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La documentación histórica indica que en 1168 oficialmente en 1188, Toda Ramírez Abadesa de Tulebras (Navarra) funda con el beneplácito de San Bernardo de Claraval un monasterio femenino sujeto a la regla cisterciense. El edificio se pudo llevar a cabo gracias, a la donación efectuada por el rey aragonés Alfonso II, con el fin de que el monasterio se destinara al retiro religioso de las hijas de los ricos-hombres de Aragón. En Septiembre de 1190, la abadesa otorga a sus vecinos una carta de población. De esta forma, las abadesas de Trasobares llegaron a tener un gran poder y su jurisdicción se extendió hasta Tabuenca y Aguarón, aunque espiritualmente Trasobares dependiera de los abades de Veruela. El monasterio que llegó a albergar a una comunidad de treinta religiosas, alcanzó un gran prestigio y poder hasta el S.XV, época en la que la actitud rebelde de su abadesa, Violante de Luna, hizo que sufriera los acontecimientos, sucesorios tras la muerte de Martín I el Humano. Los reyes aragoneses favorecieron al monasterio con singulares privilegios, exenciones y derechos, como el de apacentar sus rebaños, en todos los lugares y términos de Aragón, como hacían los ganados del rey.
Durante la guerra de los dos Pedros, la población de Trasobares se refugió, junto a la de Tabuenca, en el castillo de Tierga y las religiosas del monasterio se cobijaron en Aguarón. Mas tarde, perdido el poder de antaño, el monasterio dependió del de veruela hasta su desamortización en el S-XIX fecha en la que la comunidad se trasladó a Santa Lucía de Zaragoza.
Trasobares cuenta con un entorno natural magnífico El término de Trasobares, ubicado muy próximo al Parque Natural del Moncayo, alberga zonas con un gran atractivo faunístico como las riberas y sotos del Isuela o los cantiles rocosos que rodean este río y sus barrancos laterales.
La expansión del corzo ha llegado ya a esta zona y no es raro ver ejemplares merodeando por las laderas cubiertas con romerales y encinares. Otros mamíferos presentes son el jabalí, el zorro, el gato montés o la gineta. Incluso, no se puede descartar, la presencia de nutria en el cauce del Isuela.
Entre las aves destacan las rapaces como el buitre leonado, alimoche, águila real, halcón peregrino, búho real o, la que sin duda es la estrella por su interés y grado de amenaza, el águila perdicera (se adjunta un listado de todas las aves nidificantes en la zona).
A pesar de lo difícil que resulta observarlos son varias las especies de reptiles que podemos encontrar en los alrededores de Trasobares. Grandes serpientes como la culebra bastarda o la de escalera se esconden en los pedregales y matorrales de las laderas de la Tonda o San Cristóbal. Lagartos ocelados, varias especies de lagartija o la vilipendiada víbora hocicuda están también presentes. Resultan especialmente abundantes las dos especies de culebra de agua (culebra viperina y culebra de collar) en el cauce del Isuela.
Por toda su riqueza faunística y florística, el término de Trasobares está incluido en una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) y un Lugar de Interés Comunitario (LIC). Ambas figuras justifican su inclusión dentro de la Red Natura 2000, una ambiciosa red de espacios protegidos a nivel europeo que constituye una pieza clave para la conservación de la biodiversidad en el viejo continente. A continuación me dirijo a Calcena .Calcena es una Villa de la provincia de Zaragoza, Situada en el Somontano del Moncayo, en el valle del Isuela, a 836 metros de altitud. Su población en 1998, era de 95 habitantes.; en 1978, eran 161 habitantes.; en 1950, 764 habitantes.; en 1900, contaba 776 habitantes.
Cuentan que el topónimo de Calcena deriva del cáliz que porta en su escudo y que se atribuye al cáliz de la última cena que aquí se custodió. Por los materiales encontrados podemos deducir que fue un lugar muy poblado desde el neolítico.
Hasta esta zona llegaron los celtíberos y de los romanos sabemos que ya explotaban las minas de plata en Valdeplata. De la época musulmana quedó la disposición de su caserío y la tradición artesanal de sus habitantes.
Por su carácter fronterizo durante la guerra entre los dos Pedros (1362) la población fue evacuada al castillo de Tierga. Calcena perteneció al obispo de Tarazona desde 1382 hasta la desaparición de los Señorios en el S-XIX. La tierra era del clero y su población morisca se dedicó a la ganadería y la artesanía (vidrios y paños que se exportaban fuera del reino) teniendo un periodo de esplendor en los S-XVI y XVII. En este momento se reedifica la iglesia parroquial y las cuatro ermitas que rodean la villa, San José, San Roque, la Virgen (en ruinas) y San Cristóbal.
