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Ruta 54.- Cabeza del Barranco del Mortero, Alacón, Oliete.
El 21 de marzo de 2009 llego al aparcamiento de la Cabecera del Barranco del Mortero con un total de 2547 kilómetros.
Salgo del aparcamiento de la cabecera del Barranco del Mortero en dirección a Alacón, por la carretera TE-V-1101. Es una mañana muy desapacible, hace mucho frío y viento. La carretera es estrecha pero esta en buen estado, y discurre entre pinares y bancales de olivos. En el kilómetro 4´86 a la izquierda de la marcha están los indicadores a Cerro Felio y la Balsa y Ermita de San Miguel del Siglo XVIII, estas últimas, a pocos metros de los indicadores.
Lo primero que me encuentro es con la balsa de San Miguel. Esta balsa se nutre de un manantial que surge de una oquedad abierta en la roca, que da paso a un profundo túnel, a modo de caño. Dicha oquedad, queda oculta bajo el nivel habitual de contención de aguas en la balsa, hoy tengo suerte y se puede apreciar la salida del caño. La boca del caño se sitúa en una esquina de la balsa, donde aflora la caliza, y la circunda por su parte inferior, sobre la que se construyó un murete de piedra para ganar mayor altura en la balsa y, por tanto, mayor capacidad de almacenamiento. Por toda la veta rocosa mana un agua clara y cristalina continuamente. A la entrada del caño, muy cerca de la boca, hay dos sencillas cruces grabadas en la roca.(que debido a la maleza no puedo ver).Poco después, la altura se reduce, y prácticamente en línea recta con orientación noroeste, penetra horizontalmente 35 metros en la roca caliza. Ningún vecino de Alacón recuerda su construcción, ni tampoco los motivos, pero todo parece indicar, que el caño se abrió con el objetivo de localizar el manantial que nutria de aguas a la balsa, al final del caño un montón de escombros indica, que sus constructores desistieron del objetivo de localizar el manantial, algo difícil, puesto que el agua se filtra por toda la veta de la roca y durante los primeros metros del caño. El caño es estrecho en el suelo, dejando delimitada una canal, de unos 40 cm. De ancho, para que discurriese el agua. A media altura gana achura, para volver a estrecharse en el techo, lo que obliga a ir agachados la mayor parte del trayecto. A unos 20 metros de la entrada, el caño atraviesa el camino, algo que en su día ya debió originar algún desprendimiento, de ahí que unos 5 metros estén reforzados con paredes laterales de piedra y el techo esté sustentado con losetas de piedra apoyadas en estas paredes, lo que permite evitar el desplome del camino y el hundimiento del caño. De ésta balsa parte una compleja red de acequias, muchas de las cuales conservan todavía su antiguo empedrado, que canalizan y dirigen las aguas hacia numerosos bancales de la zona y hasta los tradicionales lavaderos de la localidad. Junto a la balsa se encuentra la ermita de San Miguel. La necesidad de agua, elemento vital y purificador, es una de las condiciones esenciales para el desarrollo de la vida y la sacralización de territorio. Por ello es característico encontrar una ermita junto a un manantial. Aquí, donde el barranco del Mortero se abre para desembocar en el de la Muela, tributario del río Martín, se construyó esta ermita en el siglo XVII, bajo la advocación de San Miguel, y sufrió una restauración posterior en el año 1896, dado su mal estado de conservación. Consta de una sola nave de cinco tramos, cubierta con bóveda de cañón apuntado sobre cuatro arcos fajones y tiene un pórtico prolongación de la nave. Desde aquí el camino sigue hacia Cerro Felio (Al que no voy por falta de tiempo) En este cerro el Hombre del Neanderthal dejo hace 40.000 años su impronta, con numerosos útiles encontrados en la Cueva de la Eudoviges. Nuestro antecesor el Homo Sapiens Sapiens ocupó su lugar y hace 8.000 años comenzó a desplegar sus habilidades pictóricas sacralizando este espacio a lo largo de varios milenios en numerosos abrigos.
Después de disfrutar de este maravilloso entorno, compuesto por la balsa y ermita de San Migue, decido seguir a Oliete por la ruta de las balsas. Esta ruta está perfectamente señalizada por estacas, sigue la dirección del barranco y se dirige hacia la granja, que flanquea la balsa e integra un antiguo molino harinero, para tomar el camino que pasa junto a ella. Poco a poco el camino se adentra entre huertas tradicionales y sin tomar ningún ramal secundario llega a los límites de las antiguas eras de Alacón, tras las que se alza el pueblo sobre el monte horadado por bodegas.
