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Ruta 078; por el Matarraña 5.- Valderrobres, Beceite, Fuenteespalda, Peñarroya de Tastavis.

El 21 de mayo de 2011 llego a Valderrobres con un total de 5688 kilómetros.

Los datos de Valderrobres los expongo en la Ruta 074.

Parto hacia Beceite  cruzando el Matarraña por un puente de hierro, desde donde comienza una pequeña ascensión hasta  el kilómetro 1´18 donde hay una rotonda,  aquí me desvío hacia Beceite por la carretera A-2412

En el kilómetro 5´59 paro para visitar las ruinas de una de las antiguas fábricas de papel, en Pont Nou. La concentración industrial papelera que disfrutó Beceite a lo largo de los últimos siglos la hace comparable a otros grandes focos fabriles como Capellades (Barcelona), La Riba (Tarragona) o Alcoy (Valencia).

Parece ser que en Beceite ya existió un molino papelero perteneciente a la Orden del Temple a mediados del siglo XV, pero es a partir del último cuarto del siglo XVII y sobre todo, durante la primera mitad del XIX cuando comienza la gran actividad papelera llegando en su momento de máximo esplendor a contar con 9 molinos papeleros.

En ellos se producían distintos tipos de papel, de barba para escribir, de estraza o secante y cartulina para naipes, muy apreciados por su calidad, filigranas y aguas. De hecho desde la fábrica del Pont Nou se transportaba cartulina en caballería; un viaje que duraba 16 días, hasta la factoría de Heraclio Fournier en Vitoria para la fabricación de naipes. Varios pudieron ser los factores que intervinieron para que la importante industria beceitana fuera entrando en un camino de irreversible decadencia hasta su desaparición definitiva en la década de los 70 del siglo pasado.

El principal sin duda, fue el costoso y difícil proceso de modernización e innovación tecnológica que requería la industria. El método artesanal de fabricación del papel se vio rápidamente superado en eficacia y productividad por los nuevos sistemas modernos basados en la pila holandesa y la máquina de papel continuo.

La utilización del cloro para el blanqueo de los trapos hizo también que la pureza de las aguas del Matarraña, algo fundamental para la fabricación de papel, disminuyera notablemente y con ello también la calidad del papel que producían  sus molinos.

A pesar de todas las vicisitudes históricas, algunas fábricas lograron mantener la actividad a duras penas, reciclándose hacia la producción de cuero aglomerado, tejidos o fajas, hasta que en 1960 cerró sus puertas la última fábrica, la del Pont Nou.

Como curiosidad, en la fábrica del Vicario o Cremada, tuvo su imprenta el General Carlista Cabrera.  Sus partidarios le prendieron fuego ante la inminente llegada de los liberales en 1840.

 

A continuación en el kilómetro 5´87,  paso por un pequeño túnel excavado en la roca, al que le sigue un puente  de reciente construcción que salva el Rio Matarraña, junto al puente moderno se encuentra un antiguo puente medieval.

Seguidamente fotografío un azud en el Matarraña.

Llego a Beceite con 7´2 kilómetros.

Beceite está situado en la provincia de Teruel, en la Comarca del Matarraña, cercano a las provincias de Tarragona y Castellón. Lo recorren los ríos Matarraña, Ulldemó, Algars y Pena, éste último formando el Pantano de igual nombre; ocupa una parte importante de la zona de los Puertos de Beceite y Tortosa; la mayor altura es el Arany, con 1232 metros.  La altitud de la población  es de 579 metros sobre el nivel del mar. Según datos de 1998 el número de habitantes era 655. Gentilicio: Beceitanos

Los indicios más antiguos conocidos de presencia humana en las cercanías de la actual población de Beceite son las pinturas rupestres en un abrigo de La Fenellasa, encuadrables en el arte esquemático levantino y de datación probable hacia el 2000 a.C. En el paraje de la Cova de la Figuera se han encontrado restos de cerámica neolítica; también en el cercano Coll de la Creu, junto con otros materiales que hacen pensar en un posible asentamiento desde la Edad del Bronce tardía hasta la época ibérica más temprana. Asimismo pudo haber presencia romana durante bastante tiempo en el mismo lugar, o muy cercano, al que ocupa ahora la población.

El origen del actual Beceite se sitúa hacia finales del siglo VIII, durante el periodo de la dominación musulmana; el nombre es de clara etimología árabe. .Sin embargo, las principales construcciones fueron edificadas ya en época cristiana, por los templarios, como el puente de Santa Ana, junto a la ermita del mismo nombre, del siglo XVIII, o la antigua iglesia románica de la Virgen de la Cinta. La Reconquista de la zona del Matarraña por el rey de Aragón Alfonso II se completa hacia 1168; no hay constancia documental acreditada de a quién corresponde el dominio de Beceite hasta 1210, cuando pasa a pertenecer al obispado de Zaragoza y se integra en el territorio llamado Peña de Aznar Lagaia, el cual había sido cedido por el rey al obispado y subinfeudado por éste a una casa noble en 1175. La tenencia de Beceite revierte en 1307 al obispado de Zaragoza, quien la conserva hasta la supresión de los señoríos jurisdiccionales a principios del siglo XIX. Alfonso V de Aragón se refiere a Beceite como "corte y recreo de Reyes" en 1420.

Beceite tiene un entramado urbano complejo, salpicado de numerosos portales y callizos que le aportan un gran encanto. A ello también contribuye la disposición de la mayor parte de sus calles, estrechas y de pronunciada pendiente. Todavía perviven algunos elementos de sillares en las fachadas como portadas adoveladas, balcones sobre ménsulas y alfeizares moldurados.

