Ruta 156 por Cataluña.- Salou, La Pineda, Vila Seca.
Ruta 156 por Cataluña.- Salou, La Pineda, Vila Seca.
Ruta 156 por Cataluña.- Salou, La Pineda, Vila Seca.
El 4 de Septiembre de 2016 llevo un total de 12.184m kilómetros.
Salou es un municipio español de 26 558 habitantes (INE 2014) situado en la Costa Dorada, provincia de Tarragona, Cataluña, a 10 kilómetros de la ciudad de Tarragona y a 8 de la ciudad de Reus, y colindante con los núcleos urbanos de Cambrils, Vilaseca y la Pineda. Es considerada la capital de la Costa Dorada, al ser el destino turístico más importante.
Fundada por los griegos en el siglo VI a. C., la ciudad constituyó un destacado puerto comercial durante la Edad Media y la Edad Moderna.
A lo largo del siglo XX, Salou se convirtió en un importante centro turístico, condición que mantiene en la actualidad.
En las cercanías de la localidad se encuentra el parque temático Port Aventura.
Según la hipótesis actualmente aceptada, Salanrio (ciudad saneada) fue fundada con en el siglo VI a. C. por griegos de la región de Fócida.
La primera fuente escrita que menciona la ciudad es la Ora maritima, del escritor romano Avieno (siglo IV). Este libro, basado en un texto griego de entre 530 y 500 a.C, realiza una descripción geográfica del litoral mediterráneo de Hispania, desde Gibraltar a Marsella.
Durante la dominación romana, la ciudad pasa a denominarse Salauris, y constituye uno de los puertos más importantes de la Hispania Citerior.
A partir de aquí, y con la invasión musulmana, se produce un progresivo despoblamiento y abandono del territorio.
La ciudad vuelve a florecer con el impulso de la Reconquista, otorgándose en 1211 la jurisdicción del territorio al arzobispo de Tarragona.
Dadas las excepcionales condiciones del puerto natural de Salou, protegido por el cabo de Salou, el lugar se convierte rápidamente en uno de los puertos más importantes de la Corona de Aragón, importancia que prevalecerá hasta el siglo XIX. Así, a petición de los mercaderes de Barcelona, Tarragona y Tortosa ante los ataques de los piratas sarracenos mallorquines a las flotas comerciales catalanas, el seis de septiembre de 1229 el rey Jaime I de Aragón concentra en Salou, Tarragona y Cambrils a una escuadra aragonesa que partiría a reconquistar Mallorca a Abú Yahya, el gobernador almohade de la isla.
Debido a los saqueos piratas que atemorizaban a la población, en el año 1530, Pere de Cardona, Arzobispo de Tarragona, ordena construir la Torre Vieja de Salou, para defensa de la ciudad.
En el transcurso de la sublevación de Cataluña (1640) también denominada "guerra o revolta dels segadors" en el año 1649, el general felipista Juan de Garay Otañez, obliga a los reusenses (habitantes de Reus, capital del Bajo Campo) a destruir las fortificaciones de Salou con la finalidad de evitar que fueran utilizadas por los "somaténs" catalanes (milicia armada que se reunía en los pueblos con el toque de las campanas) o sus aliados franceses.
En el año 1673, el arzobispado otorga los derechos de la ciudad al municipio de Vilaseca, iniciando un proceso por el cual esta villa irá adquiriendo la posesión de Salou y su puerto, situación que se ha prolongado hasta hace pocos años.
La importancia comercial del puerto de Salou continúa durante el siglo XVIII y principios del XIX. El año 1766 se bendice la iglesia de Santa María del Mar. En 1820 se edifica la Capitanía y la Nueva Aduana (actualmente derruida) en la calle Barcelona. En 1858 se inaugura el faro, situado en el Cabo Salou.
A principios del siglo XIX, el puerto de Salou entra en decadencia y a mediados de siglo se prohíbe su funcionamiento. La ciudad comienza entonces un proceso de conversión de puerto comercial a centro turístico. Así, el año 1863 se autorizan las casetas de baño en la playa de Poniente y en 1865 se pone en funcionamiento la estación del ferrocarril. En 1867 se inaugura el conocido "Carrilet", el tranvía Reus-Salou (hoy en desuso), que lleva a los primeros veraneantes a la villa.
Durante los años veinte se empiezan a edificar los chaléts modernistas del paseo de Jaime I, como los chalets "Bonet", "Loperena", "Marisol/Solimar", "Llevat", "Enriqueta", "Miarnau" y "Banús" diseñados por el arquitecto y colaborador de Gaudí, Doménec Sugrañes i Gras.
