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Ruta 41-Abiego. Adahuesca, Alberuela de la Liena, Bierge.
El 18 de Julio de 2008 salgo del Puente sobre el Río Isuala con 1664 kilómetros totales. Por la carretera A-1226, recorridos 2´86 kilómetros llego al cruce o empalme con la carretera A-1229 que va de Abiego a Adahuesca, yo giro a la derecha para dirigirme a Abiego al que llego con un parcial de 3´20 kilómetros, en la entrada al pueblo giro a la izquierda siguiendo el poste indicador del yacimiento de Huellas fósiles, (Icnitas) al que llego con 3´600, hasta dicho yacimiento el camino esta destrozado ¡parece mentira que esté en este estado de abandono! La palabra Icnita proviene del griego “Ichos”, que significa huella. Con ella se hace referencia a una impresión o estructura producida en el sustrato (generalmente barro), por cualquier parte del cuerpo de un animal y que ha sido fosilizada en las rocas. Las Icnitas más conocidas son las producidas por las pisadas de animales en el barro (como las que se ven aquí) aunque existen otras como las galerías donde se alimentaban gusanos o crustáceos, madrigueras de insectos en troncos fósiles o huellas de arrastre en el fondo marino. En el caso de las grandes icnitas del yacimiento de Abiego sus características nos indican que pudieron ser producidas por Anoplotheriun, un artiodáctilo (animales con pezuñas y dedos pares) primitivo, o un animal muy semejante a él. El Anoplotheriun es el antepasado común del camello, la vaca, la jirafa y el cerdo. Pero el Anoplotheriun no estaba solo, ya que otras pudieron ser producidas por el Entelodón o animales similares, en los que se diferencian claramente dos pequeñas pezuñas como por ejemplo en las ovejas. Se trata de una animal semejante a los actuales jabalíes y pecaríes, aunque a juzgar por el tamaño de sus huellas, de una tamaño bastante inferior. Destaca la estructura de su cráneo y de su cara, donde se observan unas prominencias laterales que junto a unos afilados dientes, le darían un aspecto temible.
Las numerosas icnitas que cruzan el yacimiento de izquierda a derecha y de arriba abajo, algunas agrupadas en rastros, indicando distintas direcciones de desplazamiento, contribuyen a pensar que la orilla de este lago constituía un lugar de paso habitual.
Abiego villa de la provincia de Huesca. Situada en el Somontano oscense de Barbastro en el valle del Alcanadre, a 539 metros de altitud. Su población: en 1998, era de 290 habitantes.; en 1978, 377 habitantes .; en 1950, 704 habitantes .; en 1900, 1.365 habitantes. Comprende la entidad de población de Alberuela de la Liena. Gentilicio: (Avicenses.) Su nombre, Al Byego, deriva del castillo musulmán que protegía la comarca de la Barbitania. Su primera mención documental data de 1095. Felipe V le concedió el título de Fiel. En 1095 el Rey Pedro I conquistaba la fortaleza musulmana de Abiego. Desde sus potentes muros, “los tenentes” del castillo gobernarían la villa en los siglos medievales. Abiego cuenta con un interesante patrimonio cargado de historia con construcciones que así lo atestiguan. La arquitectura popular se basa en la utilización de materiales tradicionales, piedra, ladrillo, tapial y teja árabe, aunque en muchos casos estos materiales se esconden hoy, bajo enfosques de cemento. Dentro de su valioso patrimonio destaca la iglesia parroquial de Santa María la Mayor, uno de los mejores ejemplos del gótico aragonés e inicios del Renacimiento, en el mundo rural., Construida hacia 1584 (siglo XVI) por el maestro de obras Juan Toron en dos