El núcleo primitivo se ubica en la parte más elevada de la ladera de una montaña, en él se hallan las edificaciones más antiguas. Conserva vestigios que nos recuerdan que estuvo amurallada, como el portal de San Gregorio, del siglo XII y los de San Roque, Coll o el de la Calle Llana, sin olvidar el portal de Villanueva, datado en el siglo XVI.

También son interesantes algunas casas-palacio, como el Palau, de apariencia fortificada, que todavía conserva alguna aspillera y una de sus torres, a pesar de las reformas que ha sufrido. Otro edificio atrayente es el que alberga el actual ayuntamiento y cerca de él, la "presoneta", o cárcel, convertida en una oficina de turismo rural. Próxima se encuentra la iglesia parroquial. Está dedicada a San Bartolomé y pertenece al siglo XVIII, aunque conserva alguna capilla gótica correspondiente a un templo anterior. Destaca su portada barroca, con dos grandes columnas salomónicas.

Lo primero que me llama la atención es la Ermita de Santa Ana.

Situada en el arrabal del puente, fuera de las murallas de la población, recibía al visitante procedente del antiguo camino de Peñarroya. Parece probable que esté relacionada con la ampliación del Arrabal y la construcción del puente de Piedra.
Es una construcción gótico-renacentista realizada en piedra tosca, salvo las modificaciones realizadas entre los siglos XVII y XVIII de la nave principal y el pórtico exterior fechado en 1699. En el altar, orientado hacia el oeste, observamos los detalles arquitectónicos más interesantes: ábside poligonal de cinco lados, y bóveda de crucería, la Santa que se apoya sobre el tronco octogonal de la antigua ‘Cruz del Molinar ‘decorada con tracerías góticas trilobuladas e imágenes de Apóstoles, evangelistas, San Miguel y la Piedad.

Santa Ana, madre de la Santísima Virgen María, es la patrona de las mujeres en parto. En hebreo su nombre significa Gracia. En Beceite es la abogada de la buena muerte. El 26 de julio es el día de la Santa y durante los nueve días precedentes los vecinos del barrio del Arrabal se reúnen aquí todas las noches para rezar la novena. Antaño, la fiesta se acompañaba con varios festejos;  las vaquillas y el baile completaban las conmemoraciones por la Santa.

Hoy en día la ermita se utiliza también para la celebración  de bodas y bautizos. La buena presencia y cuidado del edificio ayudan a la elección.

Antes de cruzar el puente a la derecha desciendo hacia la Antigua Fábrica Noguera.


El complejo industrial de la familia Noguera cesó su actividad en el año 1978 y, con  ello, terminaba la época industrial papelera de Beceite que se había iniciado 200 años antes.

Esta Antigua Fábrica Noguera se había llamado anteriormente Fábrica Miró y, según los datos que Joaquín de Liedana (cura párroco de Beceite) recopiló a principios del siglo XIX, la fábrica empezó su actividad a mediados del siglo XVIII como Martinete de Tomás Royo y, en menos de dos décadas, hizo una reconversión importante cambiando el martinete por un molino papelero.

Justo después de la Guerra Civil, la familia de papeleros Noguera empezó su actividad industrial en Beceite; primero alquilaron la fábrica de papel de Taragaña (situada un poco más arriba), poco después, en 1940, adquirieron esta fábrica, la Miró, y posteriormente también compraron la de Taragaña.

En 1954, Ernesto Noguera realizaba las primeras pruebas del cuero aglomerado o reconstituido en esta fábrica. Se iniciaba así el tercer período en la historia del edificio con una nueva actividad. En 1960, nació la firma Industrias del Cuero Artificial, S.L. que en 1968 absorbió el resto de la producción de papel y cartulina del complejo.

En el año 2001 este edificio vivió una nueva reconversión, orientando ahora su actividad hacia el sector cultural con la creación de la galería de arte Antigua Fábrica Noguera, dirigida por la artista Gema Noguera.

A pesar de lo que dice el cartel, el recinto lo encuentro cerrado, por lo que me es imposible visitarlo, sin embargo desde aquí tengo una magnifica panorámica del puente y la ribera del Matarraña.

 

Los Molinos Papeleros de Beceite   

Benedicto XIII, el papa Luna, el uno de diciembre de 1411 concedía a su médico particular el converso Jerónimo de Santa Fe los derechos del “molino para paños” en “Bezeyt”, perteneciente a la mesa arzobispal de Zaragoza. Esta es la primera referencia sobre los molinos en Beceite. Las referencias posteriores nos las da el cura de la población Joaquín de Liedana que escribía en los libros parroquiales a finales del s. XVIII y principios del XIX sobre la floreciente industria del papel. En 1804 se inauguraba la última de un total de nueve fábricas. La subida arancelaria sobre el trapo (con el que hacían el papel) impuesta por los borbones durante el s. XVIII estimuló a los burgueses de la época y empresarios aragoneses y catalanes pusieron en funcionamiento en Beceite y Valderrobres trece molinos papeleros.

La fabricación artesanal ayudaba a realizar un papel de calidad que garantizaba la continuidad: algunos molinos trabajaron para Heraclio Fournier en la elaboración de naipes, fabricaron papel moneda para el estado, Goya utilizaba papel de Beceite para sus grabados... Pero, principalmente, la producción llegaba a los grandes centros consumidores de Barcelona, Valencia, Madrid y Bilbao por medio de carretas; unos viajes que duraban varios días.

Las primeras fábricas de papel eran de una, dos o más “tinas” para fabricar la pasta de papel, hasta la llegada de la “pila holandesa”, durante el s. XIX, que se instaló en todas las fábricas y se utilizó hasta el final de sus días allá en 1970.