En Calcena se desarrollaban importantes talleres textiles familiares durante la baja Edad Media. Durante el S-XVII esta industria sufre un decaimiento, tanto en el mercado exterior como en el interior. En 1640 vivían 400 familias de la industria de la lana; en 1667 habían sido reducidas a la mitad.
La expulsión de los moriscos, la peste de 1648 y 1653, la baja rentabilidad de las minas de plata, y la falta de mercados inician e4l declive poblacional de Calcena.
En estas tierras montuosas y pedregosas los Calcenarios encontraron en la riqueza mineral su alternativa económica. En 1726 se hallaban abiertas las minas de Valdeplata de las que se extraían minerales de azufre, cobre plata y plomo En 1857 se reabren las minas de plata, mientras que en 1914 fueron abandonadas definitivamente 1911 a causa de la falta de rentabilidad de las minas, el pueblo en pleno hizo una petición a Alfonso XIII para emigrar hacia América.
Calcena llevó fama un tiempo por sus minas de plata, que en la actualidad no son explotadas por su falta de rentabilidad. Se encuentran en los barrancos de la margen izquierda del río Isuela, cruzando el río a la altura del mojón de Trasobares. El casco urbano, al que se accede por un arco sobre el que está la capilla de la Virgen del Cortijo, es accidentado y pintoresco y denota su origen árabe.
La colegiata de Nuestra Señora de la Asunción esta situada en la parte más elevada de la población, reemplazó a otro templo de origen románico del que se conserva la puerta del lado de la epístola. El edificio actual es el resultado de la suma de estilos y épocas. Si damos la vuelta al perímetro del templo en el lado opuesto a la entrada principal hallamos la puerta románica del primitivo templo con arco de medio punto con cuatro arquivoltas que se apoyan sobre columnas con capiteles decorados con motivos vegetales. Obra tardía (S-XI-XII) es uno de los pocos ejemplos de románico al sur del Ebro. En el S-XVI se inició una profunda transformación del templo, impulsada por Don Hernando de Aragón. Las obras continuaron hasta el S-XVIII, logrando el aspecto actual e introduciendo una tipología diferente a la habitual en la comarca. Es una evolución de los modelos góticos precedentes pero se aprecian elementos procedentes del renacimiento italiano, tanto estructurales como decorativos en los que el modelo aragonés por antonomasia es la Lonja de Zaragoza.
El Arco Capilla de las Nieves, hay que atravesarlo para entrar dentro del casco urbano. La capilla dedicada a la Virgen de las Nieves o del “Cortijo” es una obra barroca del S-XVII. De planta cuadrada y bóveda semiesférica, conserva un lienzo de su advocación y azulejería popular sobre el altar.
Mayor consideración artística tiene la reja, con motivos solares, que se atribuye al Papa Julio II por los signos papales de la tiara y las llaves de San Pedro. En el cortijo se recibían antiguamente a las autoridades que llegaban al pueblo.
Calcena conserva en el trazado de sus calles estrechas y sinuosas, adarves, y plazuelas irregulares el sabor morisco. Dentro de la arquitectura civil, hay una vivienda en Calcena que en su fachada dispone de elementos formales claramente mudéjares, como los frisos de esquinillas y aleros de dientes de sierra, síntesis muy habitual durante el S-XVI.
Hay tres ermitas, dedicadas a San José, a San Roque y a la Virgen, esta última en ruinas. Calcena posee en su término dos yacimientos prehistóricos: una cueva sepulcral, la Cueva Honda (publicada por Vallespí en 1957-1958), y una cueva de habitación, la Cueva Hermosa. La primera contenía materiales de época neolítica (una cerámica con asa de túnel y fondo cónico) y eneolítica (restos humanos acompañados de cerámica campaniforme). La Cueva Hermosa, cercana a la Cueva Honda, entregó en una prospección inicial un triángulo de retoque en doble bisel asociado a cerámicas lisas. No han aparecido por el momento restos humanos, y puede adscribirse a la época neolítica.
Salgo de Calcena en dirección a Oseja pasando por la ermita de San Roque que esta situada al lado de la fuente de la Piojosa a orillas del Río Isuela, construida en piedra mampuesta, presenta un pórtico a dos aguas que cobija un suelo de cantos rodados con diseño geométrico y nave cubierta con bóveda de cañón apuntada.