A partir de los años 60, Salou experimenta un espectacular crecimiento urbanístico provocado por el turismo. En el año 1965 es erigido el monumento a Jaime I, obra del escultor catalán Lluis M. Saumells Panadés, que puede ser considerado todo un símbolo del Salou contemporáneo.
En los años 70, un amplio movimiento popular y organizado promoverá el proceso de segregación de Salou respecto de Vilaseca, que culminará el 30 de octubre de 1989 con una sentencia del Tribunal Supremo que concede la independencia administrativa de Salou.
En 1995, como colofón al desarrollo urbanístico de Salou, se edifica el parque temático Port Aventura en las cercanías de la localidad.
En el kilómetro 2,74 llego a la Punta del Cavall.
En el kilómetro 5,19 llego a la Playa de la Pineda. La Playa de La Pineda es una de las playas más extensas de toda la Costa Dorada. Posee un área de más de 3 kilómetros de playas sedentarias de grano fino y dorado. Normalmente, el nivel de ocupación de esta playa es alto, aunque hay zonas muy tranquilas durante todo el año. La Playa de La Pineda está dividida en tres sectores: playa de los Prados (zona puerto), de la Pineda y del Rincón. La entrada al agua es muy plana, ya que hay una pendiente muy suave: idónea para los más pequeños. La Pineda es la zona de costa del municipio de Vila-seca y su playa recorre todo el casco urbano. Paseo marítimo de la Pineda La fachada marítima de la Pineda playa es uno de los espácios públicos urbanos abiertos al mar de más gran entidad en la Costa Dorada. La Pineda con su paseo marítimo de casi tres kilómetros, integra perfectamente la zona urbana con el paseo. Aquí se encuentra el Parque del Pinar de Perruquet, un espacio natural de 2,5 hectáreas en primera línea del mar.
En el paseo marítimo contemplo el grupo escultórico “Pinar” obra de Javier Mariscal. Esta escultura está formada por icho pinos de acero y cobre, y 24 metros de altura y 130 toneladas de peso. Su imagen ha permitido promocionar por todo el mundo la playa de la Pineda. Simboliza la sostenibilidad, la proyección y el urbanismo de grandes espacios. Los primeros cuatro pinos se instalaron en 1999 y los cuatro restantes en el año 2008, concluyendo este grupo escultórico llamado “Pineda”.
Parque Pinar de Perruquet. Con una superficie total de 2,5 hectáreas, significa la recuperación de un espacio de uso privado a uso público. El objetivo de este proceso es la recuperación de un sitio destinado a zona ve5rde del frontal marítimo de la playa de la Pineda.
En el kilómetro 10,51, llego al Santuario de la Madre de Dios de la Pineda, que pertenece a Vilaseca. Este santuario fue construido en el siglo XIII se amplió en 1708. En su interior se encuentra un bajo relieve de la Virgen, realizado en piedra en el siglo XIV. A su lado se encuentra una antigua torre de defensa del siglo XVII.
En el kilómetro11, 34 llego al Parque de la Torre Den Doca que pertenece a Vilaseca. Recibe su nombre de la torre del Siglo XVI, situada en medio del parque, constituye el núcleo generador del parque que pretende ser un espacio abierto verde, con una utilidad social, deportiva y cultural, que se enmarca en el tiempo, es decir un parque diseñado con criterios de sostenibilidad. Se crearon lagunas artificiales y zonas húmedas con macrófitos, donde sobre todo en periodo de paso es fácil observar aves migratorias. Este parque ocupa un espacio donde antiguamente se desarrollaba una actividad agrícola, de cultivos mediterráneos, como olivos, algarrobos y vides. El proyecto de jardinería del parque, da cabida a todo tipo de vegetación, tanto autóctona como alóctona, para potenciar la diversidad ambiental de esta zona y así fomentar la gestión del agua, la creación de nuevos ecosistemas acuáticos, arboretums especializados en antiguos cultivos mediterráneos como son el olivo y el algarrobo, así como espacios dedicados a la vegetación más explícita.
En el kilómetro 12,21, llego al torreón. La torre emplazada en este parque es una torre de vigilancia del Siglo XVI, era la de más envergadura de todo el entramado de defensa de las torres de vigilancia. Debajo de ella y en uno de sus lados se encuentra una antigua cantera, donde se extraía piedra de “soldó”, piedra natural, utilizada durante muchos siglos para construir catedrales y edificios modernistas, como la Cooperativa de Vila seca.
En el kilómetro 134,30 llego a Vilaseca.
