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Ruta 035.- Por Daroca y Calamocha
Daroca, Villanueva del Jiloca, San Martín del Río, Báguena, Anento, Nombrevilla, Daroca. ( Salgo con 1363 kilómetros totales)
El 7 de mayo de 2008 llego a Daroca, los datos de Daroca los omito ya que estos están ampliamente recogidos en la Ruta 034, por Daroca y Calamocha.
A los 3´33 de haber salido de Daroca en dirección Teruel por la N-234 hago una foto de la Torre de la Virgen del Pilar , edificio que imita el estilo árabe, en el kilómetro 6´9 del parcial ,tomo el desvío a la derecha que atravesando el Río Jiloca me lleva a Villanueva del Jiloca a la que llego con 7 kilómetros parciales.
Villanueva de Jiloca, una de las más bellas poblaciones de la comarca del campo de Daroca, es un pequeño pueblo ubicado entre huertas, frutales y dos apeaderos ferroviarios. Estos apeaderos pertenecen a la antigua línea férrea que comunicaba Villanueva de Jiloca con Teruel y Zaragoza. El río Jiloca fluye paralelo a las vías del tren mientras riega las tierras de la villa. Villanueva de Jiloca pertenece a la provincia de Zaragoza, a escasos 5 kilómetros del límite con la provincia de Teruel. El pueblo se asienta a 790 metros de altitud. Aparece camuflado entre pequeñas y agrestes colinas de monte bajo salpicadas de pinares, choperas y viñedos. Actualmente tiene una población de 65 habitantes y durante los meses estivales su población ronda los 120. Los habitantes de Villanueva de Jiloca reciben el nombre de "villanovanos".
El núcleo de población que hoy comprende Villanueva de Jiloca se formó en la parte alta del pueblo, en la calle del Castillo. El nombre de esta importante calle se debe a que probablemente existió algún torreón de vigilancia construido para mantener la comunicación visual con Daroca y los puntos fortificados a ambos lados del río Jiloca hasta el castillo de Báguena. A medida que la población fue creciendo, las edificaciones se construyeron hacia el barranco natural que cruza el pueblo y en una fase de crecimiento posterior las casas se construyeron al otro lado del barranco. La superficie edificada llegó hasta las proximidades de la ribera del río formando un núcleo urbano desparramado pero con una disposición cómoda. La mayoría de las casas tenían un pequeño huerto regado por alguna de las dos acequias que cruzan el pueblo. Al sur del barranco se reservó un espacio más amplio para construir los edificios públicos: el Ayuntamiento, el horno, la lonja (que además hacía las veces de trinquete y cobertizo), el hospital de pobres y la cárcel. Se canalizó el agua del manantial de la parte alta del pueblo con tubos de barro cocido ó arcaduces hasta una fuente que data del siglo XVI construida en estilo renacentista en el año 1557 por el cantero cántabro Juan de la Peña por orden del Concejo de Villanueva. Siguiendo el curso del barranco hacia el norte se construyó la Iglesia. De esta primera edificación poco conocemos porque sólo se conserva un pequeño muro de mampostería y algunas piedras angulares ya que entre finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII se derribó para ampliar el solar y construir la Iglesia actual. La iglesia parroquial de San Gil de estilo mudéjar, formada por techumbre a dos aguas, un pequeño ábside y un ajustado cimborrio de dos cuerpos decorados con arquillos ciegos. Consta además de un robusto campanario, rematado con otro de menor tamaño. La sobria fachada muestra un enorme arco de medio punto decorado con motivos geométricos, además de un enorme portón de madera. Flanqueando el portón encontramos adosado un arquitrabe decorativo con remates mudéjares de gran belleza. Encima de este conjunto hallamos cuatro vanos circulares, tres de ellos acristalados y el restante de muy pequeño tamaño. En la parte superior de la fachada se encuentra el típico remate mudéjar a base de ladrillos en disposición geométrica. El conjunto destaca por su sobriedad y clasicismo. En el interior hay un museo de arte sacro, que es posible visitar durante los días que hay misas. Junto a la iglesia me sorprende la Calle 19 de Agosto es el rincón mas pintoresco del pueblo. Lo forman la parte lateral de la Iglesia y dos casas que en su parte más angosta se unen con tres arquillos de ladrillo