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Ruta 27.-Erla, Valpalmas, Lacorvilla, Castillo de Yéquera y  Luna.

 

 

El 12 de enero de 2009 salgo del polígono industrial de Erla con 2380 kilómetros totales, hace mucho frío, y hay una niebla densa, cuando llevo tan solo 290 metros cruzo el Canal de Bardenas, en dirección a Valpalmas. Llego a Valpalmas con 10 kilómetros.

Valpalmas, pueblo que viera crecer a Santiago Ramón y Cajal, es un lugar de la provincia de Zaragoza, perteneciente a la Comarca de las Cinco Villas Situado al norte de la depresión del Ebro, de llanuras arcillosas en el interfluvio Gállego-Arba de Biel, a 493 metros de altitud, a los pies de las sierras exteriores del Pirineo, y economía agropecuaria. En su caserío pasó parte de su juventud el ilustre Nobel de medicina, por este motivo se ha creado en la localidad el “Centro Cultural Ramón y Cajal”, espacio dedicado a la figura del gran investigador. Su población en 1998, era de 198 habitantes.; en 1978, 298.; habitantes.; en 1950, 504 habitantes.; en 1900, 440 habitantes. Valpalmas se ubica entre los ríos Gállego y Arba de Biel, en las laderas del cerro del castellano o de las tres cruces. Son numerosos los vestigios encontrados de época prehistórica, celtíbera, ibérica y romana, como dos interesantes estelas funerarias (Laturina y Geseladín) halladas al sur de la población. Muy cerca de Valpalmas un vecino encontró otro testimonio excepcional y único en el territorio aragonés, la estela de “La Tiñica del Royo”, datada en el Bronce Final (hacia el 800 adC) y que presenta una lira o phomix tallado junto a un escudo que ha sido tomado como emblema de la Comarca de las Cinco Villas, a la que Valpalmas pertenece. El territorio tuvo diferentes pobladores (Iberos, Suesetanos, Vascones) y conoció la prosperidad hasta el final del imperio romano. Poco sabemos de la historia medieval del lugar, conquistado como el resto de la Comarca por los musulmanes y reconquistado luego por Sancho Ramírez, pasando Valpalmas a formar parte de la frontera fortificada del reino. Testigo de lides medievales es el castillo de Gallinero (Siglo XIV-XV), que protegía el camino entre Huesca y Pamplona y del que resta parte de su torre del homenaje, visible desde la carretera que lleva a Casas de Esper, cerca de una monumental encina. Valpalmas fue señorío de realengo y en el siglo XIV perteneció a Lope de Luesia, pasando luego a formar parte del condado de Luna en el que figuraba también, tras pasar por distintas manos, en 1610. En 1783 fue señorío secular y ayuntamiento en 1834.Las calles de Valpalmas siguen un trazado radial centrado en las plazas de Ramón y Cajal y de la Iglesia. Sus casas levantadas en piedra atestiguan la historia y la hidalguía de sus antiguos pobladores con escudos de armas (casas de los Asso, Gállego, Sánchez, Loperena) magníficas portadas (casa Juan Balero), fachadas singulares (casa de los Rombos o Añaños) aleros con distintas decoraciones, rejas de forja y otros interesantes motivos. Las entradas de Casa Polito y Casa Maruja exhiben el emblema de la orden franciscana, recordando que fueron hospedaje y lugar donde se pagaban diezmos a los  monjes del cercano Santuario de Monlora, y Casa Sánchez ofrece un buen ejemplo de la arquitectura señorial aragonesa del siglo XVII. En centro de la plaza se encuentra plantado un enorme mayo, y rodeado por unos bancos en el suelo en una baldosa hay dibujado un busto de Don Santiago Ramón y Cajal; en el otro extremo de la plaza que lleva su nombre se encuentra la casa donde vivió de niño Santiago Ramón y Cajal entre 1856 y 1860 hoy convertida en  el Centro  Cultural Ramón y Cajal, desgraciadamente a estas horas se encuentra cerrada. Uno de los sucesos que más le influyeron al Nóbel durante su niñez en Valpalmas fue la caída de un rayo en la torre de la iglesia y en la escuela anexa en la que se encontraba. El rayo fundió parte de una campana y mató al cura. El horario de visitas es: De Jueves a Sábado de 11 a 13,30 y de 17 a 19 horas., Domingo de 11 a 13,30 horas, Domingo por la tarde y Lunes cerrado.

