|
|
Ruta.-002. Ruta del agua 2.
Berbegal, Ilche, Selgua, El Pozo Gil, Canal del Cinca, Morilla.
El 21 de Octubre de 2006 salgo de Berbegal, donde se iniciará la ruta de hoy. Villa de la provincia de Huesca perteneciente al Somontano de Barbastro se encuentra situada sobre un tozal o atalaya a una altitud de 512 sobre el nivel del mar, entre los ríos Cinca y Alcanadre. Su población en 1998, era de 476 habitantes.; en 1978, 613. En 1950, 875; y en 1900, eran 1.120 habitantes. Desde su mirador hay una vista maravillosa en todas sus direcciones. Como anécdota decir que por aquí pasa el meridiano cero o de Greenwich. En la plaza del ayuntamiento está la casa de la Villa ,la antigua casa Ferrando, con su galería de arcos de ladrillo. También hay un crucero de piedra y un “mallo plantado en la plaza. El ritual del “mayo” comienza al mediodía con el derribo del Mayo viejo, continuando después de comer, cuando los hombres van a la chopera para cortar un nuevo Mayo, mientras las mujeres se quedan en el pueblo preparando flores de papel para adornarlo. Por la noche el nuevo mayo, cuya altura oscila entre los 20 y 35 metros, se planta en la plaza de arriba. Para terminar esta festividad los Quintos de ese año obsequian a berbegalenses y visitantes con Sangría y Magdalenas. La celebración continúa hasta la madrugada con una verbena. Cerca de Berbegal existen algunas piedras de formas curiosas como el Peñón de Muyed o la Peña de Santa Águeda, según la leyenda se trataría de menhires, monumentos megalíticos hincados verticalmente en el suelo, que supuestamente se utilizarían para realizar sacrificios humanos rituales. De la Peña del Cuervo se dice que fue el lugar donde se construyó el sepulcro de Jalaf-ibn-Rasid, fundador de Barbastro.Los verdaderos orígenes de Berbegal son romanos. La presencia de la calzada romana que unía las ciudades de Ilerda (Lérida) y Osca (Huesca) favoreció la creación de nuevos asentamientos al servicio de la vía, como la Caum romana, que sin duda estuvo en el término municipal de Berbegal. De Caun partía la calzada subsidiaria que comunicaba la vía principal con las tierras del Somontano. Esta calzada continúo en uso hasta época medieval y por ella discurrieron las tropas del Cid Campeador, a finales del siglo XI. Su trazado que en parte coincide con el de un ramal del Camino de Santiago, pasa junto a la ermita románica de Santa Águeda.
Las tierras de berbegal formaron parte de la España musulmana
Hasta que hacia 1088 se produjo la ocupación militar por parte del Rey Sancho Ramírez y la repoblación parcial del territorio. Campesinos libres se instalaron en la zona al amparo de castillos, como el de Gramapán, que se multiplicaban por el territorio y junto a bellas iglesias románicas como la de Santa María La Blanca. La primera cita en la documentación medieval cristiana es de 1082, cuando encontramos a Bartolomé del Rey actuando como notario público en Berbecalis. Más adelante encontramos a Pedro I dotando a su mujer Berta, con motivo de su enlace matrimonial, con algunos bienes en Huesca, Sangarrén y una almunia en término de Berbegal que posteriormente fue donada al monasterio de Montearagón. Este mismo rey concedió otra almunia sita en Berbegal al abad de Fredellensis, noticia que conocemos por un documento posterior en que el abad de aquel monasterio la vendió a Benedicto, abad de Berbegal y prior de Barbastro y Alquézar, en 1176. La iglesia de Berbegal pertenecía a la diócesis de Huesca, como se ve en la delimitación hecha por Inocencio III en 1203. Jaime I el Conquistador rey de Aragón, Conde de Barcelona, conquistador de Valencia y Mallorca, en los primeros y difíciles años de su reinado a principios del siglo XIII, contó con el apoyo de esta villa para hacer frente a los bandos de magnates aragoneses y catalanes que ataban y desataban alianzas a la búsqueda de sus intereses particulares. En agradecimiento al apoyo prestado le concedió privilegios y franquicias como la feria quincenal. Como villa de realengo, sometida sólo a la autoridad real, estos privilegios serían confirmados en siglos posteriores por Fernando el Católico y Carlos I.