con teja con reminiscencias árabes. Contemplando este rincón se me presentó un vecino del pueblo El señor Paco marido de la Alcaldesa La Alcaldesa se llama Rosario Blasco. Su marido Paco amablemente me enseñó, el ayuntamiento. El Ayuntamiento de Villanueva de Jiloca se encuentra en la Plaza del Marqués Montemuzo (Plaza Mayor). Es de estilo neomudéjar, fortificado con rejas y piedra de sillería. En él tienen lugar los plenos y la gestión de los asuntos municipales. En este edificio se encuentran los archivos municipales y antaño albergaba la escuela de Villanueva de Jiloca. Recientemente se ha instalado un aula, donde se imparten clases de informática, sirve de biblioteca y donde se han instalado unos paneles murales sobre la vida del personaje más ilustre de este pueblo. Arnaldo de Villanueva es aragonés de nacimiento, nacido en esta hermosa localidad, como parecen demostrar los documentos hallados, aunque se le han atribuido otras procedencias: francés, catalán, valenciano, italiano...En castellano, Arnaldo Villanova, Arnaldo de Villanova y Arnaldo de Villanueva. En catalán, Arnau de Vilanova. Latinizado, Arnoldus –y Arnaldus- Villanovanus. Arnaldo Villanova, fue uno de los médicos y profesores más afamados de la historia de la Medicina, se describió a sí mismo como un "hombre silvestre, teórico ignoto y aldeano práctico" (homo sylvester, theoricus ignotus et practicus rusticanus), "nacido de un terruño desconocido y obscuro" (natus ex gleba ignobile et obscura). Éstas son las afirmaciones de un hombre que fue embajador, médico y confidente de varios reyes, papas y magnates. Las referencias acerca del origen de fray Villanueva son especialmente oscuras y embrolladas; referencias ocasionales y contradictorias hacen de Francia, Cataluña o Valencia la patria de fray Villanueva. El sabio Menéndez Pelayo escribió ya en 1880 que "el referir y contrariar los yerros cometidos por los biógrafos de Arnaldo sería prolijo y enfadoso". Descubrimientos documentales recientes apuntan a Villanueva de Jiloca, cerca de Daroca, como el lugar de nacimiento del físico aragonés sin que se conozca la fecha exacta, rondando el año 1240. Sin embargo, muy pronto emigró, presumiblemente con su familia, al vecino reino de Valencia, poco tiempo antes conquistado por el rey Jaime I (entre 1225 y 1262) para los cristianos. En su capital fue tonsurado a los siete años, vivió y ejerció su profesión como médico, tuvo propiedades y profesó monja dominica su hija María (1291). De una longevidad inusual para la época, a caballo entre los siglos XIII y XIV, murió septuagenario, en 1311, en plena actividad diplomática y médica. Saliendo del ayuntamiento en el centro de la plaza Marqués de Montemuzo encontraremos una placa conmemorativa de Arnaldo de Villanueva ,hasta el año 2004, en la plaza también podíamos encontrar los restos de una antigua olma. Este, en un día espléndido, árbol estuvo ligado a la historia del pueblo durante más de doscientos años. Debido a una enfermedad tuvo que ser talada, conservándose parte del tronco y ramaje durante los últimos años. Finalmente los restos de esta olma fueron totalmente amputados de la Plaza Mayor de Villanueva de Jiloca en el año 2004.El Señor Paco me acompaña por sus calles estrechas e inclinadas, que es uno de los atractivos de esta villa con su aspecto peculiarmente rural y mudéjar.
El origen del nombre de la mayoría de las calles de Villanueva de Jiloca está ligado a un trágico suceso de su historia reciente. En 1901 el pueblo fue asolado por una gran tormenta. Lluvias y riadas destruyeron muchas de las calles que hoy componen el pueblo. Los nombres actuales de estas calles corresponden con las entidades que donaron dinero para las reparaciones.
La antigua Calle Baja pasó a denominarse Calle de Pascual Abad en recuerdo de D. Pascual Abad Cascajares, Subsecretario de Hacienda y Consejero del Reino, otro hijo Ilustre de Villanueva de Jiloca miembro de la familia Abad. En esta calle encontramos dos magníficas casas solariegas, la primera es de estilo aragonés del XVII, construida con ladrillo y con el escudo de armas Abad de Bernabé en la fachada principal. Tenemos constancia además de que en este edificio también vivió D. Antonio Marcial López y Quilez, Barón de Lajoyosa.
