|
|
Ruta 26.- Zaragoza, camino natural del Ebro, Galachos de la Alfranca
El camino natural del Ebro GR-99 se define como una ruta de carácter senderista, financiada por el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino sobre un proyecto inicial de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), que apoyó desde el primer momento, la Confederación Hidrográfica del Ebro.
El 20 de Septiembre de 2008 salgo del barrio zaragozano del Actur con un total 2042 kilómetros recorridos.
Salgo por la avenida de los Pirineos ,cruzo el Ebro por el Puente de Santiago ,para coger el carril bici, que discurre por la margen derecha del ebro, en dirección Este (Echegaray y Caballero) este tramo es muy entretenido ya que pasa por la basílica de Nuestra Señora del Pilar, que veo a la derecha ,el Club Náutico, El Puente de Piedra, El Puente de Hierro, que voy dejando a la izquierda, el nuevo parque de la Unión , cruzo por una pasarela la desembocadura del Río Huerva, y que pasado este , a continuación el carril bici pasa por debajo del Puente de la Unión, (donde se inicia el Camino Natural la Alfranca) entrando en el Barrio de Las Fuentes. Antes de que se constituyera como barrio era zona de huertas, y era denominado así por las numerosas filtraciones de agua procedentes del Ebro. a continuación a la izquierda veo el nuevo puente peatonal construido sobre el azud del Ebro, seguidamente paso por debajo del puente del tercer cinturón (Puente de Giménez Abad) y a escasos metros de este cuando llevo un parcial de 4´74 kilómetros paso por debajo del puente del ferrocarril por una magnífica pista de tierra. En este punto tiene su inicio el Soto de Cantalobos. El Soto de Cantalobos, es una zona de gran valor ecológico. Soto, que deriva del latín “saltus”, significa arboleda junto al rio.
Este tramo de ribera elegido está situado en la margen derecha del Ebro, aguas debajo de Zaragoza, al final del barrio de las Fuentes, entre el puente del tercer cinturón y el inicio del soto de Cantalobos. Esta zona de ribera tiene un gran valor cultural como ecológico, pues este tramo de ribera forma parte tanto del Camino de Santiago del Ebro, identificado por las conocidas flechas amarillas, como del futuro corredor verde del Ebro.
En e kilómetro 5’040 a la izquierda diviso enfrente de mí la desembocadura del Río Gállego, donde la Galia e Iberia unen sus aguas.
El Ebro nace en Fontibre y atraviesa las Comunidades Autónomas de Cantabria, La Rioja, Navarra, Aragón y Cataluña, hasta que llega al mar Mediterráneo. Su nombre indica deriva de “Iber” (Iberos Flumen), que da lugar también al nombre de la Península Ibérica.
El ebro recoge las aguas de numerosos afluentes su paso por Zaragoza desemboca en sus aguas el rio Huerva por la derecha y el Gállego por la izquierda. Es el rio más caudaloso de España. Ante mis ojos, en la otra orilla donde se encuentra el Gállego, uno de los grandes cursos de fluviales de la cuenca del Ebro. Nace en Col D´Aneu al norte de Sallent de Gállego a 2.200 metros de altitud. Tras salvar un desnivel de 2.014 metros y recorrer 215 kilómetros, las aguas del Gállego se unen aquí con las del Ebro. Este rio es conocido por sus ribereños como Galigo, vocablo que procede de “Gallicum” constatando la presencia de los galos en la parte alta de su cuenca. Luego la toponimia oficial ha convertido el término en esdrújulo para, seguramente, diferenciarlo del gentilicio” gallego”.