La fábrica Cremada, la de Martí, lo Molí del Toscà, la de Taraganya, la de Noguera, la de Solfa, la de Morató, la del Batà y la del Pont Nou fueron las nueve fábricas de papel de Beceite. Por medio de canalizaciones, acequias, azudes y túneles todas las fábricas aprovechaban una misma agua, la del río Matarraña, para mover las ruedas.

Desde el camino de acceso a la papelera Noguera, es de donde mejor se aprecia el Puente Medieval.

El puente de piedra de beceite es el primero desde su cabecera que evita el rio matarraña. Tiene un solo ojo y mide unos 15 metros de altura. Su construcción permitió que la población no quedase incomunicada en Casio de fuertes riadas. Fue realizado entre los Siglos XV y XVI coincidiendo con el crecimiento de la población y la formación de  de los nuevos barrios de Vilanova, San Roc y del Pilar. Hoy en día, y desde la construcción de la carretera a finales del Siglo XIX, es paso obligado para llegar a Beceite. En este punto, el río salva un desnivel importante desde su recorrido en la Vall del Prat hasta la población de beceite. La fuerza del agua que ello provoca fue aprovechada para mover las ruedas de los distintos molinos a lo largo de su curso: harineros martinetes, papeleros, etec. El río nace en el macizo de los Puertos de Beceite, recorre unos 100 kilómetros en dirección de Sur a Norte y desemboca en el río Ebro a la altura de la población de Fayón y en pleno pantano de Riba-roja. En su primer tramo, el río presenta caudales constantes de un régimen de tipo pluvial y en muy contadas ocasiones de tipo pluvionival. En la actualidad, poca gente ha visto el rio seco en este punto; solamente lo recuerdan los antiguos trabajadores de las papeleras cuando el caudal era desviado hacia las acequias.

Después de la Guerra Civil (1936-1939), la poza situada debajo del puente, llamada “La Cadolla” fue vaciada con cubos para recuperar las armas que se habían lanzado en su interior durante dicha guerra y así aprovechar el hierro.

La Iglesia Parroquial de San Bartolomé. Obra barroca realizada entre los siglos XVII y XVIII, que sustituyó a la primitiva iglesia dedicada a San Bartolomé y de la que ya había constancia en el año 1210.

De la antigua iglesia se observan elementos recuperados en las fachadas laterales: en la parte norte, un capitel de  columna con escenas de Sansón abriendo las fauces de un león y Dalila con las tijeras en la mano; y, en la sur, una clave de bóveda de crucería que representa a un obispo bendiciendo.

La construcción del edificio duró varias décadas. Se adaptó al terreno desnivelado y se proyectó un nuevo espacio, la Plaza, con lo que las edificaciones que la rodeaban tuvieron que abrir nuevas ventanas y puertas. En una de las piedras de la fachada principal aparece la fecha de 1726, posiblemente el año de finalización de esta interesante fachada-retablo. En ella se distinguen dos cuerpos flanqueados por columnas salomónicas con decoración y en la hornacina superior se observa la figura de San Bartolomé colocada en el año 1973. La anterior figura, como los retablos de la Virgen del Rosario y del Altar Mayor, fueron destruidos en 1936 cuando el edificio pasó a ser el almacén de la colectividad;  en la fachada norte de la iglesia, a la altura de la calle, se perciben unos muros superpuestos que tapan las ventanas que se abrieron para dar más luz a la iglesia.

Lo más destacable de su decoración interior son los lienzos de los cuatro Padres de la Iglesia en las pechinas de la cúpula del crucero; están pintados al óleo y pegados sobre el muro.

Por San Bartolomé, patrón de la población junto a San Eutropio, se organizan las Fiestas Mayores. El 24 de agosto, día de la festividad de este Santo, la imagen sale en procesión; antiguamente, también se sacaba en años de gran sequía. 

Son dignos de mención los barrios de La Botera y El Castellá, éste último con curiosas casas colgantes, La Presoneta y la Botera

En el inicio de la calle Villaclosa nos encontramos con la lonja del ayuntamiento, su antiguo acceso principal, y la Presoneta, actual Oficina de turismo. Un espacio retocado a lo largo de los siglos XVIII y XIX que representaba el acceso principal al antiguo castillo árabe-cristiano de la población. La Presoneta era el torreón que defendía el portal de entrada; detalles como las aspilleras y los restos del arranque del arco en su fachada demuestran su carácter defensivo de antaño. Situados en este desaparecido portal, el ayuntamiento a nuestra izquierda, la antigua plaza a nuestra derecha, y enfrente, encontramos la calle que continuaba en línea recta hasta llegar a otra torre defensiva llamada “la Torreta”.

Este torreón entre los siglos XVII a XIX perdió su utilidad defensiva pasando a ser la cárcel, sobre todo en tiempos de la primera guerra carlista. Aquí encerró el general carlista Cabrera a tres mujeres de liberales como reprimenda al fusilamiento de su madre; dos de ellas fueron fusiladas en la partida del Martinet (Valderrobres) y la otra logró su liberación gracias a las súplicas de su padre, un oficial carlista de Beceite.

En las décadas de los ochenta y noventa del siglo pasado Siglo XX, el edificio se convirtió en peña de fiestas y actualmente es la sede de la Oficina de turismo.

El nombre de la calle Villaclosa significa villa cerrada. En Beceite se conoce como el barrio de la Botera. Algunas de estas casas tienen fachada hacia la Plaza y antiguamente todos los vecinos del pueblo tenían derecho de paso por dentro de ellas para acceder a la Plaza.