El segundo edificio fue construido a finales del XIX y al igual que en la primera casa solariega, en él también podemos encontrar magníficas huertas y jardines. Hasta hace pocos años existía otra casa con un peculiar escudo de armas con los Corporales de Daroca. Esta piedra armera se conserva en una casa situada en la vecina localidad de Used. La antigua casa tenía un mirador de madera que dotaba de un estilo muy peculiar al edificio. Además se podía encontrar la pila del “diezmo” que demostraba la vinculación existente entre este edificio y la parroquia de Villanueva. La Calle de Enmedio, hoy se llama calle del Arzobispo Soldevilla, el Cardenal Arzobispo de Zaragoza asesinado en 1923 en un atentado perpetrado por los anarquistas Torres Escartín y Francisco Ascaso. En 1904, Monseñor Soldevila hizo una visita pastoral a Villanueva y se presume que aportó ayudas económicas para la reconstrucción del pueblo. Esta calle fue la más castigada por las riadas de la tormenta y en ella podíamos encontrar una de las casas más antiguas del barrio dotada de una espléndida rejería. A esta casa se le denominaba popularmente como la “casa de la fruta”. En el solar que ocupaba esta casa se ha edificado el actual pabellón municipal. La fiesta patronal de mayor importancia tiene lugar el primer fin de semana de agosto. Se celebra en conmemoración de la Virgen del Rosario, patrona de la villa. Durante cuatro días se desarrollan conciertos musicales, actividades para personas de todas las edades y banquetes populares. Todos los visitantes están invitados a participar activamente tanto en la organización como en el desarrollo de las fiestas. Ésta y otras festividades de Villanueva de Jiloca están íntimamente ligadas a la celebración de la recogida de las cosechas y al profundo espíritu religioso de sus habitantes. Son destacables también las procesiones que se realizan en conmemoración de la virgen del Rosario y las propias de la Semana Santa. Regreso a la carretera nacional y entro en la provincia de Teruel cuando llevo recorridos 8´26 kilómetros parciales, 600 metros más adelante cojo un desvío a la derecha, bien señalizado a San Martín del Río. Al comienzo de la carretera que lleva a esta población está el Peirón de la Virgen del Pilar, dentro de la capilla está la imagen. Este peirón es el más trabajado de los tres que encontramos en el municipio de San Martín. Está situado marcando la entrada del pueblo, señalando a la vez el cruce antiguo de caminos entre San Martín, Daroca, y Báguena, que hoy se llama Nacional 234. Está compuesto por un pilar cuadrado de ladrillo cara vista en el que se distinguen tres cuerpos. La basa es de piedra, poco mayor que el tronco y de unos treinta cm de altura. Tenía gradas, y por lo que se recuerda también unos poyetes o asientos donde la gente solía ir a pasear... Estos dos elementos se perdieron con la construcción de la carretera, que hizo subir el nivel del suelo, dejándolos ocultos. De entonces también deriva la leve oscilación que tiene, ya que según cuentan se removió tanto el suelo, que el peirón bailó. En los tres cuerpos del tronco se alternan las decoraciones de tracerías y cerámica, lo que hace que tenga un aire mudéjar. El primer cuerpo es el más largo, en la parte inferior tiene en cada cara un arco ciego y una cruz formada con cerámicas azuladas. El edículo, que ocupa las dos partes restantes, separadas por dos cornisas desiguales, tiene en la inferior la hornacina donde está la imagen de la Virgen del Pilar con el niño, realizada seguramente en yeso policromado, ya que se ven aún, trozos de policromía azul en las ropas. El cuerpo superior es una especie de baldaquino con otros cuatro arcos ciegos que culmina con una cornisa de ladrillo dispuesto en diente de sierra. El tejadillo es a cuatro aguas en forma piramidal de aristas curvas, al igual que el que tiene la torre del pueblo. Esta rematado por una cruz de forja que incluye una veleta del mismo material. Ha tenido diversas utilidades dentro de la vida del pueblo. Antiguamente el día de la víspera del 12 de octubre, se encendía una hoguera a los pies del peirón alrededor de la cual se reunía todo el pueblo. Esto ya no se hace, pero la gente adulta del pueblo aún lo recuerda. Lo que si que se mantiene es la procesión del día siguiente, que parte de la iglesia parroquial y va hasta el peirón, que para ese día se ha vestido con los mejores frutos que han dado los campos; membrillos, uva de cojón de gato, flores, pimientos,… Una familia del pueblo ha sido de siempre la que se ha encargado del mantenimiento de la Virgen, ya que varias generaciones antes de la actual esta familia vivía en una cabaña en la misma finca donde se encuentra el peirón y a día de hoy siguen conservando esta tradición cada 12 de Octubre. Antes de cruzar el Río Jiloca junto a la orilla visito el restaurado lavadero que es una preciosidad.