Me dirijo a la Iglesia parroquial de San Hipólito, pertenece al Neoclasicismo del siglo XVIII, esta se encuentra flanqueada por la casa consistorial y la casa parroquial, el actual templo fue construido sobre otro anterior, siendo bendecido el 1 de enero de 1775. Las obras fueron dirigidas por el Maestro Orencio, vecino de la cercana Villa de Luna. Es un edificio de estilo Neoclásico construido en piedra sillar de nave única de cuatro tramos cubierta con bóveda de cañón, capillas laterales a modo de crucero y coro alto a los pies, donde se sitúa la portada abierta en arco moldurado de medio punto. La torre situada también a los pies en el lado del evangelio, no destaca por su altura, pero aloja campanas en sus tres vanos, la más antigua fechada en 1720. Además del retablo mayor dedicado al titular y bendecido en 1807, la iglesia conserva varios retablos de madera sobredorada o pintada dedicados a santa Bárbara (1787), la Virgen del Pilar (Antes dedicado al dulcísimo nombre de Jesús de 1797), la Virgen del Rosario y la Dolorosa, realizado en el siglo XIX y coronado por un crucifijo del XVI. También se conserva una bella cruz procesional realizada en 1654 en plata sobredorada. El archivo parroquial guarda los registros parroquiales o Quinqui Libris de Valpalmas, Ardisa y Lacorvilla además de los estatutos de la Cofradía de Nuestra Señora de Miramonte (1519), la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario (1773) y un libro del Pío Legado fundado en 1777 por Manuela Águeda Zuera. San Hipólito fue un presbítero de Roma, escritor y gran filósofo fue el primer antipapa de la historia por su aposición a Calixto y a sus sucesores Urbano y Ponciano. Reconciliado con Ponciano, murió como él mártir el año 235.

Bajo la plaza de la iglesia esta la calle de la Fuente donde encuentro el trinquete, es un frontón de doble pared lateral sin contracancha, construido en 1900  en finca privada abierta al uso general; hoy propiedad municipal fruto de una donación y que se utilizó hasta la década de 1930  Valpalmas celebra las Fiestas de San Sebastián, el 20 de enero, con las clásicas hogueras en la víspera. El 9 de mayo, festividad de San Gregorio, procesión al monte de Las Tres Cruces, portando la peana del santo cuatro quintos, desde allí se procede a la bendición de los campos y las cosechas. Del 13 al 16 de agosto, fiestas mayores en honor de San Hipólito. En los meses de mayo y septiembre se va en romería al santuario de la Virgen de Monlora, de Luna, que dista 8 kilómetros. Las fechas varían de un año para otro.

Salgo de Valpalmas con 10´80 kilómetros.

En el kilómetro 11´52  tomo el desvío a la izquierda en dirección a Lacorvilla el indicador dice que está a 4 kilómetros desde aquí.

Llego a Lacorvilla  con 15´54 kilómetros parciales y con una espesa niebla.

Lacorvilla  es entidad local menor perteneciente a Luna provincia de Zaragoza, Comarca de las Cinco Villas; aunque hasta 1834 tuvo Ayuntamiento propio.
Situada a 629 metros de altitud. Su población en 1980 era de 202 habitantes; en 1991 tenía 78 habitantes. Sus datos se remontan al año 1495 siendo conocida con el nombre de Lacorbera.
En la calle Mayor fotografío una casa a la izquierda con balconcillos.

Llego a la Plaza Santa Quiteria, en una replazeta interior se encuentra la Iglesia Parroquial, construida en 1909, contiene una imagen de la Virgen de Yéquera, del Siglo XVI, la misma que estaba anteriormente en la ermita románica del mismo nombre, a unos 2 kilómetros del pueblo y muy próxima al Castillo de Yéquera o Yecra, como también se le conoce y próxima parada de esta ruta.