El Ayuntamiento. En el dintel de una de las ventanas observamos la fecha de 1595. La antigua fachada principal del ayuntamiento estaba orientada hacia el oeste enfrente de la oficina de turismo,  “la Presoneta” (cárcel). Pero, en el Siglo XVIII, la nueva iglesia barroca creó un nuevo espacio urbano, la Plaza de la Constitución, con lo que el ayuntamiento abrió su acceso principal enfrente de la Iglesia.  En la lonja se observan cinco arcos apuntados,  en su fachada oeste aparecen los vanos adintelados y, en el antiguo acceso, vemos un arco conopial, todo ello en sillería. Estos elementos pertenecen al edificio original, mientras que el resto son rehabilitaciones actuales.

La tradición popular cuenta que fue incendiado en varias ocasiones y, principalmente, en la primera guerra Carlista 1833-1840. En la última rehabilitación de la fachada principal actual, se rompió el arco de medio punto del acceso principal. Los bajos de la Lonja conservan un pequeño cuarto que bien pudo tener funciones de “mazmorra” y la ubicación de la pescadería actual, cerca de la Lonja, sigue teniendo la utilidad de antaño.

El 8 de Diciembre de 1933 se proclamó la revolución anarcosindicalista y se decretó el comunismo libertario en la población. En la toma del Ayuntamiento, se quemaron los archivos municipales en la Plaza.

Las dependencias del ayuntamiento han albergado diversos servicios públicos a lo largo de los años: las antiguas escuelas, el consultorio médico y el teléfono público.

El Palau. Fue el antiguo palacio del señor de estos territorios, el arzobispo de Zaragoza. Beceite perteneció a la antigua tenencia de la Pena de Aznar Lagaya formada por Valderrobres, Fuentespalda, Torre del Compte y Mazaleón.
El Palau era una obra hecha principalmente de sillería que ocupaba la parte alta de la población, frente a las eras comunales. Dos torreones, uno hacia el oeste y otro al este, flanqueaban el edificio y coronaban el nuevo barrio del Pilar. En este palacio los nuevos
señores, los arzobispos de Zaragoza, cobraban los diezmos y primicias en especies. El nuevo orden medieval del señor organizaba y dirigía la población: Delante, las eras para batir los cereales, al lado, el antiguo cementerio, más arriba, la Nevera y, detrás, los “Friginals” (bancales comunales de forraje para alimentar al ganado estabulado).

Las desamortizaciones del estado sobre los bienes eclesiásticos durante los siglos XVIII y XIX hicieron que estos edificios y terrenos pasaran a manos privadas o públicas como es el caso del Palau.  Actualmente, el edificio original está dividido en tres partes, dos privadas y una municipal, que es la sede de la Asociación Cultural del Palau. El edificio tuvo una intensa vida colectiva durante el siglo XX: fue sede de la Sociedad de Socorros Mutuos, baile, cine, teatro, bar, etc.

Portal de San Gregorio .Es la antigua entrada a la población árabe “Bassàit” y a la cristiana “Bezeyt” del siglo VIII al XIV. El viejo camino de Valderrobres pasaba por el collet de les Forques, la font del Pas y por els Estiradors y llegaba hasta este portal.

Se cree que fue reformado en la primera mitad del siglo XIV quedando un portal apuntado de estilo gótico coronado en su clave por la media luna invertida hacia abajo perteneciente, con toda probabilidad, al nuevo señor del territorio: el primer arzobispo de Zaragoza, Pedro López de Luna (1314-1345). Su entrada hacia la calle Llana en forma de codo afianza su carácter defensivo.

En su interior se abre la capilla de San Gregorio Papa. El 9 de Mayo se celebra el día del santo. Antaño en el Rosario se cantaban los gozos a San Gregorio y los niños con una campanilla avisaban a los vecinos para que acudieran cantando por las calles unas cancioncillas populares propias de la ocasión. Ese mismo día se celebraba misa y se salía en procesión hasta la huerta Mayor, bendiciéndola contra las plagas y, principalmente, contra la plaga de langosta.

En Beceite se conservan la gran mayoría de los portales que seguían el antiguo alineamiento de las murallas del siglo XVI: El portal de Vilanova, el de Sant Gregori, el de Carrau, el de Sant Roc, (San Roque) el del Coll o del Pilar y el pasaje de Vilanova.

Celebra sus Fiestas Del 24 al 26 de agosto tienen lugar la fiestas patronales en honor a San Bartolomé.

Terminada mi visita salgo de Beceite con 8´96 kilómetros regresando a Valderrobres, llegando a éste con  15  kilómetros.

Con 16´39 kilómetros, tomo la carretera A-1414, que se dirige a Fuenteespalda

En el kilómetro 20´73 paro ante La Carrasca de “Morro Badat”.

Su tronco tiene 4´4 metros de perímetro. Una altura de 19 metros y la copa un diámetro de 20 metros.

Carrascas y carrascales se extendieron en superficie y número de forma mucho más abundante que las que conocemos en la actualidad. A pesar de ello, en el entorno cercano de éste tremendo ejemplar encontraremos notables carrascas como las situadas en Mas de Xuxa, el Mas de la Serra, el Mas de Micolau, el Mas de Conxo, etec.

La madera de carrasca ha sido siempre muy utilizada como leña por su dureza y gran poder calorífico. Estas cualidades le hicieron ser muy apreciada en la realización de las llamadas carboneras como método por el que se obtenía carbón vegetal. Hoy en día esta práctica ha quedado olvidada a pesar de que hasta hace solo algunas décadas proliferó por todas estas tierras.

En el kilómetro 25´66 termino de subir  la pendiente y comienzo el descenso a Fuenteespalda al que llego con 28´29  kilómetros.

