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Ruta F8 por Francia. Por el Valle de Aspe  Lurbe St Christau, ruta Las Cretes, Olorón.

 

Hoy llego a la bonita localidad francesa de Lurbe St Christau, donde iniciaré la ruta de hoy, si el tiempo lo permite, ya que está lloviznando, y hace frio. Hoy llevo recorridos un total un total de 5877 kilómetros.

Lurbe-Saint-Christau es una población y comuna francesa, en la región de Aquitania, departamento de Pirineos Atlánticos, en el distrito de Oloron-Sainte-Marie y cantón de Oloron-Sainte-Marie-Est. La principal actividad es la agricultura (ganadería, pastos, policultivo).

Su población en el año 1793 era de 544 habitantes, en el año 181 de 728, en el año 1901 de 435 habitantes, en el año 1911 de 414, en el año 1921 de 392, y en el año 2006 de 225 habitantes. Por  esta localidad pasa la GR-653 que es la ruta del Camino de Santiago que parte de Arlés y pasa por Olorón y entra en España por el Puerto del Somport ,  sigue por Candanchú, Canfranc estación y Jaca.

Parto  hacia Olorón, por la carretera D-238, o Ruta del Río de Aspe, decidido  a visitarlo más detenidamente y sobre todo conocer su barrio gótico y sus iglesias medievales.

En el kilómetro  3,24 llego al cruce donde se encuentra el Hotel Restaurante, Des Valles, donde en la ruta anterior pare a comer y disfrutar de unas estupendas cervezas, los dueños hablan español y son muy simpáticos. Este hotel está situado estratégicamente ya que por la derecha, tomando la carretera D-518, se puede ir a Arudy y Eaux Bonnex que distan 19 y 37 kilómetros respectivamente. Y también por la D-638, a la  cercana localidad balnearia de Saint Christau, que está a tan sólo 2 kilómetros de este cruce. Yo sigo por la D-238 o Ruta del Río de Aspe, hacia Olorón.

En el kilómetro  3,68 llego al municipio de  Eysus, que fotografío desde la lejanía destacando la silueta de su torre campanario. Eysus (en occitano Eisús) es una población y comuna francesa, en la región de Aquitania, departamento de Pirineos Atlánticos, en el distrito de Oloron-Sainte-Marie y cantón de Oloron-Sainte-Marie-Est.

En el año 1793 tenían 902 habitantes, en el año 1851,915, en el año 1901, 482 habitantes, en el año 1911,479 habitantes, en el año 2006,663 habitantes. La principal actividad es la agrícola (ganadería, policultivo y pastos).

A continuación en  el kilómetro 6,10 llego a Olorón Soex, donde  tomo la D-438, que transcurre por la Route  de la  Taoulere, y las pequeñas aldeas de Candaux habas y Serrehaute Duret.  La cuesta es de un desnivel bestial en los primeros doscientos metros, pero pasada una curva de noventa grados, llego a un alto donde hay una zona llana con chalecitos a la izquierda, y por la derecha aparece la carretera de la ruta des Cretes, D-338, que es la que debo seguir, seguidamente hay  una explanada que se emplea como depósito de gravilla para el mantenimiento del asfaltado y la carretera se introduce  un gran bosque, que de vez en cuando es abierto por praderas, delimitadas por setos y cercados donde pacen las vacas y también algún borrico.

En el kilómetro  6,79 nuevo cruce donde tomo  dirección por la izquierda Olorón St Croix y entro en el monte comunal de Olorón. Para mi alegría ,junto a la carretera, me vuelvo a encontrar con el poste indicador del Camino de Arles , que se dirige a  Santiago de Compostela

En el kilómetro 10,53, llego a un nuevo cruce, donde la carretera D-338 gira a la izquierda descendiendo hacia la D -238, decido seguir de frente, por lo que parece un camino asfaltado, y que igualmente forma parte de la Route des Cretes, que a continuación pasa a denominarse Rue d´ Aspé. Esta Rue está flanqueada de preciosos chalecitos y  muy cerca del cementerio de Sainte Croix me llama la atención un bonito palacio, reconvertido en hotel. En el kilómetro  11,27  entro en Olorón por el Barrio Medieval de St Croix. La historia de esta parte de Olorón comienza hacia 1080, cuando el vizconde de Bearn, Centulle V el Joven, reconstruyó una ciudad que llamó Oloron, sobre las ruinas del antiguo emplazamiento defensivo. La dotó de numerosos privilegios sobretodos comerciales y militares. La ciudad empezó entonces a adquirir importancia y acudían soberanos extranjeros y cada vez más peregrinos de camino a Santiago de Compostela. Muchas huellas dan fe de este rico pasado medieval, como las casas de entramados que albergaban una parte del mercado, la Casa del Senescal, el Ayuntamiento y su cárcel donde el rey Louis XI pasó una temporada.