 

 

Unos amables vecinos me indican la pista que debo tomar hacia el castillo de Yéquera y que ésta está asfaltada hasta Luna.

Salgo de Lacorvilla con un parcial de 16´35 aquí tomo la PRZ-103 que me lleva por una pista asfaltada hasta el castillo de Yéquera cuya estampa, y estado ruinoso, destaca sobre un montículo en una amplia val de cereales y pinos en sus laderas., denominada Val de la Ruta.

En el kilómetro 19’28 llego al castillo, a la derecha hay un camino de tierra que está en muy malas condiciones por las lluvias, y las heladas,  que al descongelarse convierten el camino en un barrizal, por lo que los 200 metros que separan la pista principal de la de acceso al castillo lo hago a pié. Este castillo está situado al oeste de Luna muy próximo al núcleo de Lacorvilla, su construcción estaría relacionada con otros lugares cercanos (Lacasta, Españes, Avago...) como parte de una línea defensiva cristiana. La zona fue repoblada a partir de 1092 por Bazco Azón, merino del rey Sancho Ramírez que mandó construir una torre y donó su iglesia al monasterio de San Juan de la Peña.  El 9 de octubre de 1093 el rey Sancho Ramírez concedió las primicias de Yéquera a San Martín de Biel, documento en el que se dan datos del poblado e iglesia (se cita textualmente Sancti Clementis), pero no se menciona el castillo. Tuvo gran importancia en la ruta de Ejea y Luna a Huesca por Óbano hasta que el avance de la reconquista a tierras más meridionales del valle del Ebro dejó en desuso esta ruta y el lugar quedó despoblado. Perteneció al patrimonio de la familia de los Luna hasta doña Genara de Gurrea, mujer de don Fadrique, hijo bastardo de Martín el Humano. Nada queda de la torre construida en el siglo XI siendo las ruinas que hoy se pueden contemplar las del castillo edificado a finales del siglo XIV. Se trata de una fortaleza señorial situada sobre una pequeña elevación, compuesta por dos torres y una sala. Fuera quedan unos mínimos vestigios del recinto fortificado que la rodeaba. La torre señorial de planta rectangular, puerta en arco y ventanas góticas, conserva las ménsulas que sostenían una garita en cada esquina y está rematada por almenas. Se estructuraba en tres plantas interiores. Se aprecian las ruinas de una sala alargada cubierta con bóveda sobre arcos. La torre pequeña de planta cuadrada, con dos pisos interiores iluminados con estrechos ventanales. Ambas torres unidas por un muro con saeteras y ventanas apuntadas que conserva un arco de entrada. Se aprecian vestigios de otra torre que podría ser de origen musulmán. En los alrededores se encuentran varias tumbas excavadas en la roca.

La ermita, del siglo XIII, es románica “cincovillesa" del XII .Consta de una sola nave con bóveda de cañón, de construcción sencilla acabada en ábside de tambor, con sillares bien escuadrados y alineados. Tiene  dos puertas y abundantes marcas de cantero. En esta ermita se venera a la Virgen de Yecra cuya escultura se guarda en Lacorvilla. 

Ménsulas decoradas con rollos y aspas sustentan la cornisa. El tejado del ábside, es el original de losa; no así el de la nave; que es de teja árabe. Hay dos contrafuertes hasta la cornisa en el muro sur, y tres en el norte; careciendo el ábside de los mismos. La portada se halla a los pies del muro sur, bajo un discreto tejaroz. La portada del templo se compone de tres arquivoltas; decorada la medial con baquetón y de arista lisa las otras dos. Apean en ábaco corrido liso, Una pareja de capiteles sin decoración, a los que faltan los fustes, descargan la central. La puerta de madera contrachapada, esta  muy deteriorada.

Salgo del Castillo con 19´38 kilómetros. Desde aquí el poste indicador marca que hay 5 kilómetros hasta el Castillo de Óbano y 8´2 kilómetros hasta Luna

En el kilómetro 23´42  cruzo el vado   del Río Júnez, inmediatamente a la derecha se encuentra el cruce con la PR que por la derecha se dirige a Júnez y Lacaste, que están a 4´5 y 9  kilómetros respectivamente desde aquí, yo continuo por la izquierda hacia el Castillo de Óbano  que está a 2 kilómetros.