 

Fuenteespalda es una población turolense de la Comarca del Matarraña, situada a 701 metros de altitud .Tiene 365 habitantes. Gentilicio Fuentespaldinos.

En el casco urbano pronto llama la atención el color añil que tiñe las fachadas de muchas viviendas. Destacan algunas casas-palacio renacentistas aragonesas, fechadas entre los siglos XVI y XVIII, como la de los Belsas, o el edificio del ayuntamiento, datados en el XVI.

Casa Belsas. Esta casa-palacio de tres plantas es, sin lugar a dudas, uno de los edificios más señoriales de Fuentespalda.

Se trata de un edificio del siglo XVI asociado a  los Belsas,  familia noble muy arraigada al territorio y de notables posesiones, especialmente en los términos de Fuentespalda y Monroyo. Si bien  en este caso no se trata en absoluto del ayuntamiento del pueblo, la fachada  y la estructura del edificio tienen bastantes rasgos  en común con algunas casas consistoriales de la comarca, como las de Valderrobres o La Torre del Compte. Estos rasgos, propios de la arquitectura del Renacimiento, van desde la estructura en varias plantas hasta la característica galería aragonesa rematada  con alero. Es coetáneo de las mencionadas casas consistoriales, como lo muestra la fecha de construcción (mediados  del siglo XVI) y la cronología histórica de la familia que lo hizo edificar. Cómo es característico en las casas-palacio familiares, encontramos el escudo encima de la portada (en este caso el de Joan Pastor) y la fecha de construcción (1546) en la llave, elementos fundamentales que nos remiten a los nobles orígenes de esta elegante construcción de propiedad particular.

 

Ayuntamiento .Construido en los últimos años del siglo XVI, se trata de un edificio que se aleja de los recargamientos estéticos de otras casas consistoriales y presenta un aspecto más austero, aunque no por ello desprovisto de nobleza.

Las condiciones históricas y culturales que rodearon el momento de su construcción posiblemente influyeron en la estética funcional de su fachada. Por un lado, la separación que en el siglo XVI empezaba a darse entre el poder municipal y el eclesiástico limitó las influencias del Arzobispado de Zaragoza. Por otra parte, dada la distancia geográfica existente entre ambos, las influencias estéticas aportadas por el ayuntamiento de Alcañiz en otros casos son aquí prácticamente nulas. 

En los siglos siguientes, el edificio sobrevive sin grandes desperfectos y con pequeñas reformas a las guerras napoleónicas, carlistas, así como a la última guerra civil.

En su interior alberga un importante archivo histórico con documentación desde el siglo XIII de las localidades de todo el feudo que constituía Valderrobres, al cual pertenecía Fuentespalda, además de otros documentos de otras poblaciones.

En el año 2002 fue declarado Bien Catalogado. En la actualidad continúa desempeñando su papel como centro del poder municipal.

El patrimonio religioso se encuentra muy bien representado por la iglesia parroquial de San Salvador. Se trata de un templo de origen gótico, con reformas y añadidos posteriores barrocos. Del periodo original conserva la estructura del magnífico ábside, en el que más tarde se abrió el acceso actual. En su interior se guarda un interesante órgano barroco, restaurado recientemente.

Iglesia Parroquial del Salvador .La silueta de la plaza de Fuentespalda aparece inconfundiblemente perfilada por la figura de su iglesia parroquial.

Para acercarnos a sus orígenes debemos remontarnos hasta el siglo XIV, época en que Fuentespalda pertenecía al término de la Peña Aznar Lagaya (la “Caixa” de Valderrobres) y estaba, en consecuencia, bajo los auspicios del Arzobispado de Zaragoza. Fue uno de sus arzobispos, Pedro Lope de Luna, quien inició la construcción del templo en su primera etapa, siguiendo de cerca el estilo de las iglesias góticas de Valderrobres y Torre del Compte.

Sin embargo, el aspecto con el que lo contemplamos hoy en día es fruto de varias etapas diferentes. La segunda gran etapa se da en el siglo XVII y en ella a los elementos góticos originales se añaden otros de estilo barroco. En esta etapa se amplía el templo considerablemente con la prolongación de la nave, se añade un crucero con una gran cúpula y un nuevo presbiterio. Lo más curioso de esta obra es la “reorientación” de la iglesia hacia el oeste: la cabecera original se convierte en la zona de los pies y se abre una nueva portada principal en el antiguo ábside.

Esta mezcla de elementos y las diferentes capas que la historia le ha legado hacen de esta iglesia uno de los monumentos más interesantes de la Comarca del Matarraña.

En la calle Buenaire, una de las zonas más elevadas del casco urbano, se conserva un gran torreón de vigilancia conocido como la "Torreta", datado entre los siglos XIV ó XV, destacando sobre el antiguo caserío.

La Torreta. Esta torre de vigía formaba parte de la muralla de la población de la cual se conservan también dos portales convertidos en capillas abiertas.
La primera edificación corresponde al período cristiano posterior a la conquista del territorio a los árabes, probablemente del s. XV, aunque algunas fuentes apuntan a una posible construcción musulmana anterior. Dado su carácter defensivo, apenas tiene ventanas u oberturas al exterior y su único acceso se da intramuros por una pequeña puerta con arco adovelado ligeramente apuntado. El edificio, de forma prismática y planta cuadrangular de 5 metros de lado, está construido con sillería en la base y las esquinas, y con mampostería, en el resto. La calle Bonaire, donde se ubica, era un camino de ronda del antiguo recinto amurallado. La torre sufrió una demolición en el Siglo XVIII, aunque nunca llegó a destruirse del todo. En el Siglo XIX
y comienzos del XX se utilizó como cárcel, tal como se deduce del azulejo situado sobre su puerta en el que se lee: "Cárcel Pública". En la planta baja todavía se puede contemplar el único juego completo original de cadenas y argollas para inmovilizar a los reos.