Mi primera parada es en la Plaza de Saint Pierre. Esta plaza debe su origen a la organización de un famoso torneo en 1287 entre el rey de Aragón y el rey de Inglaterra. Para ello, se arrancaron manzanos y viñedos y los fosos de la ciudad fueron tapados.
En el siglo XIX, la plaza cambió de fisonomía con la construcción de muretes « a la española » que le confieren una forma ovalada.

Desde aquí prosigo hacia la iglesia de Sainte Croix, que encuentro cerrada en esos momentos,  que decido visitar una explanada que desciende suavemente, y paralela a la Rue Centulle, hacia las antiguas murallas, donde al final hay una gran estatua, de una mujer que no se a que o quien representa, desde  las murallas que bordean el  Paseo Bellevue (bellavista) tengo unas vistas espectaculares sobre el barrio de la catedral Sainte-Marie y el Pico de Anie, que el tiempo no permite ver hoy. Las murallas que rodean la colina de Sainte-Croix fueron levantadas por los romanos a principios del siglo V.  En la Edad Media, se realizaron varias modificaciones, con la instalación del castillo vizcondal  por el cual se entraba en la ciudad en la que tenían lugar mercados y ferias.

 

Asciendo de nuevo  hasta Sainte Croix, desde  donde me dirijo por la Rue Cujas a la Casa del Patrimonio. Se trata de una casa con carácter, en el corazón de la ciudad medieval, que ha conservado sus magníficos revestimientos de madera de castaño así como sus escaleras y ventanas con ajimeces del siglo XVII. En ella encontraremos colecciones arqueológicas (lámpara de aceite, monedas, mosaicos, piezas de cerámica...) y etnográficas que dan testimonio de la tradición bearnesa en los siglos XIX y XX.  A descubrir también el jardín medieval y sus plantas medicinales, algunas de las cuales poseen virtudes curativas insospechadas.
 Esta  evoca a través de sus exposiciones permanentes y temporales  la historia y las tradiciones de la ciudad de Oloron Sainte-Marie. Este es un caserón del siglo XVII espectacularmente restaurado, tiene varias colecciones: arqueología, tradiciones del  Béarn, la historia de la industria textil.

En la planta calle se encuentra  la reconstrucción de una típica cocina con los utensilios de la vida cotidiana.
En la planta superior se encuentran las  exposiciones  de la industria textil en Oloron-Sainte-Marie, del trabajo artesanal a la industrialización.

Y lo que más me sorprendió como español, en el último piso de la Casa del Patrimonio se dedica a la presentación del campo de internamiento de Gurs. Una exposición permanente del Campo de Concentración de Gurs ,donde fueron internados los soldados republicanos que pasaron a Francia ,huyendo de las tropas franquistas. Así como material de guerra utilizado por los  guerrilleros españoles, que combatieron  contra los Nazis, en la Segunda Guerra Mundial. Es una exposición increíble que para vergüenza nuestra, recuerda a una parte de españoles que combatieron sufrieron cautiverio, lucharon por otro país que no era suyo, lo liberaron y fueron ignorados por los franceses y  olvidados por los españoles. Pero los franceses supieron, reparar esa tremenda injusticia, nosotros aún no. Al cumplirse en 1979 el 40 aniversario de la creación del campo, jóvenes de la región comenzaron a airear la historia del olvidado campo mediante conferencias a las que invitaron a antiguos recluidos. El hecho tuvo amplia difusión en la prensa francesa, alemana y española; como consecuencia, al año siguiente se reunieron en Gurs los días 20 y 21 de junio un centenar de antiguos detenidos, llegados de numerosos países, así como personas que pertenecieron a la Resistencia francesa y supervivientes de campos de exterminio, creando la asociación L'Amicale de Gurs (Los Amigos de Gurs). Elaboraron el comunicado L'Apell de Gurs (La Llamada de Gurs), en el que destacan palabras como «... Gurs, símbolo de combate y de sufrimiento de los pueblos de Europa... Gurs, campo de concentración, llama a la vigilancia, a la unión, a la acción para que el hombre pueda vivir libre y digno». Desde esa fecha se celebra anualmente en Gurs una conmemoración en la que participan organizaciones judías, representantes de ciudades de Baden, ex reclusos o sus familiares y personas de muchas otras nacionalidades que quieren hacer constar con su presencia la obligación, que debe pasar de generación a generación, de no olvidar los actos criminales de los regímenes dictatoriales que asolaron Europa durante el siglo XX.