En el kilómetro 5´94 con las eras al lado, llego a un cruce con postes indicadores, a la derecha el camino baja de Alacón pasando por las bodegas y las eras y a la izquierda se dirige a la Balsa del regatillo que es hacia donde me dirijo, introduciéndome de nuevo en su fértil vega. Así en el kilómetro 6´28 paso por la Fuente Vieja. Esta fuente fue antaño un concurrido cruce de caminos, cuando se bajaba a por agua de boca y las huertas estaban a pleno rendimiento. Hoy el hermoso manantial permanece oculto por la estructura que abastece de agua corriente al pueblo, quedando a la vista su abrevadero y la balsa de riego.
En el kilómetro 7´97 a la derecha está el indicador de las Balsas y Fuentes del Regatillo, por lo que me veo obligado a dejar la pista, que está en muy buen estado, para seguir por una senda intransitable para la bicicleta, que me obliga a ir desmontado. Este antiguo camino de herradura se introduce en un olivar que en su día regaban las albercas conocidas como las Pozas del Canal.
Al final de los olivos, en el kilómetro 8´37 y con el escarpe del barranco a la derecha esta senda sale de nuevo a la pista que abandoné anteriormente, volviendo a conectar con la pista que lleva hasta el Molino Bajo. Aquí me dí cuenta que la senda de las pozas por la que he venido y la pista que abandoné por esta senda confluyen cerca del Regatillo, por lo que os recomiendo que no hagáis caso del poste indicador y seguid por la pista principal..
En el kilómetro 8´50 llego a las Balsas y Fuentes del Regatillo. Este molino harinero, con fecha de 1866 y hoy acondicionado como vivienda particular, domina este último rincón de huertas alaconeras. Tuve la suerte de conocer al actual propietario del molino, Isidro Cavero, natural de Belchite. Me invito a conocer el interior del Molino donde aún se conserva parte de la maquinaria, entre ellas la turbina que producía electricidad, fabricada en Utebo por Metalurgia Aragonesa en 1920.El primitivo molino era más pequeño, ya que se puede apreciar que la actual fachada, es una prolongación del anterior, quedando cubierta la puerta bajo un porche. En las piedras de la puerta, bien labradas en sillería, se aprecian manchas negras, que podrían ser las huellas de un incendio. En la entrada se encuentran recostadas contra la pared las ultimas piedras utilizadas para moler el grano, fueron fabricadas en Francia, estaban construidas en dos partes, la cara superior y más gruesa esta hecha de hormigón armado, y la cara inferior, la que tenia que moler, es de piedra Este molino se alimentaba del agua que descendía por gravedad de un sistema de balsas, ubicadas en una loma muy cercana al mismo.
Pasado el edificio en el kilómetro 8´69 a la derecha esta el indicador a Alacón y hacia Oliete/Ariño, por “la Ruta Ibérica” a la izquierda, este es el camino que tomo, siguiendo esta última enseguida llego, en el kilómetro 8´87 a la Balsa Pulgarillas, esta balsa ya se encuentra en el término de Oliete y donde el Barranco de la Muela pasa a llamarse del regatillo. Aquí el camino se divide en dos a la izquierda pasando por debajo del muro de la balsa se dirige a Ariño. Dejando la balsa a mi izquierda y siguiendo recto por el camino en pendiente que comienza en la balsa, sigo el indicador de la SC-ASA-2 que se dirige a Oliete, descendiendo a las arboledas de la orilla izquierda del Río Martín me encuentro con un Peirón de factura reciente, bajo la advocación de la Virgen Dolorosa, cuya imagen esta representada en baldosa cerámica y debajo una leyenda que pone José y Josefa y debajo a expensas de Josefina Quiles Alfonso. Cruzo el Río Martín por el pequeño puente de madera el puente, entrando a Oliete con 11´37 kilómetros.
Oliete Villa de la provincia de Teruel. Situada al pie de la Sierra de los Moros (Sistema Ibérico) junto al río Martín, a 541 metros de altitud. Su población en 1998, era de 490 habitantes.; en 1978, 806 habitantes.; en 1950, 1.879 habitantes.; en 1900, 2.186 habitantes. Gentilicio: Olietanos/olietinos.
Oliete se localiza en una abrupta colina, en la ladera norte de la sierra de Sancho Abarca, en la margen derecha del río Martín, lo que confiere a sus calles una acusada pendiente.
