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Ruta 064.-
Fuentes
Claras, Rubielos de la Cérida, Trincheras fortificaciones
de
Carramonreal.
El 24 de Octubre de 2010 llego a Fuentes Claras
con 4.897 kilómetros. Los datos de Fuentes Claras los expongo en la Ruta 031
que realicé el
2 de mayo de 2008. Aún así no está de más
recordar algunos datos de esta bonita población.
Fuentes Claras se encuentra cerca de Calamocha,
situada a
909 metros de altitud, en la depresión longitudinal ibérica Calamocha,
Teruel, junto al Río Jiloca y cercano al antiguo Camino Real de Valencia,
donde se encontraban las viejas ventas y se construyó la ermita de los
navarros, testigo del paso de arrieros, comerciantes y viajeros. En este
caso, El CID fue uno de estos viajeros, ya que utilizaba los caminos
tradicionales para desplazarse y seguramente este camino real sería el que
le guiaría hacia la conquista de Valencia.
En una loma
en la margen izquierda del rio Jiloca se
encontraba la antigua ciudad de leónica. Los restos materiales, entre los
que destaca un sillar en cuyo frente hay grabado una cabeza de toro con
acantos (actualmente en el Museo de Teruel) y una tésera de hospitalidad
hecha de bronce con forma de delfín, permite datar su auge en época imperial
romana, hacia el siglo II d.C.
En el año 1337 Jaime II ordenó la construcción de
una torre y una barbacana en la localidad. De la Guerra de los dos Pedros
salió tan quebrantada que el arzobispo de Zaragoza debió ordenar la
construcción de la torre campanario
y el castillo.
Su población en el año 2007 era de 605 habitantes.
Junto a la iglesia parroquial se encuentra una casa solariega llamada “La
Casa Grande”. Construcción de dos plantas, más ático con portada adintelada
e importantes rejas de forja en los vanos. En la planta noble se abren
cuatro balcones mientras que el ático se articula mediante vanos cuadrados
para la ventilación.
Salgo de Fuentes Claras por el camino del cementerio hacia la Ermita de
Nuestra Señora de los Navarros.
En el kilómetro 2 llego a la Ermita de Nuestra Señora de los Navarros. Es
una obra barroca de mampostería, del Siglo XVII. Consta de nave única y
bóveda de medio cañón con lunetos. Su cabecera es poligonal y en el interior
encontramos bellas decoraciones en estuco que dotan al templo de un ambiente
espiritual muy acorde con la filosofía barroca.
Terminada mi visita a la ermita parto por el camino asfaltado que se dirige
hacia la autovía, una vez que cruzo esta por el puente que la salva, se
acaba el asfalto. En el kilómetro 4´23, paso por la granja “La Ponderosa” y
casi inmediatamente llego a un cruce de caminos, donde sigo de frente.
En el kilómetro 5´19 llego a la N-211, Caminreal, Madrid, justo al otro lado
se encuentra la carretera TE-V-1107 que se dirige a Rubielos de la Cérida.
En el kilómetro 13´05, después de una breve bajada
con curva a la derecha, cruzo un barranco por un
puente,
donde a la derecha de este
hay
una balsa con fuente abrevadero y a la izquierda unos chopos de ribera.
En el kilómetro 13´88 la carretera discurre por un falso llano. En esta parte del recorrido se puede apreciar la Red de drenaje del Ramblón .Esta es una Rambla con una gran cuenca que se extiende por los términos de Rubielos de la Cérida y Argente, que encauza toda el agua recogida a la margen derecha del río Jiloca, junto a la localidad de Caminreal.
En el kilómetro 16´29 llego a Rubielos de la
Cérida. Donde me encuentro a la izquierda el
Peirón
de San Marcos recientemente restaurado.
Rubielos de la Cérida es un municipio turolense que pertenece a la comarca del Jiloca. El pueblo está situado a una altitud de 1240 metros, en las sierras de Palomera-Lidón, en el valle de fondo plano de la rambla del Ramblón, que ha aprovechado materiales blandos triásicos para instalarse. Una superficie erosiva nivela las zonas altas, de materiales calcáreos. Solamente resaltan algunas formas estructurales abruptas en el contacto con la depresión del Jiloca (sierra del Sabinar). La mayor parte de los valles del interior de este sector toman orientación norte-sur, siguiendo fracturas, que en algunos casos continuaron funcionando hasta época relativamente reciente, ya que las fallas afectan a laderas cuaternarias e incluso holocenas.