En la actualidad, existe en el campo la reconstrucción de un pabellón de sección triangular, hecha con delgadas tablas de madera cubiertas con cartón embreado, como testimonio de los cientos de pabellones idénticos a este modelo que fueron vivienda de los encerrados. Unos monumentos recuerdan el campo de les Gursiens, como los encerrados eran llamados por los habitantes de los poblados cercanos y como ellos mismos, los encerrados, acabaron por denominarse.

El campo de Gurs fue en un principio un campo de refugiados españoles en Francia en el año 1939 por motivos de la guerra civil española y a partir de 1940 quedó convertido en un campo de concentración. Estaba situado en la localidad francesa de Gurs (Pirineos Atlánticos). Fue comenzado a construir por el gobierno francés en marzo de 1939 Por su proximidad al País Vasco, estaba previsto para albergar a refugiados procedentes de esta región,1 tras la caída del frente de Cataluña. Sin embargo, ante la avalancha de refugiados españoles que entraban en Francia por esta frontera, las autoridades francesas tuvieron que ampliar el campo e internaron en él a toda clase de combatientes procedentes de la España republicana. Fue el campo de internamiento más importante de Francia.

Al comenzar la Segunda Guerra Mundial, el gobierno francés internó en él a ciudadanos alemanes y de otros países considerados afines a éste, así como a franceses considerados peligrosos por sus ideas políticas y a presos por delitos comunes trasladados desde cárceles cercanas al frente de guerra.

Tras el armisticio firmado con la Alemania Nazi en 1940 por el gobierno de Vichy, fue empleado por este gobierno como campo de concentración para judíos de cualquier nacionalidad, excepto francesa, y personas consideradas peligrosas por el gobierno y durante un breve tiempo también para acoger un transporte de judíos alemanes enviados aquí desde Alemania por el gobierno nazi mientras éste determinaba lo que habría de hacer con ellos. Tras la liberación de Francia, se internó brevemente en Gurs a prisioneros de guerra alemanes, colaboracionistas franceses y combatientes españoles que habían participado en la resistencia contra la ocupación alemana, pero cuya decidida voluntad de terminar con la dictadura fascista impuesta por el general Francisco Franco los hacía peligrosos a los ojos de los Aliados, antes de su cierre definitivo en 1946. El Campo de Gurs permaneció en funcionamiento durante siete años (1939–1946), siendo el de mayor duración en Francia. Aunque acogió a multiples nacionalidades y todo tipo de internos, en este caso me voy a centrar en los españoles  de este campo.

Los reclusos exiliados que llegaron por causa de la Guerra Civil Española, fueron diferenciados en cuatro grupos con denominaciones francesas, aquí traducidas al español:

Brigadistas. Habían pertenecido a las Brigadas Internacionales luchando por la República española. Por sus nacionalidades (alemana, austríaca, checa, etc.) no les era posible volver a sus países de origen. Unos consiguieron huir y otros acabaron por alistarse en la Legión Extranjera francesa. Fueron el segundo grupo más numeroso en la primera etapa del campo.