En el siglo XIII Oliete aparece en manos de los Alagón. En 1297 tras un periodo en que perteneció a la Corona, Oliete es donado por el Rey Jaime II a su escudero D. Raimundo de Cardona. En 1333 los Sesse, Don Juan Galíndez de Sesse, adquiere el Señorío, junto con Alcaine y otros lugares de la zona. A partir del siglo XV, el lugar aparece asociado al patrimonio señorial de los Bardaxí, al igual que Alcaine, Obón y Alacón. Los enlaces familiares de esta familia entroncan la localidad con el mayorazgo de los Bermúdez de Castro (Siglo XVIII) y los Rebolledo de Palafox hasta el Siglo XIX.
Su situación, de control de accesos a través del Valle del río Martín hacia el interior, y vigilante del paso del estrecho de cueva Foradada, donde se construyó un embalse a principios del siglo XX y que adoptó el nombre de la cueva, le permitió ser un punto fortificado del que se conservan camuflados entre construcciones y edificios, algunos escasos restos de la vieja muralla de argamasa que parece remontarse su construcción a época musulmana. De este recinto fortificado de la localidad destacan los tres portales de acceso sobre los que se levantaron a finales del siglo XVII o principios del XVIII, como la mayor parte de las edificaciones religiosas de la localidad y siguiendo los cánones tradicionales de la comarca en este tipo de construcciones, tres capillas abiertas: la de Santa Bárbara al oeste, la del Pilar al norte-centro y la de los Santos Mártires (San Fabián y San Sebastián) al este.
Entro al casco urbano de Oliete por la Puerta del Pilar. Este arco es el antiguo acceso por el norte al entramado urbano, abierto en el recinto fortificado medieval. La muralla estaba recorrida, a su vez, por una acequia de origen árabe que abastecía a la población y en cuyo eje encontramos otras dos puertas al este y al oeste con sendas capillas. El aspecto cerrado y austero de La Puerta del Pilar se modificó en los siglos XVII al XVIII con la apertura de una capilla, a modo de galería rectangular, cubierta a una vertiente con teja árabe. El acceso a la ermita se hacía a través de la casa vecina, habilitándose un paso independiente en una restauración posterior. En el arco de entrada, oculta por el azulejo de la Virgen, había una ventana acristalada que permitía ver el atributo más destacable de esta imagen, el manto. Del cuidado y adorno de esta capilla se encargan los vecinos, que también acuden en procesión el 12 de octubre para cantar la salve, después de haberle dedicado una misa en la iglesia parroquial. Entre el arco y la calle Canaleta, recorriendo la actual calle Baja, estaban las antiguas posesiones del Señor de Oliete que dieron nombre a la plaza Palacio. El cargo de Señor de Oliete, otorgado por el rey, pasó de unas manos a otras y a él se sometían y pagaban impuestos todos los habitantes de Oliete, excepto dos familias infanzonas que gozaban de ciertos privilegios los Albero y los Del Castillo. Desde esta puerta giro a la izquierda por la Calle Baja, por el borde interior de la línea amurallada y siguiendo la acequia principal del pueblo cuyo origen habría que buscarlo en el periodo musulmán de puesta en regadío de estas tierras, y que recorre los tres arcos de acceso al recinto y sus respectivas capillas, presentando notables fachadas durante el recorrido, singulares aleros barrocos y galerías aragonesas. Así como una serie de calles estrechas con callizos, y pasadizos cubiertos, de fuertes pendientes.
Desde aquí llego a la calle Mayor que está empedrada y donde se encuentra la puerta capilla de los Santos Mártires San Fabián y San Sebastián, que daba acceso a Oliete desde este. Esta abierta sobre un portal de doble arcada, en la muralla que protegió Oliete durante la Edad Media. Estas puertas se abrían durante el día y funcionaban como autenticas aduanas controlando el paso de población, animales y mercancías, dejando extramuros a enfermos contagiosos o sospechosos de pillaje. La vigilancia para prevenir posibles ataques militares se efectuaba desde varios torreones, hoy desaparecidos colocados en otros puntos estratégicos del muro. La capilla tiene forma de arco de medio punto y se protege con una liviana barandilla que permite la visión de las imágenes de los santos. En la cubierta destaca una pequeña campana como único elemento decorativo. En esta puerta nace la Calle Mayor, que se extiende, siguiendo la curva de nivel de la colina y suavizando de este modo la pendiente, está salpicada de construcciones coloristas, aleros de tradición barroca, galerías renacentistas, miradores y amplios solanares, junto a callejuelas y pasadizos de tipología musulmana, judía y cristiana, que evocan tiempos medievales. Llego hasta la plaza que adopta el nombre de la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora.