Las casas más antiguas de la Villa son del siglo XVI, época en la que se gestó el modelo de vivienda tradicional del Somontano. Otras, como la antigua casa Ferrando, hoy ayuntamiento, con su galería de arcos de ladrillo, responden más al modelo de vivienda con cierto aire nobiliario, que se generalizó en esta época en las ciudades aragonesas entra las clases acomodadas.
La tensión creciente entra Cataluña y la Corona degeneró a mediados del siglo XVII en una guerra abierta, durante la cual los aragoneses aportaron todos los medios humanos y materiales posibles, a pesar de su exigua capacidad. Estos tiempos agitados serian propicios para algo poco habitual, las visitas del Rey Felipe IV a Berbegal, que se convirtió en arsenal y cuartel de los ejércitos imperiales en su progresión hacia Cataluña. Llego a la Colegiata de Santa María una joya románica interrumpida e inacabada. Se proyectó y comenzó a construir en los primeros años del siglo XII como una gran iglesia de tres ábsides y tres naves cubiertas con bóvedas de medio cañón. Pero las obras se detuvieron y no se retomaron hasta finales del siglo XII. Las naves se terminaron entonces apresuradamente con un solo tramo más, que se cubriría ya con bóvedas de cañón apuntado. Al abandonarse el proyecto original, el cuerpo del templo quedó desproporcionado respecto al módulo del ábside central, de 5,50 metros de diámetro.
En las primeras décadas del siglo XIII al arciprestazgo de Santa María de Berbegal se adscribían 19 parroquias. Se quiso entonces enriquecer el templo, a tono con su nuevo rango, con una gran torre-porche.
Su maravillosa puerta, frontera entre el cielo y la tierra su simbolismo es tan importante en el templo románico que es el elemento más destacado del exterior, está compuesta de seis arcos abocinados (arquivoltas) que descansan sobre pilares y columnas alternativamente. El tímpano y el dintel que lo decoran están empotrados sobre otra puerta, hoy cegada. El cristo Pantocrátor que figura en el tímpano, es el que viene al final de los tiempos. En una mano lleva el libro de la vida, con la otra bendice. En los cuatro ángulos están los signos de los evangelistas que anuncian la avenida de Cristo, San Juan está representado por un águila, San Marcos por un León, San Mateo por un ángel y San Lucas por un toro.
El Crismón trinitario es uno de los elementos más característicos de la escultura románica aragonesa. X (ji) P (rho) son letras que forman la abreviatura de Cristo en Griego. La S Espíritu Santo; la P, al Padre. Padre, Hijo y Espíritu Santo son tres personas que forman un mismo Dios. Principio y fin de todas las cosas. El crismón es como una rueda: sus tres partes (centro, círculo exterior y radios) son diferentes pero una misma rueda, como las personas de la Trinidad son distintas pero un solo Dios. Esta fue una metáfora muy habitual en el sermonario románico.
La gran torre porche al abrirse en tres de sus caras con amplios arcos apuntados, se aleja de los macizos modelos románicos; al decorarse con finas molduras, rompe la uniformidad del muro que adquiere casi carácter escultórico. Los capiteles se decoran con animales fantásticos y dragones, guardianes y símbolos protectores de las puertas.