Portal y Capilla de San Antonio. Uno de los elementos más originales del patrimonio arquitectónico de la Comarca del Matarraña, son los portales de las murallas medievales sobre los cuales se construyeron a lo largo del siglo XVIII capillas de estilo barroco. De este modo, a la función defensiva original se le añadió la función religiosa.

La muralla medieval que cerraba la villa de Fuentespalda tenía, además de una torre de vigía, cuatro portales de acceso. En la actualidad se conservan la torre, el portal y capilla de San Francisco y éste mismo; mientras que los otros dos portales han desaparecido. En el lugar donde probablemente se situaba uno de ellos encontramos en una pared la capilla de la Virgen del Carmen.

Este portal se abre con dos arcos de medio punto y la techumbre es de vigas de madera. En el año 1789, según consta en la inscripción de la arcada, se construyó encima una capilla dedicada a San Antonio de Padua. En la fachada principal, presenta un gran balcón con un arco de medio punto reconstruido con ladrillos en 1988. Su cubierta interior forma una cúpula de media naranja.

Hasta hace pocos años, la capilla se abría el día del santo, el 13 de junio, y durante los nueve días anteriores era tradición venir a rezar la novena y a cantar los gozos.

Celebra fiestas, el día 17 de enero se celebra San Antón, con sus tradicionales hogueras. El 29 de abril se conmemora San Pedro Mártir, realizándose una romería. Del 5 al 9 de agosto son fiestas mayores en honor a San Salvador. El 29 de septiembre, romería a la ermita en honor a San Miguel.

 

Salgo de Fuente espalda con 29´83 kilómetros. Me dirijo en dirección sudoeste hacia Peñarroya de Tastavis  por la carretera A-1414.

En el Kilómetro 30´76,  junto a la carretera veo  la ermita de Santa Bárbara. Edificación Barroca, probablemente del Siglo XVIII. Los brazos del crucero y el presbiterio concluyen en forma absidial, describiendo una interesante figura trebolada. Su gran cúpula central se refleja hacia el exterior mediante un gran cimborrio de planta cuadrada.

En el kilómetro 36 llego al desvío  de la carretera A-2412, que se dirige a Peñarroya de Tastavis, previamente cruzo el Tastavis por un puente de reciente construcción que me deja ante la impresionante  Ermita de la Virgen de La Fuente.

El Santuario de la Virgen de la Fuente, conjunto monumental que consta de dos edificios religiosos, el más antiguo está declarado Monumento Nacional, habiéndose construido en los siglos XIII Y XIV. Hoy se está recuperando como hospedería, funcionando como tal una parte del mismo. A la iglesia se accede a través de un claustro. En su interior alberga una de las mejores techumbres de madera del mudéjar aragonés. Al segundo edificio, un templo barroco de 1658, se accede por un camino empedrado y una escalinata. En la cabecera, bajo un porche, se encuentra la fuente de 15 caños

El Santuario de la Virgen de la Fuente está formado por un conjunto de edificios entre los que destaca la ermita de Arriba, de estilo gótico-mudéjar, que fue declarada Monumento Nacional en 1931 y Patrimonio Mundial el 2001 dentro de los monumentos de Arte Mudéjar en Aragón.

Adosado a la ermita se dispuso un claustro rodeado de edificios que en la actualidad albergan una hospedería, la Oficina de Turismo y el Centro de Interpretación del Porcino. Fuera de este recinto, y comunicado con éste por dos accesos, se encuentra la ermita de Abajo, de estilo barroco, con un pórtico en el exterior de la cabecera de donde mana una fuente de quince caños.

Entre el rico muestrario de leyendas y tradiciones de la villa de Peñarroya, la que rodea el origen de este santuario es una de las más queridas y arraigadas.

Según esta leyenda, en el siglo XIII apareció en este paraje la imagen de una Virgen. La trasladaron varias veces a la iglesia de la Virgen de la Mola, en la población, pero al día siguiente la imagen volvía a aparecer en el lugar donde la habían encontrado, al lado de la fuente, con lo que se decidió levantar una ermita en este lugar. Esta primera construcción sufrió importantes desperfectos por las crecidas del río y en 1341 se fundó la Cofradía de la Virgen de la Fuente para construir una nueva ermita más arriba, la actual ermita gótica. El primer cofrade fue el rey Pedro IV que visitó la ermita aquel mismo año.

La afluencia de peregrinos y visitantes fue aumentando y en el siglo XVI se decidió construir una hospedería aneja y una nueva ermita, la de Abajo, con muros que la protegieran del río. Cabe decir que esta última obra no se terminó hasta finales del siglo XVIII y, entonces, la nueva ermita relegó a la anterior en los oficios religiosos.

Con el aumento progresivo de visitantes y peregrinos que se estaba produciendo desde que, en el siglo XIV, se fundó la Cofradía y se construyó la Ermita de Arriba (de estilo gótico), en el siglo XVI se amplió el recinto con un claustro y una hospedería y en 1549 se decidió la construcción de una nueva ermita a los pies de la anterior, más grande, mejor protegida contra posibles riadas y que respetase el lugar original donde - según la leyenda- apareció la figura de la Virgen.

Para dichas obras se contrató a Sebastián Deixadó, constructor, entre otras, de la iglesia de Cretas. Pero, este constructor no llegó a realizar la obra, ni tampoco el nombrado posteriormente, y la construcción del templo se retrasó más de 200 años. Finalmente, el edificio barroco que conocemos actualmente se empezó a construir en 1658, fecha que encontramos en una de las portadas, aunque la mayor parte de la obra se realizó a finales del siglo XVIII; en la otra portada se lee la fecha de finalización, 1783.