Vascos. Eran principalmente miembros del Ejército Vasco que habían sido rescatados del cerco de Santander y trasladados por mar a la zona republicana. Por la cercanía en Gurs con su tierra de origen, prácticamente todos consiguieron encontrar pronto avales que les permitieron abandonar el campo y buscar trabajo y refugio en Francia. El Gobierno francés había concebido el campo de Gurs para concentrar a refugiados vascos. El grupo más numeroso, unos cinco mil, procedía del campo de Argelès-sur-Mer; el 10 de mayo de 1939 había en Gurs 18.985 prisioneros, de los que 6.555 eran vascos. Según testimonios contemporáneos, el "islote de los vascos" era el que recibía mejor trato. Las condiciones eran críticas, morían cientos de personas aunque a los vascos los tenían aparte y estaban mejor; de hecho eran los únicos que comían caliente. Posteriormente, la mitad de los vascos fueron trasladados a fábricas cercanas a París, a realizar trabajos en la Línea Maginot o al frente,  bajo la amenaza de la repatriación a la España franquista. En junio de 1940 sólo quedaban unos 800 prisioneros y ante el avance alemán abandonaron el "Islote C", donde estaban concentrados, y emigraron en su mayoría a Sudamérica, estableciendo colonias de exiliados vascos en dichos países. Muchos de los miembros trasladados a la Línea Maginot, fueron hechos prisioneros por los nazis y acabaron en el campo de concentración de Mauthausen, campo en el que los exterminaron o los tuvieron cautivos durante cinco años.

Entre los internados había Aviadores. Eran pilotos y miembros del personal de tierra de la aviación republicana. Entre los pilotos se encontraron recluidos:

Casto González García, piloto de un bombardero Tupolev SB-2 apodado Katiuska. Murió a los 86 años. Juan Hernández Giménez, piloto de un bombardero Tupolev SB-2 “Katiuska”. Murió en el 2002 a los 92 años.

Jovencio Maganto López, piloto de un bombardero Tupolev SB-2 “Katiuska”.

Miguel Puig Soler, piloto de un bombardero Tupolev SB-2 “Katuska” Muere el 21 de diciembre de 1982 de Olorón a los 66 años.

Armando Ortega Velilla, Piloto de la 4ª escuadrilla, Grupo 21. Compuesta por aparatos soviéticos apodados “Mosca” Muere en 1992 a la edad de 76 años.

Antonio Arias Arias, jefe de la 4ª escuadrilla, compuesta por aparatos soviéticos apodados “Mosca”. Retornó a España en 1990. Jose maría Bravo Fernández, jefe del 2º grupo. Pasando más tarde al Estado Mayor  del grupo. Aceptó en 1939, la proposición de ir a la URSS. Estaba en la Escuela de Ingenieros de Jarkov, cuando los alemanes atacaron la URSS, siendo movilizado en una unidad de tierra. En Julio de 1942 se integra en una unidad de la aviación rusa, que defiende las reservas petrolíferas soviéticas de Bakú.Abatió a 12 aviones enemigos y 11 probables. Con el grado de Teniente Coronel es desmovilizado en 1948. En 1960 abandona Rusia para regresar a España, residiendo en Madrid.

Juan Comas Borras, comandante del Grupo 26, después de la residió en Tordera (Barcelona) muriendo en 1992.

Enrique Alba Fons, José María Aparici Velázquez, Salvador Artigas Sahún, José Balsa Gutiérrez, José Bastida Jiménez, Melchor Díaz Román, Julio Diéguez García, José Falcó Sanmartín,  Germán Fernández Díaz, Francisco Francés Reyes, José Hevia Suarez Ramón Jiménez Marañón, Juan Lario Sánchez, Juan Maíquez Pellicer, Francisco Montagut Ferrer, Antonio Pastor Quetcuti, Benito Pinillas Hierro, José Ramos Romero, Juan Sayos Estivil, Ángel Sanz Bocos, Luciano Tabernero Herrero, Alberto Valles Gateu, y Miguel Zambudio Martínez.

Los mecánicos al tener oficio mecánico, les resultó fácil encontrar empresarios franceses que, al darles trabajo, les permitió abandonar el campo. Las personas de nacionalidad española que no encajaban en alguna de las anteriores categorías. Eran en su mayor parte agricultores y de oficios poco reclamados. No tenían a nadie en Francia que se interesase por ellos. Eran una carga para el gobierno francés y por ello éste les animó, de acuerdo con el gobierno franquista, a que volviesen a España. Así lo hizo la gran mayoría, siendo entregados en Irún a las autoridades franquistas, desde donde eran trasladados al campo de Miranda de Ebro para su "depuración de responsabilidades políticas".