Por los mismos años en que se construía la torre, se adquirió un frontal para adornar el altar mayor. Era menos costoso que decorar la iglesia con pinturas murales, porque solo implicaba el desplazamiento de la obra, y no de los artistas. Estas obras pintadas imitaban las suntuosas piezas de oro y esmaltes que poseían los principales monasterios del occidente europeo. En Berbegal nació Mariano Bielsa y Latre apodado “Chistavín” Pionero del deporte aragonés. Salgo en dirección hacia Ilche ,pero al llegar al Canal de Terrer giro a mi derecho y me introduzco en el camino de servicio del canal, cuando llevo por este camino un kilómetro ,me meto a la izquierda por un camino ,que es la antigua calzada romana, señalada como GR-45 que me lleva a la ermita de Santa Águeda, del siglo XII, edificada sobre los restos de un antiguo poblado romano. A su lado está el menhir druídico de seis metros de altura denominado “Peñón de Muyed”
Tiene dos puertas, encima de la puerta lateral con arco de medio punto, hay un escudo con un gallo, este es el escudo heráldico de la Villa de Berbegal. Estando aquí comienza a empeorar el tiempo, llovizna un poco, pero decido seguir, la calzada me lleva a la carretera local de Morilla a Ilche, aquí veo Ilche a la izquierda que está a menos de 500 metros, al lado de la A-1223 está carretera es la que tengo que tomar en dirección a Selgua, de la que me separan 8 kilómetros. En Ilche no entro. Comienza a salir el Sol y la carretera está estupenda. Llego a Selgua lugar de Monzón provincia de Huesca; a una altitud de., 296 metros sobre el nivel del mar. Con 313 habitantes en 1980; 164 habitantes. en 1991.Directamente me dirijo a la Iglesia de Santa Maria del Romeral, que es un templo neoclásico de una sola nave y seis capillas. Su altar estaba presidido antes de la Guerra Civil por la imagen de Ntra. Sra del Romeral, titular del templo rodeada por una serie de figuras exentas que fueron destruidas en la contienda. El plan de reforma de la iglesia fue presentado en el último tercio del siglo XVIII. En 1802, el ayuntamiento consiguió el dinero necesario para financiar la obra y con las aportaciones de los vecinos. Se pudo sacar a subasta. En el transcurso de esta leyó el contrato y condiciones donde se especificaba el refuerzo de los arcos, la construcción de la bóveda y la reparación de la torre. Tras las pujas de Mariano Loncán, albañil, y de Domingo Bielsa, arquitecto, finalmente la obra se remató a favor de Domingo Belolloc, albañil de Estadilla. Su torre es un ejemplo de torre-pórtico de la baja Edad Media, probablemente del siglo XIV. En la actualidad su fisonomía se halla transformada por varias remodelaciones posteriores. En primer lugar debemos imaginar el espacio de la planta baja abierto y diáfano, como nos indican los arcos apuntados que se dibujan en la pared. Posiblemente en los otros dos lados de la torre se abrían dos ventanas góticas de igual delicadeza que la conservada. Encima del pórtico se encuentra una cámara cubierta por una bóveda de crucería gótica. Durante la reforma de principios del siglo XIX, la torre se transformó de nuevo, construyéndose un nuevo de piso de ladrillo para conferir más altura a la torre, siguiendo los gustos de la época. El reloj y las campanas fueron posteriormente instalados en el nuevo piso. La base de su economía es la agricultura, de notable pujanza, en el pasado dadas las condiciones y calidad del suelo y de un porvenir muy halagüeño, desde que lo fertilizan las aguas del canal del Cinca, cuyo suelo riegan en su totalidad. En el caserío de Selgua, no faltan excelentes muestras de arquitectura popular. Al antiguo edificio consistorial, con lonja abierta y antigua cárcel del lugar, se suman grandes casa de labranza con escudos de armas como la de Forniés del siglo XVIII o la de Muzás del Siglo XIX , este dentro del patio. Otras son representantes de las modas arquitectónicas de finales del siglo XIX y principios del XXD, como el eclecticismo que lucen Casa Bizcarra y Casa Albert. En el siglo XIX la llegada del ferrocarril a Selgua y, en general, a la zona oriental de la provincia, trajo consigo un nuevo apogeo de las casas de la zona. La llegada a principios del siglo XX