Tuvo retablo barroco pero este desapareció, se acudía para hacer rogativas en primavera. En el año 2003 fue restaurada por una empresa local.
Actualmente cumple función de refugio, a partir de
aquí la carretera discurre por un maravilloso desfiladero, en el que no es
raro ver escaladores en las paredes de roca, o jabalíes como me ocurrió a mí,
después de dos kilómetros de subida, comienza el descenso a Oseja. Al llegar
a Oseja lo primero que me encuentro es un Peirón a la derecha de la carretera,
no entro en su casco urbano porque quedan muchos kilómetros y el tiempo
apremia. Oseja es una Villa de la provincia de Zaragoza. Situada en el
Somontano del Moncayo, en la cuenca del río Aranda (afluente del Jalón), a 827
m. de altitud. ,Oseja existía en 1233 bajo el nombre de «Osella», y fue un
señorío de la mitra de Tarazona, a pesar de su relativa lejanía y difícil
intercomunicación con la ciudad del Queiles, ya en el siglo XIV. El casco
urbano se asienta en la falda de una montaña, cerca de Jarque, en un paraje
pintoresco. Su población en 1998, era de 56 habitantes.; en 1978, 36
habitantes.; en 1950, 271 habitantes.; en 1900, 345 habitantes. Oseja ha sido
víctima de la creciente despoblación en los últimos años, con alarmante
descenso de sus habitantes. Oseja contaba con un castillo en una posición
estratégica, sobre un cerrete, aunque hoy esta muy modificado es un edificio
en forma de torre que fue, sin duda, el exponente del señorío episcopal. Es
rectangular, en mampostería, y aún quedan restos de una ventana gótica,
estando alterados los restantes huecos. Para ir a Jarque cojo la PR-Z 9 que
pasa por el cementerio de Oseja, donde se acaba el asfalto y comienza la pista
de tierra, esta pista entra a jarque por el lavadero, donde lleno los bidones
de agua en su fuente.
Jarque de Moncayo es una Villa de la provincia de Zaragoza. Situada al pie de la sierra de la Virgen (Sistema Ibérico) en el valle del río Aranda, a 631 metros de altitud. Su población en 1998, era de 581 habitantes.; en 1978, 720 habitantes.; en 1950, 1.148 habitantes y en 1900, eran 1.441 habitantes.
Jarque de Moncayo, a orillas del río Aranda, surge al pie de un macizo montañoso, donde se levantan las ruinas de su castillo, que salió a pública subasta hace varios años y quedó desierta. La carretera, convertida en la calle de Ramón y Cajal, sigue el curso del río. El caserío se apiña en torno a la antigua fortaleza y todas las calles suben en dirección al castillo, ganando altura. La iglesia parroquial se encuentra situada, sin embargo, en la parte baja del pueblo; el edificio, barroco, con notable torre, aparece cercado por una hermosa huerta de carácter conventual.
El origen de Jarque puede proceder, según algunos historiadores, de Xarque (exariñ o exárico: vasallo o colono morisco). Según Zurita, Jarque existía ya, bajo el nombre de Siarchum, en 1147. En 1285, el lugar dependía de Guillén de Alcalá, que acudió a defender la frontera de Tarazona por orden de Pedro III. El castillo, cuya construcción es atribuida a Lope Fernández de Luna, debió de levantarse a mediados del siglo XIV, dado que a fines del siglo XIII la villa de Jarque era uno de los Estados incorporados a la familia de los Ferrench de Luna, hasta 1382, en que pasó al patrimonio de los Urrea, condes de Aranda; es de mampostería, con cuatro torreones en forma tronco-cónica, con almenas puntiagudas, netamente mudéjares.
Rimando con la historia y el paisaje, de neto sabor aragonés, Jarque contó con la biblioteca más importante de temas aragoneses, la Biblioteca Moncayo, creada por don Santiago Marquina, padre de Luís Marquina, el popular librero zaragozano. Esta biblioteca, de temas y autores de Aragón, cuenta con más de diez mil volúmenes y estaba abierta al público en general; frecuentemente era visitada por investigadores y estudiosos. Actualmente está depositada en la Biblioteca «José Sinués» de IberCaja, tras su compra por la entidad bancaria en las navidades de 1982.