En esta plaza encontramos el edificio solariego más destacable del casco urbano, un caserón renacentista (Siglo. XVI) conocido como " La casa de la Donjuana " en la que destaca un bello portal de medio punto con escudo en el sobreportal y una alargada galería de arcos de medio punto sobre un friso decorado. El edificio revestido de ladrillo, abre su entrada con arco de medio punto, columnas laterales sobre un elevado plinto y fuste acanalado dividido en tres partes. Resalta
La decoración vegetal y el marco de motivos geométricos interrumpido por el blasón familiar. La puerta de una hoja está realizada en madera, embellecida con tachones, que le proporcionan consistencia y por un vistoso llamador con forma de esfardacho (lagarto). La casa se conoce en Oliete como Casa de los Del Castillo o Casa de la Plaza, pero con el apelativo de Donjuana aparece citada en varios documentos. El origen de tal nombre no está claro y dos versiones circulan en torno a la misma, donjón o donjonada es como se denomina a las torres defensivas de elevada altura, y el escudo de esta casa tiene una donjonada en el centro del castillo. Otra posibilidad está en el origen humilde de una criada de la casa, casada en el Siglo XVIII con el heredero Juan Valero de Liria y a la que el sarcasmo popular denominó “ la Don Juana”.en cualquier caso, la familia de los Del Castillo acredita su presencia en el pueblo desde 1500 atesorando siempre cargos de importancia en el gobierno y administración hasta su ruina total a principios del siglo XIX. Un friso corrido decorado con motivos geométricos, vegetales y cabezas humanas, precede a la bella galería aragonesa de arcos de medio punto y doble rosca, separados por pilares. Estas galerías decoraban y otorgaban un aspecto noble a las casas y tenían la práctica función de aislar el piso de alcobas de la cubierta. La parte fundamental del escudo es el campo ocupado por un castillo de tres torres sobre rocas, símbolo de fortaleza y poder. La ornamentación exterior responde a los gustos recargados de la época y algunos detalles aportan otros datos sobre la familia. Por orden de importancia, aparecen el yelmo familiar (escuderos y recién ennoblecidos), lambrequines bajo el yelmo que representan los mantos sobre los que se dejaban los cascos para evitar el ardor del Sol, los tenantes o pajes del caballero que soportan el escudo (ángeles), y un rostro semihumano en la parte inferior del conjunto que protege a la puerta. A continuación de esta casa se encuentra la iglesia de la Asunción de Nuestra Señora. Es una obra que data de finales del Siglo XVII, y de la que destaca, un singular campanario de tradición mudéjar realizado en ladrillo del Siglo XVIII. La portada de arco de medio punto, flanqueado por pilastras adosadas y hornacina superior decorada con volutas, da paso al espacio interior organizado en tres naves con crucero y coro a los pies. La nave central se cubre con bóveda de cañón interrumpida por una cúpula sobre pechinas que iluminan el espacio central. En el exterior destacan la cúpula del crucero y dos pequeñas linternas laterales que proporcionan luz natural a las sacristías. La torre campanario de tipo mixto, se construyó en el Siglo XVIII y su base cuadrada se funde con la fachada del edificio, transformándose en octogonal en altura. Se articula por medio de contrafuertes en las aristas y frisos que separan horizontalmente los cuerpos, donde se combinan arcos de medio punto en todos sus paños. La decoración se completa con óculos enmarcados, rombos, cuadrados y círculos de ladrillo resaltado de tradición mudéjar. Las paredes de la iglesia están decoradas con motivos vegetales inspirados en restos antiguos, encontrados en los distintos altares laterales, en base a la idea y bocetos del pintor local A. Cañada y reproducidos por J. Royo Gil. El mural de la Asunción de la Virgen en el altar mayor es obra de Alejandro Cañada (1908-1999), miembro de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis de Zaragoza, premio de Aragón a las Artes (1988) y Aragón –Goya (1999). Dos de sus hijas han completado la decoración, Mª Ángeles Cañada pintó el martirio de San Bartolomé, a la izquierda del Altar, y Natividad Cañada la imagen de la Virgen del Cantal, en el lado opuesto. También