En el kilómetro 24´95 llego al castillo de Óbano  por la cara sur hay una pequeña puerta que me permite introducirme en su interior y compruebo que la torre constaba de cuatro plantas, los muros interiores  van estrechándose conforme ganan altura, el muro superior es menos grueso que el inferior, una forma muy ingeniosa para apoyar las vigas de madera y sobre ellas poner las tablas del suelo. Situado a dos kilómetros al norte de la población, a orillas del río Arba de Biel, el nombre de Óbanos se menciona por primera vez en un documento del Cartulario de Siresa del año 978, aunque es dudoso que se refiera a este castillo. Se construyó con la finalidad militar de consolidar el avance de las tropas cristianas por el valle y preparar la reconquista de Luna y Ejea. Experimentó gran auge al estar situado en una importante ruta, primero  militar en el avance cristiano y posteriormente comercial que enlazaba el valle del Ebro con Huesca a través de las Cinco Villas, valle del Gállego y Ayerbe. la importancia del castro en ese momento queda patente por las numerosas veces en que el propio rey Sancho Ramírez aparece localizado en este castillo:

En el convenio de herencia entre el infante Pedro I y su hermano Fernando, firmado en Sos en noviembre de 1086, aparece una referencia segura al castillo de Óbano de donde se deduce que lo mandó construir su padre el rey Sancho Ramírez, cuyo reinado comenzó en el año 1063. Desde este lugar a orillas del Arba de Biel, el Rey Sancho Ramírez concedió a Luna el Privilegio de tomar agua de este río, el 2 de septiembre de 1092.  El 4 de septiembre de 1092 concediendo al Monasterio de San Juan de la Peña las décimas de Monteluna y varias almunias como Yécra, Júnez, Binies, Paduls, Hispaniés, Valpalmas, Libros, Erla, Fraxineto, en agosto de 1093 entregando a su merino Banzo Azones terrenos para edificar, poblar y cultivar en Luna, Iechar y Avago (San Juan de Abago en el término de Agüero cerca de Júnez)
 25 de agosto de 1093, resolviendo un litigio entre el obispo de Jaca y la iglesia de San Pedro de Siresa. el 9 de octubre de 1093 donando iglesias, términos y derechos al monasterio de San Martín de Biel. Por las descripciones del año 1094, Óbano debió experimentar un gran auge y se ampliaron los edificios ante el aumento de moradores y la necesidad de atender el tránsito de gentes, llegando a disponer de su propio molino e iglesia consagrada a Santo Tomás apóstol. Pasó a pertenecer a Luna tras su reconquista y la carta de población concedida por el rey Sancho Ramírez a la villa fue redactada en este castillo. El propio rey daba la Iglesia de Santo Tomás de Óbano a San Martín de Biel y posteriormente pasaría al monasterio de San Juan de la Peña. El 24 de octubre de 1098 el rey Pedro I dona la cuarta parte de las décimas de Óbano en el acta de consagración de la iglesia del monasterio de Leire. También se alude con frecuencia a Óbano en los documentos de San Juan de la Peña e igualmente en el testamento de Alfonso I en 1131. Hacia 1167 el castillo de Óbano pertenecía a los templarios por donación de Alfonso II y era utilizada como torre de vigilancia en el camino de Ejea a Huesca. No figura en el testamento de don Artal de Luna fechado en octubre de 1289 pero entra a formar parte del patrimonio de la familia de los Luna ya que sí aparece en el testamento de don Lope de Luna, fechado el 10 de agosto de 1358, donde el primer conde de Luna lo dona a su hija la futura reina María de Luna y en un libro de cuentas de su esposo el  infante aragonés Martín, futuro rey Martín I, fechado entre los años 1368 y 1376, aparece Óbano con un censo de 20 personas. El castillo de Óbano fue perdiendo importancia y poco a poco quedó despoblado. El abandono del lugar y el paso del tiempo llevaron la consiguiente ruina de sus edificios.  
Los restos del castillo de Óbano se reducen a una esbelta torre de planta rectangular que se alza sobre una base de piedras de unos tres metros de alto. Esta base esta prácticamente enterrada y solo es visible su parte superior. La torre tiene unos nueve por siete metros de planta y quince de altura, gruesos muros de casi dos metros de espesor, el remate almenado se encuentra muy deteriorado. Presenta numerosas saeteras y vanos de iluminación. La puerta de entrada está situada en alto, es muy estrecha, de forma rectangular por fuera y semicircular por dentro y sobre ella una ventana con sentador y antiguamente debió y tener un balconcillo de madera. En el interior, la torre está estructurada en cuatro plantas superpuestas y una azotea que se comunicaban entre sí por una escalera de caracol. La citada puerta de entrada está situada en la segunda planta ya que el primer piso es un sótano o almacén. Han desparecido las techumbres. Debió de tener una galería de madera que recorría el exterior de los muros de la torre en su parte alta. Se aprecian algunos restos del recinto fortificado que la defendía, lamentablemente utilizados para construir la casa de labor adosada a la torre. Algunos restos de sillares almohadillados en la zona central hacen pensar que la torre se pudo reconstruir con materiales procedentes de otra construcción anterior, posiblemente musulmana.