En su término municipal se halla una
cuenca de impacto, integrada en la cadena de cráteres de impacto que abarca
desde
Azuara a
Rubielos de la Cérida. Son estructuras de impacto que, como su propio nombre
indica fueron creadas por el impacto de meteoritos en el Terciario Medio y
generadas durante el mismo evento. A veces su detección plantea problemas,
pues constituyen cráteres de cientos de kilómetros de diámetro.
Los Primeros datos sobre sus censos conocidos nos informan de que en
1373 aportaban 40 maravedís, o que contaban con 66 vecinos en 1387, 58 casas
en 1400, si bien se sabe que ya figuraba como aldea en
1205,
cuando se efectuó el documento de colaciones y décimas eclesiásticas de la
Comunidad.
En la actualidad tiene una población de 61 habitantes;
en 1998, 60 habitantes.; en 1978, 116 habitantes.; en 1950, 413
habitantes.; en 1900, 456 habitantes.
Gentilicio:
Rubielanos.
Prospecciones arqueológicas efectuadas en los años 1984 y 1988
localizaron en el término diferentes yacimientos cuyos hallazgos hacen
sospechar la existencia de primitivas civilizaciones en la zona, como el
asentamiento ibérico junto al Torretón, estructura defensiva estratégica en
la que se han hallado materiales romanos del periodo republicano, o el
medieval de la Cérida. Los hallazgos se conservan en el Museo Provincial de
Teruel. En resumen, las distintas fuentes históricas consultadas se muestran
de acuerdo en que el pueblo actual procede de la unión de los primitivos de
Rubielos y la Cérida.
El municipio tuvo su origen en la Reconquista, apareciendo citado por primera vez en el año 1205. Encuadrado en la sexma de Barrachina de la Comunidad de Aldeas de Daroca y como tal tierra de realengo. El complemento toponímico de la Cérida lo tomó en 1834 al constituirse como Ayuntamiento propio dentro del partido judicial de Montalbán,
Entre 1940-1971 formó parte de una mancomunidad de servicios, compartidos con los pueblos de Cosa, El Villarejo de los Olmos y Bañón. (En 1965 pasó a depender del de Calamocha). En el año 2003 se incorporó a la comarca del Jiloca.
Otras referencias históricas de la localidad cuentan que en una de tantas confrontaciones con Castilla merodeó por la zona hostigando a los pueblos de Rubielos, Cosa y Bañón el caballero de Molina, Gómez Carrillo, el Feo, al frente de una porción de “malhechores y gente desmandada a caballo, que “intentó robar ganado”. Se sabe de una sentencia real en 1561 a favor del concejo de Torrijo por la que se impedía que el ganado cabrío de Rubielos entrase a pastar a sus dehesas; también que en octubre de 1624 el arzobispo de Zaragoza D, Juan Martínez de Peralta “dio la comunión a los niños de Bañón, Villarejo y Rubielos, o las múltiples escaramuzas bélicas que debió de contemplar a lo largo de los siglos el citado Torretón.
Durante la guerra carlista Rubielos, era un importante feudo
liberal, hasta que en una acción de guerra fue tomado por los partidarios de
D. Carlos. Para Salvar la vida, los liberales se vieron en la necesidad de
huir a través del monte hasta Calarnocha, donde esperaron hasta que de nuevo
fue retomado el pueblo por las armas de la reina.
Un gran barranco, llamado por los rubielanos “el Charco", divide la
población en dos núcleos.
Llego a una bonita plaza con fuente y enseguida me llama la atención
un peirón encajado en la tapia de un edificio. Este peirón es llamado “el de
la Obra” en sus cuatro caras, contiene las imágenes en cerámica, de San
Pedro, San Isidro, San Antón y la Virgen del Pilar
Peirón, con la leyenda "A expensas de Pedro Valero" También aparece
una fecha grabada; “Año 193- / F.T.S.”. Está realizado en ladrillo. No
existe separación entre el tronco y el edículo.