Jarque celebra sus fiestas el tercer domingo de septiembre, en honor del Copón Robado, si bien tiene por patronos a San Pedro de Verona y San Sebastián. La historia y leyenda del Copón Robado tiene su origen en unos ladrones que se apropiaron de la reliquia y no pudieron llevársela, porque al huir de Jarque se encontraron con que no podían traspasar el término del pueblo. Saliendo de Jarque en dirección a Gotor a la derecha de la carretera hay un Pairón , construido en ladrillo y en muy buen estado de conservación pero no consigo averiguar ,el nombre del mismo. De Jarque a Gotor e Illueca iré por la carretera A-1503
Llego a Gotor Villa de la provincia de Zaragoza. Situada al pie de la sierra de la Virgen (Sistema Ibérico), en el valle del Aranda, a 608 metros de altitud. Su población en 1998, era de 384 habitantes.; en 1978, 430 habitantes.; en 1950, 584 habitantes.; en 1900, 844 habitantes.
Desde la carretera, en la margen derecha del río Aranda, cabe contemplar la espléndida panorámica urbana de Gotor, situado en la margen izquierda del río. Gotor se asienta sobre una terraza poco elevada en la que sus casas , orientadas hacia la vega, disfrutan de una bella estampa der la Sierra de la Virgen y del Aranda. Las casas de Gotor están construidas con piedra arenisca de rodeno. Por ello se mudan en tonos rojizos, el convento y la iglesia. El nombre de Gotor, según Menéndez Pidal, es de origen visigodo. Su nombre alude a deidades godas relacionadas con fenómenos naturales como el trueno, Thor estaba considerado como el Dios de las tormentas. Aunque es muy posible que sea así, la ubicación actual del pueblo data de principios del S-XII, según la carta de donación de la villa, Gotor fue donado por el Rey Jaime I a su ahijado Said ben Alhakem, hijo del rey musulmán de Mallorca, convertido con el nombre de de Jaime I de Gotor. Un descendiente suyo Blasco de Gotor, acrecienta su posición tras la obtención de la villa y castillo de Illueca. Al cabo de los años el linaje de Gotor se fundirá con los Martínez de Luna que heredarán un señorío asentado sobre las dos villas.
Fue señorío de la casa de Illueca (Lunas). La iglesia parroquial está dedicada a Santa Ana y es un edificio barroco del siglo XVII, con torre de planta cuadrada al lado de la epístola. Alberga algunos retablos procedentes del convento. De aspecto exterior sobrio con alternancia en ladrillo y mampostería e interior en planta de cruz latina con capillas entre los contrafuertes y testero recto. Nave cubierta con bóveda sobre lunetos y crucero que se cubre con una cúpula sobre pechinas decoradas con escudos. Adosadas al, muro se levantan unas pilastras de orden toscano.
Más interés arquitectónico tiene el convento de los dominicos, en estado ruinoso, ya que marca, según Guitart Aparicio, el fenómeno de la reacción antimudéjar de la zona, para pasar al gótico. Al norte de la ciudad se enclava uno de los edificios más emblemáticos de toda la comarca, el convento dominico de Nuestra Señora de la Consolación. Perteneciente en sus orígenes a la orden del Cister, se comenzó a construir en 1522 y marca la reacción antimudéjar de la zona con una mayor presencia de la piedra sillar. Se instauró para controlar a los convertidos musulmanes, quienes se ocupaban de la huerta del convento. Aun así un documento de 1593 habla de un procesamiento inquisitorial contra Francisco de Valdelagua, morisco cirujano vecino del lugar de Gotor, por prácticas moras y vivir conforme a la fe de Mahoma. Durante la Edad Media en 1495 el total de la población de Gotor era musulmán hasta el momento de su conversión en 1526 y6 su expulsión en 1610, quienes no quisieron someterse al bautismo, marcharon forzosamente de estas tierras. En Gotor se documentan moriscos que transformaban las materias primas como el herrero. Es importante señalar la presencia del alcalde de la villa (elegido por el señor de la villa de entre los vasallos moriscos) como fue Juce Lazrach
El convento dominico de Gotor fue fundado en 1522 por Jaime Martínez de Luna después de haber sido Virrey de Cataluña, en este convento pernoctó Antonio Pérez (nacido en Monreal de Ariza en la Comunidad de Calatayud) SECR4ETARIO REAL DE Felipe II, acusado de conspiración que en su huida de Madrid hacia Francia recibió asilo y refugio acogiéndose a los Fueros Aragoneses en San Pedro de Calatayud y Gotor. En este cenobio se impartían estudios de teología, artes, gramática, retórica y geometría desde su fundación, contando con una comunidad numerosa.
