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Ruta
055.-Plenas, Monforte de Moyuela, Pardina de Otón, posición fortificada de
Otón, Huesa del Común, Camino del Río Aguas Vivas, Blesa.
En Aragón se entienden por pardinas los terrenos perfectamente
delimitados que en tiempos pasados correspondieron a las superficies
asignadas a pueblos desaparecidos y que se anexionaron como una propiedad
más a los términos municipales actuales.
El 25
de Julio de 2009 llevo recorridos un total de 3.135 kilómetros.
Salgo
de Plenas por el restaurado lavadero, pasando por la huerta, donde un burro
madrugador me da los buenos días, cruzo el Río Santa María y enseguida llego
a la altura del “Chalé de Martín” donde da comienzo la cuestecica, que me
lleva hasta el “plano”. Hace una mañana espléndida, para contemplar el Valle
del Santa María con la Sierra de Cucalón de fondo.
En el
kilómetro 2’86 paso por el Santuario de la Virgen del Carrascal y que a
falta de algunos detalles está prácticamente restaurada, la parte civil y la
parte eclesial, falta el interior de la ermita.
En el kilómetro 6´67 llego al cruce con el Estrecho de la Virgen del Pilar. Desde aquí puedo divisar ya el torreón de Monforte, En el estrecho de la Virgen del Pilar se puede contemplara la ermita de la Virgen del Pilar, que se encuentra a orillas del río Santa María. Muy cerca de esta última se pueden apreciar los restos de una presa de época romana .Este lugar pertenece a Monforte de Moyuela, llegando a este con 9´17 kilómetros.,
Monforte de Moyuela es una población que pertenece la comarca del
Jiloca, de 84
habitantes. Situado a una altitud de
1008
metros.
Gentilicio:
Monfortinos.
Está ubicado en una zona de parameras
calcáreas al norte de la
Sierra de Oriche,
colonizada por un pastizal de lastón con aliagas y tomillos. Una red de
barrancos, como el
río Noguera y
el del
Cuervo,
recogen las aguas procedentes de las sierras situadas al sur de la
población, atravesándolas mediante profundas foces. En este sector abundan
los pinares de repoblación de pino Laricio junto una garriga baja, con
coscojas y romeros aclarados. Estos ríos abren su cauce al llegar a los
materiales arcillosos del Triásico superior formando amplias zonas llanas
puestas en cultivo. En los alrededores de Monforte destacan los escarpes de
dolomías triásicas, que conforman plataformas o muelas de una cierta
extensión. Tiene sus orígenes en la Reconquista. Desde la Edad Media
perteneció a la sexma de Trasierra de la
Comunidad de Aldeas de Daroca.
El
casco urbano se asentó, en principio, en lo alto de un cerro, en torno a la
fortaleza que lo coronaba, para asentarse a los pies de la elevación más
tarde. En el solar del antiguo castillo, de gran importancia estratégica en
el siglo XII, sólo se conservan las bases de dos torres de piedra, únicos
restos de la fortaleza que debió de proteger a este lugar al que Ramón
Berenguer IV concedió carta de población en 1157.
En 1834 se configura como ayuntamiento
propio adscrito al
partido judicial de Segura,
hasta que en 1965 pasó al de
Calamocha.
Perteneció a la
Mancomunidad de Municipios de la Cuenca Minera Central de Teruel
y, tras su disolución, a la
comarca del Jiloca.
En los censos de los años 1860 aparecen los siguientes asentamientos humanos
dispersos:
Batán de Tomás Cortes,
Molino alto,
Molino bajo,
Fábrica de chocolate Lacasa,
Tejería de Baila
y
El Pilar y la
casa del ermitaño. Los fondos históricos se han conservado siempre en el
Archivo Municipal de Monforte
Una de las construcciones que más destaca es la iglesia parroquial
de la Asunción. Fue construida en el siglo XVIII sobre otro templo anterior.