del regadío y, con él, las explotaciones agrícolas de manera más intensiva, llevó a muchos propietarios a reformar sus casas, intentando desligarse de aquella imagen de casas de rudas y buscando un refinamiento imitando los palacetes de grandes ciudades, como el paseo de la Independencia de Zaragoza o la Gran Vía de Madrid. En este conjunto de casas nos encontramos Casa Albert, ornamentada con yeserías modernistas cuya simbología de la fortuna la vemos recogida en la gran concha y los cuernos marinos que coronan el dintel de la puerta principal; la prosperidad y el dinero se ven reflejadas en los dos racimos de uvas de la parte inferior. Conserva la casa, a pesar de su modernismo un curioso elemento; el llamador. Representa una especie animal similar a un perro o un lobo con las fauces abiertas, con gesto de aullido y de impresión un tanto endemoniada, que nos viene a recordar la necesidad que tenían, a pesar de la llegad de adelantos, de poner símbolos de protección ante aquello que les podía resultar incómodo. Enfrente de Casa Albert está Casa Radigales. En cuya fachada podemos apreciar a simple vista tres cosas, que era una casa de las llamadas “buenas” que en el siglo XIX se reforzó su economía y que eran creyentes. A simples rasgos, en esta zona de Huesca las casas eran de tres tipos, y se apreciaban por el tipo de fachada. Desde la calle hasta la primera planta, de sillar y hasta el tejado con ladrillo aragonés para acabar en arquerías de medio punto y fuerte alero, con canetes tallados. Se trataba de una casa grande. El ladrillo algunas veces es sustituido por tapial. La misma característica, pero sin sillares, tapial y ladrillo. El alero era más discreto. Toda de adobas, pero continuada con tapial. Era lo más habitual, la casa de la gente llana. En todas ellas se pueden encontrar las entradas en arco de medio punto con grandes puertas de madera. Estos arcos se sustituyeron en el siglo XIX por entradas dinteladas. Generalmente la puerta está adornada con un relicario de santificación hacia la casa y sus habitantes. El llamador es una maneta con bola y puñetas. Me voy ha casa Forniés totalmente reformada en la actualidad, conserva la puerta de sillares, con el arco de medio punto tan típico en la geografía aragonesa. Este tipo de casas solían ser de tres plantas en el exterior pero de cuatro en el interior si contamos las bodegas. En la planta baja se distribuían, alrededor del patio con o sin zaguán, las dependencias relacionadas con las labores agrícolas y el trabajo cotidiano. En la primera, la cocina con hogar, lateral o central, con sus cadieras, cremallos….. y la despensa. Una o varias salas permitían acceder a las alcobas, separadas con cortinas. Dichas alcobas eran pequeñas habitaciones que apenas tenían una cama y una mesilla, en las más recargadas podíamos encontrarnos la jofaina. También en la primera planta nos encontramos alguna vez el retrete que consistía en un pequeño hueco con una tabla con dos agujeros que comunicaban directamente con el corral o, en pocos casos con el pozo ciego, aunque eran escasas las casas que disfrutaban de tal comodidad. En la terceras planta las falsas, almacén de cosas inservibles o secaderos de productos agrícolas como los higos secos orejones…No menos importantes eran las bodegas y las cíes que se solían encontrar bajo el nivel de la calle. La única comunicación para airear y evitar la humedad eran las lucernas, pequeñas ventanas que se situaban al ras de la calle. Desde lo alto del pueblo diviso la Ermita de San Savador, pequeño edificio en piedra arenisca, y que guarda en su interior “una joya” de la estatuaria medieval aragonesa; el sarcófago de un caballero que se ha querido relacionar con Fernán Sánchez, hijo ilegítimo del Rey Jaime I y fundador de la Baronia de Castro, con Ermengol III, Conde de Urgel. Como el tiempo sigue amenazando lluvia y el camino a la ermita esta embarrado decido dirigirme al Pozo Gil. Desgraciadamente como siempre, las señalizaciones lucen por su ausencia por lo que me equivoco y tomo primero un camino, aunque bonita ya que termina en un humedal no tiene salida y debo cargar con la bici al hombro para pasar unos campos de matojos y hierbas altas hasta