Después de beber en la fuente de esta plaza me dirijo hacia el
lavadero público, construido a
comienzos
de los 70 y que hoy se halla en buen estado. En frente del lavadero se
encuentra, la
fuente
de
Rubielos de la Cérida,
que
se encuentra
adosada a un pequeño muro de mampostería que delimita un huerto contiguo. Se
trata de una construcción de sillarejo y mampostería cubierta por techumbre
a dos aguas realizada en el mismo material. Se han perdido parte de las
losas que cubrían esta techumbre. El frente de la fuente presenta un arco de
medio punto cegado, bajo el cual posiblemente se cobijaban los caños en
origen. Este no debía presentar gran profundidad, ya que la propia
construcción es el arca de recogimiento del agua de la fuente. Los caños
actuales son de hierro, cayendo a una pila realizada a partir de tres
grandes losas talladas. Estas parten de la línea de impostas del arco,
ocupando el espacio ante este. De aquí comunica con el
abrevadero,
situado siguiendo la línea del frente de la fuente y no la de esta pila.
Presenta un solo vaso realizado a partir de varios sillares unidos bajo un
muro de mampostería de escasa altura que hace las funciones de muro de
contención del campo superior y de frente del abrevadero. Ha sido reformada
en 2006.
Muy cerca de la fuente vieja y el lavadero en Carrabañón ,se alza un precioso Peirón dedicado a San Antonio de Padua. Esta realizado en piedra de forma prismática. Es un pilar votivo del niño Victorino Zorraquino, y levantado en 1870. Destaca la gran hornacina de arco de medio punto. En su interior se encuentra una composición de cerámicas de Talavera donde se representa la escena en la que el niño casi es pisoteado por un burro y la intercesión de San Antonio de Padua. Aparece la siguiente leyenda; "VICTORINO ZORRAQUINO DEDICA ESTA OFRENDA A SAN ANTONIO POR EL MILAGRO QUE HIZO EN SU PROPIA PERSONA EL AÑO 1830".
Según la tradición, un día caluroso una mujer y su hijo volvían con
su mula de los trabajos realizados en el campo.
Iba el pequeño montado en la mula, cuando algo la excito y ésta
comenzó a correr. El niño al caerse se quedó enganchado por el estribo y la
mula lo fue arrastrando por el agrio camino de piedras y tierra.
La madre ante tan cruel escena, se encomendó a San Antonio,
pidiéndole que hiciera que la mula parase, y en ese mismo instante la mula
se paró.
El chico salió vivo del percance con alguna magulladura en el cuerpo
y la familia del chico construyó un peirón como ofrenda, en el mismo lugar
donde la mula paró.
La familia Zorraquino estuvo vinculada con la fundación de los
Turrones Zorraquino que perduran hasta hoy en día. Hasta hace unos años esta
familia hacia un invite para todo el pueblo el día de San Antonio, era un
día significativo.
Toda persona mayor que se le pregunte guarda un gran cariño hacia
esta familia y estos recuerdos.
Desde aquí
me dirijo a “La Sima” situada en una finca propiedad
de la familia “los Palomos”, una de las familias sobresalientes del pueblo.
Dicha finca paso a ser propiedad de la familia José Ocón a principios del
siglo XX y posteriormente en el año 2007 pasó al Ayuntamiento de Rubielos de
la Cérida con el fin de sanear y adecentar la zona.
Se cuenta que en el centro de la finca había un pozo artesano con un
árbol a su lado, y que un día, un hijo de la familia de Los Palomos, que
estudiaba para cura pasó la mañana sentado en una silla a la sombra leyendo
sus apuntes de Teología. Llegada la hora de comer marchó a su casa dejando
el libro sobre la silla en el mismo lugar, con intención de reanudar el
estudio por la tarde.. A la vuelta sorprendentemente, se encontró con un
gran socavón, y la silla y el libro habían desaparecido. Los habitantes del
lugar llamaron siempre a este pozo La Sima. A lo largo de los años se han
ido produciendo varios hundimientos en las proximidades de dicha zona
(llamado Prado
de la Dula).Hacia el año 1958, las personas mayores
recuerdan que cuando la Familia Lidón transportaba en su carro el trigo de
la era a casa, al llegar a la puerta de entrada se produjo un hundimiento y
el carro y las caballerías quedaron atrapadas en dicho socavón.
Posteriormente pasados unos años en las proximidades, ocurrieron
varios hechos parecidos, dos de ellos con tractores.
El semicírculo que se puede observar en la Sima, se
produjo alrededor del año 1968.
“La Sima” en el centro del casco urbano de Rubielos de la Cérida, es
un afloramiento de agua del acuífero calcáreo del Triásico medio en facies
Muschelkalk. También están relacionadas con este acuífero todas las
surgencias y afloramientos de agua del entorno. El acuífero lo forman
carniolas y dolomías intensamente karstificadas cuya área de recarga se
localiza en el fondo del valle, al Sureste del casco urbano. No hay conexión
hidráulica con otros acuíferos del entorno. La descarga se produce en la
parte oriental del casco urbano y en su entorno inmediato.