son destacables las puertas de la sacristía. Desde aquí me dirijo hacia la parte alta del pueblo, conocido como el muro, y donde encontramos la ermita de San Bartolomé, que pudo ser una antigua parroquia. en la sencilla fachada destaca la portada de arco de medio punto en ladrillo rojo, y una pequeña espadaña con campana. El interior rectangular, dividido en dos pequeños tramos separados por un arco apuntado, se ilumina de forma natural a través de dos pequeños óculos abiertos en el muro a ambos lados del altar. Está situada en la parte más elevada de la población. En el barrio denominado El Muro., que toma el nombre de la muralla árabe que lo recorría y de la que todavía se observan restos en la calle del mismo nombre. Algunos documentos hablan de la existencia en este edificio de una mezquita que, con la expulsión de los musulmanes, quedó abandonada y, como en muchos otros casos, se reaprovecharía para el culto cristiano. Durante la Baja Edad Media está constatada la convivencia pacífica en Oliete de tres religiones y culturas distintas: musulmanes, cristianos y judíos. Se conservan documentos notariales de 1454 que prueban la existencia de una numerosa Aljama judía con asamblea propia. Según estos mismos documentos, no parece que la separación por barrios fuera estricta, como ocurrió en otros pueblos aragoneses, y la tipología judeo musulmana aparece en cualquier recodo del pueblo. San Bartolomé fue uno de los doce apóstoles de Cristo y predicó en Armenia, donde el Rey Astrage, en lucha con los cristianos, ordenó desollarle vivo y decapitarle. Se le representa con la piel al hombro o despellejado y también con un cuchillo en la mano. Es el patrón de los carniceros, curtidores, peleteros, encuadernadores, traperos y abogado contra los malos espíritus. Junto a la Virgen del Cantal es el patrón de Oliete y su fiesta se celebra el 24 de agosto. Desde esta ermita me dirijo hacia la zona el lado más escarpado de Oliete, el occidental, donde las casas y algunos restos de muralla, se apoyan en un abrupto cortado rocoso orientado hacia el río y la huerta, cuya zona se denomina transcastillo, donde se arremolinan las edificaciones más populares dando forma ovalada a la población, es precisamente aquí donde se sitúa la Capilla abierta de Santa Bárbara, esta sería una probable salida de emergencia del antiguo recinto amurallado, por ser la más pequeña y escondida de las tres puertas conservadas en Oliete y por su salida directa al campo. Desde este portal hasta la Era de la Peña, en la parte alta del pueblo, no había muralla y era la Rocha natural la que funcionaba como barrera defensiva. Como en el resto de las capillas del pueblo el cuidado corre a cargo de los vecinos y la víspera de la festividad de la santa (4 de diciembre) se prende una hoguera delante de la capilla, que se mantiene encendidaza hasta pasado el día siguiente, con el objeto de mantener a la santa alumbrada. La recogida de la leña era tarea de niños y jóvenes, y también solía ser costumbre la posterior cena de los vecinos en torno a la hoguera. Por este portal salgo de Oliete con 12´91 kilómetros, hacia Alacón por la carretera A-1401 En el kilómetro 16´43 tomo el desvío a la derecha, llegando a Alacón con 18´60 kilómetros.
Alacón es una Villa de la provincia de Teruel. Situada a 702 metros de altitud, sobre un alto y sobresaliente cerro observable desde una amplia zona en torno al valle del río Martín, mostrándose como un destacado mirador entre las estribaciones de la sierra de Arcos y alzado prácticamente en la confluencia de los barrancos de la Muela y del Mortero. Su población en 1998, era de 470 habitantes.; en 1978, 574 habitantes.; en 1950, 1.038 habitantes.; en 1900, 894 habitantes. Gentilicio: Alaconés, alaconero. En la Edad Media, Alacón fue señorío independiente entre los territorios de la Mitra de Zaragoza -Albalate del Arzobispo, Alloza y Ariño al este-, y el Honor de Huesa del Común, vinculado a la Corona, al oeste. La cuenta de los Señores de Alacón se inicia, según Castillo Genzor, con los Comendadores de Montalbán de la Orden de Santiago, para pasar a manos de la Corona desde el reinado de Alfonso II, siendo reemplazados en 1499 por los Bardaxí, que asumirán la rectoría de la Villa hasta entrado el siglo XIX.