San Martín del Río es un municipio de la Comarca del Jiloca provincia de Teruel situado a 780 metros de altitud. en la ladera sur de una loma que va hacia el valle del río Jiloca, junto a la desembocadura del Arroyo de Valdelaparra. Es también conocido como San Martín del Río Jiloca. Según el censo del año 2007 contaba con una población de 229 habitantes.Gentilicio sanmartinero. El río que le da nombre y el cultivo de la vid son consustanciales a la vida del pueblo. En esta localidad, cabe destacar la monumental iglesia gótico-renacentista del siglo XVI, de una nave cubierta con bóveda de crucería estrellada y capillas laterales del mismo estilo, pero comunicadas entre sí, de manera que casi puede hablarse de tres naves. Pueden distinguirse tres etapas en la construcción de esta iglesia. Posee espléndidos retablos esculpidos entre los siglos XVI al XVIII y entre las imágenes cuenta con una talla románica de la Virgen del Buen Reposo fechada en el siglo XII. La iglesia de San Martín posee una esbelta y tardía torre mudéjar. Monumento que el profesor Gonzalo Borrás define como: “De notable interés arquitectónico, con torre mudéjar de carácter paradigmático, perteneciente a la segunda mitad del siglo XVI e integrada en otro monumento, la iglesia, de época anterior y de estilo gótico”.Afortunadamente ha sido restaurada para deleite de nuestros ojos. La Iglesia posee un órgano, pieza fundamental en los conciertos veraniegos programados al socaire del Curso de Música Antigua de Daroca. Los conciertos y los cursos se celebran desde 1979, sin interrupción, organizados para conmemorar el tercer centenario de la muerte de Pablo Bruna (El ciego de Daroca), organista de renombre internacional. El año 1988 se recordará siempre como el año que se inició el proceso de restauración del órgano de la Iglesia Parroquial de San Martín del Río. La leyenda popular, basada en hechos reales acaecidos en los años 40, trasmitía oralmente un expolio de tal magnitud que lo dejaba inservible para el futuro. La Institución Fernando el Católico, a instancia del Ayuntamiento de San Martín, tras un concienzudo estudio, confirmó la ausencia de determinados elementos pero determinó, así mismo, la posibilidad de recuperación del instrumento. El órgano fue construido en 1755 por Silvestre Thomas, en su taller de Zaragoza. Antes de la restauración conservaba el 80% del material genuino y estructuralmente no había sido modificado por restauración o reparación alguna, es decir, una pieza singular que se conservaba muy mayoritariamente como fue concebida en el siglo XVIII. Posee dos teclados, elaborados con madera de boj. Hasta la restauración, faltaba toda la trompetería horizontal exterior, pero su interior conservaba algún registro de lengüeta.
Se trata de una pieza que enaltece el patrimonio artístico y cultural de San Martín del Río y por extensión el de Aragón, de tal manera que para poder establecer comparaciones con órganos de similar categoría será necesario recurrir al de Villarquemado o al de Cariñena. Junto a la nave de la Iglesia y en paralelo a esta, en una pequeña plaza elevada se encuentra el edificio del ayuntamiento.Construido en el siglo XVIII bajo el reinado de Carlos III fue terminado en 1780 según consta en una inscripción del edificio. San Martín del Río cuenta entre sus tradiciones con el llamado monumento de Semana santa .Data de 1881. Era párroco del pueblo en aquella época Rafael Cabeza. El telón se monta el día de Jueves Santo, preside y protagoniza, por presencia y tamaño, el “Monumento” y los actos litúrgicos de la Semana Santa y la Pascua. Fue proyectado y realizado al unísono por Santiago Salvador y Salvador Gisbert según reza una inscripción disimulada en la parte de atrás. Se trata de una obra de arte muy del gusto del siglo XIX, neogótica, mistificada con otros magisterios históricos y un tanto tardíos respecto a los gustos generalizados en el momento.Está concebida a modo de gran escenario, perspectiva cónica central incluida, apoyada en simuladas bóvedas de crucería abiertas con un arco apuntado angrelado. Doseletes goticistas y pináculos completa el elemento ornamental presidido en la parte superior por la Última Cena a partir de la iconografía impuesta por Leonardo. Descuellan entre otras figuras, las de Moisés con las Tablas de la Ley y la del rey David.. Paseo por sus calles que cuentan con varas casas solariegas nobles con sus escudos blasonados encima de sus puertas y visito la Ermita de la Virgen del Buen Reposo Edificio barroco del siglo XVIII, de mampostería, con una nave cubierta por bóveda de medio cañón con lunetos. Sobre la entrada, en lo alto se sitúa el coro. En ella se oficia la novena de la Virgen días antes de celebrar fiesta en su honor, el ocho de septiembre. La imagen de la Virgen del Buen Reposo parece responder a una talla del siglo XII. Esta población celebra sus fiestas el 16 de agosto en honor a San Roque
Salgo de San Martín del Río por la calle del molino con 10´47 kilómetros parciales. Precisamente me paro en el molino a contemplarlo y disfrutar de sus patos y gansos.