fases, aprovechando y ampliando por cabecera una anterior iglesia medieval de la que queda la torre sobre la que se levantó el campanario. A pesar de ello, mantiene un estilo unitario. Es un edificio con planta de cruz latina de una sola nave y ábside poligonal, en el exterior sobresale su portada monumental del año 1663, y la galería de arcos de medio punto con que se coronan sus muros. Ostentó el rango de Colegiata a partir del siglo XIII, hasta el XVI. Por otro lado la fuente pública con el abrevadero y lavadero, construido en el siglo XVIII, constituye un magnífico ejemplar de mobiliario urbano de época. Hoy la podemos contemplar recientemente restaurada. Desde aquí parto a visitar el Convento de San Joaquín, situado a la entrada, o salida del pueblo (depende de donde se venga) único de estilo colonial en Aragón, perteneciente al barroco de los siglos XVII y XVIII. La ermita de San Joaquín fue el centro de la comunidad de san Joaquín que construyó en el siglo XIX el convento de grandes proporciones. Son fiestas por San Sebastián y San Roque son las fiestas, del 20 al 22 de enero y del 16 al 19 de agosto
Salgo de Abiego con 6´54 kilómetros y me dirijo a la localidad de Adahuesca por la A-1229 acompañado de las viñas del vero .Llego a Adahuesca con 12´500 kilómetros, pasando las piscinas tomo un camino a la derecha, hacia la Ermita de Nuestra Señora de Treviño al principio el camino está encementado, al terminar los chalés desaparece el cemento y se convierte en pista de tierra, llego a la ermita con un recorrido parcial de 13´90 kilómetros. Lo que se llama ermita, fue en realidad “un monasterio entre viñas”. La iglesia que contemplo es el único resto de un antiguo monasterio del que apenas existen referencias históricas. Aún se pueden recrear con la imaginación el cuadrado claustro, (que fueron robados hacia mitad del siglo XX).plantado hace tiempo de laureles y hoy de cipreses. Esbeltas columnas soportaban las arquerías de medio punto. En su centro se habría un aljibe cuyas aguas socorrían a la villa en años estériles de lluvias. Construido en pleno siglo XIV, fue demolido en 1965, ante la amenaza de ruina. Quizá su nombre, Treviño derive de estar siempre entre viñedos. Según la tradición, la Virgen obraba multitud de prodigios en quienes acudían a su iglesia. Las “presentallas” y exvotos de cera y plata, con formas de pies, manos, pechos y ojos que se veían colgados del rejado de la ermita daban cuenta de milagrosas curaciones. En el siglo XVIII aún se podían ver allí la camisa y los zapatos de una mujer que estando rezando, fue alcanzada por un rayo.“Trifinium y la Piedra de los Tres Obispos”. Dice la leyenda que en Treviño confluían los límites de tres diócesis y que los tres prelados podrían reunirse en torno a una mesa, sin que ninguno de ellos saliera de sus límites diocesanos. Historia o leyenda, lo cierto es que la palabra Treviño parece derivar del latín “trifinium”; tres fronteras, límite de tres propiedades, regiones o gentes. Esta iglesia, románica, hoy ermita fue declarado en 1982, Monumento Nacional. Me alejo del lugar con un sentimiento de tristeza al contemplar la dejadez, el abandono y la indiferencia que hay en esta tierra sobre nuestro patrimonio. Regreso de nuevo a Adahuesca con 15´100 kilómetros. En la entrada a la población me recibe La Cruz del Hospital.. Adahuesca Villa de la provincia de Huesca. Situada en el Somontano oscense a 616 metros de altitud Su población en 1998, era de 158 habitantes.; en 1978, 210 habitantes.; en 1950, 394 habitantes.; en 1900, 688 habitantes.