En esta zona el acuífero se encuentra confinado o semiconfinado por
las arcillas con yesos del Triásico Superior en facies keuper, que lo
recubren. Además tenemos materiales recientes de naturaleza arcillosa ricos
en materia orgánica que ocupan la parte baja del valle. P5revisiblemente, el
agua del acuífero calcáreo circula a través de los materiales del keuper y
se distribuye por el fondo del valle a favor del recubrimiento caternario,
de tal forma que tenemos manantiales, surgencias difusas y afloramientos de
agua.
Subiendo hacia la
parte alta del pueblo me encuentro con
el peirón de
San Pedro, situado en la plaza de la iglesia, y frente
a
esta. Construido en ladrillo, con posterioridad se le adosó una fuente,
por lo que también se le conoce
como "peirón de la fuente del Pez". El tronco está decorado con motivos
geométricos. Se separa del edículo por medio de una cornisa moldurada de
ladrillo. El edículo se abre en dos de sus lados con dos capillas de arco de
medio punto, las cuales contienen las imágenes de San Pedro y Santa Bárbara.
El cimacio está semiderruido y carece de cruz de hierro.
En este peirón comienza el camino a la Ermita de santa Bárbara y el
cementerio.
Un poco más arriba que el peirón de San Pedro y más cercano a la iglesia, se
encuentra el Peirón de La Dolorosa, también restaurado.
La Iglesia Parroquial de San Miguel, se encuentra en
la zona más
elevada del pueblo. Pertenece al siglo XVI, es una obra gótico-renacentista
de mampostería, de nave única de tres tramos, cubierta con bóveda estrellada
y capillas con bóveda de arista entre dos contrafuertes. Torre de
mampostería, de un solo cuerpo de planta cuadrada y que presenta un vano de
medio punto en uno de los dos lados, para las campanas. Portada sencilla en
el lado del evangelio formada por un arco de medio punto muy rebajado.
El retablo del altar mayor es una joya del barroco con columnas
salomónicas que con gran majestad dan realce al retablo. Está jalonado por
estatuas de santos principales del santoral de la Iglesia universal. En el
centro destaca la imagen de San Miguel arcángel, titular de la Parroquia.
Está en señal de victoria que ha vencido al enemigo y al mal. ¿Quién cómo
Dios? Nadie como Dios. Fue el grito de San Miguel y de los ejércitos
celestiales cuando el demonio quiso revelarse contra Dios.
Rubielos está defendido por el Arcángel que defendió a Dios. Es el
poder de Dios que nos ayuda hasta el final. Nuestra confianza tiene que ser
grande ante tal defensor.
En la parte superior del retablo está colocada la Inmaculada
Concepción, la Purísima. Es el misterio por el que Dios Padre prepara a la
Virgen para ser Madre de Dios y la preserva del pecado original. A un lado y
a otro del altar se encuentras dos capillas donde están colocadas las
imágenes de los patronos. A la derecha, mirando de frente, se encuentran San
Fabián y San Sebastián, patronos del pueblo y fiestas de invierno, que el
pueblo celebra el 20 de Enero. A la izquierda está la Virgen de la
Merced, patrona del Pueblo y fiesta del verano, día 24 de Septiembre, pero
ahora se celebra la tercera semana del mes de Agosto por razones pastorales.
Concluyendo podemos decir, que este retablo de nuestra Iglesia
Parroquial es de los mejores que podemos encontrar en toda la provincia. Hay
que procurar conservarlo en buen estado y para ello tendremos que saber
pedir subvenciones a las instituciones correspondientes.
Al lado izquierdo de la Iglesia tenemos tres altares: El de la
Virgen del Pilar, sencillo, el la Virgen del Rosario, también de estilo
barroco, con la talla de la Virgen del Rosario de madera y de gran valor y
el de las Animas del Purgatorio, de estilo barroco también.
Al lado derecho está el altar de la Inmaculada, sencillo la
capillita de la Virgen Dolorosa y el altar del Cristo de la Misericordia,
también barroco.
Al fondo de la Iglesia se encuentra el Baptisterio, con la Pila
Bautismal, donde los
Rubielanos han recibido el apellido de cristianos y se les hizo hijos de
Dios a todos los nacidos en el Pueblo.