Desde aquí también se aprecia una isla o “mejana”. Mejana deriva del latín mediana, es decir, “que está en medio”. Significa isleta de un rio. Estas formaciones son frecuentes a lo largo del curso fluvial del Ebro, que arrastra grandes cantidades de materiales gravas, cantos rodados, arenas, limos) que se acumulan cuando encuentran un obstáculo y disminuye la velocidad de la corriente. En este caso, el obstáculo se genera por el aporte del material que arrastra el Gállego hasta la confluencia del Ebro. Las mejanas se caracterizan por la rapidez con la que la vegetación las coloniza, y constituyen refugio para muchas aves acuáticas.
A continuación el camino discurre por una de las masas de Olmos mejor conservadas del entorno de Zaragoza, los olmos forman parte del bosque de ribera y se desarrollan en suelos fértiles y húmedos. Ocupando los lugares mas alejados del cauce. Para el hombre, es un árbol muy valioso y de gran utilidad, pues ya los romanos lo aprovechaban para la construcción de aperos y herramientas. Además de su madera, sus hojas, se consumen como infusión en algunos países.
En el kilómetro 7´50 zona de descanso con fuente a la izquierda. Me siento un privilegiado por tener este espacio natural tan próximo a mi ciudad. Es el bosque de ribera mejor preservado, y el más largo de los que existen en nuestro término municipal. Sobre su suelo fértil crece una variada y rica vegetación, lianas, inmensos árboles, zarzas, que dan cobijo a una interesante fauna. Es un espacio frágil y muy amenazado por su ubicación muy próxima a la ciudad.
En este punto del recorrido, a mi derecha disfruto de la agradable vista de la huerta, caracterizada por unos suelos muy fértiles, gracias al aporte de nutrientes del rio tras las crecidas. El clima extremo impone un crecimiento rápido de los vegetales, pero les proporciona un sabor más intenso. La huerta también actúa como pulmón de la ciudad de Zaragoza e identifica el Valle por su diversidad y riqueza paisajística. Aquí se cría la reina de la huerta zaragozana “La Borraja” esta planta originaria de África, la introdujeron los árabes en esta zona de ribera. Su resistencia al frío y a las heladas ha hecho que sea la gran protagonista de la huerta zaragozana. Por la izquierda ahora me acompaña el Fresno Común árbol de hoja caduca y de aspecto imponente que puede alcanzar 40 metros de altura. Este árbol es muy longevo pudiendo alcanzar los 200años. Su madera se emplea en carpintería, ebanistería, en la fabricación de juguetes, útiles deportivos como esquís o raquetas de tenis. También hay abundantes Cañizares. Esta especie perenne perteneciente a la familia de las gramíneas, suelen medir de 3 a 5 metros y su tallo en la parte más baja está deshojado, concentrando todas las hojas en la parte más alta. Crece en suelos muy húmedos por eso la podemos observar cerca del rio, de las acequias y pequeños cursos de agua.
En el kilómetro 8´26 paso por debajo del puente del cuarto cinturón, la nueva circunvalación que une la carretera de Huesca, Barcelona, y Madrid, con las de Teruel, Valencia y Castellón. Cuando la pista deja atrás el soto, la pista se discurre junto a la mota de defensa. Caprichoso e indomable, el Ebro circula por donde quiere y cuando aumenta su cauce, inunda y arrastra todo lo que encuentra en su camino. El hombre ha intentado tradicionalmente regular la dinámica fluvial. En muchos casos no se pueden dominar los procesos naturales de un rio tan dinámico como el Ebro, que producen la inundación de los campos de cultivo, la formación de mejanas o la formación de galachos..Estos muros llamados motas, están hechos a base de arena y grava compactada, generalmente paralelos al cauce del río, evitan la inundación de los campos de cultivo.
En el kilómetro 9´22, paro en el mirador sobre el rio Ebro, para contemplar el Meandro de Villarroya. Este espectacular soto pertenecía al marqués de Villarroya, de donde procede su nombre. Este constituye una de las trece porciones de bosque de ribera que quedan bien conservadas a lo largo del tramo del Ebro, desde Novillas a la Zaida.