Llama la atención su portada adintelada y el frontón, bajo una galería de
arquillos. En el interior presenta un interesante órgano en el coro alto, a
través del que se accede al interior de la torre, con tres cuerpos de planta
cuadrada y el superior, octogonal. Muy cerca se sitúa la ermita del Santo
Sepulcro, del siglo XVIII, celebra
fiestas, el día 5 de
febrero ,que se celebra San Blas y el 25 de julio, Santiago. Salgo a la
carretera A-2114, tomando dirección Huesa del Común.
En
el kilómetro 12´41 abandono la carretera para tomar un camino a la izquierda
que se dirige a la “pardina de Otón” a la que llego con 13´75 kilómetros,
esta pardina está situada a la orilla del Barranco del Salobral, desde aquí
tomo un camino que se dirige a unas canteras que actualmente extraen áridos,
donde dejo la bicicleta e
inicio el ascenso hasta la
posición fortificada, situada en el “Cabezo Santo”. Este ascenso es un
suplicio pues las aliagas me arañan constantemente las `piernas desnudas.
Pero el esfuerzo mereció la pena. Este cerro
se aprovechó dadas las
características del terreno que favorecía su defensa y se dificultaba su
ataque por el enemigo. Estas fortificaciones eran de suma importancia,
porque permitían evitar la sorpresa, reducir las bajas y obligaban al
enemigo a concentrar fuertes contingentes y medios poderosos sobre un
reducido espacio del frente. Desde esta posición se tenía un dominio total
de la zona, que podía ser batida más de 180 grados, calcule que la trinchera
abarcaba
desde “Bunker” hasta el
extremo izquierdo de la loma, apreciándose todavía unos 100 metros de
trinchera. Este Bunker está situado en un sobresaliente del cerro y domina
un perímetro mínimo de 180 grados, como era costumbre en este tipo de
fortificaciones. Era un excelente observatorio ya que domina la carretera de
Loscos a Huesa del Común y podía batir perfectamente más de 500 metros. Este
Bunker servía para ametralladoras o fusil ametrallador. En su interior
cuenta con un nicho, que podía servir para proteger la munición de los
disparos u explosiones cercanas, almacén, o incluso de protección personal
ante ataques. Su estado de conservación es muy malo, al carecer de
suficiente ferralla, para el armazón, se empleó hasta grandes piedras, para
reforzar el hormigón, pero esta escasez de ferralla, hace que la estructura
se separe, lenta pero inexorablemente. Dudo mucho que este bunker, soportara
un impacto directo de gran calibre. La zona de trincheras está semienterrada
por el paso del tiempo, pero se aprecia perfectamente su trazado y
distribución; como todas las trincheras de este periodo en el parapeto se
acumularían piedras y tierra que las mimetizaban, a la vez que ayudaban a
reforzar la protección ante armas ligeras.
El frente abierto durante la
Guerra Civil
en la
Sierra de Cucalón
era muy indefinido. Badenas, Villahermosa del Campo, Cucalón, Lagueruela,
Fonfría, Rudilla, Torrecilla del Rebollar, Villanueva del Rebollar, Torre
los Negros y Bañón estaban ocupados por tropas franquistas, mientras que los
municipios limítrofes más orientales, Badenas, Loscos, Monforte de Moyuela,
Segura de Baños, Viver del Río y Pancrudo permanecieron en poder de las
milicias republicanas.
Los principales enfrentamientos se
produjeron en Villanueva del Rebollar y en la
venta del Diablo,
en Torre los Negros, lugares por donde los republicanos intentaron romper el
frente. Sin embargo, la línea se extendía por más de cuarenta kilómetros de
montañas, protegidos en algunos pasos con fortificaciones y trincheras, como
las que encontramos en la Muela de
Fonfría.
Para la defensa franquista de los pueblos de Fonfría, Rudilla, Allueva, Bea y Lagueruela se formó una guerrilla de voluntarios, compuestas por una falange, que vigilaba diariamente el territorio en colaboración con otra guerrilla de voluntarios situada en Torrecilla del Rebollar.