Llego a Báguena con un parcial
de 13’65 kilómetros, los datos de Báguena aparecen en la ruta 031, sin
pérdida de tiempo en la calle del ayuntamiento, cojo el camino que va en
dirección a Anento, poco antes de pasar por debajo de la carretera nacional
me encuentro a la izquierda el Peirón de la Virgen del Pilar, con la imagen
dentro de la capilla cerrada con cristal. Después de recorrer 4 kilómetros
llego al desvío a Anento a la izquierda y Arguilay a la derecha, decido
visitar este paraje primero y la verdad mereció la pena. Llego a Arguilay
con 18’87 kilómetros parciales. Es un lugar recóndito del sistema Ibérico
donde las rocas nos hablan de la historia de la Tierra, donde descubrir los
valores y la belleza de unos parajes que suelen quedar al margen de los
circuitos habituales, y donde es posible encontrar tranquilidad y sosiego,
rodeados de un relieve agreste.
Uno de los atractivos del paraje son las rocas, pero no sólo por el tipo de
materiales de que están hechas, sino por la edad de las mismas. La primera
parte del recorrido, desde la salida del pueblo, atraviesa paisajes formados
fundamentalmente por pizarras. Los geólogos han datado estas rocas como del
periodo Cámbrico. Se trata, pues, de unas de las rocas más antiguas de la
región. El periodo Cámbrico es el que da comienzo a la Era Paleozoica o
Primaria. Este tipo de materiales cámbricos se extiende a lo largo del
Jiloca entre Calamocha y Murero y están constituidos por pizarras, areniscas
y cuarcitas. Se trata de sedimentos que se depositaron hace más de 500
millones de años. Debido a su antigüedad, sobre ellos se acumularon nuevos
sedimentos que los aplastaron y hundieron. Los posteriores movimientos de la
corteza terrestre los compactaron, comprimieron y sometieron a elevadas
temperaturas, dando lugar a los materiales que encontramos ahora.
Los relieves que proporcionan las pizarras son cerros alomados, de perfiles
suaves porque son rocas deleznables. Un encinar de árboles dispersos cubre
este tipo de paisaje sobrio y áspero que nos habla del clima duro y
continentalizado de la comarca.
El final del recorrido, ya cerca de la cabecera del barranco de Arguilay, el
paisaje cambia profundamente pues está excavado en arcillas rojas y
conglomerados del periodo Terciario. Son materiales depositados mucho más
recientemente, hace "sólo" unos 30 millones de años y que forman la extensa
plataforma del Campo de Romanos, cuyo borde oriental ha sido excavado por
las ramblas y barrancos que bajan al Jiloca y que han configurado este tipo
de cañones, de paredes agrestes. Hay una zona de esparcimiento debidamente
acondicionada con Barbacoas en un edificio que puede servir de refugio si
hiciera falta, hay fuente con agua potable ,una maravillosa balsa que se
llena con las pequeñas y abundantes cascadas que vienen de una de las
laderas ,cuenta con mesas al aire libre, aquí decido comerme las viandas.