Entro en Alacón por el este, que subiendo una nada despreciable cuesta me deja en una elevación, donde me recibe una pequeña plazoleta , donde se encuentra, el antiguo molino de aceite y la entrada al recinto compuesto por la ermita Gótico renacentista del Santo Sepulcro de los siglos XVI –XVII , actualmente en fase de restauración, Prácticamente unida a la ermita se encuentra un torreón medieval, que popularmente se conoce como "la Torre Vieja" del siglo XIII abierta en canal por el paso del tiempo, y que formó parte del recinto defensivo, que protegía el flanco sur de la muralla, conservando todavía las bóvedas que lo dividían horizontalmente. El conjunto del recinto lo completan un pequeño parque y el calvario. Desde aquí me dirijo a lo que todavía los vecinos de la localidad todavía denominan el barrio del Castillo. En esta zona se localiza un arco de muralla siendo la única puerta de acceso al recinto. Este arco es de medio punto de sillería sin decoración añadida. Junto a él se localiza el antiguo horno del Concejo adaptado hoy para sede central del Parque Cultural del río Martín, cuyo arco de entrada es también de medio punto y realizado en mampostería y sillería. También adosado al arco, se localiza el ayuntamiento que da paso a una plaza irregular, en la que se localizaba el viejo edificio consistorial hoy recuperado y adaptado su uso para Centro de Interpretación de Paleontología del Parque Cultural. A continuación en el lugar más elevado y antiguo núcleo del núcleo urbano de Alacón, en el llamado barrio del castillo, está en posición dominante se encuentra, la iglesia de Nuestra. Señora de la Asunción. Esta posición dominante le ha eximido de lucir el habitual campanario, sustituido por una espadaña que corona la fachada del templo. Construido en la segunda mitad del siglo XVIII, se divide en tres naves de tres tramos cubiertas por bóvedas de medio cañón con lunetos. El crucero busca altura en una cúpula elevada sobre pechinas que decoran bajorrelieves de imágenes de los Padres de la Iglesia. Esta iconografía inspirada en las directrices de la Contrarreforma preside un templo de paredes limpias bañadas en tonos azules y amarillos tras una completa reforma en 1999. La mampostería desigual, en origen seguramente revocada, predomina en la composición del edificio, con sillares reforzando las esquinas. El tejado a dos se apoya en alero de ladrillo, material que domina una fachada con portada barroca de finos sillares y arco de triple curvatura entre pilastras. El conjunto lo culmina una hornacina con imagen moderna de la Virgen donada por un grupo de vecinos. Los tirantes de acero que abrazan las gruesas columnas del crucero nos remiten a un subsuelo inestable. El sustrato de arcilla sobre el que se asienta el templo está completamente perforado por centenares de bodegas abiertas en la ladera a la que se asoma el edificio. Caso singular este de Alacón, donde el vino de consagrar se cría en las entrañas mismas de la parroquia. Detrás de la iglesia existe un precioso mirador informado por una mesa de interpretación, del cual se divisan las tradicionales eras de tierra apisonada, la huerta, el barranco de la Muela y la cinglera rocosa del cerro Felio donde se localizan numerosos abrigos con pinturas rupestres. Desde este privilegiado mirador, desciendo por la ladera norte del cabezo sobre el que se asienta Alacón, perforada por medio millar de bodegas que se adaptan a las curvas de nivel. Su realización responde a la necesidad de crear un ambiente adecuado,( fresco en verano y templado en invierno), en el que el proceso de fermentación y conservación del vino se desarrolle de manera correcta, Las entradas a las bodegas muchas de ellas en piedra seca, presentan una sorprendente variedad de formas para solucionar el vuelo del pequeño porche, que antecede a la puerta, siguiendo generalmente soluciones comunes a las del resto de las construcciones populares de la zona, como dinteles formados por maderos desbastados o los arcos rebajados. Otras utilizan sencillos arcos adintelados y falsos arcos apuntados por aproximación de hiladas de piedra. Durante el descenso por las bodegas tuve el privilegio de ser invitado, por el vecino de Alacón, Conrado Lafaja, a pasar a su bodega y probar sus excelente vino. Salgo de Alacón con 20´20 kilómetros, en dirección a la Cabecera del Barranco del Mortero, por la misma ruta de la ida.
En el kilómetro 26´68 me desvío a la derecha de la carretera por un camino , que yo creía que podía llevarme a las cercanías de Cerro Felio, pero no es así por lo que me veo obligado a volver a la carretera.
Regreso al aparcamiento de la Cabecera del Barranco del Mortero con un recorrido parcial total de 27´79 kilómetros.
Las fotografías aparecen por orden de ruta:
Serafín Martín:
Fuentes propias y:
Colección Rutas CAI - Nº 32 Andorra - Sierra de Arcos Edita CAI – PRAMES.
http://www.parqueriomartin.com/alacon.php
http://www.enciclopedia-aragonesa.com
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