salir de nuevo a la carretera, donde tomo dirección Estación de Selgua y por fin veo un pobre indicador en la entrada a una granja que me indica el Pozo Gil , a 500 metros de la explotación ganadera ,por un camino asfaltado del IRYDA, llego al pozo. En estos momentos luce el Sol lo que agradezco mucho, el terreno está embarrado por lo que tengo mucho cuidado de no erosionar el yacimiento. Popularmente estos pozos, se les conoce como fuente romana, aunque el Pozo Gil hay que encuadrarlo en un momento posterior y más concretamente en época medieval. Posiblemente con parte del edificio construido en el periodo de dominación musulmana, ya que en su interior se observan elementos constructivos propios de esa secuencia cultural, como parte del muro interior construido a base de “tizones” sillares en forma cúbica o troncónica de base cuadrada). Este pozo-fuente fue construido con la finalidad de recoger y almacenar el agua que fluye constantemente de un manantial natural, procedente del nivel freático del río Cinca. El pozo está cubierto con una bóveda de cañón de 7’20 metros de longitud, construida con sillares de diversos tipos y distintos engatillados a soga o tizón, la escalinata de acceso tiene diez y seis peldaños, algunos de ellos restaurados recientemente y construidos a base de ladrillo. La bóveda de cañón que cubre la cavidad interior está construida con sillares estrechos y alargados, en ambos lados se dejaron abiertos dos pequeños vanos a modo de lucernarios. En algunos tramos exteriores esta recubierta con sillares procedentes de otras construcciones, que fueron reutilizados, se observa uno moldurado y tres labrados que formar parte de la cúpula de otro edificio. A ambos lados del acceso a las escaleras del pozo hay unas grandes piedras, que fueron talladas para servir de piletas para lavar la ropa o de de abrevaderos para los animales. Las mujeres de Selgua se desplazaban hasta aquí para lavar la ropa ya que era el sitio más cercano donde encontraban agua. Un poco más adelante del pozo Gil cojo un camino dirección sur-oeste y que discurre paralelo a las vías del tren a mi izquierda, al principio es de tierra con piedras machacadas, que es una tortura, pero por fin llego a un sifón donde hay un indicador a Terreu y Monesma ,para alegría de mis posaderas está asfaltado, sigo dirección Terreu acompañado de grandes campos de viñedos, llego al cruce que me indica Terreu a la izquierda Morilla la derecha, no hago caso de ninguno de estos dos ya que sigo hacia delante ,ya que a pesar de carecer de indicador se que me llevará hasta el camino de servicio del Canal de Terreu, por el que llego a la Central Hidroeléctrica de Odina , que tiene una potencia instalada de 530Kw, por este camino se aprecian las caprichosas formas de las rocas areniscas modeladas por la erosión, una de ellas parece una calavera, paso por una laguna artificial de riego y que las especies vegetales y animales han comenzado a colonizar, y por fin diviso Morilla desde el camino del canal, no era mi intención visitar Morilla pero no se porqué decido descender hasta el pueblo. Morilla es Lugar de Ilche del que fue siempre su principal núcleo de población, hasta que la zona inició su despoblamiento regresivo lo separan de Ilche sólo dos kilómetros por carretera , está a una altitud 350 metros ,en 1980 tenia 111 habitantes; y 90 habitantes. en 1991. Su iglesia de San Andrés es de siglo XVII, construida con sillares de piedra y con tapial se construyó en la época del barroco este sencillo templo. Su nave única de gran altura recibe luz directa en sus cuatro tramos, a los que se abren cinco capillas. La torre campanario, de factura moderna y construida totalmente en ladrillo, presenta la particularidad de estar exenta. Esta iglesia pertenece al Obispado de Huesca. En Morilla hay un bonito parque donde repongo fuerzas, antes de proseguir hacia Ilche, al que no entro porque vuelvo a coger el mismo camino que viene de Berbegal y que por la calzada romana pasando de nuevo por Santa Águeda me retorna a mi punto de inicio y final de esta ruta.
Las fotografías aparecen por orden de ruta.
Serafín Martín:
Fuentes propias y: www.berbegal.org; www.cincamedio.es
© Cheluy -Sera 2006