En el kilómetro 9´48 hay una zona de descanso con fuente. Prosigo la marcha y me encuentro acompañado con Sauces Blancos y Álamos Blancos. El Sauce Blanco siempre lo encontraremos cerca de los ríos, sobre suelos arenosos y ricos en sustancias nutritivas. Forma grandes grupos que llamamos saucedas, y convive con los demás árboles del bosque de ribera. Su corteza ya se utilizaba en el tercer milenio a.C. en Mesopotamia, para el tratamiento del dolor. Es un gran árbol farmacia que ha permitido el alivio de la gota, la diarrea, el dolor de oído y las enfermedades de la piel. La aspirina se desarrolló a partir de la salicina de las hojas y corteza, cuando hace 100 años el químico Hoffman sintetizó el ácido acetil salicílico.
En el kilómetro10´80 a la izquierda de la marcha se encuentra una atalaya sobre un montículo artificial.
En el kilómetro 11 a mi izquierda siguiendo el orden de marcha, me encuentro de nuevo con otra atalaya sobre un montículo artificial, si damos la espalda al rio, enfrente de esta atalaya, está la población de La Cartuja Baja.
En el kilómetro 11´57 la derecha de la marcha, esta el empalme con el camino que se dirige a la Cartuja, que dista desde aquí a 0´9 kilómetros.
En el kilómetro 12 llego a la pasarela del Bicentenario por donde cruzo el Ebro en dirección al Centro de Interpretación de la Reserva Natural Dirigida de los Galachos de la Alfranca de Pastriz. A un lado de la pasarela del Bicentenario hay un monolito, con una placa y en ella están inscritos los nombres de: Bernardo Carrillo rebollo; Miguel Gómez Esteban; Pascual Gómez Palau; Aurelio Rodrigo Vera y Jesús Salvador Pinós que perecieron ahogados el 14 de mayo de 1944. Al cruzar el rio me encuentro en la margen izquierda en la huerta del barrio de Movera, el agua llega a esta zona gracias a la acequia “Urdana” y a sus seis arterias o brazales. Fue construida en siglo XII por los musulmanes de Saraqusta (Zaragoza), tomando las aguas del Gállego y transportándolas por gravedad. Movera en sus orígenes debió ser un conjunto de torres, parecidas a las actuales, dispersas entre un mar de huertas.
En el kilómetro 15´64 paso por el Soto Benedicto. Más adelante observo un meandro del rio, donde se puede intuir que la cantidad de agua que lleva, la poca pendiente del tramo medio del Valle del Ebro y la composición del suelo determinan su curso meandriforme. En los meandros la corriente de agua golpea con fuerza la margen cóncava, “arrancando” el material (arena, grava...) de la orilla. Tras chocar, la velocidad de la corriente disminuye lo que provoca que en la margen convexa se acumulen los materiales arrastrados.
En el kilómetro 16´93 llego al cruce de camino a la Mejana y a Zaragoza, indicando una distancia de 12 kilómetros a Zaragoza y 3´5 kilómetros a Pastriz. Su nombre
proviene de pastos que abundan en la zona. Deriva de la época prerromana.
En el kilómetro 18´46 dejo la localidad de la Alfranca a la izquierda y sigo por la carretera.
En el kilómetro 21´21 llego al Centro de Interpretación de la Reserva Natural Dirigida de los Galachos de la Alfranca de Pastriz. La Alfranca, es vocablo de origen árabe que significa “La Franca” es decir, lugar o tierra libre de deberes y contribuciones.