Entre los hijos ilustres de esta localidad cabe destacar a Juan Cebrián, regidor y jurado de la comunidad de Teruel., Juan Ramón Zorraquino, guerrillero durante la Guerra de la Independencia, Pablo Hernández Gimeno , historiador jesuita, Jerónimo Pascual , poeta y gramático.
Decido ir a visitar la Ermita de Santa Bárbara, en el camino, se encuentra a la izquierda el muy deteriorado peirón de San Miguel y que era una estación del Vía Crucis. En la Cañada, junto al cementerio está .La Ermita de Santa Bárbara, muy cercana a la población, es un edificio de mampostería de una sola nave, con tres tramos, que se cubre con bóveda de medio cañón con lunetos. Cabecera recta. A la entrada tiene un sencillo pórtico cuyo volumen, junto al de los contrafuertes exteriores, es acusado. Su campanico, desapareció hace muchos años. Fue construida entre 1732 y 1738 por el Maestro de Obras Juan García, natural de Galve, aunque residente en la vecina localidad de Argente. En la actualidad su interior sirve para guardar los muebles de la escuela, que como tantas de Aragón, cerraron por falta de niños. En Semana Santa la cofradía de Nuestro Señor Jesucristo procesionan hasta la ermita el Viernes Santo al anochecer, portando faroles encendidos.
Celebran sus fiestas de la siguiente manera: El 20 de Enero y el 24 de
Septiembre, pero actualmente se han trasladado a la penúltima semana de
Agosto, el fin de semana más próximo al 24 de Agosto.
Saliendo del pueblo en su parte alta a la derecha me encuentro el Peirón de
la Virgen del Pilar Recientemente restaurado al igual que el de San Marcos
Con 17´17 kilómetros, salgo de Rubielos por el camino asfaltado de Argente
hacia las posiciones fortificadas. Tomando el desvío a estas por la derecha,
cuando llevo 18´80 kilómetros.
Estas
trincheras fortificadas, levantadas
durante la
Guerra Civil,
se
disponen a lo largo del cerro en el que están emplazadas por medio de una
sucesión de curvas cóncavas y convexas en disposición longitudinal. Están
realizadas a base de piedras y hormigón. Poseen unos pequeños vanos
dispuestos a lo largo del murete, utilizados para vigilancia y puestos de
defensa. Alrededor de este muro podemos encontrar un pequeño foso excavado
en la tierra.
En la cima del cerro de San Cristóbal tenía el ejército de Franco
los puntos de observación y de avanzadilla, en las casas de Rubielos se
alojaban los mandos, y la tropa hacía Io propio en los alrededores.
Recuerdan como, iniciada la ofensiva hacia Singra, un avión bombardeó las
líneas propias en la partida del Peirón de la Hoya Roja, causando numerosas
bajas de soldados y de animales; también las guardias nocturnas que llevaban
a cabo los propios civiles en la localidad, o la defensa ciudadana que
organizaron, a base de horquillas y de otros útiles agrícolas, al tener
noticia de que un grupo de soldados republicanos.
Podemos decir que Rubielos de la Cérida fue el límite de las tropas
del General
Franco,
que hacía frontera con las tropas de la zona republicana.
Fue un lugar estratégico para mantener a distancia al enemigo. Las fuerzas
republicanas llegaron hasta el límite de Rubielos por la parte de Argente,
Lidón, Corbatón, Alpeñés, Cosa y Bañón. “La ausencia de un Ejército
plenamente operativo en la zona republicana, hizo que ya desde el comienzo
de la guerra se planteara la necesidad de levantar líneas defensivas que
impidieran el avance de las fuerzas sublevadas. El planteamiento por parte
del Estado Mayor republicano, a lo largo de la contienda, de numerosas y
brillantes operaciones ofensivas, ejecutadas luego con mayor o menor
acierto, no significó un abandono de esta idea que profundizaba en la
construcción de líneas de defensa fuerte y estable. Ejemplo de esta política
es la creación del llamado Cinturón de Hierro de Bilbao, las obras
defensivas que rodeaban Madrid o la Línea XYZ que cerraba el paso sobre
Valencia al Ejército nacional.
Por su parte, el progresivo avance de las tropas franquistas
limitaba la defensa de su territorio a simples líneas de trincheras o
parapetos con escasas obras de fábrica. Una de las excepciones a este
criterio generalizado lo constituye una línea situada en el extremo más
alejado del campo de batalla: Rubielos de la Cérida.