En el kilómetro 25´52 cruzo el río Arba de Biel.

En el kilómetro 26´96 la PRZ-103 deja la pista asfaltada y se introduce por la izquierda, 100 metros  mas adelante a la izquierda del camino se encuentra la ermita  de la Misericordia, terminada la visita vuelvo de nuevo a la pista asfaltada que en el  kilómetro 27´73 sale a la Carretera A-1103 que va de Ejea  a Biel.

En el  kilómetro 28´6  llego a Luna y comienzo a subir la cuesta que me lleva a la  “Corona” se llama así porque en  el año 1092, el rey Sancho Ramírez ordenó construir un castillo y repoblar la zona. Los restos de la antigua construcción se localizan en lo alto del montículo sobre la roca viva. El conjunto histórico lo completan las iglesias románicas de San Gil y de Santiago... Parte alta del monte donde nació el antiguo poblado, fundado por Banzo Azón, merino del rey Sancho Ramírez, quien le entregó la zona en 1092 para que construyera un castillo y repoblara la zona reconquistada a los musulmanes. La antigua torre de piedra del siglo XI (posiblemente sobre otra de madera musulmana) fue derruida en 1960 y era semejante a las de Óbano y Yécra. Los restos de la antigua construcción se localizan en la cumbre del montículo, asentados sobre la roca dominando la población crecida a los pies del montículo. El conjunto histórico lo completan dos iglesias pertenecientes al arte románico, Santiago y San Gil.

Los restos del castillo se reducen a algunos muros de mampostería que formaban parte del recinto amurallado y que pueden apreciarse en un extremo de la meseta junto a la iglesia de San Gil, donde también existen sepulturas medievales en la roca, tumbas antropomorfas.

Se conserva parte del palacio-fuerte de la familia de los Luna, de estilo gótico, siglo XIV, que estaba flanqueado por dos torres y en la fachada trasera entre otros vanos, una ventana germinada con arcos de medio punto.  La monumental iglesia románica de San Gil de Mediavilla, esta situada en un extremo del cerro, la, obra de finales del siglo  XII. Construcción de un estilo impecable por su perfección y elegancia arquitectónica, obra de un hábil maestro que dando un toque personal al románico más notable deja un sello especial.  De planta rectangular y ábside en forma de medio decágono, la construcción se realizó con piedra de sillería muy regular y el tejado a dos vertientes es de piedra puesta al descubierto. En el ábside hay tres ventanas abocinadas, de tipo lemosín. En el muro oeste existe un óculo, abocinado y provisto de una pequeña claustra, y debajo una sencilla puerta con arco de medio punto que lleva un crismón. 

En el muro norte esta la puerta principal con dos arquivoltas profundas conservándose únicamente una escultura que representa un apóstol que sirve de columna y el capitel reproduce dos esfinges en simetría axial, afrontadas y en contacto.