Durante la Guerra Civil (1936-39) perdió gran parte de su imaginería, la cual ha sido repuesta en parte posteriormente. Esta es la ermita del Santuario que se utiliza para el culto religioso. Cabe destacar la romería que cada siete años se realiza desde Vallibona hasta Peñarroya siguiendo una tradición que se remonta al siglo XIV.

El desnivel entre ambas ermitas se salva gracias a una interesante escalinata que contribuye a que los edificios formen un conjunto patrimonial único.

La ermita de Arriba es el edificio más antiguo que se conserva del Santuario. Su construcción se inicia en 1341, después de que la ermita original, construida el siglo anterior y ubicada más abajo, donde según la leyenda se encontró la Virgen, sufriera los desperfectos de una riada.

Es una obra gótica-mudéjar que comprende una sola nave de cinco tramos con techumbre de madera sustentada sobre arcos diafragma apuntados.

La decoración gótica que se conserva es de gran riqueza. En los capiteles de las arquivoltas de la portada se representan, a modo de friso corrido, numerosas escenas del nuevo testamento; en el lado izquierdo: las Bodas de Canà, la Anunciación de los Pastores, la Presentación en el templo, la Huida a Egipto y el Sueño de José; y la parte derecha: Jesús en la cruz, la Curación de la Hemorroisa y la Adoración de los Magos. Las figuras a los lados de la Virgen que corona la arcada representan muy probablemente a personajes de la Orden de Calatrava, la cual gobernaba la villa.

La techumbre es una de las muestras más impresionantes de la carpintería mudéjar aragonesa. Presenta una interesante decoración donde destaca la cruz de Calatrava y otros motivos heráldicos acompañados de rostros humanos de gran sencillez estilística.

Esta ermita fue declarada Monumento Nacional en 1931 y en el 2001 Patrimonio Mundial dentro del arte mudéjar de Aragón.

Terminada mi visitan a este paraje maravilloso, prosigo viaje hacia Peñarroya de Tastavís al que llego con 38 kilómetros.

Peñarroya de Tastavís es una población turolense, de la comarca del Matarraña, situada a 746 metros de altitud. Tiene una población de 538 habitantes. Gentilicio: Peñarroyis.

Se encuentra dentro de la ruta del mudéjar en Aragón, siendo, por otra parte, una importante zona productora de jamones bajo la Denominación de Origen Jamón de Teruel. También destaca la producción de Aceite de Oliva, amparada por la misma categoría.

El municipio ubicado al pie de la Sierra de Encanadre, despliega su caserío a lo largo de la ladera del cerro la Moleta, dominando el valle del Río Tastavís. Su topónimo se debe al color rojizo de las Peñas del Masmut y al rio que baña sus tierras. El pueblo se desarrolló alrededor del castillo árabe delo que todavía se conservan restos del lienzo de la muralla. Sin duda lo que más atrae la mirada del visitante es lo pintoresco del casco urbano de Peñarroya, caracterizado por sus típicas escalinatas , sus empinadas y estrechas calles adoquinadas, con inmuebles de arquitectura popular de los siglos XVII y XVIII, de encantadoras fachadas y balconadas de madera y aleros, etc.

El Ayuntamiento. Como consecuencia de los cambios que se producen con la entrada de la Edad Moderna, el poder administrativo de la Orden religiosa-militar de Calatrava en Peñarroya, que lo había ostentado desde 1209, disminuye en favor del aumento del poder civil. Una buena muestra de este cambio en el contexto general es la aparición de las casas consistoriales como espacio desde donde se rigen los destinos y se administran los pueblos.

La Casa Consistorial de Peñarroya, que aún hoy en día sigue siendo la sede del Ayuntamiento, data del siglo XVI. Fue construida en estilo renacentista, propio de este período histórico, y aunque ha sufrido numerosas remodelaciones, conserva muchos elementos de la monumentalidad original de su arquitectura, como la ventana conopial en la planta noble con todo el jambaje decorado.

Destaca la antigua cárcel que se conserva en muy buen estado y forma parte de la ruta turística de las cárceles del Mezquín-Matarraña. Tiene tres estancias: la primera estaba destinada a vivienda del carcelero y, las otras dos, a calabozos, comunicados por un estrechísimo pasadizo.

En las  casas de la Plaza, podemos observar las barandillas de madera torneada que caracterizan la arquitectura popular de Peñarroya.

Capilla de la Virgen del Carmen.  Haciendo un recorrido por el patrimonio arquitectónico del Matarraña, encontraremos como elemento destacado los característicos portales capilla. Presentes en casi todas las poblaciones, estos portales eran los diferentes accesos a los núcleos urbanos cuando éstos estaban cerrados por una muralla.

Posteriormente, a la función defensiva se le añadió la religiosa y se consagraron cada uno de ellos a un santo elegido por la población.

En Peñarroya, este portal fue una de las siete puertas de la muralla, la cual correspondía probablemente a la ampliación de la villa en el siglo XIV.

La fecha de 1763 se refiere a la construcción de la capilla en la primera planta del portal que fue consagrada a la Virgen del Carmen. Ésta es de estilo barroco realizada con mampostería enfoscada y remates de sillería.

La fiesta de la Virgen del Carmen, el 16 de julio, era antiguamente muy celebrada en la capilla. Previamente se recogían enseres donados por la población para la “Oferta”,   costumbre recuperada en los últimos años, que consistía en una subasta para sufragar los gastos de los festejos y para el mantenimiento de la capilla. Durante los nueve días anteriores, rezaban la novena de la Virgen del Carmen y cantaban los gozos. Destacan los juegos tradicionales que se organizaban con motivo de la fiesta, como la plantada del “Maio”.