La cripta de la iglesia sirvió como panteón familiar de los Condes de Gotor y una de las principales familias de la zona; los Luna. El convento se abandonó definitivamente en 1835 con la desamortización de Mendizábal. Como panteón familiar alberga los restos de Don Pedro Virrey de Aragón, Cataluña y Valencia (S-XVI).
El edificio conventual es de grandes proporciones, de forma rectangular, construido en piedra. El claustro se cubre con bóvedas estrelladas y la iglesia se adorna con una puerta renacentista. En el Archivo Histórico Nacional de Madrid, sección de clero, se conservan algunos pergaminos de los años 1525 a 1583 y cuatro legajos de papeles históricos de la Edad Moderna procedentes del convento de dominicos de Nuestra Señora de la Consolación. Saliendo de Gotor al lado de la carretera hay un camino que de Santa Bárbara y antes de llegar a ella un precioso Pairón dedicado a Santa Bárbara. El origen de la ermita hay que buscarlo en los visigodos que levantaron el edificio en honor de una mártir romana del cristianismo. Reedificada en el S-XVII, es una ermita de planta rectangular construida en piedra arenisca y mortero de cal, flanqueados sus muros por contrafuertes. En el interior albergaba una talla de la Santa hasta 1996, en que fue expoliada
Llego a Illueca Villa de la provincia. de Zaragoza, Se encuentra situada en el Sistema ibérico, a 599 metros de altitud. En una fosa tectónica recorrida por el río Aranda y flanqueada por los horst paleozoicos de las sierras de la Virgen y de la Camamila, transversal al eje del Jalón. Se trata de un municipio progresivo desde el punto de vista demográfico, habiendo incrementado sus efectivos de 1900 a 1975 en un 56 %. En 1900 contaba con 1.738 habitantes., para pasar en 1975 a 2.723 habitantes. Ello obedece a que su actividad económica se diversifica entre la agricultura y la industria, siendo esta última la predominante. En 1998, contaba con 3.310 habitantes.
Su agricultura tiene un carácter de policultivo con base vitícola, tal como demuestra el reparto de su superficie cultivada (que es, aproximadamente, el 50 % de su extensión total): el 40 % de la misma está ocupado por la vid, el 27 % por cereal; el 13 % por olivo; el 13 % por frutales; el 4 % por huerta; el 2 % por leguminosas y el 1 % por patata. Predomina la agricultura de secano, puesto que tan sólo el 16 % de esa superficie cultivada es de regadío, teniendo en su conjunto un carácter de subsistencia.
La industria constituye su base económica. Tradicionalmente estuvo ligada a la fabricación de paños (se calculan a mediados del siglo XIX, más de un centenar de telares). Sin embargo, en el momento actual se polariza hacia la fabricación de zapatos, cuyos antecedentes se remontan al siglo XVII, en el que se implantaron tres tenerías junto al río Aranda, en competencia con sus vecinos de Brea. Su impulso se realiza en la década de 1920, si bien su consolidación data de 1940, momento en que se produce un importante incremento de la producción, se diversifica la materia prima tratada y aparecen numerosas fábricas, muchas de las cuales continúan hoy su proceso de fabricación. Existe más de medio centenar de empresas, que emplean cerca del millar de obreros procedentes no sólo de la localidad sino también de otros municipios próximos (Trasobares, Tierga, Aranda, Jarque, etc.).
Illueca, solar de los Luna, es eje de una interesante ruta de castillos. El casco urbano se asienta sobre una prominencia del terreno, a orillas del río Aranda, con la mole del castillo-palacio del conde de Argillo en lo alto, donde nació don Álvaro de Luna y el que luego sería Benedicto XIII, el célebre papa Luna, Pedro de Luna y Gotor.
El caserío se levanta al pie del castillo, bien diferenciado en sus zonas antigua y moderna. Esta última se presenta con vías simétricas y edificios de varias plantas, que contrastan con los pintorescos rincones del pueblo antiguo, con fachadas encaladas, de adobe o tapial, si bien utilizaban el ladrillo cuando se trataba de edificios nobles.