Vila-seca es una ciudad mediana de Cataluña situada en la Comarca del Tarragonès, en medio de la Costa Dorada, con su litoral bañado por el Mar Mediterráneo. Su término municipal se extiende entre los municipios de Tarragona, La Canonja, Reus, Riudoms, Cambrils y Salou . Aparte del núcleo de población principal que da nombre a la villa, Vila-seca, encontramos otros dos núcleos de población: Además del núcleo principal, el municipio incluye también los núcleos urbanos de La Pineda, en la costa, en el lado norte del cabo de Salou, y La Plana, en el límite del término municipal tocando a Reus.
Hasta la década de 1980 mantuvo su nombre tradicional de Vilaseca de Solcina, tomando luego el nombre de Vilaseca y Salou. En 1989 Salou se segregó del municipio tras una larga polémica. Dentro del término municipal se encuentra parte del parque temático de Port Aventura y antes de 2016 será finalizado el Barcelona World un espacio destinado al ocio con más de 4700 millones de € de inversión.
Con una orografía prácticamente llana y una suave inclinación hacia el mar, su emplazamiento en el litoral hace que se caracterice por una climatología mediterránea, con veranos calurosos e inviernos moderados con precipitaciones irregulares.
En la actualidad tiene un importante peso dentro del ámbito geográfico del Camp de Tarragona, la segunda área demográfica y económica de Cataluña, liderando un territorio diverso económicamente.
Villasicca, hoy Vila-seca, significa, en árabe, villa del camino o al borde del camino y la huella profunda de esta denominación nos ha llegado hasta hoy. Un territorio que viene precedido por signos prehistóricos e históricos milenarios de los que poco conocemos. Los íberos y los celtas ya habitaban este lugar cuando llegaron los griegos, que con su presencia, fundaron factorías como Calípolis y Albatros. Posteriormente, los romanos, en el s. III a. C. llegan a la playa del Racó, cerca del puerto natural de la Colonia Julia Triunfal, Tarragona, y llenan el término de la actual Vila-seca de las espléndidas villae romanas, los actuales caseríos, y conforman un territorio agrícola próspero y con un buen comercio marítimo. Así fue durante seiscientos años, hasta que llegan los primeros pueblos germanos, hay revueltas y la economía entra en un periodo de decadencia. Es en esos momentos que aparece el cristianismo y la vida del campesinado continúa con dificultades bajo la etapa de dominio de los militares godos.
La llegada al Camp de Tarragona de los árabes en el s. VIII convirtió esta tierra en zona fronteriza entre los cristianos, al norte, y los árabes, al sur. Esta situación impulsa a los condes del norte de Cataluña a emprender el dominio y repoblación del territorio del Camp. Y así fue como consolidados los condados cristianos en la "Catalunya Vella", había que superar la presencia musulmana de Tortosa y Lleida para poder repoblar el Camp de Tarragona. Finalmente, en 1118 el obispo de Barcelona, Oleguer, fue nombrado arzobispo de Tarragona y encomendó al caballero normando Robert d'Aguiló que iniciara la repoblación del territorio de Tarragona y las tierras del entorno.
Las dificultades propias del proyecto y la complejidad de aquellos tiempos hacen que en el año 1151 en el Camp de Tarragona haya tres señores: Robert de Aguiló, el arzobispo y el conde de Barcelona. Y es en este contexto que se produce la historia del rescate del noble almirante Galcerán de Pinós y su lugarteniente Santcerní, ambos miembros de la flota que a las órdenes del conde de Barcelona habían partido hacia Almería para luchar contra los sarracenos el 1147 donde fueron hechos prisioneros. Cinco años después, en 1152 eran liberados en la playa del Racó como nos recuerda la bonita historia y leyenda del Rescate de las Cien Doncellas inmortalizada en un monolito de piedra que hay junto al camino del Racó, cerca del Santuario de la "Verge de la Pineda", conocido como el "Piló del Rescat" donde están escritos unas palabras que empiezan diciendo: "Caminant, detura't, ací en aquest lloc cap a l'any 1152..." (Caminado, párate aquí, en este lugar hacía el año 1152...)
La población llegó después de la reconquista en 1162 cuando el rey Alfonso II de Aragón cedió estas tierras a Ramón de Olzina. La donación a esta familia fue confirmada por Pedro I de Aragón en 1208. El término de La Pineda pertenecía a la curia de Tarragona. Formó parte de la Comuna del Campo.
Es pues a partir de esta época, hacia el 1162, cuando podemos hablar ya de una realidad que va más allá de los asentamientos temporales, masías y revueltas. Podemos referirnos a Vila-seca como una donación en feudo a Ramon d'Olzina por parte de Alfonso I el Casto, conde de Barcelona; Bernat Tort, arzobispo de Tarragona y Guillem de Tarragona, sucesor de Robert de Aguiló. Esta infeudación tuvo que convivir con la otra parte del territorio de la que era feudatario directamente al arzobispo de Tarragona. Así pues, la primera Vila-seca es la llamada Vila-seca dels Olzina y la segunda Vila-seca del Comú, situación que se prolongó hasta 1525 en que definitivamente se funden en una sola población con el nombre de Vila-seca dels Olzina.