Llegando a Anento a unos cien metros del pueblo, en la rambla, que es el
camino que viene de Báguena lo primero que fotografío es un peirón en el
que han dejado una hornacina que
mediante unos arcos tiene salida a los cuatro costados del mismo. En la
actualidad, en su interior y debajo de los arcos, han colocado un belén de
barro o escayola., está completamente restaurado. Llego a Anento con un
parcial de 23 kilómetros, Anento es un Municipio del
Campo de Daroca,
ubicado al sur de la comarca, en el límite con la provincia de Teruel.
Pertenece al partido judicial de Daroca y al Arzobispado de Zaragoza. Su
término municipal linda con los de Nombrevilla, Romanos, Villanueva de
Jiloca y Lechón (Zaragoza) y con los de Báguena, Ferreruela y San Martín del
Río (Teruel). El lugar de Anento, aunque tradicionalmente ha estado
vinculado al "Campo de Romanos", por su situación geográfica está integrado
en el Valle del Jiloca. Se halla a 929 metros de
altitud sobre el nivel del mar, en el fondo de un barranco que
desemboca junto al pueblo de Báguena; como habitualmente la rambla no lleva
agua, es el camino natural por el que se comunica con el Valle y hacia
Levante. Anento, pese al fuerte retroceso
demográfico, mantiene ayuntamiento propio desde 1834, regido por un alcalde
pedáneo, aunque en los en los
últimos años ha experimentado un aumento de la población, 198 habitantes en
2004. Históricamente este lugar formó parte de
la Comunidad de las Aldeas de Daroca, estando integrado en la Sesma de
Gallocanta. Perteneció a la Sobrecullida de Daroca (1488-95), en la Vereda
de Daroca (1646) y en el Corregimiento de Daroca (1711-1833).
La población se asienta sobre un terreno
de tierras arcillosas en un relieve con altibajos, barranqueras y vaguadas
trabajadas por los efectos erosivos, mitigados por la presencia de algunos
pinares .Se trata de una población con un marcado carácter medieval en su
trazado, en la que hallaremos diversas casas nobles, como la de los Guallart,
con el escudo heráldico en su fachada. y que presenta un interesante
urbanismo en cuesta con estrechas callejas y alguna pequeña plazoleta;
algunas de las casas muestran portadas de piedra con arco apuntado En este
conjunto de casas destaca la iglesia gótica de San Blas situada al este y
orientada en la misma dirección. La iglesia es un edificio de mampostería y
piedra sillar con bóveda de cañón apuntado y tiene cubierta a dos aguas
directamente sobre la bóveda. Tiene un pórtico a los pies del siglo XIX y
otro hacia el sur ocupando todo el lado de la iglesia y la puerta primitiva;
éste probablemente del siglo XIV. En este lado queda cubierta la puerta
primitiva del siglo XIII: tiene arco de medio punto con dos arquivoltas
decoradas con dientes de sierra y rosetas; del mismo momento son el ábside,
la nave y la torre, con carácter militar. Con su amplio atrio ojival. Este
templo conserva en el interior un rico museo y en el ábside ricas pinturas
murales del siglo XIV y el bellísimo retablo mayor de pintura
sobre tabla dedicado a San Blas, Sto. Tomas de Becket y el Patrocinio de la
Virgen, del siglo XV, considerado obra del maestro Blasco de
Grañén y uno de los mejores del arte gótico aragonés. En las capillas
laterales, tres retablos del siglo XVI: el de San Juan Bautista, de
principios del siglo XVI; el de San Roque y el de San Antonio de la segunda
mitad; hay además algunas tallas interesantes así como ricas obras de
orfebrería. Sin olvidar el púlpito con yeserías, de principios del siglo XV.
La campana del pueblo se rompió y está en la calle cerca de la torre de la
iglesia esperando ser restaurada. En n la parte alta se halla la ermita de
Santa Bárbara, a la que no voy por la amenaza de lluvia) ,con un interesante
retablo del siglo XVI. Sobre la localidad encontraremos el castillo, del
siglo XIV, en lo alto de un escarpe. Rodeado por un foso excavado en la
roca, todavía se conservan restos significativos de la muralla reforzada por
tres recios torreones. Se sabe que existía en
1357,cuando la aldea fue quemada por los castellanos, pero sin llegar a
conquistarla, y que sirvió de refugio en 1363 para defenderlo (Zurita y
Gutiérrez de Velasco). El castillo ocupa un tozal de tierra rojiza en un
bello paraje de pinares pero las tormentas lo erosionaron y han acarreado el
desplome del recinto, excepto el lado oriental, flanqueado por un foso que
también sirve para desviar las aguas de lluvia, como la Mina de Daroca
Este frente oriental es de traza recta, de unos 30 metros de
longitud, siendo de sólida fábrica, de sillares en la base y de mampostería
muy bien rejuntada en el resto, y conserva varias almenas con remate
piramidal y saeteras. En el muro hay dos. torres gemelas, rectangulares de 6
por 5 metros, en cuyo interior hay interesantes bóvedas de cañón apuntado.
Entre ambas está la puerta semicircular, a la que se
accedería por un puente sobre el foso; sobre ella el parapeto almenado
ofrece un saledizo, hoy cegado. El castillo era pequeño pues la superficie
del cerro sólo mide 40 m. de eje. En la parte destruida se aprecian los
cimientos de un torreón cuadrado. Es uno de los castillos menores más
interesantes y puede ser de mediados del siglo XIV. Mi intención era llegar
a Aguallueve un espacio natural. Pero este mes de mayo se ha empeñado en
remojarme las rutas y a “fé mía” que lo está consiguiendo, comienza a llover
y decido no continuar hacia Aguallueve. Anento celebra las fiestas de
San Blas y Sta Águeda (3 y 5 de febrero) y la Virgen y San Roque (15 y 16 de
agosto).
Salgo de Anento hacia Daroca por la PR-Z -51, saliendo del pueblo en dirección a Lechón, esta PR es en principio una barranquera, pero no hay que desanimarse ya que a un kilómetro mejora bastante, convirtiéndose en una pista , bordeada de unos pinares y unas vistas maravillosas, sólo cuando divisamos Nombrevilla hay una pendiente pronunciada que termina en la vaguada de un barranco, recomiendo bajar esta pendiente desmontado de la bicicleta, al llegar a la nueva carretera que viene de Lechón, hay dos opciones , salir a la carretera directamente por el arcén izquierdo o pasar por debajo de la misma y subir una cuesta que pasando por el cementerio nos lleva a lo alto del pueblo atravesándolo desde arriba yo tomo esta última opción, llego a Nombrevilla con 28’73 kilómetros. Nombrevilla es un municipio englobado en la comarca del Campo de Daroca, situado junto al valle del Jiloca y muy cercana a la provincia de Teruel. Situado a una altitud de 736 metros sobre el nivel del mar. Cuenta con una población de 33 habitantes Gentilicio: Nombrevillanos. Se trata de una pequeña población que, sin embargo, presenta un sugestivo encanto rural. Entre sus edificaciones hay que destacar la iglesia parroquial de La Transfiguración. De estilo barroco, presenta una torre de planta cuadrada y tejado a cuatro aguas. El templo alberga en su interior diversos retablos de los siglos XVII y XVIII, además del más interesante de todos: el dedicado a la patrona, la Virgen de Valvanera, datado en el siglo XIII. En Nombrevilla podemos contemplar una interesante exposición etnográfica reunida por un particular, Manuel Fleta, que se encarga de recoger y restaurar diversos utensilios en desuso. La población conserva una antigua nevera de hielo en buen estado, diversos hornos para fabricar carbón de madera y los restos de un antiguo palomar. Además, dentro de su término municipal encontraremos dos ermitas, una erigida en honor a la Virgen del Rosario, y otra a San Antón. Celebran las fiestas mayores, en honor a la Virgen de Valvanera, tienen lugar el segundo domingo de septiembre. En la calle principal se ubica el Peirón de La Virgen del Pilar y descendiendo por la calle en la parte alta de la calle Mayor, en dirección a Daroca me topo con el peirón de San Roque, junto a el las señales de la PR-Z-51, desde aquí salgo a la carretera nueva de Lechón a Daroca la A-1506, enfrente del recinto penitenciario de Daroca veo un cartel indicador de la Fuente de Aldehuela a 500 metros , después de una subidica maja , la cosa no es para tanto, hay una fuente con agua pero el paisaje no es para tanto. Desde aquí llego al polígono industrial de Daroca por la A-1506, que desemboca en la N-234, llego a Daroca con de 35’72 kilómetros recorridos.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín.
Fuentes propias y: www.villanuevadejiloca.com; www.castillosnet.org;http://es.wikipedia.org; www.monumentalnet.org; www.baguena.info; www.anentoflauta.es/anento.
© Cheluy -Sera 2008