La portada incluye un tímpano esculpido, del siglo XII, algo erosionado, que representa una escena de la vida de San Gil, donde una loba adora al santo y una multitud de guerreros contemplan la escena. En el interior, la nave se cubre con bóveda de cañón. La arquería se encajada entre columnas y descansando sobre ábacos que conservan sus capiteles. Las columnas de la arquería se han ido arrancando pero los capiteles son historiados y se conservan en buen estado representando la vida de Jesucristo. Arquería ciega prolongada casi hasta el otro extremo de la nave que la diferencia de otras iglesias de su estilo.

La escultura de los capiteles es muy interesante. hay un ciclo de la vida de Cristo destacando la escena de la Eucaristía con San Juan reclinado sobre la mesa. Otro capitel completa la historia de la vida de San Gil iniciada en el tímpano de la entrada y parece ser que representa en dos escenas el pecado de Carlomagno, revelado a San Gil y el entierro de los muertos de Roncesvalles. 

Esta combinación de temas legendarios siguen trayectorias distintas pero también están unidos en la famosa vidriera de la catedral de Chartres. La calidad de sus esculturas es muy buena y el estilo tiene gran parecido a los capiteles del claustro de Moissac lo que incluiría a San Gil dentro de la escuela de la peregrinación a Compostela. La portada es parecida a la de Sos y con influencias de la de Sangüesa. Las molduras recuerdan a la portada de Mierge Villa de Saint Sernin de Tolouse. La arquería interior es del mismo estilo que las de Loarre, Agüero y Sos. Por la arquería pertenecería al siglo XII pero tiene otras características que recuerdan al Cisterciense y las jambas de la portada  muy parecidas a otras iglesias de la comarca de principios del XIII. 

Existía la mala costumbre de que los chiquillos del pueblo fueran a tirar piedras a la puerta de San Gil diciendo que iban a apedrear judíos.

Desde aquí me dirijo a la Iglesia de Santiago del Siglo XII. Declarada Monumento Nacional el día 20 de julio de 1974, la iglesia románica de Santiago fue consagrada en el siglo XII, año 1111. 

Su origen pudo estar en el año 1092 cuando el abad de San Juan de la Peña y el obispo de Pamplona realizan la donación de un lugar llamado Gallícolis para edificar una iglesia, aunque esta donación podría tratarse para construir la actual parroquial de Santiago y San Miguel cuyo edificio original fue consagrado en el año 1178.  Es de estilo románico construida con piedra de sillería. Consta de una nave de planta cuadrangular cubierta con bóveda de cañón, no tiene ventanas y termina en un ábside semicircular que comprende una cripta debajo del altar mayor. Tiene como añadidos posteriores dos capillas más y la sacristía. Aunque estuvo pintada no conserva nada de sus antiguas pinturas.

Los muros tienen pilares donde se apoyan los arcos fajones de la bóveda apuntada y por fuera los muros se rematan en cornisa decorada. En la portada, tres arquivoltas sobre sencillas jambas con una decoración variada y protegida con un pequeño tejado sobre canetes esculpidos y encima tres ventanas con arco de medio punto. Conserva varios retablos, destacando uno dedicado a Santiago de principios del siglo XVI y la cripta esta presidida por una talla gótica en piedra de la Virgen, del siglo XV. La pila de agua bendita procede del despoblado de júnez. La existencia de tumbas románicas indica que fue parroquial de su barrio con cementerio propio para enterrar a sus vecinos. La necrópolis es de tipo antropomorfo (característico de la época de reconquista, datándose entre los siglos X y XII) y se extiende tanto en el exterior como en el interior de la iglesia. Unas tumbas están excavadas en la roca y otras son de tipo sarcófago, todas orientadas de este-oeste (la cabecera al oeste) según el rito cristiano. Las excavaciones muestran enterramientos sucesivos y una de ellas, en la nave central con una cubierta plana de losas anepigráficas, en su interior  junto a restos humanos también han aparecido fragmentos de cerámica vidriada del siglo XVI, restos de una copa de vino, grandes clavos de ataúdes de madera y lo más destacado un cristo de terracota en madera muy tosca que posiblemente cubriría un ataúd perteneciente a personajes de cierta relevancia.   Desde aquí me dirijo a la llamada torre del Reloj, está sobre la roca visible y domina la población asentada en  la ladera y en el pie del monte. Es de planta cuadrada con saeteras y una letrina-matacán. Este edificio constaba de dos torres de piedra de cantería, de las que subsiste una que por su ubicación y visibilidad se aprovechó para colocar el reloj, función que sigue desempeñando en la actualidad y que le ha dado su denominación actual de “Torre del Reloj”. La torre muestra en su parte alta en la cara este una letrina. Es de planta cuadrada y a su lado hay un cuerpo de edificio cuya fachada posterior, mirando al precipicio, muestra una ventana geminada de arcos semicirculares. El edificio al que se adjunta, hoy arruinado, la Casa de la Abadía, pudo ser parte del antiguo castillo. Los restos de unos agujeros hacen pensar en una primera torre de madera posiblemente musulmana. Alfonso I (el futuro batallador) fue teniente del castillo en el 1097, y en los siglos posteriores fueron los diferentes miembros de los Luna quienes ocuparon este puesto. Siguiendo el descenso por el caserío, encuentro en una pequeña replazeta el palacio de los condes de Luna, con galería de arcos conopiales y un hermoso alero de madera labrada, este edificio es de fines del siglo XV.