Estas guerrillas, protegidas por las trincheras escavadas en determinados cerros, se dedicaban a detener a los que intentaban atravesar el frente, requisaron numerosos rebaños procedentes de los pueblos ocupados por los republicanos, organizaban emboscadas y preparaban asaltos y sorpresas dentro de la zona enemiga.
Desciendo hasta donde dejé la bici, saliendo a la carretera a la altura de las minas de arena para fregar.
En el kilómetro 22´64 llego a Huesa del Común.
Los datos de Huesa del Común los expongo en la Ruta 9. Aún así no
está de más recordar algunos datos.
Huesa del Común se le llamó Ossa u Osa en
tiempos pasados. Huesa es una localidad de tradición alfarera, teniendo
todavía noticias de ella en 1849 y continuando hasta la segunda mitad del
siglo XX, en que se extinguiría definitivamente. Los obradores de Huesa del
Común estuvieron situados juntos, a las afueras de la población en una zona
conocida como “las Ollerías” El lugar estaba fortificado, como todos los
pertenecientes al partido de Montalbán. Por sus calles encontraremos
numerosos portales de la antigua muralla, pasajes bajo arcos y
construcciones significativas, sobre todo, de ladrillo, como abundantes
viviendas o el edificio del ayuntamiento, con doble lonja, aunque perdió los
arcos apuntados o fueron cegados. Sólo se conservan cinco de ellos, la
mayoría adintelados, en cada uno de los dos pisos. Además, presenta una
balaustrada de tradición mudéjar en su decoración En la zona más elevada se
encuentra la iglesia parroquial de San Miguel, construida en el siglo XVII
en estilo barroco. Tanto la portada como la esbelta torre son de ladrillo y
muestran claras influencias mudéjares. Su topónimo medieval Osa es citado
frecuentemente en el Cantar del Mío Cid, que describe las andanzas de don
Rodrigo por estas tierras. Probablemente a finales del siglo XI y principios
del XII dependía junto con Montalbán de la taifa de Zaragoza y tras la
reconquista de esta ciudad, de la de Lérida. Durante el reinado de Ramón
Berenguer IV estas tierras pasaron a dominio cristiano y debió de quedar
vinculada a Lope Sanz, señor de Belchite, pues cuando el conde catalán pidió
a los templarios que se establecieran en sus tierras les ofreció, además de
otros bienes, el señorío de Lope Sanz con sus castillos de Huesa y Belchite.
En mayo de 1154 encontramos ya a su primer tenente, Galindo Jiménez. En 1209
fue empeñada por Pedro II pero más tarde volvió a la corona. Los reyes
aragoneses concedieron esta honor, también llamada el «señorío de la Bota»
al arzobispo Luna, los condes de Luna y a los Sandoval, entre otros. Fue
cabeza de una comunidad de aldeas y no se incorporó a la Comunidad de Daroca
hasta el siglo XVII. En 1411 sufrió un asalto por las tropas de Fernán López
de Luna. Esta villa tuvo, entre otros beneficios, el de tener la
jurisdicción criminal de los pueblos de Blesa, Muniesa, Josa, Cortes de
Aragón, Plou, Maicas y Anadón que formaban el Común llamado de Huesa. El
castillo de Huesa del Común se asoma sobre el abismo, entre grandes
precipicios Conocido como castillo de Peñaflor, es uno de los más antiguos
de Teruel, datado entre los siglos XII y XIII. Conserva algunos lienzos de
muralla y dos torreones de planta cuadrada. La construcción se asienta en
una elevada cresta calcárea cuyas extrañas formas -describe Guitart
Aparicio- «semejan tubos de órgano y escamas de un gigantesco dragón». La
historia de Huesa del Común está ligada a la de su castillo, que tuvo
alcaides nombrados por el rey en la primera mitad del siglo XIV. Fernán
López de Luna asaltó el castillo en 1411 por pretender la tutela del conde
don Fadrique de Luna, niño aún; el alcaide Pedro Sesé asumió la defensa. A
éste le sucedió Juan Sesé, quien entregó la fortaleza al rey en 1430, por
expatriación de don Fadrique, pero los alcaides siguieron hasta 1702.
