sobre el resto de la composición. Toda la riqueza de elementos decorativos que rodean a esta pintura central parece estar destinada a enaltecer y magnificar el acto sublime del martirio. A ambos costados del cuadro se alzan dos pares de columnas salomónicas, profusamente adornadas. A lo largo de sus fustes revolotean, en las más variadas posturas, hasta doce figuras de ángeles. Entre el resto de la decoración que adornaba las columnas abundan racimos de uva y tallos de vid.
El retablo que preside actualmente el altar mayor del santuario procede de Biel, pueblo de donde se trajo en los años 40 del siglo pasado.
Desde Santa Orosia descendemos por la Pista para vehículos hasta el desvío GR-16.1 Ermitas de la Cueva y mirador de Sorna/ PR-HU-3 Camino Viejo, este desvío se encuentra a una altitud de 1419 metros. Iniciamos el descenso de la PR –HU-3 Camino Viejo para enlazar con la senda a Santa Orosia de subida de la mañana. Desde este punto a la derecha, se encuentra el mirador de la Sorna, desde donde contemplar los eremitorios incrustados en la roca y la cascada como si de un velo que quisiera cubrirlas.
En el kilómetro 21,75, me encuentro en una planicie a 1640 metros de altitud contemplo a mis pies el valle de Tena la Sierra a mi izquierda Peña Oroel, y Jaca, frente a mí las montañas del valle de Acumuer, a la derecha Biescas y Los majestuosos Pirineos. Una vez empapado de estas bellas y preciosas imágines, me despido de ellas e inicio el regreso a Biescas
En el kilómetro 23,52 paso de nuevo por el Santuario de Santa Orosia
En el kilómetro 34,48 paso por Yebra de Basa
En el kilómetro 41,27 estoy de regreso en Sabiñánigo principio y final de la ruta de hoy y 12.991 kilómetros totales.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y:
https://www.yebradebasa.es/historia