Adahuesca es otro bello pueblo del Somontano oscense, cantado magistralmente por Pedro Arnal Cavero, Adahuesca es cruce de caminos, por donde el viajero tiene que pasar una y otra vez cuando recorre la comarca. La Parroquial de San pedro se construyó en el siglo XVIII y responde al estilo barroco clasicista, caracterizado por la sobriedad, elegancia y esbeltas proporciones de las tres naves. En el interior destaca la capilla de las Santas Nunilo y Alodia que se cubrió con una cúpula elíptica ricamente decorada, entre otros, con estucos policromados que imitan materiales nobles como el mármol y el jaspe. Integrado en la Iglesia sobre la sacristía, se esconde un esconjuradero. Este templo sobresale entre los demás construidos en la comarca por su monumentalidad y grandes dimensiones. Me dirijo a lo que los abicenses conocen como cementerio viejo, ya que fue utilizado como camposanto hasta bien entrado el siglo XX. Accedo al recinto a través de una puerta del siglo XVI. La Mancomunidad del Somontano rehabilitó este lugar y hoy forma parte del conjunto del Centro de Interpretación de Leyendas y Tradiciones. Adahuesca al igual que otros pueblos contó con un recinto fortificado compuesto por una muralla y una pequeña torre de cronología bajomedieval (siglo XI). Gracias a una excavación arqueológica y a la numerosa documentación histórica conservada, sabemos que aquí también se localizó la antigua Iglesia Parroquial de San pedro. Desde este recinto contemplo una magnífica panorámica de la sierra de Sevil, flanqueada por los profundos cañones de Balced y del Vero. Contemplo una tierra de leyendas “El Lar” de las míticas abuelas de Sevil. A sus pies se extiende el Somontano, topónimo altoaragonés para denominar las tierras situadas a los pies de las montañas. En él se asientan, los apiñados caseríos de Radiquero, Alquézar, Asque, Colunga, Buera, o Adahuesca, rodeados de un rico mosaico formado por pequeños encinares, quejigales, campos de olivos, almendros, vides y cereal. Esta tierra ha estado poblada desde la prehistoria y durante siglos, ha sido zona de Paso para las comunicaciones entre el llano y la montaña. Hasta finales del siglo XIX, miles de cabezas de ganado transitaban por la cabañera que unía las tierras de Mequinenza con los puertos de Broto, pasando junto al Mesón de Sevil. También los arrieros utilizaban estos viejos caminos por las que transportaban las más variadas mercancías hasta los pueblos del Pirineo. Cuenta la leyenda que dos ancianas fueron las únicas supervivientes de la peste que asoló Sevil. Pidieron ayuda a los pueblos próximos pero solo Adahuesca las acogió. En agradecimiento, las ancianas entregaron la sierra a los Aboscenses .desde entonces y cada 20 de mayo, los vecinos las recuerdan acudiendo en romería a Crucelón, donde fueron enterradas. Las dos abuelas, símbolo de fecundidad, propician la fertilidad de los campos y garantizan copiosas cosechas. En mi visita por el Centro de Interpretación de de Leyendas y Tradiciones, estas dos míticas abuelas, me guían por un fantástico mundo de ritos, leyendas y mitos ancestrales. Las luces tenues y las disposiciones laberínticas del interior, crean el ambiente perfecto para adentrarse en este apasionante mundo legendario plagado de viejas historias fenómenos y seres fantásticos (brujas, duendes, moras encantarias…) Sin olvidar la profunda impronta de la fe cristiana de la que son ejemplo las santas aboscenses Nunilo y Alodia. Sin embargo la leyenda de las dos abuelas esconde unos hechos históricos perfectamente documentados. La abundancia de agua y pastos de esta parte de la sierra, hizo que los dos pueblos próximos más importantes, Alquézar y Adahuesca, ambicionaran la propiedad de Sevil. El Rey Juan II decretó en 1476 la unión de Sevil y Adahuesca, puesto que este pueblo se había hecho cargo de las deudas del primero. Los vecinos de Sevil, insatisfechos con una unión que les había hecho perder el derecho a tener un concejo propio y a usar libremente la sierra, denunciaron en repetidas ocasiones a Adahuesca ante las autoridades. De nada les sirvió ya que perdieron todos los pleitos. Además varios reyes, como Fernando el Católico o Carlos I, confirmaron la unión definitiva de los dos lugares. Paseando por Adahuesca encontramos claros ejemplos de cómo se construyen las casas del somontano. La Casa Loscertales es un claro ejemplo de ello. Construida en el siglo XVI a la que los matacanes de la fachada aportan cierto aire defensivo. Esta familia es la de “los certeros” pastores montañeses de excelente puntería con la honda que ayudaron a Pedro I en la batalla de Alcoraz, cuya victoria supuso la conquista de Huesca a los Musulmanes. La Casa Molina fue construida con materiales tradicionales: piedra arenisca para el zócalo y la portada, tapial y ladrillo en los muros y tejas en la cubierta. La combinación de estos materiales da lugar a una obra aislada del frío y del calor. Del conjunto destaca la portada de medio punto compuesta por dovelas ricamente decoradas a base de trísqueles, motivos vegetales y geométricos. Pintar los vanos con cal con azulete fue una práctica muy frecuente que aunque en realidad tiene que ver con el control de los insectos, por extensión de su carácter protector se consideraba también como una buena defensa contra los espíritus maléficos. La casa del Somontano era concebida como un todo, personas, animales, frutos de las labores del campo y bienes, compartían el mismo espacio. Los sillares de piedra y tapial (tierra que se apisonaba dentro del encofrado de madera) son los materiales que tradicionalmente se ha usado en la construcción de las casas del Somontano. El resultado de la combinación de ambos es una obra perfectamente aislada de los fríos y calores extremos que se dan en esta tierra. Adahuesca celebra sus ferias y fiestas el 25 de agosto y 23 de octubre. Salgo de Adahuesca con 16´100 kilómetros, hacia Alberuela de la Liena a la que llego con 18’90 kilómetros parciales.