En septiembre de 1229 cuando El Rey de Aragón, Jaime I zarpa con su flota de barcos desde el puerto natural que conforma la playa del Racó, en La Pineda, y el Cap de Salou hacia la conquista de Mallorca. Precisamente la importancia de este puerto, en la época medieval, destaca tanto a efectos militares como comerciales. Destacan especialmente las expediciones marítimas de Lauria, Jaime II de Aragón, Alfonso III de Aragón y Pedro II de Aragón .
El municipio participó activamente en la defensa del puerto de Salou, reclamando en diversas ocasiones sus derechos sobre el mismo. El puerto era un punto estratégico militar y una importante fuente de ingresos. Durante mucho tiempo fue considerado como el puerto de todos los pueblos que conformaban la Comuna del Camp hasta que Fernando II de Aragón prohibió el uso del mismo. Vilaseca se convirtió entonces en el principal puerto por lo que sufrió ataques por parte de los piratas berberiscos. Se construyeron dos torres de vigía y defensa para protegerse de los ataques corsarios.
Durante la Guerra de los Segadores la ciudad fue ocupada por las tropas del rey Felipe IV de España; muchos de sus defensores fueron ejecutados y tanto la iglesia como la Casa de la Villa fueron incendiadas. La población sufrió también importantes pérdidas durante la Guerra de la Independencia española.
Se conservan aún parte de las antiguas muralla, destacando una de las puertas de entrada con un arco con dovelas. También se conserva la antigua torre de de vigía conocida como torre de San Antonio.La iglesia parroquial está dedicada a San Esteban..Es un monumento con más de 800 años de historia. Destaca en el horizonte y es el más esbelto de los edificios recientes gracias a la bella y austera silueta del campanario de la iglesia de Sant Esteve. La leyenda se consolida con la historia, la cual atribuye la devoción por Sant Esteve a la difusión de la leyenda del Rescat de Sant Esteve en el tiempo de fundación y repoblación de Vila-seca del Comú, en la segunda mitad del siglo XII.
En 1588 tomó posesión de la parroquia de Vila-seca el emprendedor Pere Gebellí. Su actividad como cura rector condicionó profundamente el decenio siguiente. Una nueva iglesia dedicada al protomártir Sant Esteve y la rectoría fueron las que tuvieron mayor envergadura en aquellos tiempos. Conviene recordar que en el año 1525 se había producido la fusión de las dos Vila-seca medievales y que el nuevo municipio se llamaría Vila-seca de Solcina. Ambos núcleos tenían su propia iglesia. La de Solcina, dedicada a Sant Joan, se llamaba Sant Joan Extramurs en el siglo XVI, por su ubicación fuera del recinto amurallado de Vila-seca del Comú. La otra seguía dedicada a Sant Esteve. Las dos tenían sus respectivos cementerios. El cementerio de la antigua Vila-seca del Comú formó parte del solar utilizado en la reedificación. Hasta bien entrado el siglo XVII se utilizó el cementerio de Sant Joan.
Las obras de Sant Esteve se iniciaron el 10 de abril de 1588, según una capitulación hecha a favor del maestro de obras Joan Morsegas. El terreno de la nueva edificación había sido permutado en 1564. La iglesia fue inaugurada en los últimos años del siglo XVI. El campanario, que seguramente cumplió las funciones de torre de defensa, se erige aún hoy sin cimientos , sobre el altar de la Mare de Déu del Roser. Fue construido a partir del año 1605. Seguramente el conjunto se debió acabar en 1611, ya que en 1618 hubo un entierro. En 1855 se adquirió el reloj.
La anterior iglesia medieval tuvo tres tramos, dos capillas a cada lado, el presbiterio en el altar mayor y una longitud de 16 metros. Orientada de este a oeste, se ha situado en el presbiterio y la sacristía del actual edificio. Hace 400 años que Sant Esteve es de una sola nave, en un estilo de transición entre el gótico y el renacimiento, con el campanario de planta rectangular cubierto por una terraza. La fachada es sencilla, con un rosetón abierto por encima del tímpano triangular que corona la puerta de entrada. Tiene capillas entre los contrafuertes, una cabecera poligonal, unas bóvedas de crucería y un arco de medio punto en una entrada cubierta por dos columnas jónicas. Numerosas gárgolas en forma de cañón intentan romper la pureza de líneas de esta obra del Renacimiento.
En el kilómetro 21,36 estoy de regreso en el paseo y playa de Salou.
En el kilómetro 24,25 llego al apartamento.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y: