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Ruta por el Moncayo 3.
Monasterio de Veruela, Trasmoz, Litago, San Martín de Moncayo.
El 5 de Noviembre de 2005 salgo del Monasterio de Veruela por un camino que parte de un crucero de piedra,”La Cruz Negra” que data de la segunda mitad del siglo XVI Bécquer y su hermano tomaban este camino para sus paseos a Oruña o Trasmoz, está cruz fue evocada por el poeta romántico en sus escritos. El camino discurre entre almendros, este camino sale a la carretera un poco antes de llegar a Trasmoz. Situado al pie de una colina y a 765 metros de altitud, el caserío se localiza en la ladera oriental del cerro, donde destaca, en la parte superior el castillo. El asentamiento de la población parece muy antiguo, y su origen probablemente celtibérico o romano. Durante el Siglo XIV, la localidad pasó a formar parte de los dominios de Los Condes de Luna y, tras un corto periodo de ocupación Castellana, en el siglo XV, pasó a formar parte del patrimonio de la familia Urrea. Esta Villa pertenece al Somontano del Moncayo, en 1900 contaba con 340 habitantes, sin embargo en 1995 contaba con 73 habitantes, su Gentilicio es Trasmocero. Llego hasta su Iglesia Parroquial de la Virgen de la Huerta donde me hago unas fotos con las calabazas de la noche de Todos los Santos hechas por los vecinos. Trasmoz es famoso por sus historias de brujas, y aquelarres, algunas de ellas fueron recogidas por el poeta Gustavo Adolfo Bécquer
La fachada es la parte más antigua del edificio de finales del siglo XII. El conjunto realizado en piedra. Consta de una nave única de dos tramos, cabecera poligonal con capillas laterales y coro situado a los pies con sotacoro. La nave central y sus capillas laterales se cubren con bóveda de cañón, sobre arcos y la cabecera y las capillas con bóveda de crucería estrellada.
Esta Iglesia es Tardo-Gótica del siglo XVI y fue construida por mandato de los abades de Veruela. Conserva un crismón románico sobre la puerta, este pequeño pueblo tiene en su cumbre el castillo, guardián durante siglos de parte de la historia de las Tierras del Moncayo.
El Castillo de Trasmoz resurge de sus cenizas para descubrirnos parte de sus tesoros a través de esta exposición permanente ubicada en la torre del homenaje, esta nos mostrará vestigios de este emblemático espacio medieval así como de la vida de un caballero de fines del siglo XV.
Del castillo hay documentos que lo sitúan en 1185 bajo el control del Rey de Navarra, Alfonso II, quién lo recupero por mediación de su hijo, el Rey de Inglaterra.
Las excavaciones realizadas por la Fundación Castillo de Trasmoz han sacado a la luz objetos de la vida cotidiana, monedas, indumentaria, útiles militares y elementos de cetrería, además de restos de aves rapaces. Esta en proyecto su total restauración para que sirva de Museo Rural Europeo de Mitos y Leyendas que promueve la Fundación Castillo de Trasmoz ¡Una gran iniciativa que beneficiará a esta tierra! Desde lo más alto de esta torre se puede contemplar una de las vistas más bellas de toda la zona.
Luego me dirijo a Litago, pueblo situado a 781 metros de altitud y bañado por el Río Huecha, con un paisaje propio de las faldas del Moncayo y vertiendo sus aguas a la depresión de la Valluenga. Desde 1193, Litago, formó parte del extenso dominio de Veruela. El recinto urbano se cerraba con las puertas Baja y del Lugar, cuya costumbre perduró hasta principios del siglo XX. En su origen había murallas y el castillo se ubicó en la cota más alta del pueblo, al lado de la desaparecida plaza de toros (similar a la Plaza de Toros Vieja de Tarazona). Se conservan dos torres vigía, en las afueras de la población, que guardaban los pasos fronterizos.
Su Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, se comenzó a construir en el siglo XIII y se reformó en el siglo XVII. Tiene una nave de cuatro tramos, con cabecera semicircular. Conserva el ábside, de estilo románico, y guarda en su interior algunas tablas manieristas. El retablo mayor es de 1648-49, de madera estofada y policromada, es obra de Pedro Virto y está dedicado a la Asunción de la Virgen. Su torre fue recrecida en el siglo XVI, en estilo mudéjar renacentista y llegó a ser la mayor de la Comarca, puesto que presentaba seis cuerpos más de los que actualmente posee. Me llama la atención un patio interior cubierto.
Saliendo de Litago por la Puerta del Lugar, nos encontraremos con La Ermita del Pilar, su origen es que saliendo por esta puerta camino de Castilla, había una columna con una hornacina que guardaba en su interior una imagen de la virgen del Pilar, muy venerada por los habitantes de Litago. La imagen fue robada y Don Mateo Sánchez del Castellar Obispo de Tarazona decretó la excomunión contra el que tardase en restituirla. Unos días más tarde, dos habitantes de Litago encontraron la imagen y la Virgen fue trasladada a la iglesia del pueblo en solemne procesión. Años más tarde mediante suscripción popular, se edificó la actual ermita. La ermita está construida en piedra y data del año 1700. Su actual aspecto se debe a la última reforma efectuada en los años 1994-95, en la que se realizaron importantes obras de restauración y se construyó un nuevo altar, colocándose la imagen de la virgen en el tronco de una carrasca.
Salgo de Litago por una pista asfaltada maravillosa, al principio me acompañan las carrascas, luego cojen el relevo los pinos y algún abedul, y entre estos hongos setas y helechos, esta pista me llevará hasta la entrada al campamento juvenil que la D.G.A. tiene en el Moncayo, cojeremos la derecha comenzando la subida hasta Agramonte, donde visito su Centro de Interpretación de Agramonte, del Parque Natural del Moncayo. Este centro de acogida de los visitantes del Parque, constituye la mejor forma de acercarse al Moncayo como paso previo a la visita o la excursión ya que presenta los aspectos más destacables del Parque Natural del Moncayo.
Hay maquetas, fotografías, sonidos y paneles explicativos que nos ayudan a tomar contacto con el Moncayo mostrándonos su singular biodiversidad: su flora, su fauna y su geología de manera didáctica y sencilla. Realiza actividades de educación ambiental, previa cita.
El centro es muy ameno y con explicaciones muy sencillas que nos hacen entender como se formó y la importancia de conservar este ecosistema, que no debemos alterar. Respecto a esto último pude comprobar durante los días del recorrido el poco respeto y la falta de conciencia de los adultos, que se supone que son los que deben de educar a los niños. Pese a los carteles indicadores hay personas que no van a “disfrutar de la Naturaleza” sino a “consumirla” como si fuera un producto más de consumo.
De aquí visito las “ruinas de lo que fue un importante “Sanatorio” de enfermedades pulmonares, y Tuberculosis construido en los años 30. En 1979 la propietaria decidió donar el edificio en 1979 al Ayuntamiento de Tarazona. Es una pena verlo así, que la maleza el olvido y la desidia de esta tierra puede verse en este edificio, cuando podía recuperarse, para fines recreativos, medioambientales o perfectamente como “balneario”, sin embargo si nadie lo remedia, será pasto de los gamberros y la maleza.
Incluso un gran pino derribado, cayó sobre el tejado de la iglesia.
Aún pueden verse las estructuras metálicas de los sistemas que recogían y extendían los toldos en los balcones donde los enfermos debían estar en unas hamacas hiciera frió o nevara, ya que el estar en tumbonas al aire libre formaba parte de la terapia.
Sus jardines con su fuente etec, fue un paseo triste la verdad.
A este sanatorio deben su salud y su vida muchos Aragoneses y Aragonesas.
Me dirijo a San Martín de Moncayo, por una buena carretera, conforme desciendo, desaparece la humedad y el frío y la temperatura es más agradable, paro en la carretera para contemplar, el Moncayo que no abandona su “Boina” de nubes y apreciar el desnivel que he recorrido en pocos minutos. Este pueblo se encuentra a 813 metros de altitud, también en el Somontano del Moncayo, muy cerca del Parque Natural, su caserío se alarga de Norte a Sur siguiendo la carretera de Agramonte. En el conjunto urbano sobresale la Iglesia, que se ubica allí donde la montaña alcanza un mayor relieve. Esta localidad goza de una posición privilegiada, ya que sirve como punto de partida para realizar excursiones al Moncayo y al Parque Natural.
El 29 de Junio los vecinos de San Martín van en romería al santuario del Moncayo, en la que se traslada a la Virgen del Moncayo desde San Martín hasta el Santuario. En Septiembre la virgen es llevada de nuevo a San Martín.
En el conjunto urbano sobresale su iglesia dedicada a San Prudencio y San Martín de Tours, levantada donde alcanza mayor relieve. Su construcción fue costeada por Don Salvador Gómez Sánchez. Las obras se iniciaron en 1931 y la iglesia se consagró el año 1959. El templo es un edificio neorrománico, formado por tres naves de tres tramos con crucero, cabecera con girola, y coro alto. La nave central y las naves laterales están cubiertas con bóveda de crucería simple. La portada, con remate de dos torres gemelas, enlaza directamente con la arquitectura colonial. Tiene portada de medio punto con arquivoltas sobre columnas y triple ventana y el conjunto esta flanqueado por dos torres de planta cuadrada de tres cuerpos. En su interior destaca el retablo mayor, realizado en mármol blanco por talleres franceses en 1926.
Desde aquí me dirijo a Trasmoz, del que hago una foto desde la carretera, y ya sin pararme, llego al punto de partida.
Las fotos aparecen por orden de ruta.
Fuentes propias.
Serafín Martín
© Cheluy -Sera 2012