Alberuela de la Liena es actualmente un lugar de Abiego, en la provincia de Huesca, situada a 580 metros de altitud. En 1980, contaba con una población de 138 habitantes y en el año 1991 de tan solo 95 vecinos. Como se puede apreciar está muy afectado por la despoblación, dependiendo de Abiego en todos los aspectos, especialmente en el administrativo. Pocas noticias tenemos de esta villa del Somontano barbastrense, cuya más antigua mención se remonta a 1045 (con el nombre de Albarola), y se reconquistó, como todos los pueblos de su entorno, en 1095 como consecuencia de la conquista del castillo de Naval por Pedro I. Después fue un señorío de la Orden militar de San Juan de Jerusalén, como lo atestigua el itinerario de Labaña en 1610. A esta última debió pertenecer el arruinado castillo, separado del caserío por un barranco, con muros de piedra formando un pequeño recinto rectangular —donde se evidencia por su altura la espadaña que se añadió para la contigua iglesia— rodeado por una barrera de igual traza con un pequeño cubo cilíndrico. A muy pocos metros y en cota algo inferior subsiste en buen estado la ermita de San Nicolás, en forma de sala con el testero recto y saeteras, de un románico muy adusto, con puerta semicircular sin labrar. El conjunto puede ser de los siglos XII o XIII El casco urbano se asienta sobre una loma en dirección Este Oeste y se divide en dos barrios: Santa Orosia y san Nicolás. El primero toma el nombre de la ermita dedicada a dicha santa y levantada en el siglo XVII. El segundo toma el nombre de la iglesia románica del siglo XII dedicada a San Nicolás de Bari; esta iglesia cuenta con una nave y un ábside semicircular en cuyo vano central aparecen los capiteles esculpidos de forma historiada; alrededor de la iglesia existen tumbas antropomorfas excavadas en arenisca. En el barrio de San Nicolás se encuentran asimismo, las ruinas del castillo medieval. La arquitectura popular de Alberuela sigue los postulados de la zona, destacando Casa Pano, anteriormente de la Orden de San Juan de Jerusalén, y Casa Barón, culminada por una galería de vanos, son reseñables también los blasones de los Allué, Trallero, Foncillas y Blecua. Terminada mi visita a Alberuela de la Liena, salgo de esta localidad con 19´87, aquí la carretera desciende vertiginosamente hasta encontrase con el Río Isuala, que lo cruzo en el kilómetro 21,45 del parcial, a continuación la carretera continúa en pendiente, para descender suavemente hasta Bierge, al que llego con un parcial de 26,20 kilómetros. Paso por él sin entrar a visitarlo, ya que esta localidad la expongo en varias de mis rutas por el Somontano. Regreso al puente sobre el Río Isuala principio y final de esta ruta con un recorrido parcial total de 29’86 kilómetros.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y:
www.enciclopedia-aragonesa.com
© Cheluy -Sera 2009