Al retirarse los alemanes de la zona a causa del avance de la invasión aliada en Francia, los nuevos responsables franceses encerraron en Gurs a paisanos acusados de colaborar con los ocupantes alemanes y también a españoles que, habiendo encontrado refugio en Francia y luchado en la resistencia francesa contra la ocupación alemana, pretendían ahora entablar un conflicto armado en la frontera franco-española. No interesando a Francia enfrentarse con Franco, tuvo durante unos cortos tiempos encerrados a estos españoles en Gurs. Según el historiador francés Claude Laharie, tras el fracaso de la Operación Reconquista llevada a cabo por el maquis, 1.475 guerrilleros fueron internados brevemente en Gurs en 1945.Brevemente alojó también a prisioneros de guerra alemanes. El campo fue desmantelado en 1946, cayendo en el olvido. El cerro se ha ido cubriendo de espesa vegetación, que aun así no consigue absorber las aguas que manan de la tierra arcillosa. Se ven unas pocas piedras que eran caminos y bases de los barracones y que durante algún verano grupos de jóvenes rescatan entre la maleza para poner en evidencia la miseria en la que unas 64.000 personas tuvieron que vivir en alguna de las varias épocas del campo.

En la región, el nombre de campo de Gurs es como una losa de piedra maldita clavada en el cerro del que pocos quieren acordarse, incluso en el resto de Francia. Las organizaciones judías mismas se avergüenzan de lo poco que hicieron por salvar la vida a los judíos encerrados en Gurs mientras esperaban ser trasladados a los campos de exterminio, ya que el campo siempre estuvo regido por el gobierno francés y con un poco de dinero para sobornar a los guardianes franceses y a los carabineros españoles en la cercana frontera española, un importante número de judíos habría podido salvar la vida, pasando a España y de aquí a Portugal o al norte de África. Con la agreste vegetación que oculta el campo que estuvo ocupado por los ilots contrasta la placidez del gran cementerio judío costeado y exquisitamente cuidado por las ciudades alemanas de las que eran habitantes los judíos alemanes deportados.

La asociación francesa de comunidades judías de los Basses-Pyrénées que, tras la liberación en 1944 se hizo cargo en un principio del mantenimiento del cementerio, colocó en él un monumento a la memoria de las víctimas. Pero el cementerio quedó de año en año cada vez más descuidado. El alcalde de Karlsruhe, al recibir noticia de este hecho en el año 1957, tomó la iniciativa de que su ciudad había de hacerse cargo de la conservación del cementerio, siendo apoyado por las asociaciones judías de Baden.

Se contactó para participar en el proyecto con las localidades de Baden de las que habían sido deportados sus ciudadanos judíos a Gurs. El Estado francés, a su vez, hizo entrega del cementerio durante una duración de 99 años al órgano superior de las asociaciones judías de Baden. Restaurado, fue abierto el 26 de marzo de 1963. Las ciudades alemanas de Karlsruhe, Friburgo, Mannheim, Heidelberg, Pforzheim, Constanza y Weinheim costean la conservación del cementerio.

Desde el año 1985 existe en el campo un memorial de los combatientes de la guerra civil española internados en él, y en el cementerio se encuentran enterrados en una separata fallecidos de este grupo de internados. En el año 2000, el Volksbund Deutsche Kriegsgräberfürsorge renovó en profundidad el cementerio.

Junto a la Casa del Patrimonio, se encuentra la Torre de Grède, torre del siglo XVI restaurada recientemente, y que no visito por falta de tiempo, limitándome a contemplarla desde el exterior. La Torre de Grède constituye uno de los elementos más importantes del barrio Sainte-Croix. En el  siglo XIII, la familia de Agreda hizo realizar algunos acondicionamientos en esta torre para hacerla habitable (vanos ajimezados, pórticos de arco mistral). Todavía habitada en la primera mitad del siglo XX, la torre, totalmente restaurada, ofrece desde su mirador unas excelentes vistas panorámicas de los Pirineos.