Illicata y, más tarde, Illoca, son los nombres con que esta población es mencionada en los documentos medievales. De las escasas noticias que tenemos en el siglo XII sabemos que Pedro Taresa, señor de Borja, tuvo la posesión de este castillo. En el siglo siguiente la villa de Illueca formó junto con Gotor una baronía que fue concedida por Jaime I al hijo del último rey moro de Mallorca, en cuya familia quedó desde la fecha de concesión, 1250, hasta 1343, salvo una breve interrupción durante el reinado de Pedro III. Desde mitad del siglo XIV, por el matrimonio de María Pérez de Gotor con Juan Martínez de Luna, segundón que provenía de la casa de Almonacid, fue regido por este linaje hasta la segunda mitad del siglo XVII. El segundo hijo de este matrimonio fue don Pedro de Luna y Gotor, futuro Benedicto XIII, quien nació en esta localidad en 1328. Otros miembros de esta casa llegaron a alcanzar importantes puestos como el arzobispado de Toledo. En el siglo XVI los señores de Illueca eran uno de los ocho linajes de Aragón
El castillo-palacio de los Martínez de Luna, condes de Morata, se yergue sobre un espolón rocoso. En él transcurrió la infancia del papa Luna y allí volvieron sus restos. Pero, según cuenta la tradición y las crónicas de la época los restos de Benedicto XIII fueron a parar al río Aranda, por avatares de la guerra de Independencia, y sólo se pudo recuperar el cráneo, que se conservaba en el palacio de Saviñán, de donde fue robado en abril de 2000. El estilo arquitectónico del castillo de Illueca, inicialmente mudéjar, del siglo XIV, muestra el influjo italiano en el renacimiento aragonés; los expertos aseguran que se trata de una burda copia del palacio ducal de Urbino, en Italia. En su interior existen interesantes yeserías barroco-mudéjares, del siglo XVII, y dos salas con friso gótico-mudéjar de círculos decorativos, con tracerías y valiosos artesonados, algunos de ellos correspondientes al siglo XVI. La última época del castillo-palacio corresponde a los siglos XIX y XX: en el XIX lo heredaron los Muñoz de Pamplona, condes de Argillo, y en época más reciente pasó a poder de los Bordiú, también por línea de herencia. En 1982, la familia Bordiú Nava lo cedió al Ayuntamiento, a condición de que fuera restaurado. Ese mismo año comenzó la restauración, con la intención de incorporarlo a la Red de Hospederías de Aragón, una vez finalizada la rehabilitación. En el verano de 2000, las salas nobles del palacio acogen una exposición sobre el Papa Luna.
La iglesia parroquial está dedicada a San Juan Bautista y es de grandes proporciones, construida a base de ladrillo y tapial. Responde al tipo de iglesia mudéjar del siglo XIV. Los retablos de su interior van del siglo XVI al XVIII. Las yeserías barroco-mudéjares de la bóveda son muy semejantes, por su dibujo, a las de la cúpula de San Valero en La Seo de Zaragoza. Entre los retablos cabe anotar, por su interés, los dedicados a San Ramón, a la Virgen del Carmen (éste con imágenes de San Francisco de Asís, San Buenaventura y Santa Teresa de Jesús), a la Purísima, a la Virgen del Rosario, a San Ignacio de Loyola, al Sagrado Corazón de María, a la Sagrada Familia, al Sagrado Corazón, a las santas Justa y Rufina, al Cristo y a Santa Rita. El retablo del altar mayor, finalmente, se halla flanqueado por dos tableros en relieve, que representan el nacimiento de la Virgen y la Visitación.
En el aspecto folclórico sobresalen los llamados cantos de corro, que en Illueca reciben el nombre de somerondones. Esta misma denominación ha dado lugar al «Somerondón», grupo folclórico universitario de Zaragoza, cuyo origen es claramente illuecano. Perduran otras muchas tradiciones, que tienen su desarrollo a lo largo del año. Desde aquí parto a Tierga del que me separan 10 kilómetros, una vez en Tierga subo hasta su castillo ,situado en un promontorio rocoso orientado de Este a Oeste y en la actualidad sus restos se componen de un recinto rectangular de 32 por 17 metros. Quedan algunos muros de mampostería ya muy rebajados en altura. En uno de los lados menores, se alza un robusto paredón que debió de pertenecer a la torre del homenaje. Tiene un hueco adintelado de planta rectangular correspondiente a una ventana. Este castillo situado en tierra de frontera entre Aragón y Castilla va estar sujeto a ataques, planes de defensa, escaramuzas y luchas intestinas a lo largo de la Edad Media. Construido por los musulmanes, fue un importante enclave defensivo en el valle del Isuela. La fortaleza cristiana aparece fechada en 1158 como propiedad del obispado de Zaragoza.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín
Fuentes propias y:
www.enciclopedia-aragonesa.com
www.sant-cugat.net de Xavier Laborda Gil
www.trasobares.es
© Cheluy -Sera 2007