La Plaza Mayor, con arquerías apuntadas, sirve de enlace con la zona llana, más moderna. En ella se alza la Iglesia Parroquial de Santiago y San Miguel.

La primitiva iglesia fue consagrada en 1178 y su origen pudo estar en el año 1092 cuando el abad de San Juan de la Peña y el obispo de Pamplona realizan la donación de un lugar llamado Gallícolis para edificar una iglesia cuyo edificio original fue consagrado en el año 1111 bajo la advocación de Santiago y Santa Anastasia. De su precedente románico perviven sólo dos crismones embutidos en sus muros.

El actual edificio fue construido entre los años 1734 y 1767 siguiendo el proyecto de fray José Alberto Pina. Se trata de una obra de estilo tardobarroco donde destacan sus grandes dimensiones y una decoración bastante simple. En el exterior varios vanos adintelados  y un óculo sirven de iluminación al interior. Sobre la puerta principal la imagen de Santiago en una hornacina flanqueada por dos escudos. La torre, de escasas proporciones por la falta de recursos durante su construcción, embutida dentro del cuerpo de la iglesia. El interior de la iglesia parroquial se distribuye en tres naves laterales separadas por pilares. La capilla mayor luce un bóveda estrellada. A los pies un coro. En la iglesia parroquial se guardan pinturas, esculturas y piezas de orfebrería en su mayoría de estilo barroco. Destacan por su interés una cruz procesional en plata sobredorada del siglo XV, una custodia en forma de templete del siglo XVI. Entre los retablos el de La virgen con el niño, de 1481,  atribuido a Miguel Ximenez, retablo de la Virgen del Rosario tallado en la segunda mitad del siglo XVI. Dos pilas de agua bendita del siglo XVII y una puerta labrada de madera con decoración de medias lunas preceden al retablo del Niño Jesús, obra del siglo XVI en estilo plateresco. Obras de interés son una imagen de San Sebastián de 1608 cobijada en el retablo de la Sagrada Familia, el órgano barroco del silo XVIII, dos puertas de madera labrada del siglo XVII situadas en el Prebisterio y la rejería  y sillería del coro. Saliendo de Luna hacia Erla por el sur de la villa, a la derecha de la marcha encuentro un precioso peirón de piedra, construido en piedra una sola pieza en forma de una cruz sencilla. Parto desde aquí con 30´36 kilómetros.

En el  kilómetro 31´28  cruzo el Río Arba de Biel y paro a contemplar su azud y el soto junto al puente de Hierro.(Actualmente derruido) para construir un puente nuevo adaptado a la nueva carretera.

En el  kilómetro 36´06 cruzo de nuevo el Canal de Bardenas.

Regreso al polígono industrial de Erla con  36´89 kilómetros.

 

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

 

Serafín Martín.

 

 

Fuentes propias y:

http://www.luna.es.

http://www.romanicoaragones.com

http://www.enciclopediaaragonesa.com.

http://www.caiaragon.com/es/actividades.

http://www.cincovillas.com

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