Galacho, vocablo aragonés que significa meandro del río abandonado. En 1453 los propietarios de esta finca eran las principales familias judeo conversas de Zaragoza. Por esta época la finca se componía de una casa, una torre agrícola, una iglesia campanario, corralizas y parideras. Esta situación duró hasta el siglo XVI. En este siglo la familia Fuembuena nuevos propietarios de la Alfranca, dan un gran impulso ganadero a la Finca. A mediados del siglo, esta familia se une por vínculos matrimoniales a los Jordán de Hurríes, Marqueses de Ayerbe. En estos momentos la finca vive su época de mayor esplendor. En el siglo XVII sigue perteneciendo a los Marqueses de Ayerbe. Paulatinamente, los edificios pierden la función para la que fueron creados y pasan a ser espacios lúdicos y de recreo. La importancia de los jardines se incrementa. Se consolida y se crea junto a la casa un jardín neoclásico. En los siglos XVIII y XIX la casa se convierte en una “Villa” romántica y cortesana donde la nobleza zaragozana pasará grandes temporadas dedicadas a fiestas y cacerías. En 1884, se acaba de construir el Convento de San Vicente de Paúl, llamado así porque fue donado a la Congregación de Padres Paúles. En el siglo XX en el año 1952, la finca la adquirió el IRYDA (Instituto de Reforma y Desarrollo Agrario) y puso en marcha un poblado de colonización agraria y ganadera. A finales de los noventa, la finca pasa a ser propiedad del Gobierno de Aragón y empiezan las obras de restauración para transformarla hacia su actual uso. Ya en el siglo XXI , en abril de 2005 se inaugura el Centro Internacional del Agua y el Medio Ambiente (CIAMA). El CIAMA es el referente en sensibilización y educación ambiental de los centros de la Red natural de Aragón por su diseño, proyección y elaboración de contenidos.
Para recibir la información necesario me dirijo al edificio de acogida, información y orientación a los visitantes, situado en las antiguas caballerizas, desde aquí se accede al resto del complejo.
En este Palacio de los Marqueses de Ayerbe o Casa de Palafox, de corte neoclásico, construido en el siglo XVIII, se encontraba el General Palafox cuando en 1808 fueron a buscarlo los zaragozanos para que se rebelara contra el ejército francés en la Guerra de la Independencia. El edificio fue dejándose de utilizar poco a poco hasta su completo abandono en el último tercio del siglo XX. El magnífico aspecto que ofrece esta construcción de sobrias proporciones, es el resultado de las obras de consolidación estructural y rehabilitación. Su planta baja alberga una interesante exposición sobre la historia de Aragón y algunos de sus personajes más relevantes. En las dos plantas superiores se ubican las dependencias principales del centro de estudios, aulas y talleres.
El jardín que rodea el palacio es un espacio histórico cuya fecha de construcción se apunta entre los siglos XVIII y XIX, de estilo neoclásico e influencia francesa. Ocupa una superficie de 8.515 m2, dividida en dos partes por el palacio. La parte anterior fue modificada en 1972, presentando una mezcla de especies vegetales plantadas libremente. La parte posterior, organizada alrededor de una fuente circular, se encontraba en un total abandono a finales del siglo XX.
En el 2000, el jardín fue objeto de estudio e inventario botánico para proceder a su restauración.
De estilo neoclásico también existen otros jardines similares al de la Alfranca en la comarca de Zaragoza, como por ejemplo: la Casa Palacio del Barón de Guía Real, en Pastriz; el Palacio de la Duquesa de Villahermosa, en Pedrosa; el Palacio del Marqués de Villafranca (Siglo XVII), en Villafranca de Ebro; la Torre de Buril (mitad del siglo XIX); la Cartuja de Aula Dei (Siglo XVI y XVII); y la Casa de los Clemente (1803), estos tres últimos en Zaragoza. Las verjas están compuestas de un zócalo de ladrillo con albardilla de mortero sobre ladrillo saliente, de las que arrancan pilastras de ladrillo macizo visto. En la verja principal, estas pilastras están coronadas por un remate de ladrillo revocado, sobre el que había un Jarrón de hierro fundido. Entre las pilastras de ladrillo cierran los vanos una verja de hierro forjado por dos llantas de hierro que enmarcan juego de anillos alargados y circulares alternados. La llanta superior esta rematada por puntas de lanza de chapa de hierro. La puerta principal es de dos hojas de hierro forjado, con una luz útil de 3´60 metros apoyada en sendos pilares de hierro fundido, con fuste estriado. En la verja lateral, sobre el zócalo y entre las pilastras está montada una verja de hierro forjado formada por dos llantas de hierro que soportan barras de hierro rematadas por puntas de lanzas forjadas en las mismas barras; aproximadamente cada diez y seis de ellas está intercalado un barrote de cuadradillo de mayor espesor.
Se conserva en el jardín trasero un estanque circular de 5´80 metros de diámetro y 1´20 de fondo, con una fuente en el centro de la cual solo queda el pedestal y la base de hierro fundido. Está rodeada de una barandilla de hierro forjado.
Hay un jardín de piedras (Jardín geológico): Granitos, Ofitas, Cuarcitas, Calizas Blancas, Calizas de Calatorao, Calizas Grises, Calizas de la Puebla, Travertinos, Halitas, Areniscas Paleozoicas. Terminado el recorrido por estos singulares jardines, visito la noria. Esta pequeña construcción de ladrillo alberga la rueda de paletas que permitía tomar agua de la acequia principal y desviarla hacia un depósito que abastecía de agua mediante canales, a las viviendas existentes en la finca, al palacio, al huerto, al jardín y a la zona de gallinero. La construcción que alberga la noria sirvió de apoyo para la construcción de una “ruina” también de ladrillo en forma de castillo al que se le han acoplado otros elementos constructivos. Consta de una torre almenada, con ventanas ciegas, solo para ser contemplada por su zona frontal, ya que la parte posterior no llegó a realizarse. Tras su limpieza en 1998 quedó al descubierto una entrada o puerta con arco de medio punto que permite adentrarse en lo que se denominaba “registro de llaves” Inmediata a esta última construcción y apoyada en la noria se creó una estructura a base de piedra toba para representar el fondo de una cascada, desviando parte del agua de la noria, a fin de que la misma se depositara en el estanque semi hexagonal que allí fue creado. La gruta presenta una oquedad que bien pudo exhibir alguna escultura o figura religiosa.
En el año 1884 se construye sobre una iglesia anterior, esta Casa Misión (Convento) a fin de acoger a la congregación de Padres Paules para que ayuden material y espiritualmente a los colonos. El conjunto conventual quedó con figurado por una iglesia en la fachada principal, a la cual se podía acceder a través de un puente desde el contiguo palacio de los marqueses de Ayerbe, y unas dependencias alrededor de un patio en la parte posterior. El edificio presenta una planta simétrica, de composición ecléctica con dos torreones de planta poligonal, rematados por dos pináculos de gran altura, recubiertos con zinc y que desaparecieron durante el primer tercio del siglo XX. Bajo el torreón derecho se ubica el ábside de la iglesia y bajo el izquierdo se sitúa una escalera de traza monumental, que daba acceso a la planta superior.
Estuvo habitado desde 1885 hasta 1897 momento en que las precarias condiciones de vida tanto económica como sanitaria, hicieron inhabitable el lugar. A mediados del siglo XX se llevaron a cabo algunas modificaciones como consecuencia de la utilización de unas estancias para escuela y otras para viviendas de colonos. El edificio ha sido rehabilitado y ampliado en el 2003 para albergar el Centro de Interpretación del Medio Natural de Aragón y un pequeño salón de actos. En su interior se puede disfrutar de un amplio y moderno espacio expositivo, que recorre los Espacios Naturales Protegidos de Aragón y los usos tradicionales del territorio. Una vez disfrutado de esta espacio maravilloso inicio el regreso deshaciendo el camino.
Llego al Actur con recorrido parcial total de 42´72 kilómetros.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y:
Cuadernos editados por el Gobierno de Aragón de la Red natural de Aragón.
© Cheluy -Sera 2009