Regreso hacia la Iglesia de Sainte Croix, que en esos momentos está abierta, y me quedo gratamente sorprendido por la belleza de su interior. En Francia muchas de las iglesias que visito todavía conservan, las paredes con sus pinturas realizadas sobre el estuco. Contrariamente a lo que se cree las iglesias estaban todas recubiertas con pinturas que explicaban con sus imágenes El Antiguo y el Nuevo Testamento, a unos fieles analfabetos. Las pinturas eran una forma de “tebeos modernos” que trataban explicarlos. Las columnas, capiteles y bóvedas estaban pintadas para favorecer la luminosidad del interior del templo , ante la escasez de luz interior de los templos románicos y de los primeros góticos. Esto en España no ha sido así, y algunas restauraciones “salvajes” dejaron las paredes, con la cantería al descubierto sin más. Muchos elementos permiten pensar que la iglesia Sainte-Croix fue construida en el emplazamiento de edificios más antiguos. La construcción fecha de finales del siglo XI, principios del XII, según un plano de tipo benedictino, para dotar a la nueva ciudad creada por Centulle V el Joven de un lugar de culto El campanario fue añadido en la época gótica.

En el crucero, nueva sorpresa: El refinamiento musulmán se codea aquí con buenos resultados con la sobriedad del arte románico. Una cúpula mozárabe sostenida por unos nervios que se entrecruzan de forma delicada formando una estrella de ocho puntas de inspiración  hispanoárabe que recuerda a la del mihrab de la célebre mezquita de Córdoba. En el arte románico, tan solo hay otras tres cúpulas parecidas a la de Oloron: la del Hospital Saint-Blaise en Soule, la de Torres del Río en la Rioja y la de Almazán en Castilla.
Este elemento arquitectónico es el único ejemplar, junto al de la iglesia del Hospital Saint-Blaise, muy cercano, de la influencia del estilo mozárabe en Francia.
Construido en la cima de la colina, este edificio románico del siglo XI, cuyo aspecto exterior es tosco y sobrio, cumplía también el papel de ciudadela. La techumbre de piedra estaba rematada por una atalaya con aspilleras y contrafuertes. Sobre el ábside bastante armonioso, los modillones románicos, deteriorados durante la Revolución Francesa, se remodelaron de forma mediocre en el siglo XIX. El pórtico no tiene esculturas como el de Santa María. En el interior, la impresión es completamente distinta, se pueden contemplar bellas bóvedas de cañón, sostenidas por unos arcos en plena cimbra, un estilo románico de gran pureza, que, unido a cierto claroscuro, invita al silencio y la meditación. Terminada mi visita a esta joya románica, parto hacia la estación de ferrocarril de  Olorón. Los franceses al contrario que los españoles, han recuperado hasta aquí, “el Canfranero” estando proyectado, seguir de momento hasta Bedous.

Desde la estación voy por la Avenida de Charles et Henri Moureu, hasta la rotonda de la D-936, donde tomo la Rue Casamayor Dufaur, hasta dar con La Catedral de Santa María de Olorón. Lo primero que contemplo son los restos de un pequeño cementerio, que ocupa las partes Sur y Este de la Catedral Santa María.  Acogía numerosas sepulturas fechadas entre el siglo III y el final del siglo XVIII: esta   vocación funeraria es evocada hoy a través de una necrópola que presenta los diferentes modos de inhumación. Junto a la necrópola hay otro jardincillo, con una escultura contemporánea de bronce, , evocadora de la leyenda de San-Grat. Fue realizada en octubre  del 2007, por un habitante del barrio, Pedro Castillou.

Cuenta la leyenda que el obispo de Oloron murió en Jaca en el siglo VI. Los  Aragonés y  Bearnéses se  disputaron sus restos. Para decidir, donde sería sepultado,  se propuso que fuera la mula ciega del obispo'', quien decidiera la elección del destino final del cuerpo.  Así  desde el Col del Somport, el cuerpo del obispo llegó  bien atado a la espalda de la mula, hasta Sainte María de Oloron.

La Catedral de Santa María de Olorón, cuya construcción empezó en 1102 con arquitectura románica y terminó en estilo gótico. Esta catedral románica, clasificada por la UNESCO como Patrimonio Mundial de la Humanidad en 1999, fue construida por el obispo Roger de Sentes y Gaston IV el Cruzado a su regreso de Jerusalén. De esta época no queda más que un maravilloso pórtico ya que la catedral se incendió y, en varias ocasiones, le cayeron rayos por lo que tuvo que ser reconstruida de forma parcial y restaurada varias veces en estilo gótico. En su interior, merece la pena visitar el Tesoro con el original belén y las magníficas ropas sacerdotales del siglo XVI. Sin embargo, no hay lugar a dudas, la joya de este compacto edificio, iglesia fortaleza con torres de defensa, es el pórtico románico del siglo XII conservado en perfecto estado gracias al porche campanario que lo protege de las intemperies.