Esta línea fortificada orientada hacia el campo de Visiedo y el
valle del Jiloca está formada por un muro principal de piedra y cemento, del
que se separan algunos ramales construidos con los mismos materiales. El
muro, con una longitud considerable y la suficiente altura como para
proteger al infante presenta, en general, un buen estado de conservación. A
lo largo de la línea se intercalan sesenta puestos de tirador con mirillas,
siete nidos de ametralladoras y, protegidos tras el muro, tres refugios
cubiertos, uno de los cuales todavía se conserva intacto
Este sector fue el punto de partida de la 1ª División de Caballería
del general Monasterio y de la 5ª División navarra del general Bautista
Sánchez en la segunda fase de la batalla de Teruel, la que se ha dado en
llamar batalla del Alfambra.
Concluido el asalto a las posiciones de los Altos de las Celadas, y
ante la dificultad que suponía derrotar al enemigo en un terreno tan
limitado, con el riesgo de ver cortadas en zonas más alejadas de la ciudad
las líneas de suministro tal y como había demostrado la maniobra de la 27
División republicana en Singra, a finales de enero, Franco había decidido
ampliar la ofensiva sobre todo el territorio que se encuentra situado entre
los vértices imaginarios de Villalba Baja, en el punto más próximo a la
capital, y los de Bueña y Portalrubio en sus extremos.
La operación se inició el día 5 de febrero de 1938 con una
preparación artillera, rompiendo el frente la 5ª División en la zona central
de la maniobra. Una vez rota la línea cubierta por la 61 Brigada
republicana, la 1ª División de Monasterio se lanza, en las primeras horas de
la mañana del día 6, en una prolongada carga de caballería sobre el campo
enemigo en dirección a Argente, atravesando algunos escuadrones del 1º.
Regimiento el paso de Aguatón y tomando de revés las posiciones
gubernamentales. Y mientras tanto, el 2` Regimiento se dirige sobre Visiedo
y, tras su conquista, avanza sobre las poblaciones de Lidón y Camañas,
situadas en sus flancos, al tiempo que otras unidades alcanzan Perales de
Alfambra completando la conquista del margen derecho del río desde esta
localidad hasta Alfambra.
El lugar en el que se sitúa esta fortificación al igual que otros
lugares que circundan, Rubielos de la Cérida, se convirtió en esos días en
el punto de reunión de la 1ª División de Caballería. Desde allí partió la
primera y la última gran carga de la caballería que tuvo lugar durante la
guerra civil, cruzando de un extremo a otro todo el campo de batalla en una
operación que significaría para la República la pérdida de 14 pueblos, 1.000
Km. cuadrados y 16.000 combatientes”.
Estas trincheras estas todavía en fase de rehabilitación, llevada a
cabo por los propios vecinos, de Rubielos.
Terminada mi visita a estas, decido seguir por el
camino asfaltado, hacia Argente, pero dándome cuenta de que no
llevo mapa para situarme en el kilómetro
20´56 decido dar la vuelta, e iniciar el regreso por el mismo camino de esta
mañana.
En el kilómetro 27 paro para
visitar unas parideras, situadas entre unos barrancos, con un denso encinar.
Desde aquí diviso en la lejanía la llanura donde se asienta Monreal del
Campo
y Villafranca del Campo.
En el kilómetro 39´21 llego a Fuentes Claras.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y:
Colección Rutas CAI - Nº 13
Jiloca, Calamocha y Monreal del Campo
Edita CAI – PRAMES.
http://www.rubielosdelacerida.com
http://www.enciclopediaaragonesa.com
http://www.xiloca.com
Bibliografía
Margalé Herrero, Rafael; Margalé Alzórriz, Alvaro (2002): Los
peirones en las comarcas del Jiloca y Campo de Daroca. Calamocha, Centro de
Estudios del Jiloca.
BENITO MARTIN, Félix (1991): Inventario
arquitectónico. Teruel. Zaragoza, Diputación General de Aragón.
Madoz, Pascual (1986): Diccionario
Geográfico-Estadístico-Histórico de Aragón : Teruel. Zaragoza, Ámbito
Ediciones: Diputación General de Aragón.
Carreras Asensio, J.M.:
Noticias sobre la construcción
de iglesias en el noroeste de la provincia de Teruel (siglos XVII-XVIII).
Calamocha, Centro de Estudios del Jiloca, 2003
"Lugares de la Guerra" de Alfonso Casas Ologaray, Ediciones Tirwall.
© Cheluy -Sera 2011