Iglesia Parroquial Santa María la Mayor. En el siglo XVIII se edifican dos monumentos importantes de Peñarroya: la iglesia y la nueva ermita barroca en el Santuario de la Virgen de la Fuente.

En el momento de su construcción ya había otras dos iglesias en la población, situadas en la parte alta. Pero, por una parte, la antigua iglesia de la Mola (s. XIII) estaba muy apartada y demasiado deteriorada como para seguir utilizándose y, por otro lado, la de San Miguel (s. XIV) era demasiado pequeña. Ello, unido al crecimiento del casco urbano ladera abajo y a la prosperidad económica de la población, llevaron a la construcción de este nuevo templo.

La primera piedra se colocó en 1727, en una ceremonia que incluyó una procesión con salida desde la iglesia de San Miguel. De la construcción se encargó el maestro Ángel Cólera y se terminó en 1759.

Se trata de una obra de estilo renacentista tardío, aunque con bastantes elementos de naturaleza barroca, como las pinturas de su interior y la torre campanario. Es un templo de tres naves cubiertas con bóvedas vaídas y crucero con cúpula sobre tambor. Está construido en mampostería y cantería y destacan sobre todo dos elementos: la fachada y la torre.

Durante la Guerra Civil (1936-1939), se destruyó el órgano, el retablo mayor y la mayoría del resto de la decoración interior y se utilizó como almacén de la Colectividad anarcosindicalista.

La torre y la iglesia fueron declaradas Bien de Interés Cultural (B.I.C.) el año 2001.

La Lonja – Lavaderos. El siglo XVI fue un período de crecimiento y prosperidad para la villa de Peñarroya (y toda la comarca en general), después de las diversas pestes sufridas desde el s. XIII y de la guerra de Sucesión de Juan II en el s. XV. Esta situación de paz y riqueza favoreció la expansión del núcleo urbano cuesta abajo. Los propietarios ricos abandonaron su casa en la zona alta y se edificaron otra más grande en esta calle y la de arriba. Se construyó también la Casa Consistorial y la Lonja, en el lugar donde ya había (desde el siglo anterior) la “font de la Canella”.
La Lonja era lugar de mercado, de reunión de los vecinos y también donde estaba la carnicería que, en aquellos tiempos, era un derecho del Señor y, por tanto, era el único lugar donde se podía vender carne y sacrificar los animales. Posteriormente, y hasta la construcción de los lavaderos, la pared de la lonja se utilizaba a modo de trinquete para el juego de la pelota, un deporte tradicional muy extendido en la comarca. De la construcción destaca el hecho de que cada uno de los dos arcos sea diferente (uno apuntado y el otro de medio punto), con un escudo nobiliario en medio.

Estos lavaderos, que aún son muy utilizados, se construyeron hace relativamente poco, a mediados de los años 60 del siglo pasado. Anteriormente las mujeres, que eran las encargadas de esta tarea doméstica, iban a lavar la ropa a un cuarto de hora o más de la población: a los lavaderos actualmente desaparecidos del Santuario de Nuestra Señora de la Fuente; o, algo más cerca, a los de la “font dels Avellaners”, que han sido restaurados en los últimos años.

Celebra fiestas, el 17 de enero se celebran las fiestas en honor de San Antón, con las típicas hogueras. El 20 de enero son las fiestas de los patronos, San Fabián y San Sebastián. Las fiestas mayores tienen lugar del 8 al 10 de septiembre.

 


Terminada mi visita parto  de Peñarroya de Tastavis  con 39 kilómetros recorridos.

Decido regresar por donde he venido, pasando nuevamente por el Santuario de la Virgen de la Fuente , cruzando el Tastavís y desembocando de nuevo en la carretera A -1414. Aquí decido  regresar  por Fuenteespalda. Sin embargo en el kilómetro 45 a las puertas de Fuenteespalda, decido tomar una pista asfaltada que indica que se dirige Ráfales, siguiendo la ribera del Tastavis.

En el kilómetro 47´18 cruzo el Tastavis.

Al principio la pista que discurre por su maravillosa ribera esta asfaltado, para luego transformarse en una pista muy apta para  el cicloturismo, en algunos kilómetros esta pista  discurre en continuos toboganes que la hacen más entretenida. De vez en cuando encontraremos Mases junto al camino.

En el kilómetro 52´43 la pista empalma con la carretera TE-V-3005, el indicador me dice que a  sólo 1 kilómetro de aquí se encuentra Ráfales. Decido dejar la visita a esta población para otra ruta. Sigo por la derecha hacia La Portellada.

En el kilómetro 59´92 salgo a la carretera TE-V-3004, donde están los indicadores a cLa Fresneda y La Portellada. En este cruce de carreteras se encuentra un moderno depósito de agua y junto a él  un Peirón bajo la advocación de la Virgen del Portillo.  Aquí tomo la derecha de la carretera TE-V-3004, que desciende hasta empalmar con la carretera que se dirige a Valderrobres, al que llego con 69´47 kilómetros.

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

Serafín Martín.

Fuentes propias y:

Rutas CAI - Nº 2 El Matarraña y los Puertos de Beceite Edita CAI – PRAMES.

Colección Rutas CAI - Nº 16 Caspe, el Mar de Aragón y el Bajo Matarraña Edita CAI – PRAMES.

www.portalmatarranya.org.

http://www.amicsbolets.com/Beceite.htm

http://es.wikipedia.org/wiki/Beceite

 

 

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