El pórtico románico está compuesto por un gran tímpano rematado por un entrepaño en el centro y dos jambas a los lados. El tímpano de mármol blanco, representa un emotivo descendimiento de la cruz. En el centro José de Arimatea sostiene el cadáver de Cristo cuyo rostro parece sereno.
A la derecha Nicodemo arranca con unas tenazas el gran clavo que retiene la mano izquierda de Jesús. A su lado, el apóstol San Juan con los pies descalzos sujeta un martillo de carpintero y hace un gesto horrorizado de desesperación.
A la izquierda, una mujer, sin duda la Virgen, coge con sus manos cubiertas por un velo la mano derecha de Jesús. Una segunda mujer parece huir la insoportable visión.
Encima de la cruz paté, que indica una influencia de Oriente Medio, el sol y la luna se velan la cara y participan así también en las tinieblas del Viernes Santo.
Un bonito crismón sirve de pedestal a la cruz.
Los dos pequeños tímpanos laterales, que carecen de un interés especial, fueron rehechos en el siglo XIX.

El entrepaño, esta columna central conserva sus dos atlantes encadenados desde la cintura hasta los tobillos. Al contrario de lo que se creía hasta hace poco, estos dos prisioneros no serían moros, sino, más bien, judíos, aplastados por el peso del error tras haber rechazado el mensaje de Cristo. Parece ser que las dóvelas, fueron hechas por otro escultor, que vuelve a dejar su marca en Santa María de Uncastillo. La dovela superior representa a los ancianos del Apocalipsis coronados y que con sus instrumentos de música celebran la gloria del Hijo de Dios que aparece representado en medio de ellos por el Cordero divino que sujeta simbólicamente con la pata la cruz.
La dovela inferior representa a una multitud de personajes que se afana en preparar un festín; es una batida de caza de jabalí; la inevitable matacía; el vendimiador; la fabricación de los toneles; pescadores con enormes salmones a las espaldas; la preparación del pan y del queso; el campesino que despieza un ave, corta el jamón, trae fruta o huevos...
Sin duda, el festín que espera a los elegidos en el Reino de los Cielos representado en piedra para que los fieles, que en su mayoría no sabían leer, lo pudieran ver. Los altorrelieves, representan a los ancianos del Apocalipsis, a cada lado, dos soldados parecen observar un espectáculo sorprendente: tal vez una resurrección desaparecida en el siglo XIX.A la derecha de las dovelas, una  hay una estatua ecuestre: un caballero patea a un hombre con las pezuñas de su caballo; ¿tal vez se trate de Gastón IV el Cruzado vencedor de los Sarracenos, o, más bien, del emperador Constantino vencedor del paganismo y protector de los cristianos? A la izquierda, justo enfrente del caballero vencedor de los infieles, se encuentra una aterradora escultura: un león enorme devora a un hombre.

Terminada mi visita, parto por la Rue de Saint Grat o D-919, hasta salir a la Avenida de Tristán Deremé o D-6 , que sigue por el Bulebar François Mitterrand hasta la rotonda con la Rue de la Pistole , a empalmar con la D-555 o Rue des Oustalots, donde giro hacia la Avenida Georges Brasens y salir a la Rue Auguste Peyre o D-55 , en dirección al antiguo seminario, en  él en el lado izquierdo de la avenida me paro ante los preciosos restos góticos medievales, de  lo que parece ser, una pequeña capilla, pero no hay inscripción o dato alguno de estos restos.

Con apenas  19,91 salgo de Olorón y entro en Bidós, continuando viaje por la ya conocida D-238. Junto a la carretera pacen una manada de borricos que se acercan hasta la valla para saludarme. De nuevo comienza a llover por lo que acelero la velocidad del regreso. En el kilómetro  29,83 llego a Lourbe Sant Christau principio y final de la etapa francesa de hoy.

Las fotografías aparecen por orden de ruta.

Serafín Martín.

Fuentes propias y:

http://www.aspejacetania.com/

 

http://es.wikipedia.org/

 

 

http://www.tourisme-oloron.com/

 

 

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