También es de señalar el dominio de las fuerzas carlistas sobre la
fortaleza, en 1838, al mando del general Cabrera. Este castillo, conocido
también con el nombre de Peñaflor, es uno de los más antiguos de las
serranías turolenses, ya que la construcción del mismo puede ser de la
segunda mitad del siglo XII y del XIII.
Para ir a Blesa por el camino del Aguasvivas, en el
transformador, debo tomar
la calle de la izquierda, y meterme por el lavadero, tomo un camino que
discurre por
la vega del rio, hasta que
en el kilómetro 24´47 llego hasta un enorme peirón de ladrillo rojo,
de estilo
barroco, grandioso y esbelto,
el Peirón de San Miguel; éste
protegía la entrada
del camino de Blesa.
El camino de la vega ha sido sepultado de tal manera por la maleza
,que me veo obligado a girar a mi izquierda, buscando el camino que viene de
la Ermita de Santa Quiteria, lo que consigo en el kilómetro 25´05. Desde
aquí me dirijo hacia Blesa por el “Camino el Morenillo”
En el
kilómetro 27’17 vadeo el Río Aguas Vivas.
En el
kilómetro 27´69 lo vadeo de nuevo.
Al
llegar a las primeras arboledas “del Hocino” cruzo un puente, donde comienzo
un breve ascenso, que me lleva a enlazar con la carretera A-2306, que viene
de Muniesa. En el kilómetro 30´46 llego a Blesa.
Municipio ubicado en el área
septentrional de la comarca de
Cuencas Mineras,
en la margen izquierda del río Aguasvivas.
Dentro de la homogeneidad que presenta
su casco urbano podemos destacar buenos ejemplos de casas nobles, con
ornamentos barrocos, relieves y aleros decorados. Aunque la obra más
destacada es la iglesia parroquial de la Santa Cruz. Se trata de un templo
reformado en XVIII que cuenta con una de las torres barrocas más elevadas de
la provincia (casi 70 metros de altura). En el subsuelo presenta tumbas
antiguas y en el interior hallaremos hermosos espacios, como la capilla de
Santa Ana, con su magnífica cúpula. El retablo mayor es una excepcional obra
gótica realizada en el siglo XV, por los pintores aragoneses Miguel Jiménez
y Martín Bernat, que hoy se conserva en el Museo de Zaragoza.
Otro espacio significativo es el
Museo de la Carpintería y la Fragua,
situado en una antigua carretería, donde conoceremos todos los secretos de
estos oficios tradicionales.
A las afueras y en los alrededores de
Blesa destacan las ruinas de la ermita del Pilar, destruida durante la
Guerra Civil, una cruz de término, llamada la Cruz de Hituelo, y varios
peirones, como los de San Bartolomé, San Jorge y el Vía Crucis, junto a los
restos de los de la Burilla, el Campillo y la Cabrera. También, interesantes
ejemplos de arquitectura popular, como varios molinos harineros y azudes, o
un batán. Magníficos escenarios que podemos recorrer a pie. En el término
municipal encontraremos ricos parajes naturales, entre los que destaca el
Hocino, una pequeña hoz labrada por el Aguasvivas de gran belleza. Salgo de
Blesa , pasando por la plaza de la Iglesia, hacia los corrales, en dirección
al Monte Tarayuelas, donde en su falda giro a la derecha ,hasta enlazar con
el camino a los “Royos”
descendiendo por el hasta la rambla del Río Seco,
pasando por las Balsas ascender hasta el Plano, donde el camino sale a pocos
metros de la caseta de control y comenzar el descenso a la huerta de Plenas
,al que llego con un parcial de 45´41 kilómetros.
Las
fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y:
http://www.xiloca.com
Martínez Barrado, José Antonio
(1938): Cómo se creó una
bandera de falange.
Zaragoza, p. 75-82. [Texto
completo]
Colección Rutas CAI - Nº 13
Jiloca, Calamocha y Monreal del Campo
Edita CAI – PRAMES.
Colección Rutas CAI - Nº 31
La Laguna de Gallocanta
Edita CAI – PRAMES.
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